--Muchas gracias su majestad… sabía que podía contar con ello…--falso, todo era falso, ese “su majestad” no era más que una burla de su parte, una manera de poder burlarse de mí, maldita seas ante los dioses—puedo ver que usted se llevaba muy bien con el príncipe, de hecho, me siento algo mal, pero los vi en el jardín hace un rato…Mis mejillas se tornaron de un carmesí, en lo que por ese momento, por ese leve segundo, olvide por completo el hecho de haber estado a la defensiva y un estado de vergüenza me recorrió por completo más cuando recordé lo que había ocurrido recién, en lo que tape mi rostro lleno de pena y escuche como Elara reía, algo que me puso aún más nerviosa, más al escuchar sus palabras llena de diversión, en la que me hablaba como si fuésemos amigas, unas que podían bromear entre ella, algo que jamás hemos sido y jamás seremos.--No tienes por qué ponerte así, es normal entre parejas destinadas, de hecho ustedes suelen contenerse demasiado, he escuchado que las pareja
--Espero que valga la pena tanto misterio, está muy nervioso como para solo ignorarlo que fastidio...--uno de los gemelos hablo, mientras que el otro parecía secundarlo, ellos eran demasiados habladores, pero sabía que no me dejarían ir solo, siempre hacían lo mismo.Mientras tanto el soldado que había indicado que era algo importante, algo que nos dejaría sin palabras, así tal cual como ahora se encontraban los de su escuadrón nos guiaba hacia la frontera sur, la que conectaba a la de los humanos, por lo que íbamos en nuestra forma humana para no ser detectado por humanos en cualquier caso, aunque no niego que iba un poco escéptico como los gemelos, no sé qué habrá hecho eclipse, la última vez envió cadáveres de cachorros, todos de una aldea de lobos del norte que eran rebeldes, según él, yo solo veía como lobos libres, lobos que no deseaban ingresar en la guerra y aun así yo lo comprendía, estar en medio de una guerra es algo que no le deseo a nadie, mi padre bien lo decía, no había
--Este lugar es igual, no ha cambiado nada, tú yo solíamos jugar por el trono todo el tiempo, recuerdo que padre se ponía de nervios cuando decía que podía cortarme, pero tú siempre decías que me cuidarías, siempre lo hiciste, siempre te mostraste como mi leal protector…--la observo completamente incómodo, en lo que no sé qué hacer o decir, es cierto que jugábamos aquí, es cierto que el antiguo rey oscuro solía decir cosas como esas, ya que no jugamos precisamente en el trono, lo hacíamos por los alrededores de los caballeros, todo porque Ciana solía decir que ella sería una guerrera tal cual como su madre.--¿No le dirá nada? —Hoku quien estaba a mi lado, dijo esto al ver que la omega frente a mí parecía esperar que yo respondiera cualquier tipo de palabra, pero no surgía nada de mi interior, solo estaba completamente agotado, lleno de miles de pensamientos, hace un momento en cuanto llegue envíe a uno de los soldados que se habían marchado conmigo con Alya, todo con la idea que ella
Nuestras miradas se conectan y pude notar que ya no es lo mismo, sus ojos se muestran apagados cuando me ve, ya no hay nada, esto solo fue en cuestión de segundos, esto duele, porque de verdad yo estaba iniciado a sentir cosas que sabía que no podía sentir, qué estúpida, no debí hacerlo, era solo un esposo falso, uno que tengo bajo un contrato, yo desde el inicio sabía claramente que le era el que se cansaría de mí cuando ella llegara, que él me dejaría de lado, que solo sería dejada en el olvido sin más, pero eso no deja de doler, aquello no deja de lastimarme, más cuando esta mañana recién él me había acusado de ser mala, de ser alguien que solo estaba determinada en alejarlo y yo había cedido solo por unos segundo, lo había hecho, pero a pesar de que había sido tan corto tiempo, para mí había sido un paso importante, nada que ver con la cruel realidad.Él ahora la tenía a ella, aquella omega pálida de cabellos rubios y… esperen un momento, esta maldita loba, esta hija de los sinies
Camine a la biblioteca ignorando por completo las miradas llenas de recelo en el lugar, los susurros y todo lo que sabía perfectamente que me podía afectar, solo camine con mi cabeza enfocada en una cosa, debíamos encontrar la manera de limpiar la magia de sangre que habían hecho en el lugar, debíamos encontrar una forma en la que el príncipe Kialtom no siguiese sujeto a ella, que no siguiese en busca de protegerla, pues de ser de esa forma será aún más problemático, en cualquier momento me echaría del lugar, en cualquier momento solo entregaría todo lo que ella desea y con ello será el fin de la manada oscura, sería tal cual como en mi vida pasada, ellos estarían acorralados y solo llegaría el momento en el que decidieran atacar a eclipse como última medida, llegando al final de la guerra y siendo eclipse quien gane aquella guerra llevando todo al desastre, no puedo permitirlo.Por esa razón solo estaba concentrada en lo que debía hacer, solo debía hacerlo, en lo que al abrir la bibl
El rostro amargo de Hoku se podía notar a la distancia, no había duda de que está de pésimo humor, más cuando dejaba caer un libro y revisaba otro, la verdad es que no sabía qué hacía, perecía estar muy concentrado en algo en particular, además de que a cada segundo solo hacia un gesto de fastidio y daba pequeños resoplidos, este alfa ya me estaba poniendo los nervios de punta, tanto así que detuve mi pluma y observe a alfa frente a mí y lo observe fijamente, mientras esperaba que él pudiese decirme algo importante, algo que me explicara por qué razón se estaba comportando de esta forma, parecía que él se negaba hablarme, parecía estar de pésimo humor, la última vez que había sucedido, esto fue cuando Seren lo amenazó con marcharse y escapo de su cama por dos semanas, este alfa estaba desesperado, llego al punto en el que se arrodilló frente a todos los soldados y pedir perdón por no apoyarla en su punto, esa omega tenía muy bien aferrado a mi mano derecha y alfa de confianza.Pero ha
--Si los revisas bien, esto puede ser algo importante, aquí dice que si el ataque va directo hacia un lobo, este a pesar de su entorno o demás, solo pensará y actuará como la maldición de sangre se lo ordene…--la voz de mi hermano se escuchó en medio del silencio que había en la biblioteca, por lo que yo asentí con la cabeza, mientras Seren colocaba sus codos la mesa y reposaba su cara en sus manos, era más que notorio que estaba agotada, podía verlo en los gemelos, pues uno estaba dormido y el otro dibujaba extrañas cosas en su cara con carbón, algo que seguramente lo enojara cuando despierte.--Pero para hacer esto, el que ejerza la maldición de sangre debe ser alguien muy fuerte, uno que sea bendito por la diosa de la oscuridad, es más que imposible, nadie tiene tanta fuerza…--A menos que esa loba, si sea la princesa Ciana de verdad, solo aquel que tiene una casta pura hacerlo… --Calla esa boca, mi sobrina jamás actuaria de esa forma y mucho menos se daría la mano con eclipse, el
Mi respiración era demasiado fuerte, yo solo había dado un paso atrás y había chocado con la mesa, mientras los lobos que estaba en el lugar, me observaban, de hecho podría jurar que de no ser por qué de salir de esta habitación estaría en problemas yo hace mucho tiempo habría escapado, pues no solo Hoku y los soldados que habían entrado no hace mucho a la biblioteca estaban de rodillas, eran todos, tanto Seren como mi hermano y los gemelos se había arrodillado, ellos me habían llamado Ciana Latha, estaba completamente paralizada, no sabía que decir o hacer, solo observaba todos allí completamente impactada, yo era la princesa, mis sueños, todo aquello, eran recuerdos, el príncipe Nash era mi hermano y el príncipe Kialtom era mi prometido, mi mate, mi esposo, no lo comprendo, se supone que no es verdad, no puede ser verdad, me niego a creerlo, pero ¿Qué les diría ellos que estaba tan esperanzados por mi aceptación al boto de lealtad? No podía decirle nada, no podía callar las cosas ah