Eran las diez de la mañana y todavía no había tenido el valor de bajar a desayunar, después de varios avisos por parte de mi primo, de mi mejor amiga y hasta de mi tía, decidí de mala gana que no tenía apetito, hasta ahora. En mi mente repaso la noche anterior y siento deseos de salir corriendo y abrazar a Edwin. O al menos eso es lo que imaginaba, nunca pensé que Damon fuera esa clase de chico, y mucho menos que mintiera con algo tan importante para mí. Cierro los ojos unos segundos más con la esperanza de quedar dormida pero al final mis suplicas mentales no surten efecto alguno sobre mi cuerpo.
NOCHE
Los latidos de mi corazón se aceleran poco a poco y solo intentaba no pensar en lo ocurrido, mi alma estaba rota.
DÍADecido bajar sin tomar mi celular debido a que no había dejado de sonar y de vibrar todo el tiempo. Cuando por fin lo hago, no hay nadie en casa. O al menos eso es lo que pienso hasta que unos brazos rodean mi cintura estrechándome contra un cuerpo cálido.—Pensé que nunca bajarías y estaba tentado a subir a tu habitación —me susurra Damon.—¡Dios, me has pegado un buen susto, suéltame! —Exclamo alejándome de él- ¿qué haces aquí?—Jenny y Arturo me han dejado entrar temprano, estoy aquí desde que amaneció, fueron de compras y Sandra se ha marchado con Dave —me explica y
El ambiente que se respiraba en laestancia no podía ser más hostil, amenazador o todo lo que terminaba en fatalidad. Armand se había sentado a mi lado y al otro Sandra, lo que llevaba a Damon y a Dave frente a mí, Arturo divertido con aquella situación solo observaba con curiosidad mientras que mi tía Jenny no paraba de contar sus malos chistes desde que nos sentamos en la mesa. El pequeño invitado de mí amiga se había retirado afuera al recibir una llamada. Yo intento comer la ensalada pero al tocar el tenedor con un ligero movimiento termino por tirar un poco sobre mis piernas.—¡Candice, cariño, la ensalada es para comerse, no para tirarla! —exclama mi tía soltando al final si típica risa.—¡Oh, lo siento, fue un accidente y...! —Me disculpo a punto de tomar una servilleta para limpiarme pero justo en ese momento Armand la toma con mayor velo
—Digamos que tengo cierta ventaja que el resto —Armand avienta su mordaz comentario.—¡Nos morimos por saber cuál es la dichosa ventaja! —expresa Damon en tono teatral.—Pues la conozco desde hace años, sé sus manías, puedo saber que está enfadada con tan solo mirarla aunque finja una sonrisa al resto, sé que odia el invierno y que ama el helado, también que le gustan las películas de fantasía y que odia a Justin Bieber... ¿Quieres que te haga una lista detallada? —Armand abre los ojos como platos.—Creo que es mejor terminar de cenar —sugiero y todo el ambiente se llena de un silencio ensordecedor.—¡
hombros tratando de cubrir los nervios que me provocaban una nueva crisis de ansiedad. Mientras iba en el carro tratando de poner atención a las cosas que me decía Sandra, una parte de mi viajaba al pasado...VERANO PASADO—¡Vamos Candice! —Me grita con un poco de exasperación Edwin al tiempo que toca la puerta del baño—. ¡Estoy seguro que serás la envidia de la fiesta!Me miro en el espejo y observo con frustración mi reflejo, recorro con ojos curiosos mi cuerpo, tenía buenas curvas pero no era de las chicas que le gustaba enseñar demasiada piel, eso sin contar que era algo delgada, demasiado sería la palabra correcta. Suelto un enorme suspiro sabiendo que estoy a merced de to
—¡Vamos Damon! —La chica rubia, de piernas delegadas y vestido demasiado corto y entallado se le avienta a los brazos para darle un beso en los labios pero él la rechaza—. ¡¿Acaso no te quieres divertir como en los viejos tiempos?! Recuerdo que te gustaba que te la...—¡Eso era en el pasado Vireyle! —Espeta Damon con brusquedad—. ¡La única razón por la que he venido es para aclararte que no quiero que te vuelvas a acercar a mí!Damon parecía muy molesto, y la chica igual pero enseguida se recompuso y mostrando una sonrisa que a mi parecer era demasiado vulgar, vuelve a hacer el intento por acercarse a él con las intenciones de seducirlo a flor de piel, pero al obtener el mismo resultado ella frunce el ceño y se cruza de br
—No le veo nada de gracia —ruedo los ojos pero al intentar salir me detiene—. ¿Qué quieres?—Tienes razón, guardo muchos secretos, mismos que estoy dispuesto a contarte —me toma de la mano y nos acercamos a la enorme ventana, recorre las cortinas y salimos a un balcón, rodea mi cintura y siento como una corriente eléctrica recorre cada una de mis células al abrazarme por detrás—. Mientras te cuento la verdad quiero que observes la Luna y que no intentes juzgarme o encontrar sentido alguno en donde no lo hay.—¿Estás loco? —intento decir pero me muerde delicadamente la oreja haciendo que callara.—Escucha... —su respiración comienza a estabilizarse siendo un
DAMONLa noche prometía ser un verdadero desastre para mí, sabía que tenía muchos secretos guardados y que Candice se moría por descubrir, pero aún no era tiempo para mostrarle la verdadera persona que era yo antes, este es el nuevo Damon; un chico que sabe que le queda poco tiempo de vida, un chico que está completamente enamorado de ella y que odia la idea de dejarla sola en este mundo. Esa es la realidad. Mi pasado no importa, el presente es lo que hay y debería entenderlo, jamás en la vida había sentido celos de ninguna chica. En el pasado solo procuraba divertirme y vivir el momento de la manera más irresponsable que un joven de mi edad pudiera experimentar. Esa era mi realidad.Ahora mi corazón le pertenecía totalmente a una
Los primeros rayos del sol se filtraban a través de las ventanas alumbrando la habitación del hospital, misma en la que descansaba Damon. Su rostro reflejaba la tranquilidad de un ser humano dichoso, verlo tan sereno me causaba cosquillas en el estómago y sentía la penosa pero urgente necesidad de besarlo. De la noche a la mañana decidí que su pasado no me importaba, lo que fuera o hiciera en él no es de mi incumbencia, hubiera querido que él confiara un poco más en mi pero tampoco pensaba obligarlo a nada. En tan poco tiempo se había convertido en la persona más importante en mi vida, Damon se encargaba de llenar ese vacío que Edwin dejó en lo que quedaba en mi corazón. Me estremecí al pensar que llevaba varios días sin hablar con él y me propuse que en cuanto Damon estuviera bien lo haría.
Último capítulo