Sí puedo…De vuelta al palacio, Hakim tenía una sensación amarga en el rostro, y unos minutos antes de que entraran, Mahir le informó.—Todo está arreglado para su encuentro con la señora Yassira… —Hakim asintió cansado, y aflojó su camisa.—Me daré un baño y dormiré unas horas… creo que no soportaré, estará en su frente con este cansancio.—Sí, señor… no se preocupe… —El auto estacionó, pero Hakim se quedó por un momento y miró a Mahir.—¿Qué pasó con Azahara? —Mahir se removió un poco.—La llevé como me lo ordenó. Escogió una casa en una residencia cerca del puerto…Hakim asintió.—¿Entonces le gustó?—Parece que sí, señor.—¿Tú qué piensas? —Mahir se incomodó un poco.—¿Con respecto a qué, señor?Hakim subió los hombros.—Me refiero a que, si está tranquila, si es lo que quería, si está conforme. Quiero que ella pueda estar cómoda con su hija, y que no sea molestada en el futuro, es mi forma de agradecerle.Mahir asintió.—La señora Azahara también pidió agilizar la disolución del
La corte…Pasaron dos días después de la confesión de Yassira.Hakim marcó al móvil de Rania en una videollamada, y sonrió cuando la carita de Omar salió en la pantalla.Los balbuceos, los pies pateando, y las babas de Omar, fueron un alivio en medio de todo lo que estaba sucediendo en el palacio, pero al ver el rostro sonriente de Zahida, las voces que había escuchado durante estos días de pesadillas, volvían a su mente.“No es una mujer de fiar”.“Ella planeó esto con Samir desde hace mucho tiempo”.—¿Nos extrañas? —Hakim sacudió sus pensamientos.—Mucho…—Pareces cansado… —Zahida miró atentamente la pantalla.—Lo estoy… de hecho, en un rato debo ir al salón de la corte, tienen dos días en discusiones, temas de la condena de Yassira, y cuestiones del palacio. Azahara dio el testimonio ayer, así que hoy será el dictamen…Zahida frunció el ceño, y se notó preocupada.—¿Han dicho algo de Samir? —El que preguntara por él, le removió el estómago y, por supuesto, la conciencia.—No está e
Un sabor amargo…—Hay un asunto con… Rania Al-Amad…Los murmullos se extendieron, pero Hakim se mantuvo erguido. Después de todo, él era el rey.—Nos dijeron que había aparecido en las fronteras. Exactamente, está en Yemen, señor…Hakim asintió.—Tiene una complicación de salud. Costillas rotas, además de que… su condición de embarazo es delicada…Algunos tenían cara de alegría, y otros de tensión.—Para mí es primordial su salud, y hasta que ella no esté en condiciones, no podrá viajar. Además, después de que aparezca su madre, hay un asunto que tratar con ustedes, pero todo a su tiempo…—Entonces… —uno de los ministros más importantes, se levantó—. Literalmente la corona no tiene un asunto matrimonial concreto, esto es algo delicada majestad… literalmente estamos considerando un divorcio con la señora Azahara, cuando es ilegal un divorcio en nuestro país y nuestras leyes.Hakim asintió, pero lo que no pensó es que Mahir se metiera en ese momento.—Si me es posible, señor… necesito
UN PACTO DE MATRIMONIO…—Señor… —Hakim estaba por subir al avión cuando un guardia interrumpió.Mahir se quitó los lentes, y dio dos pasos hacia el hombre.—¿Qué pasa? Estamos a punto de despegar.El hombre tomó el aire, estaba agitado.—Señor, es algo importante que el Emir debe saber…Hakim se giró con el ceño pronunciado, y miró su reloj.—¿Qué pasa? Habla ya…—Señor… estábamos haciendo el traslado del señor Samir al palacio…—¿Y?—El señor Samir intentó quitarse la vida… —Hakim abrió los ojos con impacto, mientras un nudo se hizo en su garganta. Miró a Mahir y luego dio un paso como si no pudiera hablar.—¿Dónde está?—De vuelta al hospital. Solo tiene un sangrado que lograron controlar.Hakim se desajustó su corbata, y peinó su cabello.—Cancela el viaje, Mahir…—Pero señor…—Cancélalo… —Hakim sacó su teléfono del bolsillo y marcó al número de Zahida mientras se metió en el auto.Los tonos cayeron uno tras otro, hasta que la llamada cayó a buzón, y Hakim tiró el teléfono en el co
NO SERÁS SEGUNDO PLATO DE MESA…Zahida solté el aire, y lo volvió a tomar cuando terminó de leer las últimas noticias de Omán.A Samir le habían dado cadena perpetua, y la muerte de Yassira era un hecho.Ella no supo si aliviarse, de igual forma sentía un peso en sus hombros y sabía perfectamente que Hakim la estaba pasando muy mal. Después de todo, Samir era su hijo. Y mirando a Omar jugar con Laya ahora en el salón, ella pensó que por muy malo que Omar fuera en el futuro, y que Alá lo guardara de eso, ella nunca podía abandonarlo.Tomó su teléfono y volvió a marcar a Hakim, pero como las otras veces, la llamada cayó a buzón. Y ya se estaba desesperando.—No puedo con esto Laya… Hakim necesita de mí.Laya se giró con el rostro preocupado.—Tal vez esté muy ocupado, mi señora… no es nada fácil lo que está pasando. A pesar de que el señor Samir fuera el peor hombre, es su hijo…Zahida asintió.—Lo sé… —ella se sentó cerca.Omar estaba encima de unos tapetes, y Laya lo instaba a que se
UN PESO MENOS…Zahida se arregló para la noche, y le pidió a Laya que le ayudara con Omar porque también quería llevarlo a la cena. Colocándose frente al espejo, pudo divisar que tenía un mejor semblante. Su rostro no estaba pálido, y había un brillo diferente en sus ojos.Peinó su cabello con los dedos, estaba más largo ahora y luego bajó la mano a su vientre.En unas semanas ya podría saber el sexo de su bebé, y estaba más que emocionada por eso.Sin embargo, en medio de sus pensamientos, soltó el aire. Hakim le hacía mucha falta, y desde la distancia podía sentir su dolor, su preocupación y sobre todo la angustia que debía estar pasando con todo este dilema.Él seguía sin responder a sus llamadas, y eso la tenía en un hilo constante.—Mire este príncipe tan apuesto… —Zahida se giró.Omar tenía una camisa manga larga y un corbatín negro. Estaba precioso, sus ojos verdes oscuros contrastaban con su piel blanca, y su sonrisa con hoyuelos, era para comérselo a besos.Zahida extendió su
Necesito decirlo…La sorpresa de ver a Hakim de pie en la terraza dejó a Zahida sin aliento. Su corazón latió con fuerza, y por un momento, el mundo pareció detenerse. A Karim, se le borró la noticia, automáticamente notó la tensión en el aire, y supo que, en los ojos de ese hombre, no había nada de tranquilidad.—Bueno, creo que es hora de que les diga a mis padres, que es tiempo de partir… —Él miró a Zahida—. Espero que todo vaya bien… feliz noche.Hakim pasó un trago áspero, los nervios de Zahida se dejaron entre ver, y no se movió cuando el hombre caminó alejándose de ellos.—Hakim… —Fue lo único que Zahida logró decir antes de que las emociones la sobrepasaran, su voz apenas era un susurro—. Te he llamado infinidad de veces…Él asintió.—¿Dónde está Omar? —Ella abrió los ojos ante su frialdad.—Laya se lo llevó hace una hora… se quedó dormido durante la cena… —Hakim apretó la mandíbula, y asintió—. Mis padres han invitado a los reyes de Baherin, el príncipe Karim está aquí por el
Era volar más amplio…En el silencio tenso que los envolvía, Zahida reunió toda su valentía, consciente de que las palabras que estaba a punto de pronunciar podrían cambiarlo todo. Con la mirada fija en Hakim, quien aguardaba con una mezcla de ansiedad y temor, Zahida tomó una profunda respiración, decidida a revelar su verdad.—Hakim, antes de que nuestra vida tomara este giro, antes de que nos encontráramos… hubo algo que sucedió y que nunca tuve la oportunidad de contarte. Algo que ha pesado sobre mí como una sombra, temiendo cómo podría afectarnos… —Su voz temblaba, pero su determinación era férrea.Hakim, sintiendo la seriedad de sus palabras, suavizó su expresión, preparándose para escucharla sin prejuicios. El amor que sentía por ella le obligaba a enfrentar cualquier verdad, por difícil que fuera.—Si quieres, podemos ir a la habitación de Omar… estamos aquí en los pasillos, y…—Está bien.Zahida lo tomó de la mano y lo llevó caminando apresuradamente.En el momento en que ent