Eran las 3 a.m. cuando llegue a casa de mis padres, todo estaba apagado, pero entonces abrí la puerta, ya que tenía mi llave aun; subí hasta su habitación y pude ver como ambos dormían, cuando estaba por salir para dejar que descansen escuche una voz

-¿Hija, que haces aquí?- dice mamá.

-Nada ma, vine por la llamada de papá- respondo.

-No era nada importante- dice- no puedes irte tan tarde, quédate, por la mañana hablamos.

Ella tenía razón, me sentía muy cansada como para manejar, la noche se había hecho larga, entre a mi habitación, o por lo menos, lo que quedaba de ella, solo era una cama vacía que estaba colocada en un rincón.

Comencé a dar vueltas en la cama, fui a la piscina para calmarme, luego a la terraza, cuando quise darme cuenta ya eran las de la madrugada, el sol se estaba poniendo y podía ver un lindo amanecer en el cielo.

Deje una nota a mis padres avisando que había vuelto a casa, por alguna razón durante el camino me sentí muy sola,