Narra Rebeka Prince.
Miércoles, 01, Junio, 2022.
Y aquí estoy, después de escapar de aquel pelirrojo aquella noche sin obviar que le lance mi zapato a la cara, termine encendiendo el carro de Francis, ni me pregunten de donde saque un encendedor. Pero dejando de lado eso, empezare a preguntarme como este hombre me encontró.
— Acabas de ofender a mi mujer, ¿Sabes lo que pasa cuando ofenden a la mujer del alfa de un imperio? — pregunta, Francis parece no querer responder nada al igual que el abogado.
— Señor Red… — lo llama el rubio de aquella noche, al parecer es su secretario — Tenemos una reunión importante, llegamos tarde — excusa y solo rezo para que se vaya, después averiguare como es que me encontró.
— ¿Eres Henry Red? — pregunta Francis, miro bien al hombre quien sonríe transmitiendo una corriente por mi cuerpo, su sonrisa da miedo.
— Si, ¿Quieres pagar 100 millones de dólares por acusar a mi pareja de algo que no hizo? — pregunta y yo quedo helada, ¿En qué momento termine siendo su pareja?
Del miércoles pasada a este miércoles, yo solo he estado trabajando y durmiendo, no he salido de la villa, solo ayer que salí y Francis me encontró y ahí me dijo que viniera hoy sin saber que era para demandarme.
— Creo que no era para tanto el daño — empieza a explicar al abogado, Henry se aleja y luego me mira.
— Vamos, cariño — siento mi piel erizarse con solo esa palabra, miro a los hombres que ni me miran y trago saliva para ir tras del pelirrojo que sé que me hará algo por lanzarle mi zapato, eran mis únicos par de zapatos que me quedaban ya que la plata que obtenía trabajando la ahorraba. Soy tan pobre como Cenicienta, de eso no hay duda, al menos yo tengo el atrevimiento de ahorrar dinero e irme.
Al salir del bufe me abren la puerta de un lujoso carro, miro al pelirrojo que carga unos lentes de sol y luego a la calle, no tiene guardaespaldas, sería la oportunidad perfecta pero es más alto que yo y no pienso perder otro zapato, tuve que pedir dinero prestado para comprar un par de zapatillas que aun mis pies no acostumbran a usar.
Entro al carro y veo al rubio de piloto, el pelirrojo se sienta a mi lado y yo me alejo dejando un asiento vacío de por medio. No dice nada, esta serio, miro al frente pensando en las posibilidades de lanzarme de un carro en movimiento, morir nunca fue una opción pero hoy es una salida de este nuevo apuro.
— Ten — miro lo que me da y veo que es mi otro par de converse, lo tomo al borde de llorar — Toma — me da una caja, no lo miro pero tomo la caja, veo que son una converse originales, la misma que tengo en la mano — Vi que el zapato que me lanzaste a la cara estaba roto — dice.
— Gracias, no tenías que darme unos nuevos — confieso.
— ¿Te crees Cenicienta? — pregunta mirándome, intento no mirarlo — Porque yo que sepa, la Cenicienta del libro deja la zapatilla en una escalera, no se la lanza al príncipe, ¿Sabes, no? — intento no reírme porque al final sí parece gracioso.
— ¿En dónde la dejo, señorita Prince? — pregunta el rubio, reviso mi reloj y ya van a dar las 4 de la tarde.
— En la villa del bar, por favor — le respondo al chofer cuyo nombre no sé. El pelirrojo parece molestarse porque no le respondo o le dirijo la miranda.
— Te salve de una demanda y así es como me pagas, con ignorancia — dice ofendido como si hubiera herido su orgullo, llegamos y antes de bajarme lo miro con seriedad.
— Creí que eras un payaso, aunque intimides, eres muy charlatán y no necesito nada de un hombre, señor — le lanzo la caja de zapatos en el pecho y salgo del carro entrando a la casa. Me paro en medio del pasillo y miro hacia la puerta dándome cuenta que le acabo de lanzar unos zapatos otra vez. — No parece tan peligroso como dijo Theo — ruedo los ojos subiendo las escaleras a mi cuarto.
(…)
01:20 a.m.
El lugar no esta tan lleno como los viernes y sábados, por suerte el pelirrojo no se ha aparecido y Francis me ha dejado en paz después de la amenaza de Henry. Me acerco a la barra y miro al moreno sin dejar de pensar en el momento que me dijo que tuviera cuidado.
— Henry Red… — pronuncio, me mira abriendo sus ojos en par en par.
— ¿Por qué lo mencionas? — pregunta acercándose a mí, aunque la música está un poco baja me logra escuchar — ¿Qué hiciste esta vez? A parte de prenderle llama al carro de tu ex — se cruza de brazos sobre la barra.
— Pues… le lance mi zapato a la cara, digamos que quería recrear la escena en donde la Cenicienta deja su zapatilla de cristal — niego maldiciendo por lo que dije — No sé cómo me encontró pero llegó hasta el bufe en donde fui citada por Francis y pues me trajo hasta acá — chilla sin creerme — Encima me regaló unos converses azueles originales pero se los lance encima y le dije que era un charlatán como un payaso — empieza a tener un ataque de ansiedad ya que no controla su respiración.
— Acabas de cavar tu propia tumba, Prince — le sonrío pero parece no gustarle que sonría así que me pongo seria. — Es peligroso — me encojo de hombros.
— Yo no lo sentí peligroso, es solo una máscara, un Ceo de un gran imperio de tecnología no es gran cosa — explico, Julián se empieza a reír acercándose porque siempre es chismoso pero de esos que escuchan y no cuentan nada.
— Henry es tan conocido como un empresario de muchas empresas pero es peligroso, los barrios bajos y los bares sabemos que es un mafioso con mucho poder, tanto así que si quiere puede hacer caer cualquier gobierno — parpadeo por la información que me da Julián, Theo lo mira.
— ¿Para qué le dijiste? La podrás nerviosa, acaba de cavar su propia tumba sin darse cuenta de que se metió con un mafioso, estúpido — lo regaña el moreno, la rubia se acerca y nos da unas invitaciones doradas con destalles en rojo, frunzo el ceño sin entender de que son.
— Henry Red dará un baile al estilo victoriano este viernes — Serena parece emocionada, miro tras de ella y noto a Henry en una mesa, no me di cuenta que había llegado al sitio.
— ¿El príncipe de la tecnología dará un baile? — pregunta Luna quitándome la entrada — Oh por Dios, esto es increíble — se va sin regresarme la entrada, los chicos me miran y yo simplemente me encojo de hombros.
— Yo ni quería ir — me alejo de los chicos para atender a una mesa de riquillos que le encantan venir aquí para no hacer tener escándalos, el bar como tal es privado, podemos ganar 3 mil dólares por día y aun así Lucero seguirá diciendo que estamos en bancarrota porque ella misma gasta el dinero, no sabe administrar bien, por suerte las botellas son de calidad y siempre hay un dinero aparte para comprar la mercancía.
Miro el reloj y se han hecho las 6 de la mañana, no hay nadie en el bar y nos encontramos limpiando las mesas y recogiendo las sillas para irnos a casa y dormir, bueno, los chicos ya que yo tengo que hacer desayuno.
— Bien, está decidido, no iremos a ese baile sin Prince — escucho decir a Theo, los miro y el moreno pide las invitaciones, Serena parece no querer darla — Hazlo — regaña el moreno.
— Ya — se la da — Esto lo hago por el amor que siento por ti — dramatiza tomando su bolso — Nos vemos en la noche — se va después de ver que vinieron por ella.
— Antes de que te vayas, Theodore — aparece Lucero, entiende la mano — Dame esas entradas — Theo nos mira y suspira dándosela — Falta una — habla.
— Se la regale a un cliente — se encoje y se va, Julián se despide yéndose tras de Theo ya que ambos viven en el mismo edificio. Lucero me mira y se acerca a mí.
— Te encargaras del bar este viernes mientras yo y tus hermanitas vamos a ese baile, ¿Te quedó claro, Cenicienta? — me dice mientras mira las invitaciones.
— Si, señora — digo, se va y suspiro.
— ¡No te olvides del desayuno! — grita desde el pasillo, camino a la cocina en donde me lavo la cara y respiro profundo para hacer el desayuno e irme a dormir.
(…)
Toco mi cama por fin, cierro los ojos y sin darme cuenta caigo rendida.
A veces extraño a mi madre, si ella no hubiera enfermado, mi padre no tuviera que casarse con Lucero, esa mujer traería problemas a esta casa pero claro yo aún tenía 10 años, era inocente hasta que mis dos supuestas hermanas empezaron a arruinarme la vida, tuve que darle mi habitación a Luna por ser la menor y mudarme al ático en donde están casi todas las cosas de mamá.
Pero no puedo culpar a mi padre de caer por los encantos de Lucero, porque yo caí cuando me trataba como otra hija más para ella pero claro, su teátrico no iba a durar para siempre, apenas dieron por muerto a mi padre, se transformó en el peor ser que podría imaginar, y así tuve que aguantarla por 6 años que son los años que lleva de muerto mi padre.
Al menos pude terminar la secundaria si no fuera porque mi padre pago por adelantado antes de morir, no hablemos de la herencia, Lucero nunca quiso que yo supiera algo de la herencia pero claro como habrá herencia si todo lo ha gastado ella, pero por otro lado, me ha dejado quedarme aquí bajo sus propias condiciones a pesar de ser mi casa.
Narra Henry Red.Miércoles, 25, Mayo, 2022.Ser el príncipe de una mafia y también el príncipe de la tecnología son dos cosas muy diferentes, más cuando tu padre está en la cabeza y tienes que seguir sus reglas, claro que eso cambiara cuando yo me case, por suerte yo podre elegir a la mujer con la que me casare pero mediante un baile que se celebrara el 3 de junio, cumplir 26 es entrar en otras responsabilidades, siendo joven todos te juzgan pero hay que permanecer.— Tienes una reunión con el señor Domínguez en la Villa del Bar — dice el rubio que tengo como secretario, chofer, guardaespaldas y segunda mano.— ¿Para qué quiere mi presencia ahora? — pregunto poco interesando.— Distribución de bebidas en sus clubs — asiento — Sera esta noche — miro el reloj que apenas dan las 5. Me levanto y me mira.— Dile que sea ahora a las 6, no tengo ánimos de alargar la reunión — asiente y salimos de la oficina, me siento observado pero es más que obvio que es por mis hombres, no quiero llamar
Narra Henry Red.01:30 a.m.Saco cuatro invitaciones doradas con destalles en rojo para el baile de mi saco para dársela a la mesera rubia que mira los sobres sorprendida, los toma y se retira, agarro mi vaso de ron, Louis no deja de mirarme, después de decirme que no debería insistir en cuanto a la morena pero cuando algo se me mete a la cabeza nadie me lo quita— A ti te entra por un oído y te sale por el otro — dice directamente, lo miro.— Tienes la valentía de decirme eso sabiendo como soy — suspiro terminándome el trago, me levanto y miro hacia el grupo de trabajadores donde está la morena mirando la invitación, noto que llega una bailarina y toma la invitación, la morena no hace nada cuando la bailarina se va con su invitación.Salimos del lugar y subimos al carro.— Cenicienta va a necesitar un hada madrina para el baile — ordeno sin mucho detalle, el rubio arranca alejándonos del establecimiento.Viernes, 3, Junio, 2022.Me levanto de la cama para ir al baño, me baño dejando
Narra Rebeka Prince.Viernes, 03, Junio, 2022.Miro como poco a poco se llena el bar a las 8 de la noche, Lucero junto a Laura y Luna se fueron al tan inesperado baile con temática de época victoriana, por lo menos estaré tranquila por primera vez esta noche sin que me estrese ni Laura ni Lucero que son las que más me estresan. Es viernes y el cuerpo lo sabe, como dicen por ahí, claro es viernes y mi cuerpo sabe que tiene que trabajar.Más hoy que me tienen como encargada, siento la mirada de mis compañeros y amigos de trabajo, no sé pero algo andan planeando, sigo trabajando viendo que hoy será una noche con mucho estrés por la cantidad de personas que entran como si Lucero pusiera una promoción de bebidas, claro que lo hizo, le encanta hacerme la vida imposible al ver que mi padre ya muerto no la mantendría más a ella ni a sus hijas.Me acerco a la barra en donde Theo me mira intentando decirme algo pero no sabe cómo podría reaccionar yo al respecto.— ¿Qué con esa mirada, Theodore?
Narra Rebeka Prince.Miércoles, 8, Junio, 2022.Lucero desde ayer no deja de mirarme, por suerte el bar no tiene cámaras de vigilancia porque si no, ya estuviera en mi tumba, debe de estar enojada de que ninguna de sus dos grandiosas hijas pudiera captar la atención de ese príncipe mafioso. Si supieran en lo que se meten pero claro, la que se terminó metiéndose en la boca del lobo fui yo.Claro que si Laura hubiera hecho su trabajo con el pelirrojo en esa habitación, yo estuviera en paz y no sintiéndome vigilada a cada momento, debo parecer una loca esquivando el compromiso pero ahora que me acuerdo la cajita que me dio Henry y que no logre ver el contenido de seguro era el anillo, menos mal que no lo tome porque si no estuviera amarrada.Siento que cada vez mi vida se está apareciendo al cuento de la Cenicienta. Válgame, Dios, yo no puedo estar viviendo algo así. Termino de limpiar las mesas para abrir la puerta para que comience a llegar los clientes.— ¿Cuál es la manera rápida de
Narra Henry Red.Viernes, 03, Junio, 2022.Salimos del elevador y la escucho tras de mí.— Fuera de broma, no tendremos nada, ¿Verdad? — me mira con preocupación y río negando, me siento en el sofá y tomo la cajita que hice que dejaran y se la lanzo. Frunce el ceño confundida aunque cargue el antifaz que no se ha quitado, mira la caja, al abrirla se escuchan campanadas, como si el reloj indicara la media noche y la cenicienta tenga que irse.La veo sacar su teléfono y ahí veo que es hora de irse, cierra la cajita sin ver el contenido.— Diablo… Tengo que irme — me entrega la cajita y corre al elevador dándole a los 3 botones que tiene este sin darse cuenta de que tengo que ingresar mi huella para que se abra — Príncipe Red, déjame ir…Su frase me deja sorprendido en mi lugar, ya había escuchado a alguien decirme así, su mirada es de súplica y me acerco a poner mi huella y se va, el elevador se cierra y noto que ya son las 12. Empiezo a hacer memoria y recuerdo el sueño de esta tarde.
Narra Henry Red.Espero con paciencia sus palabras aunque la paciencia no sea unas de mis cualidades. Suspira mirando sus manos.— ¿Me mataras si no acepto nada? — pregunta, su pregunta me resulta aburrida, miro hacia las ventanas del bar y trato de no resoplar.— ¿Cómo pretendes que te mate si me debes 25 millones? Claro que no es una cantidad tan grande, si no aceptas, sufrirás hasta morir y pagar los 25 millones de dólares, te estoy dando una opción menos dolorosa y con oportunidad de no sé, estudiar la carrera de tu sueño — me mira a los ojos con esa intensidad que transmite sus ojos.— ¿Cuánto durara el trato? — pregunta y sonrío.— Entre hoy y la muerte — respondo, frunce el ceño — Acabara cuando yo lo decida, hasta que me sienta satisfecho y aburrido de tu presencia, ya sabes, hasta donde yo crea que no me debes dinero — traga saliva.— Bien, deseo estudiar mi carrera de artes culinarias y tener la villa de mi padre, encima de mandar a la cárcel por 6 años de maltrato de parte
Narra Rebeka Prince.Jueves, 9, Junio, 2022.6:10 p.m.No puedo creer en lo que me metí, realmente estaba en la boca del lobo, cave mi propia tumba, me busque la muerte yo sola, todo por lanzarle un zapato a la cara, todo por mi imprudencia y poca tolerancia a cualquier cosa, ahí está sentando frente a mí después de decirme que si no me caso con él le deberé 25 millones de dólares que es una cantidad enorme para mi pequeño y pobre bolsillo.— Trato hecho, esposa — me da la mano y la termino aceptando siento una electricidad por el toque y no sé si él lo sintió pero no me suelta la mano.No dejo de mirar sus grises ojos ni nuestras manos estrechadas por un trato que acabo de cerrar firmando mi sentencia de muerte, tengo que casarme y encima darle un heredero, sigo siendo joven y la vida me trata de la peor manera posible pero al menos voy a poder estudiar.— Rebeka, ¿Qué ha…? — escucho a Serena preguntar, miramos a la puerta en donde veo llegar a los chicos — ¿Pasó algo? — el pelirrojo
Narra Rebeka Prince.Por nada tuve 6 años de preparación contra gente desagradable y Randy Red es una de esa tanta gente desagradable por más que sea el padre de Henry y sea mi futuro suegro. El almuerzo terminó hace unas horas, ni quiero recordar por lo que tuve que pasar para responder cada pregunta que me hacía, no sé porque no lo hizo fácil antes de perder tiempo valioso como me dijo Henry en aquella carretera.El pelirrojo no me dirigió ninguna palabra desde que nos sentamos a comer, esta callado a pesar que es una radio que nadie lo parar porque sigue y sigue hablando. Entramos a su carro y nos retiramos, ningún carro nos sigue, no digo nada, debe de estar molesto por haber respondido, debí haber dicho que lo haya tomado mal.Aunque me vale todo si se molesta, la idea de ser insoportable hasta dejarlo harto para que se le quite la idea que se tenga que casar conmigo pero no quita la parte de que ahora le debo 26 millones, ¿Y si se enteró de que gaste 1 millón? Así de callado me