Héctor llevaba tiempo sin dormir pero finalmente lo había hecho, lo malo es que el cerrar los ojos y descansar era algo casi imposible para su sucia conciencia.«Monstruo»Otra vez era esa voz que lo atormentaba aún estando despierto, esa voz rota y cansada, esa que varias veces le suplicó que se alejara de todo, esa voz que tanto le dolía.— Mary¿ Por qué te enojas conmigo? Él iba a matarte — gritó ya estando en la sala.— He criado a un monstruo...— repetía la mujer haciéndose bolita mientras veía el charco de sangre que había formado en su cuarto, justo bajo su esposo.— No soy un monstruo... No soy un monstruo, Mary...— se limpió la sangre que tenía en las manos — Solo hice lo que debía...—¿ Ésto debías hacer?— gritó la mujer parándose frente a Héctor.— Tenía que elegir entre matarme a mí por ser débil y no poder ver cómo ese maldito te golpeaba, o matarlo — miró a su hermana quien había asomado desde la puerta de su cuarto.— Me has dejado viuda y has dejado a tu hermana huérfa
Regina abrió los ojos al sentir que algo se movía de manera exaltada a su lado. Se dió la vuelta encontrándose con una forma en la que nunca había visto al mayor. Estaba muy sudado, pálido y expresaba ciertas emociones, a parte de lo incómodo que se veía.- ¿Estará teniendo una pesadilla?- se preguntó acercándose aún más -¿ Debería despertarlo?...Prendió la luz de su lado de la cama viendo con más claridad al mayor. Su rostro mojado y pálido, se veía vulnerable e inocente.No sabía que hacer por lo que se quedó mirando sus rasgos. Su cabello se veía más oscuro, tal vez porque parecía estar mojado. Acercó su mano con duda al cabello del mayor apartando los mechones que se habían pegado a su cara. Su piel estaba fría y su respiración cambiaba de lenta a agitada en poco tiempo.-¿ Qué estarás soñando?...- susurró y lo miró de nuevo - Será que...Se detuvo al sentir como agarraban su mano con fuerza, miró su muñeca dándose cuenta de que el mayor había despertado. Al mirarlo tenía los ojo
Septiembre, ese mes que para algunos es lindo y para otros pesado. Ese aire fresco que golpea las hojas de los árboles, el Sol, el lindo cielo. ¿ Cómo podría ser tan malo su llegada? Tal vez no era su llegada sino lo que ésta traía consigo.(Francia 2018) Flashback Como algo esperado desde hacía mucho tiempo, llegó ese día tan anhelado. Otra vez se realizaría una elección, una que sería más difícil de lo que todos esperaban.En aquel edificio de las afueras de la capital se reunieron. Aquella mañana tranquila no era más que pura apariencia, al cruzar las puertas de vidrio transparente la tensión de aquella sala del piso XXX era más que palpable.En una silla negra decorada con algunos diamantes, algo extravagante, estaba sentado quien iba a presidir la reunión, como lo había estado haciendo en los últimos años. A su alrededor en lugares menos llamativos estaban el resto de los miembros, incluidos Héctor, Víctor, Fernando, Christopher, Will y el pelirrojo. Los dos últimos contemplando
(Italia, 2006 )— Todo será fácil y sencillo...— dijo un adolescente pelirrojo con un tono suave — Tendremos que ser serios y demostrar que aún siendo unos adolescentes podemos manejar la situación...Se notaba su nerviosismo a distancia, sus dedos hacían el típico juego de rozarse y separarse, unas gotas de sudor se formaban en su frente y su respiración estaba mus agitada, tan vez era mala idea que el pelirrojo representara a su padre tan pequeño; sin embargo, tenía a su lado a Héctor, aquel chico serio de ojos gris oscuro, rostro serio y con una seguridad completa.Ambos chicos vestidos de trajes negros y con maletines en mano entraron por la enorme puerta que los separaba del grupo que los esperaba. El pelirrojo caminaba con pasos algo dudosos, mientras Héctor mantenía la calma y sus pasos eran con determinación.Se acercaron saludando al grupo y ocuparon sus respectivos lugares.— Bienvenidos niños...— dijo el viejo de entre todos.Dariel bajo la mirada por el comentario, pero Hé
Aclaración: este capítulo es algo complicado. __________________________________Paso a paso, cada paso más pesado que el otro, cada fila más dolorosa y cuando llega a la meta todo se rompe, todo vuelve, todo el dolor, la angustia, todo lo que intenta reprimir fluye, todos los miedos vuelven... Y tú, tú y ella, ambos también vuelven.Paso a paso, ambos caminando por el mismo pasillo, ambos con distintos destinos, pero destinos unidos. Dos tumbas, dos visitas y de nuevo esas miradas, esos ojos llenos de lágrimas.« Si tan solo pudiera llamarte y pedirte ayuda» Diría ella.« Si tan solo no estuvieras muerta» Diría él.« Si pudiera abrazarte» lloraría ella.« Si pudiera verte» lloraría él.Ronal caminaba por ese lúgubre lugar con una rosa en la mano, una bien roja, como le gustaban a ella. Había entrado por la entrada trasera y solo iba para decirle a su amiga como le iba todo.Regina había llegado de nuevo a ese lugar, había pasado tiempo y a diferencia de la última vez, esta vez tenía
Regina llegó al auto y no vió a Aron, suspiró volviendo a echar un vistazo a ese lugar, ese dónde estaban enterradas ella y su mamá.—¿ Nos podemos ir?— preguntó Aron apareciendo de la nada.La pequeña asintió, se volteó y entró al auto.Aron parecía alterado, por alguna razón sabía que estaba en problemas, debía decirle a Héctor que Ronal también se encontraba en el lugar, pero también sabía que eso le salpicaría a él también.El camino de vuelta fue cayado, la pequeña cerró los ojos y se hundió en sus recuerdos.«— Trae la tarta...» dijo su papá mientras sujetaba un regalo.«— Aquí está» respondió Regina entrando al cuarto de su madre.Lo habían decorado como si fuera un club o algo parecido. Globos, manualidades de las gemelas, flores, etc.A pesar de todo seguían disfrutando ese día como si no supiesen que tal vez podría ser el último que podrían celebrar.«— Es de Chocolate...» dijo dejándolo sobre la bandeja de comida.«— Se ve muy rico...» la mujer sonrió a pesar de su poca fue
Después de lo sucedido con Dariel la seguridad en la mansión se duplicó, todos los rincones de la casa estaban asegurados, incluso el camino de entrada a la finca. Héctor se preparaba para partir a Italia y no quería dejar a su hermana desprotegida.— Cedric si es necesario encadena su cuerpo a algún lugar, pero que no salga de aquí...— Tranquilo, estaremos atentos a cualquier cosa... — miró de reojo a la pequeña que estaba bajando las escaleras con algo de torpeza, tal vez por los nervios — ¿ Estarán bien?...— Solo es una gala...— respondió indiferente — Y si trata de hacer algo o comete un error no dudaré en meterle un tiro, me estoy cansando...Regina quedó a unos pasos de ellos viendo al piso con algo de duda.— ¿ Qué esperas?...— se volvió para entrar al auto.— Nada ...— susurró.El auto salió de ahí bajo la mirada de todos los trabajadores, incluidos Brayan e Ivi, la última, viéndolo con ira, ella quería asistir a esa gala, tomar a Héctor de la mano y presumir de formar parte
¿Volvería a ser igual? Se preguntaba mientras iban en ese auto negro hacia el edificio en el que se realizaría esa gala. ¿ Volveré a verte y nos miraremos como si nunca nos vimos? ¿ Cómo desconocidos? ¿ Así volverá a ser?... Suspiró agotada de tanto pensar y recordar.« Mi hija murió»« No la conozco»Ni con el tiempo esas palabras habían dejado de doler ¿ Cómo lo harían si ellas marcaban la mentira de su vida? ¿ Cómo?...— Espero que esta vez seas más cautelosa, no porque te hayas acomodado voy a perdonar tus insolencias...— la voz fría del peli gris rompió ese silencio tan profundo. Se miraron de manera indiferente, ella suspiró llevándose un mechón de pelo tras su oreja, se acomodó en su lugar y respondió.— No se preocupe...— volvió a sus pensamientos.Se veía tan triste, intentaba ocultarlo pero era difícil, le dolía, era algo inevitable y le dolió aún más cuando el auto se detuvo frente a su destino. Suspiró un par de veces antes de bajar y ante las miradas de cierto personal de