Capítulo 7 Hunter. He estado caminando de un lado a otro en el salón, con las manos sudorosas, sin entender qué me ocurre, ya que esta no es mi forma habitual de ser. Siempre me he considerado un hombre seguro de mí mismo, pero de repente, esa confianza parece haberse desvanecido, como si se hubiera ido por el desagüe. ¿Y si ella se ha arrepentido? No la culparía; la dejé sola durante dos años, creyendo que era una persona común, y al final resultó ser todo lo contrario. El karma me ha dado una dura lección. Escuché murmullos y al mirar hacia el pasillo, vi que eran las chicas del personal doméstico. Al fijar su mirada en mí, sonrieron, inclinaron la cabeza en señal de respeto y continuaron su camino, murmurando entre ellas y lanzándome miradas curiosas. Solté un suspiro, sintiendo mi estómago pesado, como si miles de piedras lo aplastaran. El aroma del aire cambió repentinamente; aspiré profundamente, llenándome de su fragancia, y volví a mirar hacia el pasillo. Ahí estaba el
Con cuidado, Hunter me llevó de la mano hacia la mesa, donde tomó un gran ramo de flores, en realidad rosas blancas, y me las entregó. Le sonreí sinceramente mientras él retiraba una silla, me senté y él la empujó un poco, dejándome a escasos centímetros de la mesa. —Nunca pensé que el gran Rey Hunter pudiera ser tan romántico —dije, dejando el ramo sobre mi regazo y apoyando mis codos sobre la mesa, descansando mi barbilla en la palma de mi mano derecha. —Bueno, en realidad no lo soy, pero quería que este momento fuera especial. Tienes una mala impresión de mí y quiero cambiar eso; no soy tan malo como parezco —respondió, adoptando una postura similar, apoyando su barbilla en la palma de su mano izquierda. —¿Entonces en realidad no eres promiscuo? —Claro que no, solo disfruto del buen sexo sin ataduras —se encogió de hombros, restándole importancia. —Eso implica que eres promiscuo y careces de la capacidad para establecer una relación sana —me burlé. —Nieves, estuve solo durante
Hunter. Me quedé observando la espalda desnuda de Nieves mientras se desvanecía por el pasillo hacia su habitación. La noche había sido maravillosa; Nieves tenía un gran sentido del humor, era alegre y siempre se preocupaba por los demás. Lo sabía por las historias que compartía sobre su familia y amigos. Era una persona amable, y lo confirmé cuando, antes de regresar a casa, tuvimos que parar a poner gasolina. Al bajarme del coche, escuché un golpe en la parte trasera y me acerqué para ver qué sucedía. Encontré a un adolescente tirado en el suelo, con la frente y la nariz sangrando, y su patineta a un lado. Gruñí para mis adentros al ver la abolladura en mi auto. Fue entonces cuando sentí la presencia de Nieves, quien se lanzó al suelo sin dudarlo, sin preocuparse por ensuciar su vestido con tierra y sangre. Se puso a limpiar las heridas del joven lobo y entabló una conversación amistosa con él. Noté cómo se sonrojaba cada vez que ella le sonreía o le daba cariño. "Te envidio, chic
Hunter Después de atender mis necesidades, salí al pasillo, listo para comenzar el día. No había tenido un buen descanso; la noche anterior, al hablar con Nieves sobre lo sucedido con Leah, ella mostró comprensión y nos quedamos conversando un buen rato en su habitación. En un momento, Nieves se acomodó en su cama mientras continuábamos la charla, y al quedarse dormida, me levanté del pequeño sillón donde estaba sentado, la arropé, le besé la cabeza y salí a mi habitación. Sin embargo, no logré dormir bien, principalmente porque ella no estaba a mi lado. ¿por qué siempre sentía este nudo en el estómago cuando estaba cerca de ella? Nieves era solo una florista, ¿cierto? Alguien que no encajaba en mi mundo, alguien que no debía estar en mis pensamientos. Pero ahí estaba, justo frente a mí, haciendo que todo lo que intentaba negar se hiciera más real con cada mirada. No, no podía permitirme sentir más por ella. Eso sería un error. Al pasar junto a la habitación de Nieves, noté que la p
Nieves.El sol estaba en su punto más alto cuando llegamos al parque. Hunter y yo caminábamos juntos, pero algo en el aire no dejaba de pesarnos. Los dos estábamos intentando seguir adelante, intentando dejar atrás lo que había pasado, pero yo sabía que mi mente no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido antes. En lo que me había hecho sentir. En lo que todavía me hacía sentir.El picnic había sido mi idea, pero ahora que estábamos aquí, con una manta extendida sobre el césped y las cestas de comida entre nosotros, me sentía más distante de lo que había imaginado. No era que no quisiera estar allí, no era que no quisiera darle una oportunidad. Era que mi corazón aún temía romperse. Cada vez que lo miraba, podía sentir la antigua herida, la misma que había guardado durante tanto tiempo. Y aunque trataba de ignorarla, no podía evitar preguntarme: ¿Realmente se está dando la oportunidad de conocerme? ¿O simplemente está jugando conmigo como lo hizo antes?Hunter se sentó a mi
Nieves.El sol de la mañana iluminaba el comedor, haciendo que el aire de la casa se sintiera más ligero, menos tenso. Hoy era uno de esos días en los que todo parecía estar en su lugar, aunque había una sensación palpable de que algo grande estaba por ocurrir. Estábamos todos reunidos en la cocina: Amber, Jack, Hunter y yo. Los planes para la boda de Amber y Jack estaban en marcha, y aunque la atmósfera era alegre y festiva, había algo entre Hunter y yo que ninguno de los dos podía ignorar. Algo que estaba empezando a despertar, pero que también nos aterraba.Amber, como siempre, estaba llena de energía, su risa resonando por toda la casa mientras Jack, que a menudo solía ser más callado, se unía a las bromas. Había una complicidad entre ellos que me hacía sonreír. Era raro ver a Jack tan relajado, tan en su elemento. Sin embargo, al mirarlos, no pude evitar pensar en lo que había perdido en los últimos años. Aunque había dado todo de mí para mantenerme alejada de Hunter, en el fondo
Capítulo 13Hunter.La mañana había transcurrido con una mezcla de momentos agradables y silencios incómodos. Después del paseo por la ciudad, donde había notado una ligera distancia en la actitud de Nieves, todo parecía haber cambiado. Durante el trayecto de vuelta, sus gestos ya no eran los mismos. Antes, se reía, hablaba con naturalidad, pero ahora, algo se había roto. Se notaba en su mirada, en su cuerpo tenso, como si estuviera guardando algo que no se atrevía a decir.Me di cuenta de inmediato de que algo había sucedido. En el camino de regreso a la mansión, mientras caminábamos juntos pero separados por unos metros, no podía evitar observarla. ¿Qué había cambiado en ella? Había algo diferente, como si un muro invisible se hubiese levantado entre nosotros. Podía ver que ella luchaba por mantener una fachada, pero en sus ojos había una incertidumbre que no estaba allí antes.Llegamos a la mansión y la tarde transcurrió entre trabajo y más silencio. Yo me encerré en mi oficina, re
Capítulo 14: Hunter.Si alguien me hubiera dicho semanas atrás que mi relación con Nieves se volvería lo que es ahora, habría soltado una risa incrédula. Pero aquí estamos. Cada día, cada conversación, cada roce "accidental" ha sido un paso hacia algo más profundo, algo que no estoy seguro de cómo manejar, pero que no quiero soltar.Ya no hay silencios incómodos entre nosotros. Nieves y yo hemos encontrado un ritmo, un lenguaje propio en el que las bromas se mezclan con miradas cargadas de significado. Todavía discutimos a veces, pero incluso esas peleas terminan con una sonrisa o un comentario sarcástico que nos hace olvidar el motivo de la discusión.Pienso en la vez que intentamos cocinar juntos en la cocina de la mansión. Nieves insistió en hacer una receta tradicional de su familia, y yo, con mi orgullo intacto, decidí ayudar. Fue un desastre. La harina terminó en su cabello, el fuego se salió de control por un segundo, y el resultado fue un plato que ni los lobos de la manada h