“Hay veces en las que pienso que no tiene caso seguir buscando la felicidad ya que no sabemos si en algún momento seremos encontrados por los fantasmas o por los esqueletos y cuando eso pase no hay forma de escapar…”

 —¡Aaaahhhh! —me desperté bruscamente— ¿Qué?... ¿qué paso? ¿dónde estoy? —miro a mi  alrededor confundido—¿Por qué estoy cubierto de sangre? —noto con preocupación que mi brazo y mi  rostro están manchados de la misma—. Será mejor que me mueva rápido, ya falta poco para que caiga la noche —me levanto y me voy caminando.

No sabía lo que había pasado, no podía recordar nada, pero si podía sentir mucho dolor de cabeza. Luego de varias horas caminando comencé a pensar que era mi fin , ya que había pasado mucho tiempo sin comer y beber algo, sin mencionar que ya faltaba poco para que fuera de noche y es muy peligroso estar en los bosques de noche así que perdí toda esperanza de que alguien viniera por mí…

—Es inútil seguir caminando, no llegaré a ningún lado antes de que llegue la noche, me duelen las piernas así que mejor me siento un rato —me senté pero en eso escucho que algo pisa unas ramas y hojas secas—¿Quién anda ahí? —me levanto rápido— muéstrate de una vez, vamos sal, ¿acaso temes de que te pueda hacer algo? —me pongo alerta cuando escucho una voz.

—Solo es un niño, no se preocupen tanto por él —silba—, vamos a ayudarlo —en eso salen del escondite diez cazadores.

—¿Cazadores? ¿Qué están haciendo cazadores en esta zona? —pregunto extrañado.

—Eso es lo que nosotros deberíamos preguntarte a ti niño, ¿qué no sabes que es muy peligroso que alguien como tú esté fuera de la ciudad?

—Si lo sé, pero no recuerdo cómo llegué aquí, no recuerdo nada para ser sincero.

—Esa sangre ¿es tuya? ¿estabas con alguien más? —habló una voz femenina.

—No lo recuerdo, tampoco sé si es mi sangre, lo único que sé es que me desperté en medio de la nada.

—Entiendo..., bueno, lo mejor será que nos lo llevemos a la ciudad, no queda mucho para que se ponga el sol y alguien como él no puede estar solo por ahí en la  noche —habló de nuevo la voz femenina.

En eso los cazadores me llevaron a Heorot: "La Ciudad Del Norte" que no se encontraba muy lejos de donde estábamos, estaba calmado ya que los cazadores me habían encontrado. Luego de unos minutos llegamos a Heorot donde me llevaron con su líder.

—Señor, encontramos a este niño caminando por el bosque solo, dice que no recuerda nada —habló uno de ellos llamado Kit.

—Lo encontramos lleno de sangre, no nos dió nada de información pero no podíamos dejarlo ahí solo así que lo trajimos con nosotros—habló la mujer de nombre Sandra.

 —Oye chico, ven un momento para acá, no te vamos a hacer nada por si acaso temes que te pase algo —me  acerqué a ellos como dijo el otro hombre, quien era el líder; Ignacio.

—¿Cuál es tu nombre cariño? sé que puedes estar algo asustado pero si no recuerdas quiénes son tus padres y de dónde vienes por lo menos dinos eso— dijo sonriente la mujer.

— Mi nombre es… —pensé un momento—es Simba Aztlán,  eso es lo único que puedo recordar.

—A juzgar por su tamaño, debe de tener unos 11 años ¿no es así? —preguntó Ignacio.

—Pues sí, ¿en dónde estoy? ¿qué es lo que harán conmigo?

—Estás en la ciudad del norte, estás en Heorot y no te haremos nada malo. Nuestra prioridad es salvar hasta la última vida que podamos—dijo con orgullo Kit.

—Tienes mucha suerte de que no te haya pasado nada, no cualquiera está en esos bosques solo y vive para contarlo—Sandra me dió unas palmadas en la espalda.

 —Lo mejor será avisar a todos en la ciudad de que hay un niño perdido a ver si logran encontrar a sus padres—ordenó el líder.

—A la orden señor, vamos niño, tomaremos tus datos para ver si logramos encontrar a tus padres.

 En eso nos fuimos los tres, pero cuando estábamos caminando por las calles dos niños llegaron corriendo escapando de la policía ya que se habían robado varios alimentos…

—¡Fuera de nuestro camino! —gritaron al mismo tiempo que chocaban con los cazadores—¡demonios!

—Oye niño, parece que estás perdido, debiste de hacer algo muy malo para que los cazadores te esté escoltando a alguna parte—me habló uno de ellos.

 —Si quieres venir con nosotros hacia la libertad de hacer lo que queramos, que de seguro a ellos ni les importa que es lo que pueda pasar contigo—habló otro.

—Eso es verdad, no debería de confiar tanto en alguien que acabo de conocer—dije dándole la razón.

—Mi nombre es Peter y este es mi hermano Drake, estamos dispuestos a ayudar a cualquier niño que esté en la calle, pero si quieres venir con nosotros tienes que decidirte de una vez.

 —Está bien iré con ustedes—dije decidido—, total, no tengo nada que perder —en eso los tres nos vamos corriendo de ahí.

Desde ese momento pasé toda mi  niñez y adolescencia con Peter y Drake, los tres nos dedicábamos a robar, de eso vivimos, puede que se vea mal pero estamos en tiempos en los que si no vez por ti mismo, nadie lo hará.

 Estamos solos para cuidarnos nuestras propias espaldas. Como sea, no soy una persona perfecta y tampoco pienso intentar serlo, solo cuido a los míos.

9 Años Después...