Capitulo 59

En medio de la noche, la luz de la luna iluminó a la persona acostada en la cama, parecía que estaba teniendo una pesadilla, frunció el ceño con fuerza. James entró por el balcón, este daba directamente a la habitación, se acercó a su cama lentamente.

Miró la hora, eran solo las ocho cuando ella se quedó dormida, su expresión era incómoda. James la miraba con preocupación, más de lo alguna vez imagino sentir por esta mujer.

«¿Por qué ella insistió en no ir al hospital?» «Debería investigarlo con cuidado»

Se sentó en el borde de la cama, extendió la mano y le acarició la mejilla, observando cariñosamente su rostro dormido.

«¿En qué estaba pensando?»

Todo su cuerpo estaba congelado, las manos están muy frías.

La cuerda en su corazón se movió, suspiró y sacudió la cabeza con angustia —Amor¿Por qué no me dejas cuidarte?

Astrid, que estaba dormida, su rostro estaba pálido y sus labios se fruncieron dejando salir un gemido de dolor, dijo suavemente —No, no me alejes.

James frunció el ceño l
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