Se había quedado dormida esperando a Edwan, pero no este no volvió, no mientras ella estuvo despierta. Su cabeza no dejaba de penar y de preocuparse por él, había tanto dolor en sus ojos, que no podía pensar que él fuera capaz de hacer algo tan grave como para ser merecedor de una maldición. Los malditos celos se habían adueñado de su cabeza que no la dejaron pensar con claridad, ella ya había visto odió en la mirada de Edwan cuando hablaba de Nathalie, pero ver esa fotografía y pensar que esa maldita había tocado a su esposo la lleno de celos, coraje y posesividad, él ahora era suyo y nadie debía tener recuerdos de él, sobre todo íntimos.“NO HEMOS VUELTO POSESIVAS” Dijo la voz, la misma que le había dicho que no debía desconfiar de él, la que le pedía paciencia, que él le diría todo de su vida.—Nunca pensé sentirme así con alguien —dijo en un susurro mientras veía a su compañero recostado en la cama durmiendo profundamente.No podía negar que era el hombre más perfecto que había
Al escuchar a Beatriz, Rosalin se puso de pie con una sábana cubriendo su cuerpo.—¿Qué tiene mi padre? —preguntó con la angustia formando sé en la boca de su estómago.—Eso no lo sé, lo único que puedo decirles es que llegó un muchacho a dar el recado —contestó Beatriz disimulando todo el coraje que sentía por dentro.—¿Sabías que Harry estaba enfermó? —le preguntó Edwan a Beatriz.—No, yo llegué hace dos días y no salí de casa, sabes que no me gusta mezclarme con los humanos —contestó Beatriz mirando como Edwan abrazaba a Rosalin.—Tranquila el se pondrá bien, ahora vamos —tomo su rostro entre sus manos y le dejó un beso en la frente —yo estaré ahí contigo…Rosalin le dio una sonrisa, era lo que necesitaba, sentir su apoyo, saber que estaba junto a ella.Los dos se vistieron rápido, y cuando estuvieron listos salieron de casa con rumbo a la casa de Harry, detrás de ellos iba Beatriz, que se había ofrecido en ayudar si era necesario.—¿Qué habrá pasado? él se encontraba bien cuando n
Rosalin miraba la manera de escapar mientras ellos se encontraban discutiendo, debía salir de casa de su padre, miró la puerta principal, esa no era opción, tendría que derribar a Beatriz y dudaba que pudiera hacerlo, una posibilidad era la puerta trasera. Comenzó a gatear esperando que no la notaran, debía alejarse un poco de ellos, para poderse levantar y salir corriendo. Al salir de la vista de ellos dio un salto, comenzó a correr por el largo pasillo, cuando vio la puerta de la cocina sonrió, miró detrás y Jasón venía muy atrás, si lograba atravesar esa puerta nadie la detendría hasta llegar con Edwan, él la ayudaría y podría venir a rescatar a su padre, que ahora dudad que estuviera de verdad en peligro. Estaba por tocar el plomo de la puerta, pero un tiró de su cabello la hizo retroceder, sintió el cuerpo enérgico de Beatriz que respiraba violentamente. —No maldita perra, no escaparas tan fácil, no vas arruinar mis planes —dijo Beatriz, Rosalin intentaba zafarse, pero el aga
La sola idea que pudieran alejarla de Edwan le provocaba un desasosiego en su alma, desde el viaje a París todo había cambiando en ellos, se había creado una unión muy fuerte con él, que ya no veía su vida sin tenerlo a su lado, de los sueños que hablaba Jasón ya no había nada, ahora eran nuevos y con Edwan. —No Jasón, yo no iré contigo a ninguna parte, olvídate de mí y déjame ser feliz…—replicó Rosalin intentando apartar a Jasón de ella, su cercanía le causaba repulsión, asco. Lo empujó, por un momento fue libre, pero él volvió a tomarla del brazo, la apretó tan fuerte que temía que pudiera romperlo.—Lo serás conmigo cariño —la abrazo por completo al separarla de Harry —recuerda todo lo que planeamos, íbamos a vivir en Quebec, tendremos una familia hermosa, recuerdas todo lo que planeamos, que viviríamos juntos hasta que nuestros rostros estuvieran arrugados, dime que lo recuerdas, por favor, no me partas el corazón…—Los recuerdo, pero ya no quiero vivirlos contigo —replicó Rosal
Edwan sentía una fría sensación en su interior, un vació en la boca de estómago se había instalado mientras caminaba por los escombros del lugar que fue santuario, donde había calmado el dolor de su corazón por las acciones que lo mantenían lejos de su hogar, hasta podía decir que lograba olvidarlo, fue su distracción para no escuchar esos gritos que atormentaron su alma, hasta que Rosalin apareció.Desde que ella estaba poco era afligido con esos recuerdos. Del casino ahora solo estaba quedando cenizas y humo, su sangre y sudor que dejó cuando lo reconstruyó, esa mañana ya el fuego había hecho ruinas aplastando parte de sus sueños.Levantó la vista, no permitiría que nadie lo viera débil, sufriendo, debía mantener esa postura fría, tragó el nudo en la garganta, quería respuestas, quería saber si alguien había visto algo extraño. —¿Alguien sabe cómo sucedió? —Edwan le preguntó a Peter que no se había separado de él desde que fue a su casa.—No, el señor Craven está iniciando las inve
Corrió lo más rápido posible hasta la casa de Harry, no iba a esperar a que le abrieran, así que la abrió de una patada.—¡Rosalin! ¡Rosalin! —comenzó a gritar como loco, subió corriendo a las habitaciones superiores esperando ver a su compañera con su padre en cama, pero al llegar a la habitación del final del pasillo, esta se encontraba vacía —¡Rosalin! ¡Harry! ¡Rosalin! Sus gritos estaban cargados de odio y una mezcla de miedo, tenía que verla, tenía que abrazarla pronto sino se volvería de nueva cuenta loco, el nombre de Rosalin retumbaba por él lugar, pero ella no respondía. —¡Maldito Roydan! —gritó al bajar de nuevo a planta baja —¡te juro que si le tocas un cabello lo pagaras muy caro! —la casa parecía estar completamente vacía, ni un alma contestaba sus gritos —¡Rosalin! Grito con más desesperación al ver que la estancia, el comedor y la cocina estaba completamente vacíos, por la presión y el miedo de perderla sus oídos estaban sordos, regresó por el largo pasillo, cuando i
Cuando al fin despertó de la inconciencia, se vio sentada en el asiento de un auto, una carretera y ella esposada a la puerta del vehículo, primero se llenó de pánico, después odio, rencor contra Jasón, quería soltarse para hacerle pagar lo que había ordenado a Beatriz, pero también albergaba miedo y preocupación, no tanto porque no confiaba que Edwan fuera tras de ella, sino porque Beatriz cumpliera con lo que Jasón había dicho que tendría que hacerle.—No te preocupes querida, pronto estarás libre de ese maldito —escuchó que decía Jasón, mientras acariciaba su mejilla con la mano que llevaba libre. Ella apartó la cara de mala gana, más que nunca odiaba sentir su contacto. —Eres un maldito bastardo, como tengo que decirte que no quiero romper el vínculo con Edwan —dijo con la voz temblosa por la furia que sentía por dentro, quería tener las manos libres y hacerle pagar muy caro el daño a su padre —que lo único que deseo más en este mundo es volver junto a él —contuvo las lágrimas q
Edwan podía sentir como su corazón estaba rabioso y rugía pidiendo venganza, su mayor deseo era tener en sus manos a Jasón para despedazarlo, solo así él entendería que Rosalin era suya, que le pertenecía porque era un regalo de la Diosa, y quien quisiera quitársela debía enfrentarse a su odio que lo consumía por dentro. En cuanto salió de la casa de Harry, dejó su lado humano, para que saliera su lobo, necesitaba correr lo más rápido posible, tenía que alcanzarla, solo la Diosa y Rosalin sabría lo que estaba sufriendo, dentro de él algo le decía que ella lo llamaba, lo necesitaba, iría tras de ella sin importar poner su propia vida en peligro, lo único importaba era que ella estuviera bien, lejos de lo que Harry tenía miedo.“NO DEBE IR LEJOS, PUEDO SENTIRLA EDWAN, SIGUE ASÍ QUE PRONTO LA VAMOS ALCANZAR”Le decía su lobo, que a pesar que ya le dolían sus patas no dejaba de correr por el bosque siguiendo la carretera, que los llevaba a Quebec. —Eso espero, porque no puedo estar más