Rosalin miraba por la ventanilla del avión privado de Edwan, tenía los brazos cruzados y un puchero en la cara por la forma que ese lobo la había subido al avión.No le importó sus protestas suplicando que la dejara ir, ni sus golpes, sino que la humillo al cargarla como si fuera un saco de patatas, demostrando así su prepotencia y su arrogancia, sin embargo, cuando la dejó sobre el asiento lo hizo con ternura y delicadeza, como si fuera algo frágil y fácil de romper. Rosalin se puso nerviosa cuando lo vio tan cerca, sus manos subieron por sus piernas y no pudo evitar desear continuar donde los habían interrumpido.—¡No me toques! —dijo con dureza tratando de controlar su voz —no vuelvas a tocarme…—Yo te tocaré las veces que quiera amor —dijo Edwan al momento que sintió un ligero apretón en la cintura, abrió los ojos al darse cuenta que la había amarrado al asiento del avión —solo me cercioro que no salgas huyendo del avión mientras no estoy. —Eres un maldito, un monstruo te odio,
Segundos después Drake ya se había ido y Edwan había dejado que la azafata cerraba la puerta del avión. Tomo su lugar al frente de Rosalin, la miró con una sonrisa, pero ella volteo el rostro demostrando su enojo. —Veras que este viaje te gustara Rosalin —dijo más calmado Edwan —París es un lugar especial, sobre todo para parejas que están comenzando su vida juntos, es la ciudad del amor. —Me gustaría más si fuera con la persona que realmente amó —replico Rosalin, sabiendo que esas palabras lo herían, pero lo que nunca se imagino fue que a ella también le hirieron —solo le pido que se comporte señor King. —Edwan se rio por sus palabras y sin que ella lo esperaba se levantó de su asiento, se acercó a ella, podía ver perfectamente su rostro. Rosalin pensó que la besaría al verlo tan cerca. —Me comportaré como lo que soy Rosalin —Edwan poso sus manos sobre las piernas de Rosalin, ella no pudo evitar no temblar ante su toque —como tu compañero —acercó su rostro hasta casi besar sus la
El silencio se hizo muy pesado, sobre todo después de escuchar el grito de Jasón, porque no había duda que había sido él. Edwan se molestó al darse cuenta que ella le provoco dolor escucharla, ¿Cómo podría erradicar de su corazón es maldito amor que decía sentir por él?Edwan ya había entregado su corazón por completo a su esposa, como lobo era inevitable, no importaba que pudiera ser tan despiada y burlase de él, manipularlo y hacer lo que ella quisiera, pero Rosalin era tan diferente a ella, ella nunca lo usaría así, ella quería irse a pesar de saber el poder que ejercía en él o no se había dado cuenta. No aparto la vista de ella, aunque Rosalin seguía mirando por la ventanilla, aspiro un poco y pudo percibir su perfume, ese de vainilla con flores, como deseaba que su piel se impregnara de él, para sentirla cerca cada día. —Estamos por llegar, te mostrare los lugares más conocidos de París —dijo Edwan tratando de acabar con ese silencio, pero Rosalin no respondió nada, parecía su
Rosalin fue hacia Edwan, lo tomo del brazo e intento jalarlo, pero con lo que no contaba era que él fuera más fuerte y pesado que ella, volvió a jalarlo sin lograr que diera un paso hacia atrás. —No juegue señor King —dijo Rosalin tratando de llamar su atención —a donde iría, estamos en medio del mar… —Me iría al más allá —dijo Edwan mirando el agua —solo mi muerte puede liberarte para que puedas ir con ese —dijo con desprecio. —No lo haga —aunque no sabía cómo explicar sus sentimientos, Rosalin no podía dejar que hiciera esa locura —dígame que tengo que hacer para que usted desista… —Creer em mí, olvidar a ese hombre, abrir tú corazón y ser mi esposa —dijo girando la cabeza, levanto su mano para acunar su rostro. —Me pides mucho, todo el tiempo pienso en él y no creo poder confiar en ti —dijo Rosalin mirando sus ojos —pero no puedo permitir que cometa una locura. —Ya te dije que sin ti no puedo vivir, eres mi liberación, mi última esperanza de ser feliz —volvió Edwan
Al llegar Edwan se apresuró a abrir la puerta, le tendió la mano a Rosalin, para que juntos pisaran por primera vez la ciudad del amor. —Hemos llegado mi luna —dijo Edwan al bajar del avión —el auto nos espera para llevarnos a casa de mi amigo Luigi Dubois—Rosalin se sorprendió. —¿No, nos vamos a hospedar en un hotel? —preguntó Rosalin, Edwan trato de contener una sonrisa al ver su cara, pero fue imposible. —No mí luna, para que hospedarse en un frio hotel, si tengo a un buen amigo que nos dará posada —Edwan la hizo caminar —vas a sentir acogedora la casa de Luigi, te lo aseguro. Delante de ellos apareció un auto de lujo de color beige, se detuvo delante de ellos, y un hombre con traje negro descendió. —Me ha enviado mi jefe Dubois por usted señor King —dijo el hombre que hizo una reverencia a Edwan —mi nombre es Orson para serviles señor y señora King. —Muchas gracias Orson —dijo con educación Edwan, tomo del brazo a Rosalin, y la hizo entrar en el auto, mientras él subía
A Rosalin las palabras de la mujer sonaron con un doble sentido, no pudo evitar ver a la mujer de los pies a la cabeza, su porte era soberbio, su figura era perfecta, atrayente, hasta seductora, cada movimiento era planeado para los hombres cayeran a sus pies; su rostro era fino, delgado, no podía negar lo extremadamente hermosa que era, su sonrisa y mirada eran por naturaleza coquetas. Y su ropa elegante le hacía ver que era de una posición elevada. Miró a Edwan con nostalgia, como si pudiera leer su expresión, supo que deseaba correr a sus brazos, sus manos se movían nerviosas sobre la bolsa que había entre ellas. —Edwan te quedaras ahí sin saludarme —Edwan se quedó mudo como si hubiera visto a un fantasma, Rosalin miró a Edwan, por lo pesado que se había puesto la atmosfera, dedujo que entre ellos había pasado algo más.—Nathalie no pensé en encontrarte aquí —dijo Edwan con fastidio y un poco de irritación —creo que será mejor que nos vayamos a un hotel…—No Edwan, se pueden qued
Rosalin llevo su mano al cuello, era tan notorio que aún no había paso nada entre ellos, sintió coraje y vergüenza que lo demostró con sus palabras. —Aunque no me ha marcado soy suya y si Edwan va yo también iré —dijo Rosalin, mientras apretaba con fuerza la mano de Edwan —este es nuestro viaje de bodas y quiero disfrutarlo con él.A Edwan le sorprendieron las palabras de Rosalin, una hora atrás venían discutiendo, ella no quería estar cerca de él, ni siquiera que la tocara, la miró con incredulidad, ella no era la Rosalin de siempre, algo había cambiado y parecía que ella misma no se había dado cuenta. Nathalie no pudo disimular el coraje y la desilusión, y eso confirmo las sospechas de Rosalin. —Entonces no se diga más, Rosalin solo te aconsejo algo, no sueltes la mano de Edwan y no te separes de mí, eres muy bella y cualquier lobo estaría dispuesto a tomarte y no quiero que Edwan tenga que arrancar la cabeza a alguien —dijo Luigi con una amplia sonrisa.—Ella no lo hará, verdad
Edwan fulminaba con la mirada a Nathalie, como se le ocurría hacer eso, si sabía perfectamente que Rosalin era humana, que no tenía la misma fuerza que ellos, ni mucho menos el entrenamiento. Se escucharon algunas murmuraciones, otras jadearon de incredulidad y otros más gruñeron. —Mi compañera no peleara —dijo Edwan que se puso colérico al solo escuchar el desafío de esa loba, su mirada dulce eran dos bolas de fuego. —No acepta el desafió esa humana —dijo Nathalie con un fingido tono de ofensa —es tradición ofrecer a la Diosa una diversión, si no acepta, ella estará ofendiendo a la diosa. Rosalin se mantuvo firme, aunque por dentro de ella temblaba en solo pensar en tener que enfrentarse a Nathalie, sabía que no debía demostrarlo, ella no sería un cobarde que se escondía detrás de su marido. —No quiero ofender su tradición, ni te tengo miedo Nathalie —Rosalin dio un paso al frente mirando a Nathalie que sonreía con satisfacción, Edwan se sorprendió al ver a su esposa así de decid