Hadassa.Confesión…Hubo un silencio bastante perturbador en el espacio. Solo me provoco levantarme y correr de aquí, pero los errores se enfrentaban con valentía y se asumían de la misma forma como quería proceder para con Rashad.Ya no era el momento de permanecer en las sombras, era el momento de demostrar que, aunque el amor podía doler, también podía transformar.No podía evitar sentir los nervios correr por todo mi cuerpo, pero levanté mi cabeza y sostuve su mirada que en estos instantes me estaban rompiendo.—Por supuesto conoces a Hadassa… la actual reina de Radin —Labán se levantó de su asiento y colocó la mano en su hombro, pero Rashad no dejaba de mirarme fijamente—. Bueno, la historia de Hadassa es sorprendente…Esta vez el rey se dirigió a los presentes mientras los murmullos no paraban de sonar en mis oídos.—Toda está confusión de la que ya todos sabemos, hizo que la reina de Radin fuese prisionera por un tiempo… en el palacio de mi mejor amigo, Rah… allí es donde vi a
Rashad.Entrega…Podía sentir todo eso de lo que ella hablaba dentro de mi cuerpo, como si cada una de mis partículas quisiera estallar para poder gritar la euforia que me consumía. Su confesión había puesto en juego mi cordura y todos los planes que tenía para con Hadassa, y si todo este tiempo la había mantenido lejos porque necesitaba protegerla, ahora no podía cumplir mi promesa.Caminé rápidamente, y cuando vi que ella jadeaba por la rapidez, fue allí donde recordé que solo tenía menos de un mes de haber dado a luz a mi hijo.Me detuve por un momento y levanté su cuerpo para llegar a esta parte del palacio de Labán más rápido, donde sabía que no sería interrumpido.Hadassa se quejó más de una vez, y cuando estaba en el punto, en medio de dos paredes, solo la dejé caer, mientras todo su cuerpo se restregó en el mío lentamente mientras moría por su cercanía.Mi entrepierna estaba tan dura como una roca, pero cuando bajé a su pecho, y mi como su ropa comenzó a mojarse, algo dentro d
Rashad.Enfermo…—Rashad… esto es estúpido… no hablas en serio, estos son negocios, y ambos somos muy bien lucrados cuando estamos dentro.—Sí, y lo seguiremos haciendo, pero no vas a tocar un ápice de los recursos de Radin, y ni siquiera mirarás a su reina, ni tú ni nadie Labán…—¿Has perdido el juicio…? —lo quedé mirando y tuve que dar un paso hacia él. Estaba seguro de que sus intereses no eran solo económicos, todo el mundo sabía perfectamente la posición de Hadassa, sabían que ella había sido mi esclava y el escándalo que se formó con mis decisiones. Todos parecían lobos hambrientos buscando en ella el por qué se mantuvo con vida en Babel, conociéndome como me conocían, ahora solo había una ansiedad mórbida en rebuscar en ella lo que yo había encontrado.Y nadie la tocaría. Primero debían matarme, junto con todo BabelNo iba a fiarme de nadie, mi error siempre fue haber mostrado mi debilidad por ella desde que la vi, y el que todos supieran que Hadassa tenía ese dominio en mí,
Hadassa. Unión… —¿Cómo ha estado? —pregunté en susurro nada más vi el rostro de Elisama, que parecía estar calmando el llanto de mi bebé.—Impaciente… la leche que has dejado ha servido, pero creo que te quiere a ti…Me apresuré a sentarme para recibir a Aarón en mis brazos y pude ver que su carita estaba mojada por las lágrimas.Sentí como los calambres pincharon mis pechos, y lo único que quería en estos momentos era darle de comer a mi hijo hambriento. A pesar del cansancio extremo de mi cuerpo y la necesidad por tomar un baño caliente.—Trata de ofrecer ambos pechos para que sientas un descanso. Estás congestionada.Asentí hacia ella en medio de la habitación completamente sola, mientras Elisama se apresuró en bajarme las mangas de mi vestido para tener una mayor comodidad.Era de noche, y Elisama se sentó frente a mí muy paciente para esperar saber qué había pasado, y el motivo del por qué había llegado tan rápido.—No estuve en ninguna reunión… —solté el aire, y ella me mostró
Hadassa. Nuevo comienzo…Sentí una la calidez en mi rostro, y me obligué a parpadear de forma lenta solo para ver como unos rayos entraban por el balcón de mi habitación, y bañaban el lugar.Mis ojos bajaron al ver el brazo de Rashad alrededor de mi cintura, y luego llevé mi cabeza hacia al lado de la cama, donde estaba el lecho especial para Aarón.Sonreí con naturalidad al ver que estaba plácidamente dormido, mientras que la respiración de Rashad calentaba mi cuello.No podía negar que me sentía feliz, porque a pesar de que esta calma podía ser momentánea, estaba segura de nunca me sentí como ahora.Rashad se había quedado en el palacio desde que llegó en la madrugada, y después de que hicimos el amor durante unas horas, salí a avisar a Elisama, que no viniera por la mañana.Me senté con cuidado en la cama quitando la sábana de mi cuerpo desnudo, y tomé una bata para arroparme. Fue inevitable detallar la respiración tranquila de Rashad mientras dormía, y solo me provocó detener el
Hadassa.Sorpresa…—Debe darles tiempo… creo que, no es fácil para ellos —levanté mi rostro hacia Elisama, mientras Aarón me movía las manitas dándome una de sus sonrisas.Negué varias veces al ver los rasgos exactos de su padre en él, y recé al mismo tiempo que su temperamento no fuese parecido. Había orado incesantemente desde que nació a mi Dios porque su persona fuera buena, amable, misericordiosa, y esperaba que mi hijo pudiera ser tal como el hombre perfecto que soñé siempre tener en un hijo.Había anochecido, y el silencio allá afuera solo me angustiaba un poco.—Por la mañana… este pergamino y sus copias serán leídos en cada rincón de Radin, Elisama.Ella soltó el aire, y luego asintió.—Estoy segura de que, con el tiempo, la entenderán un poco, majestad… a veces lo desconocido nos desconcierta, pero cuando llegamos a conocer un poco más, quizás, podamos entender el por qué otra persona amó a lo inimaginable…Me detuve mirándola largamente ante su manera de hablar, y luego mi
Hadassa.Babel…Cuando estuve enfrente de aquel gran palacio, todas las imágenes vinieron a mi mente en secuencia, una tras otra.Estuve aquí descalza y llena de raspones en mis piernas, con el corazón roto ante la invasión de mi pueblo, y más cuando vi la cabeza de mi padre expuesta como un trofeo.Recordé cuando perdida entre estas paredes iba conociendo a cada personaje que se volvió parte de mi vida, y como cada día, el rey perverso cobraba forma en mi corazón desecho.Fue inevitable no pensar cuando quise acabar con mi vida y como veía la oportunidad de que él me asesinara en uno de sus arrebatos, como la curiosidad me llevó a levantarme cada día, para saber qué podía depararme la circunstancia, o si al menos podía tomar parte de mi venganza personal.Recordé como si fuese ayer el dolor de mis heridas, o las pocas ganas de seguir, como humillada pedía a Dios por mi deceso y como los temores se volvieron mi mayor fortaleza.Aarón hizo un sonido cuando estuvimos muy cerca junto con
Rashad.7 meses después…Un grito ahogado hizo que me pusiera de pie mientras los ojos de ese sacerdote Elifaz me decían que no estaba pasando nada, pero estaba pasando todo.—Entraré… —dictaminé pasando por su lado mientras él me siguió.—Señor… no es necesario… Elisama y las parteras están con la señora Hadassa… esto es normal…Me giré de golpe totalmente furioso, y luego tomé sus vestiduras de forma arrebatada.—¿Normal? Ese niño la está matando… no lo permitiré…El hombre pasó un trago un poco forzado, y luego escuché otra voz molesta.—Este es el proceso de un nacimiento… es muy doloroso, yo estuve cuando nació el príncipe Aarón y fue mucho más doloroso para ella, porque fue su primera vez.Solté de golpe al jodido sacerdote, pensando que este era el mejor momento para descargar mi ira, y entendiendo al mismo tiempo, que estos hombres me estaban abriendo la posibilidad de quitármelos de encima en el mismo momento.Sobre todo, al maldito consejero que jamás me había parecido neces