Alessandro Me levanté temprano a hacer un poco de ejercicio. En ocasiones suelo tomar aire fresco y troto un poco. Tengo que tener cuidado en mi ciudad, pero este es un lugar completamente diferente así que puedo hacerlo sin necesidad de tener guardaespaldas que me cuiden el trasero. Al llegar al hotel me fijo en Abbygail y todavía sigue dormida, no quiero despertarla. Se supone que regresaríamos hasta mañana en horas de la noche; pero, me dieron respuestas del equipo medico de China que se va a encargar del traslado de Emily. — Abby, mi amor — Trato de despertarla dejando besos por todo su cuerpo — Uhm — Se queja, acomodándose para seguir durmiendo — Despierta, cariño — La muevo con delicadeza, pero no emite sonido. Sigue acomodada No quiere despertar, por ello busco otra manera diferente de hacerlo. Me cuelo dentro de sus sábanas y bajo hasta sus piernas. Anoche tuvimos despiertos hasta tarde, dejándonos llevar del deseo que emanaba nuestro cuerpo, un deseo que siempre está la
Abby Suelo tener distintas cargas en mi espalda, cargas que no sé como manejar en ocasiones. Siempre he mencionado que la vida es una montaña Rusa, en donde se experimentan distintas emociones, felicidad, nerviosismo y miedo, mucho miedo. Este último lo experimentamos de varias formas según nuestras vivencias; A lo largo de mi existencia me ha costado darme cuenta que puedo ser débil y fuerte al mismo tiempo. En medio de la vulnerabilidad de mi ser puedo estar de pie, sin tropezar y sin caer. El miedo puedo ser jodidamente estresante y llevarnos a un hueco sin poder salir, pero en medio de ese hueco siempre me he podido demostrar a mí misma que bien puedo escalar; Con las manos ensangrentadas y las lágrimas corriendo por mis mejillas se pilotear la complejidad de la existencia sintiendo y abrazando las distintas emociones que experimento en este camino, un camino que no estaba marcado en el mapa de mi vida; pero aún así, en el emergen oportunidades de aprendizaje y crecimiento person
Alessandro Es inexplicable lo que he sentido en estos días. El hecho de sentirme traicionado de alguna manera puede carcomerme la mente. La traición suele tener muchos significados y en este caso no sé cuál está ligado a la situación que Abbygail y yo estamos viviendo. Somos seres humanos por naturaleza generamos vínculos afectuosos de confianza. Ese vínculo está en una fina línea que puede ser fuerte, pero tiene cierta vulnerabilidad que al ser descibierta puede ser cortada y desligada de manera abrupta y sin piedad. Quizá exagero un poco, pero cuando sentimos un peso o dolor en nuestros corazones recordamos todo lo que un día nos hizo mal. Las heridas sanan, pero con una mínima cortada puede abrirse de nuevo y sangrar. La confianza es uno de los vínculos humanos más importantes y sagrados. Por ello, me duele un poco que no haya una barrera sólida entre mi novia y yo. Deberíamos estar jodidamente felices, le pedí que fuera mi novia y joder... Fue... fue una sensación muy linda,
ABBYGAIL Me siento amenazada, o por lo menos eso es lo que percibo. Tengo sentimientos que desencadenan sensaciones de intensidad, miedo, inseguridad y sobre todo llevan consigo la desconfianza. No desconfío de él, pero esa mujer me parece tan despreciable. No nos digamos mentiras, si yo no hubiera aparecido en la vida de Alessandro quizá ellos estuvieran juntos. He tenido ese pensamiento en estas noches ¿Todavía la ama? No lo sé, pero ahora lo veo como una posibilidad. Yo me metí con él siendo consciente que acabaa de culminar una relación larga. Sé que no se tomó el tiempo de "luto" o el tiempo de sanar lo que sea que haya pasado entre ellos.No debería, ya lo sé; pero, me siento tan insuficiente e insignificante al lado de ella. Es una inseguridad que tendré que aprender a manejar. Anoche me quedé muy preocupada, ninguno de los escoltas de Aless respondió a mis llamadas. Estaba muy borracho y cuando está en ese estado ni siquiera recuerda qué hizo y qué no hizo. No quise mol
ALESSANDRO. El tiempo corre demasiado lento, los minutos pasan como horas y yo solo quiero llegar rápido a ese lugar. No viajo solo, conmigo viaja un equipo grande de seguridad privada que contraté. Va a ser complicado buscarla en un país un poco desconocido para nosotros; por ello, con ayuda de uno de mis hermanos contacté a un grupo de búsqueda de ese País. El camino se me hace eterno, llevo horas montado en un avión preguntándome dónde puede estar. Abbygail suele ser terca en ocasiones y sé que no es su culpa, pero no debío haber salido sola teniendo en cuenta que nunca en su vida había estado en ese sitio. El avión aterriza y soy el primero en bajar, no tengo tiempo que perder. No me tomé ni siqueira el tiempo de hacer una maleta, todo lo que hice fue correr a que prepararán el avión y salir sin importar nada. Entro al hotel que está al lado del la clínica privada en donde están atendiendo a mi hija. La habitación de Abbygail está perfectamente arreglada, como siempre suele
Abbygail Los párpados de mis ojos pesan, no puedo abrirlos por mas que lo intento. Siento que el aire me falta y la temperatura es invivible, la presión en mi pecho aumenta al darme cuenta que no puedo mover mi cuerpo. Es como una especie de parálisis de sueño que se apodera de mí, intento abrir mi boca para pronunciar palabras pero no lo logro, una especie de fuerza externa me toma con dureza y lo único que logro ver son mountruos inclinándose hacía mí. El miedo hace que decida rendirme y busco la manera de irme, cayendo en un sueño profundo sin tener noción del tiempo. Sin necesidad de luchar con la fuerza externa que me impide despertar, mi cuerpo empieza a reaccionar con lentitud y me acostumbro a la poca luz que hay en la habitación. Intento levantarme de la cama en la que me encuentro, pero las cadenas amarradas a mis pies me impiden moverme con libertad. Justo en ese momento me percato de lo que está sucediendo y me alarmo empezando a gritar — Auxilio — Grito con desespera
Alessandro Con el pasar de las horas mi cuerpo se encuentra agotado, sobre todo de manera mental. Los pensamientos no dejan de abrumarme. Emily acaba de tener un paro respiratorio y yo no sé como manejar tanta sobrecarga. En este mismo instante soy un insignificante hombre con miedo a perder todo lo bueno que ha conseguido hasta el momento. En mis planes siempre estuvo tener una familia, construir eso que llamamos hogar propio, pero no estaba contemplado para este momento. Ahora puedo decir que estaba construyendo eso, una familia, con una hija maravillosa de por medio que la vida me dio. Siento como si ella hubiera salido de mí y me abruman los pensamientos que más temparno que nunca tendré que despedirme. Mi mente es invadida por una fuerte tormenta de pensamientos y recuerdos referentes a ella. Su sonrisa expontanea, la necesidad de llegar a casa y pasar tiempo con mi pequeña sin importar cuan cansado me encuentre. — Familiares de Emily Franchinni — Habla un señor de edad avan
Alessandro Llegó el día. Los pies me duelen de tanto caminar de un lado a otro, no puedo estar quieto. La cabeza me duele y los nervios están de punta. Si bien, hoy es el día del intercambio. Sin embargo, logramos dar con el lugar exacto en donde se encuentran, según él rastreo exhaustivo que hizo mi gente. Por ello, se ha ejecutado un plan de rescate muy cuidadoso que se llevará a cabo cuatro horas antes del famoso encuentro. Decido salir a tomar un poco de aire, comer algo me sentaría muy bien. Mi estomago no tiene comida desde hace dos días, solo he podido medio probar alguna cosa cero proteica. Me desplazo en una se las camionetas al norte de la ciudad en busca de comida de mi país. Es la única forma de encontrar algo que me apetezca, ya que siento el cuerpo un poco débil y necesito estar bien. Necesito tener toda la energía y fuerzas posibles por si el plan no sale como lo planeado. Al llegar al lugar me ofrecen una entrada y pido una copa de champaña, necesito un poco de al