La relación Ama/sumiso se estaba desarrollando más rápido de lo que él siquiera imaginó. Henry no podía negarse a sí mismo lo fácil que iba deslizándose al dominio de Gemini. Lo supo cinco semanas después, que, tras pedirle permiso para ir a beber a un bar con su mejor amigo, esta le autorizó la salida, con la condición de que, si se enredaba con una mujer esa noche, debía llamarla durante el sexo.
Tragó saliva ante ese mensaje, los juegos iban escalando y desde que habían comenzado el primero de enero, poco a poco La Ama iba probando sus límites. Seis sesiones ocurrieron desde entonces, la que más placer le había causado fue la asfixia por parte de Gemini, cuando lo hizo tenderse en el piso, desnudo, atado de manos y tobillos, y ella se colocó sobre su rostro, abierta de piernas, para restregar su sexo vestido con una delicada prenda de sat&eac
El lunes en la mañana Hank entró a la oficina justo en el momento en que Gem guardaba un sobre de color morado dentro de una de las fundas plásticas. Frunció el ceño ante eso, había olvidado el extraño comportamiento de su jefa al respecto de los mismos, lo que le hizo preguntarse en realidad a qué se debían los dichosos sobres.―Buenos días, Gem ―saludó al dejarle las galletas de siempre en la esquina del escritorio.―Buen día, Henry ¿qué tal tu fin de semana? ―preguntó ella con naturalidad.―Estuvo excelente, gracias por preguntar ―indicó él sentándose en su escritorio.Ella empezó a comer las galletas, Hank decidió repasar la agenda de la semana para verificar lo que correspondía hacer ese lunes de cara al día de San Valentín. Un correo llegó en ese instante, provenía de la gerenc
Abandonar la oficina no fue complicado, al fin que salir con la jefa era sinónimo de no hacer preguntas. Hank no tenía muy claro cuál era el plan, no sabía si iban directo a su departamento o pararían en algún lugar. Gemini fue la que decidió sin preguntarle, en cierto sentido era liberador estar con una mujer que decía abiertamente lo que quería, sabía que ella no iba a ponerse con indecisiones o jueguitos de ‘deberías saber lo que siento’.De Time Square pasaron a la Quinta Avenida, tomaron un brunch en un restaurante de la Torre Trump y luego bajaron hasta Parque Central, disfrutando de los rayos del sol que iban disipando, poco a poco, el fuerte invierno padecido. Ya no quedaban rastros de la nieve, los indicios de la primavera que se acercaba podían percibirse en la verde grama del parque.Caminaron por un rato en silencio, de ese tipo que es diáfano y agradable,
Henry supo desde un principio que la solicitud de un contrato de esa índole no era solo pedirlo. Tras una larga conversación en su casa, ambos vestidos y sentados en el comedor, repasaron las implicaciones del mismo. Él insistió en que lo quería, ella le dijo que le daba unos días para pensarlo porque era probable que su decisión solo fuese un impulso del momento debido a las hormonas y endorfinas liberadas en su cuerpo.Una semana después él continuaba con su determinación, cada vez que iba a presentar sus respetos a Gemini le dejaba saber que seguía dispuesto, las dos veces que salió a beber con algunos amigos se mantuvo sin ningún tipo de contacto sexual, lo que informó de manera pertinente. El viernes, antes de que él abandonara la oficina, ella le indicó que debía hacerse pruebas médicas.Le envió tres opciones a las cuales asistir p
A la par que la relación Ama/sumiso de Gemini y Hank avanzaba y se consolidaba, el trabajo continuaba en Nok-Tok. De un modo que él no lograba comprender ni podía explicar con palabras, se movían de forma equilibrada entre ambos ambientes sin chocar ni contradecirse.Las pruebas de Ove se realizaron en el lapso de semana y media, Merry, Helen y él mismo fueron seleccionados para ser las “víctimas”. A lo largo de esos días la joven chica de piel oscura fue “secuestrada”, Helen tuvo un “accidente de auto” y él quedó “atrapado” en un derrumbe. El proceso estuvo bastante divertido e instructivo, además de que pudieron comprender a cabalidad el funcionamiento de la aplicación preinstalada del celular.Las sesiones fotográficas estaban pautadas y en proceso, Casa Messina se había llevado un excelente equipo de trabajo, Gem Rivers le dio u
Cuando Gem Rivers llegó a su oficina en Nok-Tok ya sabía que algo le había sucedido a Eric Price. El chat de la empresa estaba saturado con mensajes sobre lo escandaloso que era todo el chisme, a pesar de que no sabían muy bien de qué iba porque el sistema de seguridad cibernética de la empresa había controlado la propagación.Ese lunes, contrario a su costumbre, se presentó casi una hora después de su horario habitual; el resto del sábado lo pasó con Leonid y su sumisa Loto ―una compañera de trabajo de él llamada Laura Wattkins― que era hacker también y se encargaba del área de violaciones de sistemas informáticos de famosos.Mientras Laura estaba ubicada en el comedor frente a su computadora buscando comandos y recabando alguna posible pista del video, pasándolo por programas y filtros de video; Libra se acercó hasta ella, que se encont
Cuando Henry abandonó el departamento de Gem Rivers se maldijo a sí mismo. Había ido con la intención de que le diera explicaciones, que le infundiera seguridad y terminó emboscado.Si quería continuar siendo sumiso de Gemini, debía hacer el internamiento.De regreso en su casa, e incluso durante el trayecto a esta, buscó en internet información al respecto de lo que conllevaba esa práctica particular; y en ese momento, en que se sentía tan inseguro y aterrado, saber las implicaciones lo volvieron un manojo de nervios.La primera semana de marzo fue pasando, y el miércoles se sorprendió con la noticia de que Gem Rivers estaba de cumpleaños. Se sintió un poco tonto por no darse por enterado, en especial cuando diversos obsequios estuvieron llegando durante todo el día: ramos de flores, cajas exquisitamente forradas con frondosos lazos de tonos violetas
Hank recordaría esa noche como si fuese un mal sueño brumoso. Después de que su hija Summer le llamó desde el móvil de su hermana y le dijo que un hombre la había tocado, algo dentro de él se rompió, liberando una fuerza arrasadora, dispuesta a acabar con el mundo entero.Fue Gemini la que contuvo esa fuerza de la naturaleza, siendo un dique inamovible, un eje estructural en el universo, actuando con cordura y cabeza fría.Ella le arrebató el teléfono cuando él se puso a vociferar, haciéndole preguntas sobre dónde estaba. Cuándo Henry estuvo a punto de abalanzarse sobre Gem para despojarle del móvil, esta lo miró de forma autoritaria, y colocando una mano sobre su pecho, lo detuvo.―Hola, linda ―dijo al celular con voz extremadamente dulce y cautivadora―. Tu papi va en camino, a buscarte. ¿Ese hombre está allí? ―Esperó
Los siguientes días pasaron como un borrón.Procuraba ir a la oficina un par de horas al día, en especial para no volverse loco de frustración ante la situación; se sentía demasiado culpable por lo acontecido a su hija menor y a ratos la furia hervía dentro de Hank como agua sulfurosa. A Summer le costaba mantenerse alejada de él, así que por petición de su propia madre, la señora Webber, y la maestra de la pequeña ―que le contó que se retraía en un rincón de la clase y no dejaba que nadie se le acercara―, decidió llevar a ambas niñas al psicólogo.La rutina se implantó bastante rápido en esos escasos días. Las dejaba en la escuela temprano en la mañana, muchas veces acompañados del abuelo, que fue presentado a la maestra y al director para darle autorización de retirar a las niñas en caso de que