REVIVIENDO EL PASADO
REVIVIENDO EL PASADO
Por: DannyaRent
Capitulo 1

Estoy tan emocionada, por fin voy a tener mi propio grupo de estudiantes, tantos años de esfuerzo han valido la pena, lo único malo es que me tengo que ir a un pequeño pueblo a dos horas de Minnesota llamado Blue Hill, siempre he vivido en la ciudad pero no me importa dar este gran paso si por fin cumpliré mi sueño.

Llego a la casa emocionada y empiezo a gritarle a mi abuela.

—¿Nani dónde estás?

—Aquí en la cocina.

Mi abuela es la persona que me ha criado, mis padres murieron cuando yo era una niña así que ella ha hecho todo por mi.

—¿A qué no sabes que?

—Ay Eli, soy guapa pero no adivina.

Me acerco y le doy un enorme abrazo y la lleno de besos.

—Eli! 

—¿Qué Nani? es que eres irresistible.

—Bueno cuéntame las nuevas noticias.

—Bueno por fin voy a tener mi propia clase en una escuela.

—Vaya hija hasta que por fin, tantos años estudiando ya era tiempo.

—Sólo que hay un problema.

—¿Cuál es?

—Tenemos que mudarnos a un pueblo llamado Blue Hill.

—No hija de ninguna manera me voy a ir de mi casa.

—Pero Nani.

—Aquí estoy muy bien y ya estoy vieja para nuevos comienzos.

—Pero como te voy a dejar sola.

—No estoy sola, aquí están mis amigas, además está..

La interrumpo.

—Está tú amigo German que últimamente salen mucho juntos.

Ella sonríe muy coqueta.

—Así es, también está German así que yo no me voy.

Me pongo un poco triste y ella se acerca a mi.

—Eli, ve a cumplir tu sueño, yo estaré bien, mi vida esta aquí, además no estarás tan lejos nos llamaremos todos los días.

—Nani es que..

—Nada hija te prometo que iré a visitarte pero no quiero mudarme.

—Esta bien, voy a buscar en internet a ver si puedo encontrar algo para alquilar.

Mi abuela me sonríe y me da un beso en la frente, es tan fuerte para tener casi 70 años, siempre anda muy guapa, su cabello blanco siempre lo tiene en un hermoso moño, tiene unos preciosos ojos verdes, su mirada me recuerda a mi padre, con la familia de mi madre tengo muy poca comunicación, se enojaron porque quede a cargo de la mamá de mi padre, pero ellos no hicieron mucho por pelear mi custodia, en fin fue lo mejor que me pudo pasar.

Yo soy parecida a mi madre, mi cabello es castaño, mis ojos son oscuros, según mi abuela fue lo que enamoró a mi padre, los ojos oscuros de mi madre, lo malo que a mi no me han funcionado, sigo soltera, mi piel es almendrada, mi cuerpo no es muy agraciado pero no me quejo tengo poquito por aquí y poquito por allá incluso donde no debería de tener.

Empiezo a buscar en internet información de casas para alquilar en Blue Hill pero no encuentro nada, el año escolar empieza en Agosto y me queda un mes para prepararme, tal vez me de una vuelta el fin de semana para conocer un poco y ver si puedo encontrar algo.

—Eli ven a cenar hija deja ese aparato que te vas a quedar ciega.

—Nani se llama laptop y no me voy a quedar ciega ya estaba ciega desde antes.

—¿Encontraste algo?

—No, tal vez el fin de semana me daré una vuelta para familiarizarme con el pueblo y así buscar algún lugar para vivir.

—Me parece una excelente idea.

—¿Quieres acompañarme? 

—No hija tengo un compromiso.

—Ah si ¿y con quién?

—Con German, me invito a un baile de la tercera edad.

—Vaya ¿y porqué German no me ha pedido permiso?

—Porque ya estoy bastante grandecita para que nadie me de permiso.

—Pues no estoy de acuerdo, quiero saber las intenciones de German.

—Pues ojalá sean muy malas intenciones hija que ya me hace falta una buena sacudida.

—Abuela!!

—¿Qué? A ti también se te nota que te hace falta hija.

—No, yo paso de cualquier sacudida.

—No digas tonterías hija, yo a tú edad me divertía mucho y tú te la pasas estudiando y metida en la escuela trabajando, así nunca vas a salir hija.

—¿Y quien te dijo que yo quiero salir?  Asi soy feliz, además me han tocado puros patanes.

—Hay hija es que a ti te ponen 10 tipos y preguntas cual es el peor y con él que levanta la mano te quedas.

Suelto una enorme carcajada.

—Ay Nani como eres.

—Pues es cierto Eli, deberías de dejarme escoger a mi tú próximo galán.

—Ay Nani, me voy a dormir contigo no se puede.

—Ojalá en ese pueblo encuentres un buen partido.

—No voy a buscar pareja, voy a trabajar.

—Pues trabajarías más feliz si tuvieras quien te acomodara las ideas.

Pongo los ojos en blanco y le doy un beso.

—Descansa Nani, hasta mañana.

—Hasta mañana hija.

Me pongo la pijama y me acomodo en la cama, me pongo a revisar algunos anuncios en Blue Hill pero no hay nada interesante, tal vez tenga que buscar alguna persona que me alquile una habitación si no encuentro nada más.

Me quedo dormida muy tarde y por la mañana me despierto antes de que suene mi alarma, estoy ansiosa por el nuevo paso en mi carrera, estos días sólo vamos a la escuela para algunos seminarios, los niños ya están de vacaciones.

Llego a la escuela y me habla mi coordinadora.

—Eliza necesito hablar contigo.

—Claro Constanza ¿qué sucede?

—Mande una aviso a la directiva de la nueva escuela a la que vas a ir y me contestaron de inmediato para decirme que te esperan con los brazos abiertos.

—Estoy muy emocionada.

—Eres una excelente maestra, así que no tengo ninguna duda de que te va a ir muy bien.

—Gracias Constanza, pienso ir el fin se semana a conocer un poco y buscar donde vivir.

—Me parece muy bien, te dare el teléfono del director por si se te ofrece algo.

—Perfecto, gracias de nuevo.

Termino con mi trabajo y recojo todas mis pertenencias a partir de hoy oficialmente estamos de vacaciones, tengo exactamente un mes para instalarme en Blue Hill.

Al llegar a la casa mi abuela no esta, la verdad que tiene una vida social más activa que la mía, me pongo a preparar la cena y al terminar recojo la cocina, preparo una pequeña maleta y me doy una ducha para irme a dormir, mañana a primera hora me voy a Blue Hill.

Despierto muy temprano como de costumbre y me preparo emocionada para el viaje.

—Nani buenos días.

—Buenos días hija ¿siempre si vas a ir al pueblo? 

—Si quiero instalarme allá cuanto antes para familiarizarme con todos.

—Es una buena idea hija, en los pueblos pequeños la gente suele conocerse muy bien, así que ya veras que te aceptan con cariño.

—Ojalá Nani estoy nerviosa.

—¿Hija y si compras una casa en lugar de alquilarla?

—No lo sé, tal vez pensaré en esa opción.

—Recuerda que tienes el dinero que te dejaron tus padres, además no me gustaría que tirarás dinero a la basura pagando una renta.

—Si es verdad, bueno me voy Nani, por favor pórtate bien, no quiero ir a sacarte de la cárcel por hacer cosas indebidas.  

Ella sonríe.

—¿Hija estarás todo el fin de semana fuera?

—Si Nani tal vez me quede unos días más ¿porqué? 

—Ay hija es que la cama de German esta muy incómoda y prefiero que nos quedemos aquí.

—Abuela!! No debería estar escuchando esas cosas de ti.

—Ay Eli no seas aburrida hija, hay que vivir la vida que no sabemos cuando se nos acabe.

—Esta bien, te avisaré cuando vuelva para evitar encontrarme a German en ropa interior.

Ella me sonríe coqueta.

—O desnudo hija nunca se sabe.

—Me voy, no quiero imaginarme eso último que me acabas de decir.

Ella se queda sonriendo.

—Te quiero hija, disfruta tú viaje.

—Yo también te quiero Nani y toma las cosas con calma.

Me voy sonriendo como mi abuela no hay dos, alegra tanto mis días que no me puedo imaginar cuanto la voy a extrañar ahora que viva lejos de ella, aunque por lo que veo parece que ella no me va a extrañar mucho porque tendrá la casa para ella solita.

Empiezo a conducir con la ayuda del GPS de mi teléfono y cuando menos lo espero veo el cartelón que dice:

Bienvenidos a Blue Hill.

Entro por la pequeña calle y me sorprendo porque es un pueblo más grande de lo que me imaginaba, llego al hotel y tomo una habitación.

—¿Cuántos días se va a hospedar aquí señorita?

—Aún no lo sé, tal vez solo dos.

—¿Cuál es su nombre?

—Eliza Owens soy la nueva maestra.

Al señor que me está atendiendo se le ilumina la cara.

—Bienvenida Srita. Owens, le voy a dar nuestra mejor habitación.

—Muchas gracias, sabe que vine para buscar donde vivir ahora que empiecen la clases ¿usted sabe de alguna casa? 

El se queda pensando por un rato.

—La verdad ahorita no recuerdo ninguna pero cuando mi esposa regrese de la iglesia le voy a preguntar.

—Esta bien, muchas gracias.

—Su habitación está en el segundo piso, es la numero 27 ¿quiere que le ayude con las maletas? 

—No, no es necesario muchas gracias.

Subo a la habitación que aunque es pequeña esta muy limpia y cómoda, dejo mi maleta y al bajar me encuentro con una señora con cabello negro un poco gordita y de inmediato me observa de pies a cabeza.

—Usted debe ser la nueva maestra verdad.

—Si soy yo.

—Bienvenida a Blue Hill, soy Tomasa la dueña del hotel.

—Mucho gusto señora Tomasa.

—Solo dígame Tomasa, ya que pienso que seremos muy buenas amigas.

—Si seguramente, gracias Tomasa.

—Me dijo mi esposo que esta buscando donde vivir.

—Si, así es.

—Bueno no hay mucho de donde escoger pero le voy a dar varias direcciones para que vaya, son unas casas pequeñas que están en alquiler.

—Gracias que amable.

Ella me da un papelito con varias direcciones y yo me subo a mi coche y empiezo a buscar las casas que me dijo.

La primera es muy pequeña y aunque es económica no me gusta la manera en que el dueño que vive al lado me observa, la segunda esta bastante bien aunque el precio es algo elevado.

Estoy por darme por vencida cuando paso por una granja que me llama la atención, tiene pasto al rededor y la casa es blanca, entro para acercarme a la casa y aunque se ve un poco vieja se ve grande y no se que tiene pero llama mucho mi atención, estoy muy entretenida observándola cuando se acerca un hombre.

—¿Puedo ayudarla en algo?

—¿Es usted el dueño?

—No señorita, yo sólo me hago cargo de la limpieza de la casa.

—¿No sabe si la rentan?

El me observa confundido.

—No sabría decirle, el joven Wallace no me ha dicho nada de que este interesado en rentarla.

—Me daría su número de teléfono.

—Disculpe señorita pero esta es la granja Wallace.

—Si ¿y eso que tiene?

—Usted no es de aquí ¿verdad?

—No, soy la mueva maestra y estoy buscando donde vivir.

—Bueno es que está casa tiene mucho tiempo sola, mi esposa y yo la mantenemos limpia pero es porque nadie quiere acercarse aquí.

—¿De verdad y porqué no?

—Bueno dicen que está embrujada.

—Yo no creo en esas cosas, además está muy grande y me encanta el jardín que tiene.

—Bueno yo le daré el numero del Sr. Wallace y usted llámelo, la verdad yo tampoco creo que este embrujada pienso que es una casa muy bonita y grande.

Me entrega un papelito con el teléfono del Sr. Wallace, me subo a mi coche y de inmediato lo llamo, timbra varias veces hasta que por fin me contesta.

—¿Diga?

Tiene una voz profunda lo que me desconcierta un poco.

—¿Hay alguien ahí?

—Hola si, disculpe ¿es usted el Sr. Wallace?

—Si soy yo ¿quién habla?

—Mi nombre es Eliza Owens y soy la nueva maestra de Blue Hill.

El se queda callado esperando que yo continúe.

—Sabe que estoy buscando donde vivir y encontré por casualidad su granja, me gustaría saber si no esta interesado en alquilarla.

—¿Está hablando enserio?

—Si ¿porqué no lo estaría?

—Bueno la verdad nunca he pensado en alquilarla, de hecho nunca me imaginé que alguien la quisiera alquilar, pero sin usted la quiere adelante.

—¿De verdad?

—Claro, esa granja solo me quita dinero, así que si usted se compromete a pagar las utilidades y a las personas que la mantienen limpia puede quedarse ahí el tiempo que necesite.

—¿Así nada más? No quiere que le firme algún contrato o algo.

—No, no es necesario, ni siquiera creo que duré mucho viviendo ahí.

—Vaya pues gracias, de todas formas este es mi número de teléfono y como le dije seré la nueva maestra por si cambia de opinión.

—Esta bien, sólo una cosa.

—¿Cuál?

—Todas las pertenecías de mis abuelos están en el sótano y me gustaría que ahí se quedaran.

—Por supuesto, gracias Sr. Wallace.

—En este momento llamaré a la persona que la cuida para que le entreguen las llaves.

—Gracias.

Cuelga y yo me quedo sorprendida, ya tengo donde vivir y no me saldrá nada caro, estoy en el coche cuando me tocan la ventanilla.

—Señorita el Sr. Wallace me dijo que le diera las llaves.

—Gracias ¿cuál es su nombre?

—Soy Jacinto y mi esposa se llama Dina, de hecho voy a llamarla para que venga a ayudarla a limpiar.

Me entrega las llaves y se va, yo entro a la casa y me sorprendo porque está más limpia de lo que me imagine, la cocina no es muy grande pero tiene todo lo necesario, la sala tiene un sofá un poco viejo pero me servirá por lo pronto, subo las escaleras y hay 3 habitaciones,  una tiene su propio baño, es la más grande, tiene una cama matrimonial y unos muebles aunque un poco antiguos muy bonitos, reviso las otras habitaciones y también están amuebladas, en realidad sólo tendría que traer algunas cosas no necesita mucho, en eso escucho la puerta de la entrada abrirse y bajo.

—Hola Srita. Owens soy Dina la esposa de Jacinto yo me encargo de limpiar la casa.

—Mucho gusto Dina, la verdad que está muy limpia te felicito.

—¿Le gustaría que la ayude a instalarse?

—La verdad no pensé que iba a encontrar donde vivir tan pronto, y no me traje nada, pero en la semana regresaré con algunas de mis cosas para instalarme.

—¿Va seguir necesitando de nuestros servicios?

Me lo pregunta un poco desanimada, me imagino que está casa les da un poco de estabilidad económica.

—Si claro como lo seguían haciendo, sólo que ahora seré yo la que les pague.

Ella me sonríe.

—Gracias señorita.

—Soy Eliza.

—Gracias Eliza.

Cerramos la casa y de regreso entro a un pequeño restaurante.

—Bienvenida maestra.

Me dice la persona que me esta atendiendo.

Yo le sonrío confundida.

—Es un pueblo pequeño las noticias vuelan rápido.

Vaya más que rápido.

—Gracias, le encargo una hamburguesa con papas y un refresco por favor.

—Claro enseguida se la traigo, mi nombre es Sassy y soy la dueña del restaurante por si algo se le ofrece.

—Gracias Sassy yo soy Eliza Owens.

Se aleja sonriente y yo suspiro, vaya todo lo que haga aquí se sabrá en tiempo récord, a los pocos minutos regresa con mi pedido.

—Provecho.

—Gracias.

Termino de comer y pago la cuenta, llego al hotel y me doy una ducha para acostarme a dormir.

Por la mañana recojo mi maleta y bajo a pagar la cuenta.

—Buenos días Eliza.

—Buenos días Tomasa, voy a liquidar mi cuenta.

—¿Cómo? ¿tan rápido te vas?

—No, es sólo que ya rente una casa y quiero quedarme allá para hacerle algunas modificaciones.

—Que bien, rentaste alguna de las que te recomendé.

—No, me quedaré en la granja Wallace.

Ella abre los ojos asombrada.

—Ay no, no te lo recomiendo, esa casa tiene una maldición, incluso dicen que se aparece el Sr. Wallace, que su alma anda penando sin descanso por lo que hizo.

—Bueno yo no creo en fantasmas así que eso no me preocupa.

—Hace años que nadie vive ahí, incluso el nieto de Wallace nunca viene por aquí sabe que no es bien recibido.

—¿Y eso porqué?

—Su abuelo asesino a una mujer y por eso la Sra. Wallace lo abandono y se llevo a su único hijo, al poco tiempo de que ella se fue, lo encontraron muerto dicen que se suicido y jamás volvieron por aquí, quien va a querer tener relación con el nieto de un asesino.

—Bueno yo no creo que él tenga la culpa de lo que su abuelo hizo, si es que lo hizo.

—En ese tiempo él era el alcalde de aquí de Blue Hill y la chica que desapareció era su secretaria, nunca encontraron el cuerpo, la gente dice que está enterrada en algún lugar de la granja.

Aunque no quiera me pongo un poco nerviosa al escuchar la historia.

—Bueno muchas gracias Tomasa por la información, yo me voy.

—Cualquier cosa que necesites no dudes en buscarme, aquí todos me conocen.

Me lo imagino con lo comunicativa que es sería imposible que no la conocieran.

Llego al supermercado para comprar algunas cosas para la casa, al llegar me esta esperando Dina que muy emocionada se acerca para ayudarme a bajar las cosas.

—Hola Eliza ya te preparé tú habitación.

—Gracias Dina no te hubieras molestado.

Empezamos a bajar las cosas y ella me ayuda a guardar todo.

—¿Dina no tienes hijos?

—No, nunca pude quedar embarazada.

—Lo siento no debí preguntar.

—No te preocupes Eliza no pasa nada, mi esposo y yo estamos solos pero de alguna manera somos felices.

—Me alegra escuchar eso.

—¿Y tú Eliza eres soltera?

—Si.

—Tal vez aquí encuentres un buen hombre, precisamente el director de la escuela es viudo, tiene una hija de 13 años.

—Vaya así que es viudo.

—Si es muy buen partido, la mayoría de las solteras de aquí le tienen echado el ojo.

Yo sonrío, jamás me imaginé que en unos días me enteraría de la vida de las personas que viven aquí.

—¿Hay algunas tienda donde pueda comprar algunas sábanas y cortinas? 

—Si hay una muy cerca.

—¿Me acompañas?

—Claro.

Llegamos a un almacén y para mi sorpresa encuentro todo lo que necesitaba y algunas cosas extras, compro una sala sencilla pero mejor que la que esta ahora en la casa, me compro un colchón nuevo y varias cosas más para decorar la casa, gasto algo de dinero pero vale la pena, la casa quedará muy cómoda para mi, después de todo será mi nuevo hogar.

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