KaladdariusLos ojos de Azura se tornan blancos y su mirada se pierde por un par de segundos. Es la segunda vez que le ocurre esto y no tengo idea de cómo reaccionar. Regresa en sí misma con la mirada estupefacta, como si hubiera visto algo que no debía, algo realmente malo.—¿Qué sucede? ¿Qué viste?Ella me devuelve una mirada incrédula. Dos lágrimas se deslizan por sus mejillas sin que las palabras puedan salir de su boca.—Todo ha sido una mentira… una maldit4 mentira —dice apretando los dientes.—¿De qué hablas? ¿A qué te refieres?—Frida nos dijo que habíamos sido creadas por completo con magia, pero ella mintió. Todo este tiempo… nuestra madre nos engañó incluso desde antes de nacer.—No entiendo Azura, ¿qué viste?—No somos producto de una creación mágica, la princesa Jazmín se acostó con un hombre lobo, ella rompió las reglas sagradas de las brujas y mezcló nuestras razas.—¿Qué dices? Pero eso es imposible, ¿cómo…?—Yo misma lo vi, créeme, fue demasiado gráfico como para deja
AzuraÉl me ha escogido. ¡Kaladdarius me ha aceptado! La felicidad no cabe dentro de mi pecho. Aquí en la oscuridad de las mazmorras donde nos encontramos, no puedo más que sentirme como en el sitio más romántico del mundo. No me importa que en este momento el mundo se esté yendo a la mi3erda, porque ahora mismo lo tengo todo.La revelación de mi visión solo aclaró con hechos concretos lo que ya sabía. Aunque desconocía que era lo diferente en mí, estaba segura de que lo que sentía por él no era falso, no era solo un espejismo debido a un hechizo o un enamoramiento inocente de mi parte.Soy mitad loba y él es mi Mate y yo soy suya.Sonreímos en la oscuridad, Kaladdarius toma mi mano con fuerza y de inmediato avanzamos hacia la entrada que nos llevará hacia mi hermana gemela.Mi corazón late con la incertidumbre de lo que encontraremos del otro lado. Durante todo el camino no hemos visto a Belladaria o a Dimitri y eso es algo que me preocupa. ¿Les habrá sucedido algo malo?Mientras cam
AzuraEl despliegue de poder que mi hermana libera me deja estupefacta por un momento. Su magia se ha fortalecido y ahora, me temo que es imparable. El viento se levanta como un vendaval, como si un huracán se hubiese metido en el lugar. Ahí, iluminada bajo los rayos de la luna roja, Marcella se ve más aterradora que nunca, parece como si la misma esencia de la naturaleza se inclinara ante su dominio.En el epicentro de esta tormenta sobrenatural, Marcella emerge, iluminada bajo los rayos de la luna roja. Su figura se contornea en sombras danzantes, y sus ojos destellan con una intensidad sobrenatural. La mezcla de asombro y terror se refleja en nuestros rostros, mientras Kaladdarius aprieta mi mano con fuerza, anclándome a la realidad. Belladaria y Dimitri, resguardados tras una gran roca, intercambian miradas preocupadas.Doy un paso hacia adelante, sintiendo la llamada de la conexión fraternal, pero Kal me atrae hacia su cuerpo con seguridad, negando con determinación.—No, no vaya
AzuraLa tensión en el aire es palpable, la decisión de Marcella se cierne sobre nosotros como una sombra oscura. Mi mente trabaja a toda velocidad, buscando desesperadamente una solución, alguna fisura en su armadura mágica que nos permita revertir esta pesadilla.Bella se acerca con sus ojos llenos de lágrimas y rabia. La impotencia nos consume a todos, mientras Marcella disfruta de su momento de poder. La luna roja es un testigo silencioso de nuestra tragedia mientras sigue iluminando el salón donde nos encontramos con su luz distorsionada.—¡Azura, haz algo! —grita Bella, desesperada.Mis ojos buscan desesperadamente una salida, y entonces, en medio del caos, algo llama mi atención. Una especie de vara de metal que se encuentra en el suelo, un escombro de lo que antes había sido alguna reja del castillo.Mi cabeza trabaja a toda velocidad, la idea es fugaz, pero se planta en mi cabeza y no está dispuesta a irse. Si quiero salvar a Kal, tengo que matar a mi hermana.—¡Bella, distrá
KaladdariusMientras nos alejamos del castillo, la luna llena por fin comienza a desplazarse en el cielo. Es como si por el hechizo se hubiera quedado estática en el tiempo, pero ahora, todo había regresado a la normalidad.Bella, Dimitri, Azura y yo avanzamos por el bosque rastreando si todo está bien de nuevo. Por el momento no hemos visto la destrucción total de lo que implicó la maldición que estuvo cernida sobre el reino, pero a medida que nos acercamos a la ciudad poblada, el aroma fresco de la sangre nos avisa que lo que encontraremos, no será para nada agradable.Dimitri se detiene y enseguida mi hermana regresa hacia donde él se encuentra.—¡Dimitri! ¿Qué te ocurre?Esta es la primera vez que la veo tan preocupada por alguien más que no es de nuestra especie. He de admitir que hay algo extraño entre esos dos, pero no puedo asegurar de qué se trata.—Es demasiada sangre, incluso aunque no sea de humano, el aroma es demasiado para mí. Necesito regresar a Nocturia ahora.—Está b
AzuraBajo la luz de la luna llena Kaladdarius y yo nos volvemos a unir. Mientras lo miro a los ojos y nuestras manos se enlazan como un perfecto engranaje, sonrío, dispuesta a entregarme a él como si fuera la última vez; y, tal vez… así sea.Pero por ahora, prefiero no pensar en nada más que en sus manos sobre mi cuerpo.Kal me recuesta con delicadeza sobre la arena suave frente al lago y desviste mi cuerpo con una delicadeza digna del que trata a una pieza extremadamente frágil. Cierro los ojos y disfruto de su tacto, ese que ansié tanto durante todo este tiempo y me negaba a aceptar.Cuando él se queda desnudo frente a mí, no puedo evitar suspirar. La visión de su cuerpo perfecto y esculpido me deja sin habla y sin aliento.Kal se acerca a mí con lentitud, alargando el momento en que nuestras bocas vuelven a fusionarse una con otra, como si toda la vida hubiese esperado este instante. Sus labios suaves rozan los míos y envían una corriente de placer por todo mi cuerpo, aumentando m
KaladdariusDespierto con una extraña sensación de vacío en mi pecho, como si algo me faltara. Un dolor intenso se apodera de mí, provocando que me levante con la exaltación presente en mi cuerpo.—¡Azura! —exclamo. Anoche pasamos momentos maravillosos y excitantes, pero ahora me encuentro solo al lado del lago y sin señales de ella por ninguna parte.Miro a mi alrededor buscando una señal que me indique su presencia, y entonces veo la carta cuidadosamente doblada a un lado de donde estaba mi cabeza. El miedo se apodera de mí, como si de algún modo supiera lo que dice antes de leerla.Tomo la hoja con manos temblorosas y un nudo en mi estómago que no me deja respirar con tranquilidad, mientras abro el papel, siento el preámbulo de lo doloroso que será lo que leeré…“Mi amado Kal, mi lobo,Espero que cuando leas esto ya todo haya pasado y así no tengas que llevar la carga o la culpa de mi muerte. Sé que este no es el destino que esperabas para los dos, pero ambos sabemos que no hay otr
AzuraLa oscuridad de esta prisión es mi única compañía ahora. Eso junto con las lágrimas que se derraman hasta aterrizar en el suelo húmedo y frío. El rey no lo dudó ni un segundo. Esa mirada que me dio fue la certeza que necesitaba para saber que jamás me vería con buenos ojos después de lo que hice.Mi único remordimiento es haber dejado a Kaladdarius solo con una carta y la incertidumbre de lo que me ocurrirá, pero era necesario. No puedo seguir causándole más dolor, así que lo mejor es que yo muera a manos del rey, pagando por la atrocidad que cometí. Aun así, mi corazón agobiado siente una fuerte presión dentro de mi pecho. No sé si lo que estoy haciendo lo lastimará más de lo que podría ayudarlo.La confirmación me llega cuando escucho su voz. Al principio creo estar loca, pero no, es él. Lo escucho mucho antes de que siquiera se acerque a la celda donde me encuentro. Sin embargo, otro lobo le impide llegar hasta mí. No quiero que destruya su vida por mí, no quiero que se enfre