—Digamos que tengo cierta ventaja que el resto —Armand avienta su mordaz comentario.
—¡Nos morimos por saber cuál es la dichosa ventaja! —expresa Damon en tono teatral.
—Pues la conozco desde hace años, sé sus manías, puedo saber que está enfadada con tan solo mirarla aunque finja una sonrisa al resto, sé que odia el invierno y que ama el helado, también que le gustan las películas de fantasía y que odia a Justin Bieber... ¿Quieres que te haga una lista detallada? —Armand abre los ojos como platos.
—Creo que es mejor terminar de cenar —sugiero y todo el ambiente se llena de un silencio ensordecedor.
—¡
hombros tratando de cubrir los nervios que me provocaban una nueva crisis de ansiedad. Mientras iba en el carro tratando de poner atención a las cosas que me decía Sandra, una parte de mi viajaba al pasado...VERANO PASADO—¡Vamos Candice! —Me grita con un poco de exasperación Edwin al tiempo que toca la puerta del baño—. ¡Estoy seguro que serás la envidia de la fiesta!Me miro en el espejo y observo con frustración mi reflejo, recorro con ojos curiosos mi cuerpo, tenía buenas curvas pero no era de las chicas que le gustaba enseñar demasiada piel, eso sin contar que era algo delgada, demasiado sería la palabra correcta. Suelto un enorme suspiro sabiendo que estoy a merced de to
—¡Vamos Damon! —La chica rubia, de piernas delegadas y vestido demasiado corto y entallado se le avienta a los brazos para darle un beso en los labios pero él la rechaza—. ¡¿Acaso no te quieres divertir como en los viejos tiempos?! Recuerdo que te gustaba que te la...—¡Eso era en el pasado Vireyle! —Espeta Damon con brusquedad—. ¡La única razón por la que he venido es para aclararte que no quiero que te vuelvas a acercar a mí!Damon parecía muy molesto, y la chica igual pero enseguida se recompuso y mostrando una sonrisa que a mi parecer era demasiado vulgar, vuelve a hacer el intento por acercarse a él con las intenciones de seducirlo a flor de piel, pero al obtener el mismo resultado ella frunce el ceño y se cruza de br
—No le veo nada de gracia —ruedo los ojos pero al intentar salir me detiene—. ¿Qué quieres?—Tienes razón, guardo muchos secretos, mismos que estoy dispuesto a contarte —me toma de la mano y nos acercamos a la enorme ventana, recorre las cortinas y salimos a un balcón, rodea mi cintura y siento como una corriente eléctrica recorre cada una de mis células al abrazarme por detrás—. Mientras te cuento la verdad quiero que observes la Luna y que no intentes juzgarme o encontrar sentido alguno en donde no lo hay.—¿Estás loco? —intento decir pero me muerde delicadamente la oreja haciendo que callara.—Escucha... —su respiración comienza a estabilizarse siendo un
DAMONLa noche prometía ser un verdadero desastre para mí, sabía que tenía muchos secretos guardados y que Candice se moría por descubrir, pero aún no era tiempo para mostrarle la verdadera persona que era yo antes, este es el nuevo Damon; un chico que sabe que le queda poco tiempo de vida, un chico que está completamente enamorado de ella y que odia la idea de dejarla sola en este mundo. Esa es la realidad. Mi pasado no importa, el presente es lo que hay y debería entenderlo, jamás en la vida había sentido celos de ninguna chica. En el pasado solo procuraba divertirme y vivir el momento de la manera más irresponsable que un joven de mi edad pudiera experimentar. Esa era mi realidad.Ahora mi corazón le pertenecía totalmente a una
Los primeros rayos del sol se filtraban a través de las ventanas alumbrando la habitación del hospital, misma en la que descansaba Damon. Su rostro reflejaba la tranquilidad de un ser humano dichoso, verlo tan sereno me causaba cosquillas en el estómago y sentía la penosa pero urgente necesidad de besarlo. De la noche a la mañana decidí que su pasado no me importaba, lo que fuera o hiciera en él no es de mi incumbencia, hubiera querido que él confiara un poco más en mi pero tampoco pensaba obligarlo a nada. En tan poco tiempo se había convertido en la persona más importante en mi vida, Damon se encargaba de llenar ese vacío que Edwin dejó en lo que quedaba en mi corazón. Me estremecí al pensar que llevaba varios días sin hablar con él y me propuse que en cuanto Damon estuviera bien lo haría.
Mis brazos estaban enrollados alrededor de su cuello, mi cuerpo temblaba y mi voz se negaba a salir. ¿Irme de su lado? ¿Acaso estaba loco? ¡Jamás!—No pienso marcharme —logro articular—. Y en todo caso si lo hiciera sería a tu lado.—Candice...—No."Tock, tock, tock"Alguien comenzaba a llamar a la puerta con impaciencia, Damon sonrió y yo fruncí el ceño. Enseguida y sin permiso alguno Dave entró con una enorme bolsa negra y mirándome fijamente me guiñó un ojo.—Me debes una, hermano —sus ojos carbónic
—Damon, creo que lo mejor es que vaya por un médico y...—Por favor, cuéntanos el final de la historia, no le tememos a la muerte, ella no es mala —la pequeña niña que en un principio me pregunto si yo era la princesa de Damon me jala nuevamente el vestido—. Damon nos dijo que la muerte es en muchos casos la solución para borrar el dolor, pero que era la última opción de una persona.—No dejarás que los pequeños se vayan sin saber el final del cuento Candice... ¿o sí? —Damon escudriña mi rostro con detalle, algo me decía que sentía dolor pero quería fingir frente a mí.—Pero no me sé la historia y no sé en qué par
Todo mi mundo quedó paralizado desde que vi a Damon en ese estado, y ahora estaba esperando impaciente en medio de una sala llena de gente que lo amaba, las manos las tenía frías, y de un momento a otro parecía que no conocía la persona en la que me había convertido. Mi cuerpo estaba entumecido en el dolor y los nervios poco a poco se convertían en mi monstruo interno, hambriento por devorar los pedazos que quedaban de mi interior. Sentía todas las miradas sobre mí pero ya no me importaba nada, el cansancio me quería ganar batalla pero tenía la ligera sospecha que si cerraba los ojos me perdería de todo, así que me obligué a permanecer despierta hasta que tuviéramos noticias de Damon. Cuando lo vi en aquel estado después de leer la carta, pensé que de un momento a otro había muerto cumpliendo su absurda promesa de