ACEPTO, SE LO DIRÉ… —Sorpresa, sorpresa… ¿Te diste cuenta? Madani asintió y ordenó volver a hotel donde se hospedaban, mientras el conductor se puso en camino. —Jhon no sabe quién es el padre de Madison… —Hay muchas cosas revueltas en mi mente… —Omar dijo mientras toqueteaba el pasamanos con los dedos—. Primero, puede que Ana haya actuado furiosa contra mi tío… pero no deja de ser una hija de put@… —Por primera vez, te doy la razón… —Madani lo señaló—. Es como si se desquitara con Madison, y además, el marido y sus hijos la tratan como si no fuera de la familia… Omar se sacudió su traje y frunció el ceño. —Porque no son de ellos, y a la verdad, mejor para mí… Madani achicó los ojos y negó. —¿Para ti, o para tu tío? Omar alzó los hombros y miró hacia la calle sin darle una respuesta a Madani. El silencio se instaló entre ellos por muchos minutos, y Omar tomó su teléfono para escribir. “Yo, como tú, me voy a dormir sin lavar los platos”. Envió el mensaje sonriendo, pero den
GANÉ ALGO DE LOTERÍA…Ana se limpió las lágrimas mientras pasó un trago. Estaba por levantarse cuando Omar levantó la palma y miró a Jhon.—Hay otro cheque… —a Jhon le brillaron los ojos—. Tómalo y sal… Madani te acompañará y te dirá para que es…Jhon no tuvo ningún titubeo. Asintió, tomó el otro cheque y miró a Ana.—Vamos…—Ella se queda un momento… —Jhon frunció el ceño.—¿Pasa algo más?—¿Qué más puede pasar? —Omar contraatacó y Jhon salió sin detenerse, mientras Madani antes de cerrar la puerta, le lanzó una mirada a Omar.Ana se quedó de pie, ella no dejaba de observarlo, y finalmente habló.—¿Qué es realmente lo que quiere? —Omar frunció el ceño y alzó los hombros.—El bienestar de Madi, claro está… —por nada del mundo le iba a revelar la verdad a esta mujer para que se interpusiera en su plan.Y mucho menos a una persona que le había mentido a su hija toda la vida. No lo merecía.—Son demasiadas coincidencias… —Ana habló en un tono más fuerte—. Usted debe saber que…—Por supue
No soy tu padre… Madison observaba atónita los montones de dinero sobre la mesa. Su mente tardó unos segundos en procesar lo que acababa de escuchar. Ganar la lotería no era algo que su padre mencionara todos los días, y mucho menos en un tono tan particular… y menos, de que quería donarlo a sus hijos. —¿Ganaste la lotería? —ella preguntó de nuevo, intentando entender. Ana permanecía en silencio, con una expresión indecisa en su rostro. Parecía que tenía algo más que decir, pero se estaba conteniendo. Madison se preguntaba qué más podía haber detrás de todo esto. —Sí, Madison… la gané… ¿Debo dar más explicaciones sobre esto? Ella negó rápido, y su hermano Johnny sonrió. —Nos sorprende a todos… nunca mencionas esto y menos frente a mamá… —Pero ahora que he ganado… quiero hacer algo. El rostro de Emmy también estaba extasiada con tantos billetes juntos. Entonces Jhon apartó un montón del otro, haciendo que la cena que Madison había preparado, quedara en el olvido. —Dos partes…
¿CREES QUE PUEDAS AYUDARME?…El aire helado de la noche golpeó el rostro de Madison mientras caminaba por las calles, sintiendo como si estuviera en medio de un torbellino de emociones. Las palabras de su padre resonaban en su mente una y otra vez:“No soy tu padre”.Era como si todo lo que había conocido y había sido cierto en su vida se desmoronara frente a sus ojos. Había sacudido los cimientos de su mundo, dejándola en un estado de confusión y desesperación abrumadora. No sabía a dónde ir ni qué hacer, pero una cosa era segura: no podía quedarse en esa casa, donde las mentiras y las decepciones la rodeaban.Las lágrimas seguían fluyendo por sus mejillas mientras caminaba sin rumbo fijo, tratando de procesar lo que acababa de descubrir.Se sentía perdida, confundida y, sobre todo, herida.Un estruendo hizo que saltara débilmente y todo el cielo se iluminó con un relámpago. La lluvia cayó sin previo aviso en un torrente de agua, y Madison solo se abrazó a sí misma deteniéndose en un
YA NO LO ESTABA SOPORTANDO…Omar frunció el ceño al escuchar la voz angustiada de Madison al otro lado de la línea. La presencia de Carla a su lado repentinamente se volvió incómoda, como si su presencia fuera una intrusión en ese momento de vulnerabilidad.—Madison, ¿estás bien? —preguntó con urgencia, ignorando por completo la presencia de la mujer que aún estaba a solo metros de él.—Omar… lo siento por llamarte así de repente, no quería molestarte, pero… —La voz de Madison temblaba, interrumpida por sollozos entrecortados.—Estoy en camino. ¿Dime dónde estás? —preguntó Omar con determinación, colocándose una chaqueta y buscando sus zapatos.Carla frunció el ceño ante la interrupción abrupta, se acercó a él tratando de retomar su atención, pero Omar la apartó suavemente indicándole con un gesto que esperara un momento más.—Estoy en el centro, cerca del parque que está en la avenida tercera. Aunque… No sé exactamente dónde… —respondió Madison, y él sabía que estaba llorando.—Mante
SACADO DE TODO… El vapor del agua caliente envolvía la habitación del baño mientras Omar se mantenía de pie, con la camiseta en la mano, luchando internamente contra sus propios demonios. Su corazón latía con fuerza, y su mente estaba en un torbellino de pensamientos contradictorios. Por un lado, la preocupación por Madison y su bienestar era lo que lo había llevado hasta ese momento. La imagen de ella, vulnerable y quebrada, le afectaba profundamente. Quería protegerla, cuidarla, incluso quería en este momento que él respirara por él y así hundir a toda esa familia de mierd@. Pero, por otro lado, había algo que lo inquietaba y lo descolocaba por completo. Y esa, era la misión de su tío. La atracción hacia Madison era innegable, había estado presente desde el momento en que la conoció. Pero ahora, en esa situación de intimidad compartida, esa atracción se había intensificado de una manera que lo desconcertaba. Su cuerpo reaccionaba de manera visceral ante la idea de estar cerca de e
LO MÁS SEGURO…La confesión de Madison resonó en la habitación, llenando el espacio entre ellos con una fragilidad palpable. Omar la observó con intensidad, sintiendo cómo cada palabra golpeaba su conciencia y lo arrastraba a una realidad que no estaba preparado para enfrentar.Se quedó en silencio por un momento, luchando consigo mismo mientras lidiaba con las emociones turbulentas que se agitaban dentro de él. Sabía que no podía permitirse perder el control, no con Madison en una situación tan vulnerable, pero cada fibra de su ser anhelaba ceder ante el deseo que la envolvía.Finalmente, reuniendo toda su fuerza de voluntad, Omar se enderezó y apartó la mirada de Madison, necesitando desesperadamente espacio para ordenar sus pensamientos.—Madison… —comenzó con un susurro ronco—. Lo que dices… es algo serio. Y yo… no soy el tipo de hombre en el que deberías confiar ciegamente.La angustia se reflejó en los ojos de Madison, y Omar se maldijo a sí mismo por causarle más dolor del que
SIN RETORNO…El corazón de Madison se hundió ante la idea de que Omar pudiera dejarla después de todo lo que habían compartido esa noche. Sin embargo, se obligó a mantener la compostura sabiendo que no podía retenerlo si tenía asuntos urgentes que atender.Omar caminó hacia ella, y luego se detuvo al ver todo lo que preparaba.—Buenos días… —ella sonrió de forma plana—. ¿Está todo bien?Omar negó.—Buenos días… huele muy bien, aunque no tenías que hacerlo… —ella se giró mirando la comida.—Ya está listo… a no ser que…—Comeré…Madison asintió, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que no podía retenerlo si realmente tenía que irse, pero el temor a quedarse sola de nuevo la invadió.—¿Estás bien? —preguntó Omar, notando la expresión preocupada en el rostro de Madison.Ella asintió con falsa seguridad, tratando de ocultar su desilusión.—Sí, claro… déjame servirte… puedes sentarte, lo haré rápido.—Madi… mientras lo haces, haré una llamada… ¿De acuerdo? Después hablaremos tú y yo dura