—Me siento como un adolescente, muy entusiasmado con este viaje.
Yo le sonrío.
—¿Puedo preguntarte tú edad?
—Claro, tengo 35 años y hace 5 años soy el director de la escuela.
—Que bien, es una gran responsabilidad.
—Si sobre todo porque fue el año en que perdí a mi mujer.
—Lo siento no quería recordarte cosas tristes.
—La verdad es que me costo mucho superarlo, creo que mi hija Frida es la que me ha ayudado con eso.
—Me lo puedo imaginar.
—Fueron unos meses muy difíciles mi esposa murió de cancer, fue muy repentino, cuando la llevamos al doctor ya no había nada que hacer, Julie era la mejor amiga de mi mujer por eso mi hija Frida la quiere tanto.
—Qué difícil situación lo siento mucho de verdad.
—Eliza yo sé que Julie está interesada en mi pero yo..
—Sientes que estarías traicionando a tú mujer.
—Algo así.
—Pues no se que decirte la verdad yo soy muy mala para dar consejos de amor.
—No lo creo ¿porqué dices eso?
—Bueno nunca me he enamorado así que es difícil aconsejar sobre algo que no has vivido.
—Vaya que interesante.
Pone su mano sobre la mía.
—Esperemos que no tardes mucho tiempo en enamorarte por primera vez.
Yo veo su mano y me siento incómoda, creo que no fue una buena idea aceptar que viniera, la dejo por un momento para ver si siento algo de lo que hablaba Dina, pero no, sólo empiezo a sentir calor y mi mano empieza a sudar, la retiro con disimulo y tomo mi bolsa para fingir que estoy buscando algo.
—¿Te gustaría quedarte a vivir en Blue Hill?
—La verdad no lo sé, si me gusta mucho además no está muy lejos de la ciudad y así puedo visitar seguido a mi abuela.
—¿Cuéntame un poco de ella?
—Bueno mi abuela es una mujer muy alegre, maravillosa y parece una jovencita, tiene más energía que yo.
—Vaya estoy muy ansioso por conocerla.
Seguimos platicando el resto del camino, la verdad que Aitor es un hombre divertido y me cae muy bien, pero no quiero ilusionarlo con algo que no creo que suceda, a menos que todo lo que dicen que se siente cuando te enamoras yo lo sienta en efecto retardado.
Llegamos a la casa de mi abuela y ella nos está esperando en la puerta.
—Eli nunca pensé que te iba a extrañar tanto.
Le doy un abrazo emocionada.
—Ay Nani yo también te extrañé mucho.
—¿Y este chico quién es?
Aitor se acerca.
—Abuela el es Aitor el director de la escuela donde voy a trabajar.
—Un placer Nani.
—Mucho gusto Aitor, mi nombre es Lissa, Eli me dice Nani de cariño.
—Ah lo siento Lissa.
—No te preocupes, pasen que tengo preparada una deliciosa comida.
Entramos y huele delicioso, mi abuela es la mejor cocinera del mundo, nos sentamos a comer y ella empieza a interrogar a Aitor, el sólo sonríe y le contesta con paciencia todo lo que mi abuela le pregunta.
—Lissa me permite entrar al baño.
—Claro pasa, está al fondo a la derecha.
Aitor se pone de pie y en cuanto se aleja mi abuela se acerca.
—Este chico es agradable pero no creo que te de la sacudida que tú necesitas.
—Nani!!
—Es cierto hija, me cae bien pero no es lo que yo quiero para ti.
—Nani en primer lugar sólo es mi jefe no es para mi ni mucho menos, y en segundo lugar hay una maestra que está muy interesada en él yo no me metería en medio de una relación.
—Pues dirás lo que quieras pero se ve muy interesado en ti, esa pobre mujer no tiene ninguna oportunidad.
Yo pongo los ojos en blanco.
—Le voy a ofrecer un café y si lo pide con azúcar no te servirá para acomodarte las ideas.
—Nani eres imposible.
En eso regresa Aitor y se sienta.
—Aitor te ofrezco un café mientras Eli prepara sus cosas.
—Claro Lissa muchas gracias.
—¿Lo quieres con azúcar?
—Si por favor y con leche.
Mi abuela voltea a verme y me hace una seña apuntando su pulgar hacia abajo, me aguanto las ganas que tengo de reírme y me pongo de pie.
—Bueno Aitor ahorita regreso voy a empacar algunas cosas.
Entro a mi habitación y tomo las cosas que me faltaban, me llevo algunas fotografías y por fin termino, en cuanto salgo de la habitación Aitor se pone de pie y me ayuda a subir las maletas al coche, mi abuela se acerca.
—Muy caballeroso y educado pero pidió café con azúcar y leche.
—Nani!!
—Que hija si hasta German se lo toma sin azúcar, aunque le pone crema no se si eso sea lo mismo.
—Nani ¿cuándo irás a visitarme?
—Pronto hija te lo prometo.
—Esta bien, bueno nosotros nos vamos aún quiero llegar a comprar algunas cosas.
—Muy bien Eli cuídate mucho.
Abrazo a mi abuela y viene Aitor a despedirse, nos subimos al coche y yo me quedo muy triste, el toma mi mano.
—Puedes venir a verla cuando quieras.
—Si lo sé, es que nunca me había separado de ella y me está costando un poco.
—Me lo imagino es una señora magnífica y muy divertida.
—Si lo es, bueno podrías llevarme al centro comercial por favor, necesito comprar algunas cosas.
—Claro.
Llegamos al centro comercial y compro las ultimas cosas que necesito para mi nuevo hogar, la verdad que estoy muy feliz de llamarlo así, terminamos bastante tarde y nos vamos de regreso a Blue Hill.
Llegamos y Aitor me ayuda a bajar todas las cosas que compre y mis maletas, al entrar a la casa se sorprende.
—Vaya está casa es muy grande y está muy bien cuidada.
—Si, la verdad me encanta.
En eso sale fantasma y se acerca a mi para que lo levante.
—Hola precioso, debes de tener hambre.
Aitor sonríe.
—No sabía que tenías mascota.
—Bueno aquí lo encontré, no sé si tenga dueño pero yo le compré comida por si acaso.
—Bueno yo me retiro, gracias por este viaje fue muy especial para mi.
Se acerca y se queda viendo mis labios por un momento, cuando esta a punto de besarme fantasma ronronea y Aitor sonríe.
—Nos vemos después, que descanses.
—Igualmente Aitor, gracias por todo.
Se va y cierro la puerta, que estupidez iba a hacer, si no fuera por fantasma lo hubiera dejado besarme, no lo puedo creer lo primero que digo y por poco arruino la relación con mi nuevo jefe, le pongo comida a fantasma y empiezo a acomodar algunas cosas, ya cuando estoy por terminar me doy una ducha y me voy a la cama, no tardo mucho en quedarme dormida.
—Eliza.
—Tú de nuevo ¿quién eres?
—El dueño de esta casa.
—¿Quieres que me vaya?
—Al principio si quería correrte, pero me he dado cuenta que eres diferente.
—¿Ah si?
—Si, no te has dejado asustar por mi.
Por fin la luz empieza a disiparse y él viene acercándose a mi, estoy a punto de verlo.
Me despierto cuando empiezo a escuchar que tocan la puerta con insistencia, volteo a ver el reloj y me sorprendo porque son las 6 de la mañana.
Será que en los pueblos se visitan muy temprano y yo no estoy acostumbrada, bajo de prisa y abro la puerta, Julie entra furiosa.
—Me mentiste Eliza me dijiste que no te interesaba Aitor.
—Julie cálmate me puedes explicar ¿qué sucede?
—Te fuiste con él a Minnesota y le presentaste a tú abuela ¿cuándo será la boda?
—¿Cuál boda?
—Pues la de ustedes, Aitor volvió muy entusiasmado.
—Mira Julie, en primer lugar yo no lo lleve, me dijo que si podía acompañarme y a mi me dio pena decirle que no y claro que conoció a mi abuela fui a recoger algunas cosas a mi casa.
Ella se suelta llorando y se sienta en el sofá.
—Lo siento Eliza pero él está tan interesado en ti, que siento que ya lo perdí.
—No me lo tomes a mal, pero si en 5 años no se ha fijado en ti no creo que lo haga ahora.
Ella voltea a verme con lágrimas en sus ojos.
—Tienes razón, nunca me ha demostrado que siente algo por mi.
—Ven vamos a tomar un café.
Se pone de pie y me acompaña a la cocina, se sienta mientras yo preparo el café.
—Por cierto que bonita esta la casa, nunca me la hubiera imaginado así.
—¿Y cómo te la imaginabas? Con telarañas y fantasmas.
Ella sonríe.
—Si algo así.
Le acerco su taza de café y me siento frente a ella.
—Julie te pido una disculpa por lo que paso con Aitor, pero créeme que lo menos que quiero es que me odies.
—No te odio, pero siempre he pensado que tengo alguna esperanza y algo cambia ¿tú tendrías una relación con Aitor?
—No lo sé puedo decirte que no pero tal vez más adelante cambie de opinión.
—La verdad es que es un buen hombre, si lo aceptarás te haría muy feliz, es todo un caballero.
—Lo sé me he dado cuenta de eso, pero por ahora no sabría que decirte.
—El doctor del pueblo me ha invitado a salir varias veces.
—¿Y cuéntame que tal está?
—Pues yo he estado tan ciega con Aitor que no le había puesto atención pero es bastante guapo, hoy me lo encontré en la cafetería y me cayo muy bien.
—¿Y cómo toma el café?
Ella me ve confundida.
—Lo pidió negro y sin azúcar.
Yo sonrío.
—Pues mi abuela dice que esos son los buenos, los que toman el café negro.
Ella suelta una carcajada.
—Bueno tal vez lo compruebe mañana, me invito a la fiesta del pueblo.
—¿De verdad? Pues me alegro ya me contarás si es cierto.
—¿Y vendrás a la fiesta?
—No lo sé, tal vez.
—Anímate se ponen muy divertidas.
—Lo pensaré.
En eso escuchamos un ruido en el piso de arriba y ella se sorpende.
—No te asustes, es fantasma.
—¿Quién?
En eso baja el gato y se acerca a mi para que lo acaricie.
—El es fantasma.
—Vaya que nombre le escogiste.
Yo sonrío.
—Combina con la casa.
—Bueno Eliza yo me voy, te pido una disculpa por el teatrito que te arme, y déjame decirte que ya todo el pueblo cree que te casarás con Aitor.
—Por Dios lo que me faltaba.
—Así es.
—Bueno tendré que aclarar las cosas con Aitor antes de que sea tarde, no quiero que me haga dudar en tener una relación.
—Cuando llegue Frida te hará dudar más.
—¿Porqué?
—Ya veras, bueno gracias por el café y me voy, nos vemos mañana.
Se va y vuelvo a mi habitación me acomodo de nuevo en la cama con la esperanza de ver al misterioso hombre de mis sueños, estoy dando vueltas en mi cama tratando de quedarme dormida pero no puedo, sin más remedio me levanto un poco molesta, me doy una ducha y bajo a darle comida a fantasma, en eso llega Dina muy risueña.
—Buenos días, que cara tienes Eliza ¿acaso no estuvo bien tú viaje?
—Buenos días Dina, si estuvo bien solo que Julie me despertó muy temprano.
—Vino a reclamarte.
—Algo así.
—¿Y que tal sentiste las mariposas en el estómago en algún momento del viaje?
—Si.
—¿De verdad?
—Si cuando llegamos a casa de mi abuela y probe su deliciosa comida, te juro que más que mariposas parecían abejas hambrientas.
Dina pone los ojos en blanco.
—Que graciosa.
Yo le saco la lengua.
—¿Quieres que terminemos de acomodar las cosas que te faltaron?
—Si también compre un televisor para la sala, me llegará en estos días.
—Me encanta ver películas románticas.
—No lo dudo, si eres el mismísimo romance en persona.
—¿A ti no te gustan?
—Si pero prefiero las de terror.
—Por algo vives aquí.
—Ay Dina por favor, de verdad tú crees eso de que esta casa está embrujada y todas esas tonterías que dicen.
—A veces escucho ruidos extraños pero ahora que encontraste a fantasma creo que tal vez era el quien los hacia.
Empezamos a acomodar las cosas que traje e incluso algunas fotografías y la verdad es que me gusta el resultado.
—Todo quedo muy bonito tienes muy buen gusto, a mi me gustaría tener así mi casa.
—Y que te lo impide, tú nomas dime cuando y yo te ayudo, conozco una tienda en Minnesota que tiene cosas muy buenas y a un precio muy accesible.
—Lo hablare con Jacinto y te aviso.
—Muy bien, ahora que te parece si preparamos algo para comer, estoy empezando a sentir mariposas en el estómago.
—Muy graciosa, pero así me voy a reír de ti cuando de verdad te llegue tú hora de enamorarte.
—Espera sentada que parece que mi corazón está blindado o de plano cúpido conmigo no tiene puntería.
Nos ponemos a preparar la comida y en eso llega Jacinto con Aitor.
—Hola Eliza, espero que no te moleste que viniera sin avisar.
Se acerca y me da un beso en la mejilla.
—No como crees Aitor, acompáñanos a comer.
Nos sentamos a comer y Dina no deja de hacerme señas.
—Eliza yo vengo a invitarte a la fiesta del pueblo mañana.
—Tienes que ir Eliza, te va a encantar.
Me dice Dina muy risueña.
—Esta bien, si acepto tú invitación.
—No te vas a arrepentir.
Seguimos disfrutando de la comida y ya bastante tarde Dina y Jacinto se despiden.
—Mañana vengo temprano para desayunar juntas, Jacinto se va a ir a vender un ganado.
—Esta bien Dina aquí te espero.
Se van y yo me pongo de pie para recoger la mesa, Aitor se acerca a mi.
—Aitor me gustaría hablar contigo.
—¿Qué sucede?
—Quiero que sepas que me la paso muy bien contigo.
—Pero..
—Discúlpame pero no me gustaría empezar una relación que pudiera poner en peligro mi trabajo.
—Eliza eso no tendría porque pasar, me gustas mucho y creo que esto no tendría nada que ver con el trabajo.
—Me gustaría que fuéramos amigos, te prometo que más adelante si se da la oportunidad de algo más lo intentaré pero por ahora no me siento preparada.
—Bueno esta bien como quiera no me diste un no rotundo, la próxima semana llega mi hija y estoy ansioso porque la conozcas.
—¿Entonces todo bien?
—Por supuesto.
—¿Amigos?
El me da la mano y se acerca para darme un beso en la mejilla.
—Amigos, mañana paso por ti a las 5.
—Perfecto muchas gracias.
Termino de recoger la cocina y me voy a mi habitación, me pongo la pijama y veo a fantasma dormido en su cobija al lado de mi cama, me acomodo y no tardo mucho en quedarme dormida.
—Hola Eliza.
—Pensé que hoy no te iba a ver.
—¿Porqué no? Está es mi casa.
—Lo sé me lo has dicho varias veces, por fin me dirás ¿quién eres?
Se acerca a mi y cuando por fin lo veo me quedo sorprendida es un hombre alto, delgado, tiene el cabello negro, está vestido con ropa vaquera un poco antigua y al acercarse más a mi me doy cuenta que es muy guapo, tiene los ojos azules, su nariz tiene una pequeña curva como si en algún momento se la hubiera quebrado.
—Sólo te quedaras viéndome o me vas a preguntar algo.
Logro reaccionar y cuando volteo a mi alrededor me doy cuenta que estamos en la casa, pero los muebles son diferentes y la casa esta pintada en color amarillo.
—¿Quién eres?
—Soy Duncan Wallace el dueño de esta casa.
—¿Estoy soñando verdad?
—Podría decirse que si, siempre te he escuchado que hablas mucho y justo hoy te veo bastante seria.
—Me siento un poco desconcertada.
—Seguramente me crees un asesino como todo el pueblo.
—En realidad no lo he pensado.
—Por eso me caíste bien, no dejaría a nadie que no fuera de mi familia vivir en mi casa.
—Eso quiere decir que me dejaras vivir aquí sin ningún problema.
—Eso creo, bueno muchacha yo tengo que irme creo que hablamos más de lo que yo hubiera querido.
—¿Te volveré a ver?
—Por supuesto, parece que aún tengo algo que arreglar en este pueblo.
De pronto se pone de pie y empieza a caminar, poco a poco se pierde entre la luz brillante de la que siempre viene.
Por la mañana me levanto con una sensación extraña, será que me estoy volviendo loca e imagino cosas en mis sueños, me doy una ducha y bajo a desayunar Dina ya me está esperando.
—Buenos días Eliza ¿estás bien?
—Si, oye Dina hay alguna biblioteca aquí en el pueblo donde pueda investigar algunas cosas sobre el Sr. Wallace.
Ella voltea a verme sorprendida.
—Si pero hoy esta cerrada por la fiesta tal vez mañana.
—Esta bien, gracias.
Empezamos a desayunar y no dejo de darle vueltas a mi sueño, tengo la cara de ese hombre grabada en mi memoria.
—Eliza.
—¿Qué pasa Dina? Disculpa estoy un poco distraída.
—Tú teléfono esta sonando.
Me pongo de pie para contestar, es mi abuela.
—Hola Eli ¿cómo estás?
—Bien Nani ¿y tú?
—Bien hija pero quería avisarte que mis amigas y yo haremos un viaje.
—Vaya eso si que no me lo esperaba ¿y a dónde van?
—A Las Vegas hija.
—Nani prométeme que te vas a portar bien y no harás ninguna locura.
—Ay Eli pareces mi mamá, creo que de algún modo tú tienes mi alma vieja y yo me quede con la tuya joven, me hubieras dejado también el cuerpo hija así disfrutaría más.
Yo suelto una enorme carcajada.
—Por favor cuídate y diviértete mucho.
—Lo haré hija y tú también sal a divertirte que tienes muy bonito cuerpo como para que no le des buen uso.
—Ay Nani contigo no se puede, no olvides que te quiero y cualquier cosa que necesites me llamas.
—Por supuesto hija estaré en contacto en todo momento.
—Adiós.
Dina suspira emocionada.
—Bueno yo me voy a prepararme para la fiesta.
—Si Dina nos vemos más tarde.
Empiezo a prepararme para la fiesta cuando tocan la puerta, bajo apurada pensando que es Aitor aunque aún es temprano para que llegue, al abrir la puerta casi se me da un infarto de la impresión.
—¿Duncan?
—Creo que fue la única petición que le hice y no pudo respetarla.Entra a la casa molesto y yo me quedo parada en la puerta observándolo, es muy parecido a Duncan tiene la misma altura solo que él tiene el cabello castaño, los ojos son del mismo color azul y su nariz esta perfecta, el esta un poco más robusto y esta vestido con un traje negro y una gabardina del mismo color.—Fui muy claro al decirle que no quería que se tocaran las cosas de mi abuelo.Estoy tratando de reaccionar pero no puedo quitarme la impresión que siento.—No entiendo de que me está hablando.—¿Porqué me llamo Duncan? Seguramente porque anduvo revisando las cosas de él.—Yo..—Claro ahora no sabe que decirme.—Basta ¿quién se cree que es usted para venir a gritarme de esa manera? obviamente lo confundí con su abuelo porque vi una foto de él pero no entre sus cosas si no en la librería.Siento que si le digo que lo soñé pensará que estoy completamente loca.<
—Que niña tan simpática.—Nunca me la imaginé así, debe ser porque perdió a su madre muy pequeña.—Si tal vez.—Gracias por salvarme.—En realidad no fue excusa, si quiero que me ayudes a instalar el televisor.Yo sonrío.—Bueno sólo si vemos una película.—Me quedo dormido cuando veo romance.—Que bien ya somos dos, yo pensaba en una de terror.—Vaya es muy rara la mujer a la que no le gusta el romance.—Digamos que soy un poco escéptica.—¿Entonces no crees en el amor?—No precisamente, pero no creo mucho en eso de sentir mariposas en el estómago y escalofríos.Justo en ese momento recuerdo el escalofrío que sentí esta mañana recordando a Kiliam en toalla.—¿Eliza me estás escuchando?—Lo siento que decías.—Que estoy de acuerdo contigo y muévete mujer que quiero ver televisión hoy.—¿Oye te han dicho que eres muy mandón?—Si mi secretaria pero me soporta porque
Terminamos de desayunar y entre los tres limpiamos la cocina.—Bueno yo las dejo tengo que hacer algunas cosas de trabajo en la computadora, con permiso.Kiliam se va y mi abuela se sienta frente a mi emocionada.—Hija este joven si me gusta para ti, creo que él en vez de sacudirte te dará una buena zarandeada.—Nani!! te puede escuchar.—Nada que ver con el otro joven hija por favor no hay comparación, además él es más joven ¿cuantos años tendrá?—No lo sé.—Parece de unos 30.—¿Nani te vas a quedar unos días?—No hija no puedo sólo quise venir a saludarte pero me regreso en un rato.—Nani no me gusta la idea de que manejes tú sola hasta Minnesota.—No vine manejando hija, el hijo de mi amiga Yola vino a recoger unos papeles y Yola me invitó, de hecho pasarán por mi en un rato.Yo la abrazo.—Espero que pronto puedas venir a quedarte.—Si hija lo haré, pero por ahora no porque estás muy bien acompañ
Nos preparamos para ir al baile, él va con uno de sus trajes y yo me pongo un vestido blanco sencillo, pero no se ve nada mal, me maquillo resaltando mis ojos y me dejo mi cabello suelto.—Vaya maestra está usted muy guapa.—Gracias senador, usted también está guapísimo.Me da un beso en los labios y estamos por subirnos al coche cuando suena el teléfono de Kiliam.Pone el altavoz mientras conduce.—¿Kiliam ya deberías de estar aquí?—¿Para qué papá? Te dije que no pienso casarme.El papá de Kiliam suena muy enojado.—No juegues conmigo Kiliam, si no te casas con Tamara no vas a tener posibilidades de llegar a la gobernatura.—Te dije que no quiero ser gobernador.—No puedo creer que desaproveches una oportunidad cómo está, me vas a dejar en ridículo si no vienes a tú fiesta de compromiso.—No debiste hacerlo sin preguntarme antes.—¿Y cómo querías que te preguntara si no se dónde estás?&nb
El día pasa tranquilo, me encanta mi trabajo y los niños alegran mis días de una manera inexplicable, es increíble como el cariño de una personas tan pequeñas pueden llenar el corazón de una manera tan especial.Al llegar a la granja el coche de Kiliam no está, entro a la casa y me encuentro con un camino de velas, lo sigo hasta mi habitación y cuando abro me sorprendo, hay pétalos de rosas por toda mi habitación.Hay una pequeña mesa con una botella de vino y dos copas, sonrío al ver un frasco de mermelada también.Entro al baño con prisa y me doy una ducha, dejo mi cabello suelto y me pongo solo una bata de seda negra, escucho que se abre la puerta y cuando salgo Kiliam trae un bote de nieve de chocolate, mi favorita.—Vaya quise sorprenderte y resulto todo lo contrario.Se acerca a mi y me besa.—Fui a comprar tú helado favorito, no era justo que yo tuviera mi postre y tú no.Empiezo a quitarle la ropa rápidamente y él me sonríe.
Dina por fin se fue después de mucho insistirle en que se tomará mañana el día para descansar, me voy a mi habitación y fantasma se acomoda a mi lado, mientras lo acaricio me quedo dormida.—Vaya muchacha por fin te diste un baño, mira que yo no sabía cómo decirte que lo hicieras.Yo le sonrío.—No eres muy bueno para el sarcasmo.El suelta una enorme carcajada que me hace recordar a Kiliam.—Me vas a decir ¿qué pasó con el cuerpo de Sonia?—Gasper llamo a uno de sus hombres de confianza, la subieron a la camioneta y yo los seguí, llegaron al rancho y empezaron a cavar, echaron el cuerpo de
Me encanta mi trabajo pero hoy el día se me hace eterno, cuando por fin termino con mi clase mis alumnos se despiden, me pongo a recoger mis cosas cuando llega Aitor.—Hola Eliza, vengo a invitarte a comer, Frida tiene ganas de ir al restaurante de Sassy.—Aitor lo siento tengo que ir a la ciudad con mi abuela.—¿Quieres que las acompañemos?—Lo siento pero tenemos prisa, en otra ocasión será.Salgo con prisa de la escuela y al llegar a la granja mi abuela me está esperando con las maletas listas.—Listo Eli, prepare una maleta para ti y otra para mi.—Pero tengo hambre.—Comeremos en el camino no hay que perder el tiempo que llegaremos muy noche a Wisconsin.—Esta bien ¿y las cartas?—Las traigo aquí en mi bolsa con mucho cuidado.Cerramos la puerta y nos vamos.—¿Ab
—Eli gracias por todo de verdad.—No te preocupes.—¿Me aceptarías una invitación a comer?—No creo que sea una buena idea.—Vamos es solo una comida, te prometo que te llevaré a tú hotel en cuanto terminemos.—Esta bien.El sonríe y empieza a conducir, llegamos a un restaurante italiano muy elegante, lo reciben muy amables y de inmediato nos dan una mesa.—¿Quieres vino?—Si.Nos traen la carta y yo pido una pasta Alfredo y él unos raviolis.—¿Me vas a contar como te ha ido?—Bueno no hay mucho que contar sigo trabajando, Nani tiene algunas semanas en la granja conmigo bueno en realidad pasa más tiempo en casa de Dina ayudando con la pequeña Eliza.El me sonríe.—Me alegro así no te sientes sola ¿y fantasma?—Pue