Coloco mi mirada y me quedo aún más sorprendida de ver lo que estaba frente a mí, una cueva enorme, pero no solo eso, estábamos a unos cuantos metros de distancia aún y al fondo estaba una bandera blanca hondeando como si bailara.
—¿Qué es eso? —frunzo el ceño.
—La llaman la isla del amor, se dice que antes venían las parejas y echaban una carrera hasta llegar a aquella bandera, el ganador elegía el premio, mismo que consistía en un beso o en... —Damon se pasa una mano entre su pelo alborotado y se sonroja—. Bueno mejor te lo demuestro... ¡una carrera!
Damon sale disparado sin darme tiempo a seguir preguntando.
—¡Eso es trampa! —grito corriendo detrás de él.
Como era de esperars
Ver a mi mejor amiga en un lugar como este y lo que me cuesta trabajo entender aún; con Dave, me causa cierta conmoción. No tuve tiempo de siquiera poder ver más debido a que Damon me había tomado de la mano para comenzar a correr hacia una dirección que no conocía. ¿Qué significaba la iniciación del círculo de sangre? Sonaba a ser nombre de una película de terror. Comenzamos a alejarnos poco a poco hasta que la misma pregunta ronda mi cabeza, Sandra parecía compartir una estrecha amistad con el hermano de Damon, tenía que saber qué hacía en un lugar como este, intenté detenerme, sin embargo, cada vez que observaba con detenimiento el rostro de Damon; cosa que sucedía con más frecuencia de la debida. Atisbaba un poco de miedo en sus facciones envueltas en preocupación, a su favor podría decir que seguía lleno de la misma jovialidad con la que lo conocí la primera vez en la casa de la tía Jenny.
—Dave —mis ojos se clavan en los suyos—. Suéltame y deja que nos vayamos, el hecho de que tú tengas una definición diferente a nosotros de lo que es diversión, no quiere decir que vas a agarrar eso como excusa para molestarnos, te recomiendo que regreses a tus asuntos que no tienen nada que ver con nosotros. Ambos hermanos me miran con una expresión extraña, Dave me suelta, frunce el ceño al tiempo que siento como sus ojos me evalúan. Es como si buscara deliberadamente algo dentro de mí. Se notaba el esfuerzo que hacía por evitarme pero siempre terminaba por dirigirse hacia mí con una actitud coqueta. —¡Vaya, tienes más agallas que mi hermanito! —Me observa con un nítido enojo—. Me agradas. —Ni se te ocurra, ella es mía —Damon me pone detrás de él al tiempo que aprieta los puños.
DOS VERANOS ATRÁS... ¡Uno, dos, tres! Caigo de espaldas y siento mi cuerpo adolorido, pequeñas gotas de sudor comienzan a aparecer en mi frente, el cansancio me vence pero no me doy por vencida, me levanto sin su ayuda y comenzamos nuevamente. —¡Vamos, Candice! —me grita Edwin y noto un brillo de compasión y gracia en sus ojos—. ¡Si sigues con esa actitud nunca aprenderás a defenderte! —Lo dices porque tú ya sabes todo, además haces trampa, soy mujer y deberías ser un poco más delicado con tu trato —replico. —¡Esa no es excusa Candice! —Se apresura a acercarse más a mí con una expresión cautelosa en el rostro—. ¿Qué harás si un día no puedo defenderte?
—¡Hola hermosa! —Exclama saludándome con un exceso de amabilidad, confianza y regalándome un abrazo fuerte—. ¿Ha pasado algo malo? —No. —¿Segura? —entrecierra los ojos. —No seas paranoico —le doy un beso ligero y rápido en los labios para después darle entrada. —¡Oh, Damon! —gritan en unísono aquellas chicas. Cierro la puerta y me percató de la tensión que ejercen ambos hermanos al verse, incluso las chicas cierran la boca y deciden apartar la mirada de la escena para concentrarse en la pizza. —¡Hola hermanito! —saluda Dave muy sonriente. —¿Qué haces aquí? —Damon aprieta los
—¿Lista para la aventura más desagradable de tu vida? —me pregunta limitándose a esbozar esa perezosa sonrisa tan suya. —¡Claro, tengo un pase VIP! Damon me dispara una mirada muy coqueta y enseguida tomando mi mano nos ponemos en marcha. En el trayecto al hospital su madre no paró de hablar de una nueva serie en Netflix llamada Besos Sabor Cereza, la cual al parecer la tenía vuelta loca. Pero yo en personal no le prestaba atención, mi cabeza se transportaba en toda la información que acumulé por la noche acerca de las quimioterapias. Lo poco o mucho que recordaba y que repasaba mentalmente era que se utilizaban diferentes tipos de tratamientos para tratar los tumores cerebrales. Para que los doctores determinen que tipo de tratamiento se aplicará depende del tamaño y tipo del tumor
No podía creer lo que estaban viendo mis ojos, realmente por un momento pensé que quizá se trataba de Edwin, pero estaba errada. Quien estaba frente a mí se trataba nada más y nada menos que el hermano mayor de Edwin. Sabía que no se llevaban bien en el pasado, pero no era lo que parecía, ya que en el fondo pasaba lo mismo que con Damon y Dave, se querían pero eran demasiado orgullosos como para demostrarlo. Sentía como un cúmulo de sentimientos desafortunados me habían obligado a refugiarme en los tormentosos recuerdos del pasado, hasta que nuevamente Armand menciona mi nombre por segunda vez obligándome a pisar fuerte en el presente. —¡Candice, no puedo creer que seas tú! —exclama con un brillo de felicidad en los ojos. —Lo siento, por un momento te he confundido con... —comienzo a decir pero mi voz se apaga sintiendo como el recuer
VERANO ACTUAL... Armand no dejaba de parlotear al tiempo que yo no dejaba de pensar y recordar cosas del pasado. Había terminado por aceptar su pequeña invitación pese a la promesa que le hice a Edwin. Y una vez más el dolor me domina pero intento escapar de él hundiéndome una vez más en la realidad. —No te he preguntado qué es lo que haces aquí —me dice con un brillo de diversión en los ojos. —Alguien a quien aprecio está enfermo y lo he acompañado a su quimioterapia, de hecho he venido de vacaciones con mi tía Jenny —respondo al tiempo que noto como su mirada cambia con fugacidad. —Lo siento, ¿alguna amiga? —ancla sus ojos en los míos y enseguida aparto la mirada sintiendo un ligero sonrojo en mis mejillas.
Ver a Armand tan furioso me hizo pensar en el lastre que arrastraban las personas por culpa de su pasado. ¿Acaso creía tener ventaja conmigo al morir su hermano? ¿Cuánta carga llevaba encima por culpa de la perdida de Edwin? Estaba muy equivocado si pensaba que entre él y yo habría una mínima oportunidad. Damon se pone de pie y enseguida se limpia los restos de sangre de la boca con la manga de su sudadera. —Lo siento, me dejé llevar —confiesa Armand de repente al tiempo que echaba a andar hacia su escritorio. Si algo odiaba de él era que solía ser un poco dramático con su vida. Su autocompasión me enfurecía. Yo también lo había perdido, había perdido para siempre a Edwin, pero no iba por el mundo diciendo que mi vida ha sido terrible y vacía desde su partida. Me guardaba las penas para mí y me limitaba a vivir sin ataduras, o al meno