Narra Rebeka Prince.

Henry no pudo acompañarme y aquí estoy sola en la sala de espera, me empiezo a dar cuenta que su trabajo es más importante que su propio hijo. Salgo de mis pensamientos cuando me llaman, me levanto y entro al consultorio, hacemos rápido el procedimiento, la veo hacer lo que sea necesario, me quedo callada sin decir nada, ya tengo 15 semanas, espero saber ya que tendré para preparar todo.

— Tienes que escapar, no están seguras aquí — dice de pronto, la miro sin entender lo que dice de pronto, se levanta y borra todo el procedimiento — Levántate — hago lo que me dice y me limpio el líquido, me acerco al escritorio y me mira — Es una niña, la mafia dragones rojos están prohibidas las niñas, si de verdad la quieres tener, es mejor que se vaya de la ciudad y nunca regreses…

Me saca del consultorio llamando a otra paciente, salgo de la clínica quedándome en shock, no es un niño y sino una niña, lo que tanto esperaba que no fuera, terminó siendo. Entro al carro y miro la