Rosalin sentía agresivo el beso, casi podría jurar que la quería lastimar, esos labios tiernos ahora eran de odio, las manos de él la apretaban con fuerza sus muñecas, que si seguía así le dejaría marcas, levantó su pierna izquierda y le dio un golpe en medio de sus piernas. Un grito de dolor y una maldición se escucharon, Jasón levanto la cara y sin esperarlo recibió una cachetada que le hizo voltear el rostro. —¡No vuelvas a besarme! ¡No vuelvas a tocarme en tú vida! —dijo con la voz agitada y molesta.—Mi vida soy yo, Jasón —Jasón la veía con extrañeza, como si no la reconociera a la Rosalin que tenía enfrente. —Si lo sé, y no me llames así, yo no soy nada tuyo —exigió Rosalin, su mirada había una mezcla de rencor y dolor. —¿Qué te sucede Rosalin? ¿Por qué me pegas? —Jasón no dejaba de acariciar su mejilla que estaba enrojecida por la bofetada de Rosalin.—Todavía me preguntas que porque te pego —Rosalin se sentía indignada por la manera que Jasón la había abordado —eres un ver
Era lógico que Edwan fuera a buscarla, ya había tardado demasiado para solo ir al tocador como había dicho, su tensión se elevó al ver como Jasón tomaba el plomo de la puerta con la intención clara de salir. —No, ¿no piensas salir verdad? —pregunto en un murmullo Rosalin, esperando que Edwan no los escuchara, pues era claro que como hombre lobo podría oírlos. —Claro, esta misma noche se acaba todo, él debe saber a quién amas es a mi —Jasón giro el plomo de la puerta, Rosalin vio en su miraba una determinación y un brillo que nunca antes había visto en él. No podía negar que le gustaba, pero sabía perfectamente que no podía permitir que Jasón saliera de ese lugar para enfrentar a Edwan, temía por lo que su esposo pudiera hacerle y las consecuencias que pudiera originar para él. —No lo voy a permitir —Rosalin se interpuso entre la puerta y Jasón evitando que este la abriera. Los ojos de Jasón se llenaron de ternura al ver el miedo reflejado en la mirada de Rosalin. —Lo sabía aún m
Rosalin se encontraba sumida en una maraña de pensamientos desde el amanecer. El recuerdo del encuentro con Jasón la perseguía, una y otra vez revivía el contacto de sus labios, esperando sentir la chispa familiar de sus besos, esa que la conquistó. Sin embargo, la emoción que solía envolver esos momentos parecía haberse esfumado, dejando un vacío que no podía llenar. La ternura que una vez fue tan palpable ahora se sentía distante, casi como si una brisa helada hubiera soplado entre ellos, llevándose la calidez que los había caracterizado. Esta sensación de cambio, de algo perdido, la inquietaba profundamente.Solo el pensamiento de Edwan lograba que su corazón dejará de inquietarse, esa calidez que comenzó desde el primer momento la llenaba, la hacía soñar con un futuro con él, una sonrisa de felicidad broto de sus labios, poco a poco su esposo se había ido metiendo en su alma y corazón. Solo el hecho de pensar en alejarse de él, era como si cayera en un pozo oscuro y frio. —Te a
Edwan no sabía porque se entrometía en asuntos que no eran de su incumbencia, pero tuvo una cosa clara, no soporto ver a esa mujer llorar desconsolada en su oficina mientras abrazaba fuertemente a su pequeña hija. Chantal no llegó pidiendo ayuda, solo consuelo, sin embargo, Edwan no dudo en brindarle su mano y su protección. Escuchó la narrativa de la mujer que estaba demasiado asustada, pues Jasón la acorralo en un callejón donde no hubiera testigos de sus amenazas. —Jasón no es el mismo, es alguien totalmente desconocido para mí —dijo entre lágrimas Chantal, sin dejar de cubrir las orejas de su pequeña, que era ajena al miedo de su madre —fue capaz de amenazarme a mí y a su hija con hacernos daños, ¿Qué hombre haría eso?—Solo un hombre enfermo haría algo así, pero ¿qué es lo que quiere? ¿Por qué la amenazo? —preguntó Edwan sin apartar la mirada de las dos. —Quiere que vuelva a su casa para decirle a su esposa que todo lo que dije era mentira, que el acta de matrimonio es falsa
Edwan cargo a Rosalin en sus hombros, a pesar de los golpes que le daba no dejo de caminar. —¿A dónde me llevas? —Edwan no respondió su pregunta, estaba muy molesto al saber que quería huir de él. No habló con ella, más bien fue con Drake que le contacto mentalmente, mientras corría por el bosque detrás de ella había tomado la decisión de irse esa misma noche a Francia, no como había planeado para el día siguiente. Si Rosalin quería alejarse del valle lo haría con él. Le pidió una maleta con ropa, sus cosas, su teléfono que había dejado por ahí, solo necesitaba activar el GPS para dar con él y para que dejara tranquila a la nana de Rosalin. Se reunirían en una pista que tenía él a las afueras del valle, lo único que quería era alejarse de ese maldito, lo podía oler cerca de ellos, seguramente se había dado cuenta que Rosalin quería huir y eso lo quería aprovechar, pero Edwan no lo iba a permitir, no iba a dejar que ese maldito estuviera cerca de ella. —¿Por qué intentabas huir
Rosalin miraba por la ventanilla del avión privado de Edwan, tenía los brazos cruzados y un puchero en la cara por la forma que ese lobo la había subido al avión.No le importó sus protestas suplicando que la dejara ir, ni sus golpes, sino que la humillo al cargarla como si fuera un saco de patatas, demostrando así su prepotencia y su arrogancia, sin embargo, cuando la dejó sobre el asiento lo hizo con ternura y delicadeza, como si fuera algo frágil y fácil de romper. Rosalin se puso nerviosa cuando lo vio tan cerca, sus manos subieron por sus piernas y no pudo evitar desear continuar donde los habían interrumpido.—¡No me toques! —dijo con dureza tratando de controlar su voz —no vuelvas a tocarme…—Yo te tocaré las veces que quiera amor —dijo Edwan al momento que sintió un ligero apretón en la cintura, abrió los ojos al darse cuenta que la había amarrado al asiento del avión —solo me cercioro que no salgas huyendo del avión mientras no estoy. —Eres un maldito, un monstruo te odio,
Segundos después Drake ya se había ido y Edwan había dejado que la azafata cerraba la puerta del avión. Tomo su lugar al frente de Rosalin, la miró con una sonrisa, pero ella volteo el rostro demostrando su enojo. —Veras que este viaje te gustara Rosalin —dijo más calmado Edwan —París es un lugar especial, sobre todo para parejas que están comenzando su vida juntos, es la ciudad del amor. —Me gustaría más si fuera con la persona que realmente amó —replico Rosalin, sabiendo que esas palabras lo herían, pero lo que nunca se imagino fue que a ella también le hirieron —solo le pido que se comporte señor King. —Edwan se rio por sus palabras y sin que ella lo esperaba se levantó de su asiento, se acercó a ella, podía ver perfectamente su rostro. Rosalin pensó que la besaría al verlo tan cerca. —Me comportaré como lo que soy Rosalin —Edwan poso sus manos sobre las piernas de Rosalin, ella no pudo evitar no temblar ante su toque —como tu compañero —acercó su rostro hasta casi besar sus la
El silencio se hizo muy pesado, sobre todo después de escuchar el grito de Jasón, porque no había duda que había sido él. Edwan se molestó al darse cuenta que ella le provoco dolor escucharla, ¿Cómo podría erradicar de su corazón es maldito amor que decía sentir por él?Edwan ya había entregado su corazón por completo a su esposa, como lobo era inevitable, no importaba que pudiera ser tan despiada y burlase de él, manipularlo y hacer lo que ella quisiera, pero Rosalin era tan diferente a ella, ella nunca lo usaría así, ella quería irse a pesar de saber el poder que ejercía en él o no se había dado cuenta. No aparto la vista de ella, aunque Rosalin seguía mirando por la ventanilla, aspiro un poco y pudo percibir su perfume, ese de vainilla con flores, como deseaba que su piel se impregnara de él, para sentirla cerca cada día. —Estamos por llegar, te mostrare los lugares más conocidos de París —dijo Edwan tratando de acabar con ese silencio, pero Rosalin no respondió nada, parecía su