2 AÑOS ATRÁS.
Era noche buena, me coloqué uno de los vestidos guardados en mi closet, me iba a recoger el cabello pero preferí dejármelo suelto, no quería darle más excusas a mis padres para pelear cuando vieran el tatuaje que me acababa de hacer. Bajé las escaleras y le abrí la puerta a la psicóloga Dayana Pace, ayer cuando me fui de su consultorio ella me contactó y dijo que quería ayudarme, así que como hoy en la cena familiar estaba invitado el papá de Abril; Denis Ronkine, era la oportunidad perfecta para que lo estudiáramos e intentáramos sacar la mayor información de él.
—Trajiste, una mujer —dijo mi madre con una sonrisa congelada en su rostro que sabía significaba disgusto en su interior, le había dicho que había invitado a alguien, pero no le dije quien, ellos
1 AÑO ANTES.Guardé las cosas en mi maleta, caminando de un lado a otro rápidamente, escuché la puerta del apartamento abrirse y cerrarse, antes de que Zecus apareciera en mi habitación, le había dado una llave para calmar sus ansias de que me fuera a mudar con él a su casa, pero no podía, yo necesitaba mi espacio, todavía tenía muchas cosas en mente y aunque él hubiera salido de la clínica mental hace ya casi dos años atrás, yo todavía estaba terminando los detalles de mi tesis y no podía irme a vivir con mi paciente, o por lo menos eso era lo que siempre le decía a Zecus.Él se detuvo en el marco de la puerta con las manos dentro de sus bolsillos, lo miré intentando no distraerme con el simple hecho de estar aquí, siempre me alegraba verlo, le ofrecí una sonrisa, pero seguí guardando las cosas, n
CONTINUACIÓN.1 AÑO ANTES.Salí de la casa y conduje de regreso a Marté, estaba demasiado nerviosa, no sabía cómo Denis se había enterado que estaba en su casa, no sabía si era que tenía un sistema de seguridad contra malandros o si me había visto por algunas cámaras que tenía en su casa.Todo era una mierda.Llegué aproximadamente a las nueve de la noche a mi casa, tenía demasiada hambre, sueño y agotamiento. Cuando entré a mi habitación, Zecus estaba frente a mi computadora, no le di importancia hasta que descubrí que era la computadora personal; esa que tenía toda la información privada y personal, era imposible que la hubiera encontrado, esa estaba guardada en la última gaveta de mi closet debajo de mi ropa interior y cuadernos, me sentí por prim
ACTUALIDAD —No te pudiste comunicar con Dayana —continuó Zecus—, me imagino que creíste que ella estaba secuestrada cuando Denis dijo que dejaras de meter las narices donde no te llamaban…Recordaba el temor y la zozobra que tenía cuando pensaba que me seguían o creía que estaba en peligro, ese mismo día fui a la policía, pero no había alguna evidencia que dijera que tenían a Dayana secuestrada, lo que hicieron fue decirme que solo querían asustarme y me ofrecieron el numero de un policía de la zona por si acaso sucedía algo me comunicara con ellos, esos malditos policías no me ayudaban ni me daban tranquilidad.—¿Denis la tenía secuestrada? —pregunté, sentía que me contaba una historia, pero sabía que eran cosas que me habían pasado.Zecu
ACTUALIDAD.—No había entendía por qué estabas con él, hasta que dijiste que era parte de tu investigación —dijo Zecus—, o por lo menos eso fue lo que me dijiste, lástima que no lo comprendí en ese momento.—¿A qué te refieres? —pregunté, sin embargo ya habíamos llegado a la posada, Zecus se estacionó y apagó el auto.—Vamos por tus cosas y luego sigo contándote qué fue lo que ocurrió.A juzgar por su rostro tenso, supe que lo que ocurrió no fue nada bueno o por lo menos no me iba a gustar.Nos bajamos del auto y entré a la posada con Zecus, me encontré con Lía y su madre en la cocina, les dije que venía por mis cosas porque ya había solucionado el problema en la universidad y debía regresar a mi casa en Tr
HACE MESES.Miré el reloj, eran las ocho de la mañana, a las nueve saldría de la clínica y tendría que tomar un avión a la casa de mis padres en Trino, así era más rápido y no me agotaba tanto manejando tantas horas, después de todo, Tolmer me podía llevar a donde yo quisiera en su auto.Había estado creando estos días esta confianza con mis padres y con Tolmer, me hacía la sorda cuando ellos decían cosas que sabían me molestaban y Tolmer creía que me estaba adaptando a la idea de ser su novia, todo lo hacía porque necesitaba infiltrarme y encontrar a Dayana, hasta el momento solo había estado averiguando a Tolmer, socio de mi padre, dueño de uno de los restaurantes, pero extrañamente reservado en lo que le gustaba hacer en su tiempo libre.Ahora tendría que ir a su casa a i
CONTINUACIÓN.Me quedé un momento anonadada, era extraño que mi padre reconociera que no era mi teléfono, él siempre era distraído en esas cosas que me involucraban, pero ahora estaba atrapada.Solté un suspiro y me senté en la cama, comencé a decirles que creía que Dayana había desaparecido y que había encontrado el teléfono de ella en la casa de Tolmer, evité ir más afondo de mis investigaciones, después de todo Denis era socio de ellos y no podía acusarlo de buenas a primeras.—¿El teléfono de la psicóloga Pace? —Mi madre soltó una ligera carcajada un poco fuera de lugar—, Dayana se lo vendió a Tolmer antes de irse del país, su madre falleció, está de viaje; no desaparecida…—Dayana había comprado otro teléfono &mdas
CONTINUACIÓNPasé por comida rápida antes de ir a mi apartamento, sin embargo no tenía hambre, intenté dormir, pero cuando comencé a sentir el sueño Tolmer me llamó, solo cosas generales, si había comido, cuando iría a Trino, si había visto el teléfono de Dayana... le había dicho que el teléfono de Dayana lo había dejado en casa de mis padres, aunque era mentira, yo todavía lo tenía, quería seguir investigando pero sentía un profundo vacío en mi pecho, como si tuviera ganas comprimidas de llorar.Escuché mi teléfono otra vez, quería ignorarlo y dejé que sonara, pero cuando por fin acabó el fastidioso sonido; volvió a llamar insistentemente, me senté sintiéndome enojada y miré la pantalla era Uria, todo lo que sentía se f
Esposa.Tenía esposa.Pero me había besado, había estado todo el maldito día conmigo haciéndome sentir que de alguna forma estábamos juntos, de hecho lo que había recordado, las peleas y todo eso solo parecían guerras comunes de novios... o una guerra un poco toxica.Mis mejillas cosquillearon un poco y una fea sensación me cubrió el pecho, puede que celos, muy feos celos. En cambio forcé una sonrisa en mis labios y fruncí el ceño.—Tu… esposa —susurré sintiendo la voz estrangulada.—Es mi vida —dijo dejando relucir una enorme sonrisa, incluso sus ojos brillaban, los celos comenzaron a carcomerme cuando aclaró su garganta y gritó: — ¡Mariana ya llegué!Escuché unos pasos insistentes y rápidos, luego unos ladridos agudos, hasta que una bola de pelos blanca termin&