Ciudad de Brooklyn, Estados Unidos; Miércoles, 01, Junio, 2022.
El abogado me da unas fotos en donde se ve un Ferrari salido el año pasado, se veía destruido, rayado y quemado, como si una loca se hubiera enterado que le han puesto los cuernos con una modelo italiana y haya decidido destruirle el carro más preciado al novio por tal infidelidad. Miro al castaño de ojos chocolate mirarme con ira sentado a unos centímetros de donde estoy sentada, luego miro al abogado del hombre a mi lado.
— ¿Y yo que tengo que ver aquí? — pregunto cruzándome de piernas sin saber.
— Usted destruyó un Ferrari de 10 millones de euros — explica el abogado que debe pasar los 40 años, asiento.
— ¿Seguro que fui yo? — pregunto, siento el castaño esta por hablar pero el abogado se adelanta.
— Tenemos evidencia, señorita Prince — dice mostrando unas fotos en donde me veo destruyendo el carro de mi ex, sí, yo soy esa loca pero no podía quedarme de brazos cruzados llorando por un hombre que no me valora.
— Oh, ya recuerdo… ese día si me volví loca — río como si nada — Me arrepiento — el abogado suspira aliviado — Debí incendiarlo junto al dueño y la modelo — digo soltando la foto en la mesa, ambos hombres me miran incrédulos por mis palabras.
— ¡Debería estar en un psiquiátrico, loca! — me grita mi ex. — Te meteré en la cárcel, Rebeka — lo miro a los ojos poniéndolo nervioso. La puerta se abre de pronto, miro a otro lado escuchando los pasos del sujeto — ¿Quién eres? No debería estar aquí — habla con enojo.
— Vine por ella — su voz ronca me hace tragar saliva, no quiero mirar hacia atrás, ya con su presencia siento frío. — ¿Por qué la vas a meter a la cárcel? — pregunto de entrometido.
— No es de su incumbencia, tengo asuntos que atender con la señorita, señor, por favor, retírese — habla el abogado parándose de su silla. No veo al hombre tras de mí pero sé que debe de tener una cara que pone de los nervios a cualquiera, solo quiero hundirme en el asiento.
— Claro que es mi incumbencia, abogado, estas acusando a mi prometida de algo que no hizo — parpadeo y me volteo a mirarlo, me cruzo con sus ojos grises claros, me volteo esperando que esto acabe.
— ¿Qué? — pregunta confundido mi ex — ¿Tu prometida? Hace una semana que nosotros terminamos, increíble, eres una fácil — dice con una arrogancia que me provoca golpear esa cara que tiene, me levanto para hacerlo pero siento la cercanía del otro hombre.
— Uh, creo que no debiste hablar así, señor Anderson — señala el pelirrojo, su cabello llama mucho la atención porque no es naranja como uno cree cuando dicen pelirrojo, sino que es rojo como el fuego — Acabas de ofender a mi mujer, ¿Sabes lo que pasa cuando ofenden a la mujer del alfa de un imperio? — pregunta y maldigo.
Los hombres se miran y comprenden al instante al ver bien al pelirrojo y luego a mí, se han dado cuenta de quién se trata. Pero vamos a retroceder a una semana antes para ver lo que pasó para que yo Rebeka Prince quedara en esta situación.
¿Conocen la historia de la cenicienta? Supongo que no, les contare.
En un reino muy lejano en una pequeña villa vivía una familia de 3, los padres y una hermosa niña, eran felices, el dinero no le hacía falta y el amor junto a la felicidad brillaban en el ambiente pero un día, la madre de aquella niña, falleció dejando a ambos devastados por su muerte, los años pasaron y el padre de la niña se volvió a casar con una mujer viuda, para sorpresa de la niña, esa mujer no venía sola, consigo venían dos niñas.
La pequeña niña creyó que volvería a ser feliz y tendría una nueva mamá y hermanas pero la inocencia de la niña era tanta que no vio lo que se le avecinara en el futuro, pasaron los años y la niña se volvió una joven muy hermosa pero su belleza era envidiada por las hermanastras y la madrastra. Una tarde su padre no volvió dejando a la joven huérfana y al cuidado de su madrastra quien derrochaba el dinero dejado de su padre.
Quedaron en bancarrota por culpa de la madrastra, la pequeña villa dejó de tener sirvientes y cocineros, la joven se convirtió en la sirvienta de su madrastra y hermanastras, y como la hermosa joven siempre se la pasaba desarreglada y llena de cenizas, la nombraron Cenicienta.
Narra Rebeka Prince.Miércoles, 25, Mayo, 2022.06:13 p.m.Cierro el cuento de Cenicienta y me levanto de la cama. Cenicienta fue a un baile en donde conoció un príncipe y se casaron viviendo felices por siempre pero en mi caso, no pasa así, puede que mi vida se ha convertido como la de Cenicienta, tengo que soportar a mis hermanastras y a mi madrastra, en eso si se parece al libro, al igual la muerte de mis padres.— ¡Cenicienta, baja a trabajar! — grita mi madrastra, se llama Lucero pero claro, su nombre no le pega nada con su personalidad, me miro en el espejo y suspiro antes de salir de mi cuarto.La supuesta villa se convirtió en un bar en donde Lucero es la jefa y me hace trabajar, Laura y Luna, las hijas de ella no hacen más que bailar en los tubos y estar con hombres ricos que llegan al lugar por ser algo alejado de la ciudad, lo que una vez fue mi hogar se volvió en un basurero, intenten irme muchas veces pero Lucero que me encontraba y recibía los peores castigos que na adol
Narra Rebeka Prince.Miércoles, 01, Junio, 2022.Y aquí estoy, después de escapar de aquel pelirrojo aquella noche sin obviar que le lance mi zapato a la cara, termine encendiendo el carro de Francis, ni me pregunten de donde saque un encendedor. Pero dejando de lado eso, empezare a preguntarme como este hombre me encontró.— Acabas de ofender a mi mujer, ¿Sabes lo que pasa cuando ofenden a la mujer del alfa de un imperio? — pregunta, Francis parece no querer responder nada al igual que el abogado.— Señor Red… — lo llama el rubio de aquella noche, al parecer es su secretario — Tenemos una reunión importante, llegamos tarde — excusa y solo rezo para que se vaya, después averiguare como es que me encontró.— ¿Eres Henry Red? — pregunta Francis, miro bien al hombre quien sonríe transmitiendo una corriente por mi cuerpo, su sonrisa da miedo.— Si, ¿Quieres pagar 100 millones de dólares por acusar a mi pareja de algo que no hizo? — pregunta y yo quedo helada, ¿En qué momento termine siend
Narra Henry Red.Miércoles, 25, Mayo, 2022.Ser el príncipe de una mafia y también el príncipe de la tecnología son dos cosas muy diferentes, más cuando tu padre está en la cabeza y tienes que seguir sus reglas, claro que eso cambiara cuando yo me case, por suerte yo podre elegir a la mujer con la que me casare pero mediante un baile que se celebrara el 3 de junio, cumplir 26 es entrar en otras responsabilidades, siendo joven todos te juzgan pero hay que permanecer.— Tienes una reunión con el señor Domínguez en la Villa del Bar — dice el rubio que tengo como secretario, chofer, guardaespaldas y segunda mano.— ¿Para qué quiere mi presencia ahora? — pregunto poco interesando.— Distribución de bebidas en sus clubs — asiento — Sera esta noche — miro el reloj que apenas dan las 5. Me levanto y me mira.— Dile que sea ahora a las 6, no tengo ánimos de alargar la reunión — asiente y salimos de la oficina, me siento observado pero es más que obvio que es por mis hombres, no quiero llamar
Narra Henry Red.01:30 a.m.Saco cuatro invitaciones doradas con destalles en rojo para el baile de mi saco para dársela a la mesera rubia que mira los sobres sorprendida, los toma y se retira, agarro mi vaso de ron, Louis no deja de mirarme, después de decirme que no debería insistir en cuanto a la morena pero cuando algo se me mete a la cabeza nadie me lo quita— A ti te entra por un oído y te sale por el otro — dice directamente, lo miro.— Tienes la valentía de decirme eso sabiendo como soy — suspiro terminándome el trago, me levanto y miro hacia el grupo de trabajadores donde está la morena mirando la invitación, noto que llega una bailarina y toma la invitación, la morena no hace nada cuando la bailarina se va con su invitación.Salimos del lugar y subimos al carro.— Cenicienta va a necesitar un hada madrina para el baile — ordeno sin mucho detalle, el rubio arranca alejándonos del establecimiento.Viernes, 3, Junio, 2022.Me levanto de la cama para ir al baño, me baño dejando
Narra Rebeka Prince.Viernes, 03, Junio, 2022.Miro como poco a poco se llena el bar a las 8 de la noche, Lucero junto a Laura y Luna se fueron al tan inesperado baile con temática de época victoriana, por lo menos estaré tranquila por primera vez esta noche sin que me estrese ni Laura ni Lucero que son las que más me estresan. Es viernes y el cuerpo lo sabe, como dicen por ahí, claro es viernes y mi cuerpo sabe que tiene que trabajar.Más hoy que me tienen como encargada, siento la mirada de mis compañeros y amigos de trabajo, no sé pero algo andan planeando, sigo trabajando viendo que hoy será una noche con mucho estrés por la cantidad de personas que entran como si Lucero pusiera una promoción de bebidas, claro que lo hizo, le encanta hacerme la vida imposible al ver que mi padre ya muerto no la mantendría más a ella ni a sus hijas.Me acerco a la barra en donde Theo me mira intentando decirme algo pero no sabe cómo podría reaccionar yo al respecto.— ¿Qué con esa mirada, Theodore?
Narra Rebeka Prince.Miércoles, 8, Junio, 2022.Lucero desde ayer no deja de mirarme, por suerte el bar no tiene cámaras de vigilancia porque si no, ya estuviera en mi tumba, debe de estar enojada de que ninguna de sus dos grandiosas hijas pudiera captar la atención de ese príncipe mafioso. Si supieran en lo que se meten pero claro, la que se terminó metiéndose en la boca del lobo fui yo.Claro que si Laura hubiera hecho su trabajo con el pelirrojo en esa habitación, yo estuviera en paz y no sintiéndome vigilada a cada momento, debo parecer una loca esquivando el compromiso pero ahora que me acuerdo la cajita que me dio Henry y que no logre ver el contenido de seguro era el anillo, menos mal que no lo tome porque si no estuviera amarrada.Siento que cada vez mi vida se está apareciendo al cuento de la Cenicienta. Válgame, Dios, yo no puedo estar viviendo algo así. Termino de limpiar las mesas para abrir la puerta para que comience a llegar los clientes.— ¿Cuál es la manera rápida de
Narra Henry Red.Viernes, 03, Junio, 2022.Salimos del elevador y la escucho tras de mí.— Fuera de broma, no tendremos nada, ¿Verdad? — me mira con preocupación y río negando, me siento en el sofá y tomo la cajita que hice que dejaran y se la lanzo. Frunce el ceño confundida aunque cargue el antifaz que no se ha quitado, mira la caja, al abrirla se escuchan campanadas, como si el reloj indicara la media noche y la cenicienta tenga que irse.La veo sacar su teléfono y ahí veo que es hora de irse, cierra la cajita sin ver el contenido.— Diablo… Tengo que irme — me entrega la cajita y corre al elevador dándole a los 3 botones que tiene este sin darse cuenta de que tengo que ingresar mi huella para que se abra — Príncipe Red, déjame ir…Su frase me deja sorprendido en mi lugar, ya había escuchado a alguien decirme así, su mirada es de súplica y me acerco a poner mi huella y se va, el elevador se cierra y noto que ya son las 12. Empiezo a hacer memoria y recuerdo el sueño de esta tarde.
Narra Henry Red.Espero con paciencia sus palabras aunque la paciencia no sea unas de mis cualidades. Suspira mirando sus manos.— ¿Me mataras si no acepto nada? — pregunta, su pregunta me resulta aburrida, miro hacia las ventanas del bar y trato de no resoplar.— ¿Cómo pretendes que te mate si me debes 25 millones? Claro que no es una cantidad tan grande, si no aceptas, sufrirás hasta morir y pagar los 25 millones de dólares, te estoy dando una opción menos dolorosa y con oportunidad de no sé, estudiar la carrera de tu sueño — me mira a los ojos con esa intensidad que transmite sus ojos.— ¿Cuánto durara el trato? — pregunta y sonrío.— Entre hoy y la muerte — respondo, frunce el ceño — Acabara cuando yo lo decida, hasta que me sienta satisfecho y aburrido de tu presencia, ya sabes, hasta donde yo crea que no me debes dinero — traga saliva.— Bien, deseo estudiar mi carrera de artes culinarias y tener la villa de mi padre, encima de mandar a la cárcel por 6 años de maltrato de parte