Zoe
No fui capaz de escuchar a mi mente y acabé escuchando a mi corazón, terminé por confesarle y ahora todo estaba dicho entre nosotros. Nos enamoramos y es lo único que importaba en mi historia. Secuestrada, castigada y finalmente la bestia acabó por conquistar mi corazón, aún he de decir que al principio pensaba que me había dado el síndrome de Estocolmo, por eso me negaba, pero, luego me aclaré y vi que lo amaba por su mirada, por cómo es cuando está calmado y su forma de hacerme única frente a todos.
Sus duras manos navegaban sin rumbo, nuestras respiraciones se mezclaron y mi cuerpo entero lo sostuvo contra la pared. Me estaba haciendo el amor salvajemente y es que no nos podíamos controlar cuando todo está más que claro lo que ambos queríamos. Deseaba tanto que volviera hacerme gritar de placer, sentir sus
Continúa ZoeQuisiera creer que Edgar no escuchó nada de lo que me dijo Ana, ya que no sabría si sería bueno enterarse de todo esto y que era capaz de hacerle a la pobre mujer.—¿Qué os pasa? — cuestionó al vernos nerviosas.—Nada— me acerco a él, pero Edgar sigue examinando a Ana y después deja caer su vista sobre mí.Nos estabaestudiando.—¿Desayunaste? — pregunté para desviar su mirada y que esta se relajara.—No, pero...— vuelve a mirar a Ana.—¿Te apetece desayunar en el jardín?—Sí, vale.Tiréde su mano y Ana asiente para que nos llevara el desayuno afuera, sujeto su mano y su altura me supera por muchos centímetros.<
ZoeSabía que mi libertad no era completa al igual que todo se trasformó a mi alrededor, pero era mejor que nada, al menos puedo seguir creciendo a mi manera y dejar que el tiempo decida sobre Edgar y yo. Y tal vez nuestra historia sea digna de contar algún día y sobre todo laformaen la que nos conocimos.Hoy en día me d
EdgarSabía que en el mundo dónde estaba metiendo a Zoe no era bueno, era consciente que podía salir lastimada por personasquegobierno, ya que hasta ahora no tenía por donde atacarme o hacerme daño, pero ahora sí, y eso es lo que más me preocupaba.Almorzarenmedio de ese bosque bajo el techo de esa caja de cristal que era lo más bonito del lugar era el plan perfecto. Pero no pensé que mepediríatal cosa. Dejar mi mundo es como dejar lo que soy realmente y ser otra persona que detesto.—Es hermoso el lugar, creo que se volverá mi lugar favorito.—En ese caso, es tuyo.
ZoeAmo y me vuelve loca como él sabe llevarme al paraíso y al infierno a la vez, me excita, me apasiona y sobre todo me fascina su forma de poseerme entera, no necesito de más mientras siento nuestras pieles conectarse entre sí. Es como tener una conexión invisible que te atrapa y no puedes salir de ella.—Estoy exhausta— dije después dehacerme cumplir cada una de escenas que me hizo ver al susurrar a mi oído.Mi cuerpo descansaba flotando y apoyado en el borde de esa gran piscina y él lo tenía a mi lado admirándome con la mirada.—Mañana quiero que vayas a ver a un ginecólogo.Fruncí el ceño.—¿Para? — me hice notar molesta.—Para planificarte algún método anticonceptivo. No deseo llevar
EdgarMe puedo perder, me puedo equivocar, al igual que también me puedo caer, controlarlo todo o casi todo no significa tener el poder absoluto.—¿Sigues sin saber quién soy? — torturo al hombre que arrebató la vida a mi padre, nuevamente el frío y la humedad del sótanose filtra en mi pielylosgritosde este serson sonoros y llenos de dolor.Una de las cosas por la que decidí que Zoe volviera a la universidad es para no escuchar a este tipo gritar de agonía,porque lastorturasque le daba en lasmañanas eran insoportables.—Sigo sin entenderle, pensé que...Lo hago callar metiendo su cabeza en el agua con hielo mientras sus pulmones se ahogan.Insisto en hacerle recordar, quiero que sepa que su sufrimiento tiene un porqu&
ZoeMaldición, maldición y mil veces maldición, no estaba para tener pleitos con Edgar y muchos menos hacerlo enojar y aquí estaba, helada por su mirada tan profunda, me estaba ahogando en un vaso por querer llevarle la contraria.—Joder— grité y decidí no entrar, mis piernas empiezan a caminar alejándome de la casa de Claudia.Desconocía totalmente la intención que tenía Claudia, no sabía si estaba dispuesta a arreglarlo todo entre nosotras o causarme más problemas de los que ya me metí por ella, pero si Edgar no quiere que nos encontremos es por algo y sé que no es nada bueno.—Vamos contesta— le llamo insistentemente, pero él no me coge las llamadas.Solo quiero que sepas que estoy de camino a tu casa— le escribí un mensaje para tranqui
Tenía dos opciones... Seguir el camino que acepté junto a él o separarme en la primera oportunidad que encuentre, pero eso sería dejar de amarlo y creo que es imposible.—Edgar— digo su nombre en medio de la oscuridad de la habitación, lo busqué en la cama y al parecer no estaba.Encendí la luz y solo vi su lugar vacío, ni rastro de él.Cubrí mi cuerpo con su camisa blanca y bajé en silencio hacia el salón.Siendo sigilosa y con el corazón latiendo rápidamente, pude escuchar los gritos de un hombre agonizando entre súplicas y dolor.La piel se me erizó y mi corazón se encogió, me guie por a
ZoeEs horrible vivir con la sensación de haber visto morir a personas que jamás pensé conocer, cargar con ese sentimiento es terroríficamente doloroso.Me dolía todo, mis ojos los sentía arder y mi cuerpo me pedía algo que no llegaba a entender.Nunca olvidaré lo que viví anoche, de cómo Edgar cumplió su venganza frente a mí y si alguna vez pudiera borrar todo lo vivido empezaría por sacarlo de mi corazón.—Ana— dije su nombre nada más verla a mi lado y me eché hacia sus brazos.Mi cuerpo aún temblaba y no podía sacarme de la cabeza todo lo vivido hasta ahora.—Nunca se lo perdonaré— digo entre lágrimas.Ella acaricia mi cabello mientras me sentía segura en su regazo.<