Deva-¿Cómo esta él?-Consciente, pero muy magullado- tensé los labios con preocupación- ¿Se recuperará?-Si, pero los moretones le durarán un par de semanas, además debe cuidarse las costillas fracturadas. Tuvo suerte, pudo ser aún peor- dijo el médico mientras salía de la habitación de Dylan-¿Puedo verlo?- dije tratando de contener mis lágrimas-Claro, pero no lo sobresalte- asentí con mi cabeza y sorbí mis lágrimas para mantenerlas adentro.Luego de que el médico se retiró, ingresé con cautela a aquella habitación blanca e inmaculada, el olor a alcohol y ha desinfectantes me provocó un leve mareo.Miré desde lejos la cama, con miedo a encontrarme con algo que no pudiese soportar, sus manos colgaban lacias sobre los costados, y un pitido constante interrumpía el precioso silencio de la habitación.Caminé dos pasos más, y sentí mis piernas como de algodón, tambaleantes y erráticas.Levanté la cabeza, y lo vi allí adormilado sobre su cama, su rostro estaba completamente desfigurado
ReikoNo podía obrar ni pensar con claridad si no la veía, quizás por última vez. Necesitaba explicarle todo, decirle toda la verdad, pero verla allí tan frágil y dañada me hizo repensar mis palabras.Las aclaraciones podían esperar, entonces llevado por mis sentimientos la besé, y seguí disfrutando de su contacto incluso cuando me marché, los poros de mis labios se erizaron y construyeron una exquisita corriente eléctrica que recorrió todo mi cuerpo.Su aroma, su aliento todo me hacía temblar y quedar dispuesto para ella, si ella me pedía ponerme a sus pies lo haría sin dudar.Mientras manejaba hice una última llamada.-Santorino, ¿tienes todo listo?-Así es amigo-Bien, llegaré en 10 minutos al objetivo.-Reiko…esta vez tenemos que hacerlo desaparecer, no puede haber ningún error. Si no seremos hombres muertos-No te preocupes, saldrá bien.Llegué a una casa en un barrio residencial, a simple vista la casa no tenía nada extraño. Pero si afinabas el ojo, te darías cuenta que en esa c
REIKOLuego de dejar a mi amigo Santorino en su oficina enfilé el camino hacia el departamento de Deva, cada segundo se hacía más pesado, el temido momento de su encuentro me estaba agobiando más de la cuenta y me comencé a sentir como un marino nervioso llegando al puerto antes de ver su amada luego de estar meses en alta mar.No podía dejar de pensar en: ¿Qué le diría?, ¿Cuáles serían mis primeras palabras? Pero lo que más me estaba complicando era imaginar si ella siquiera me querría recibir.Apreté las manos con fuerza en el volante y me encomendé a todos los santos, porque sin duda iba a necesitar toda la ayuda posible.Antes de descender del vehículo, miré hacia los asientos traseros. Allí estaba mi bolso, el cual contenía toda mi futura vida junto a Deva, sopesé la posibilidad de llevarlo conmigo, pero de inmediato la deseché. Las probabilidades estaban 80% en mi contra.Miré el círculo de metal que tenía enfrente, casi a la altura de mi mentón. Tensé mis músculos del brazo, e
1 mes después…“Una mujer miraba desde la otra vereda a un guapo asiático, ella no estaba en sus cabales y tampoco sabía porque había bebido tanto…o quizás si lo sabía, pero no lo quería reconocer. No esperó a que dieran la verde para cruzar, simplemente lo hizo, llevada por el impulso de tocar a aquel hombre y sentir su dulce piel una vez más. La bocina de un camión junto con el rechinar de sus frenos alertaron al hombre quién volteó de inmediato a presenciar tan horrible escena, no lo pensó ni un solo segundo y se lanzó para interceptar el cuerpo de esa tambaleante y desorientada mujer, al igual que una jugada de futbol americano, la arrastró fuera del peligro y cayó sobre ella bruscamente”-Deva… ¿estas bien?Ella simplemente sonrió y su rostro se ruborizó.-Ahora sí que lo estoy…La ayudé a ponerse de píe antes que la gente se comenzara a apilar alrededor nuestro. La detuve un momento cerca mío, pero ella perdió el equilibrio de inmediato, así que la agarré firme y la apreté contr
DevaEl lunes regresé como de costumbre a la oficina, las cosas habían comenzado a ponerse en su lugar, y el avance del prototipo iba viento en popa.Llevé la punta del lápiz a mi boca y suspiré. Mi vida comenzaba a tomar un rumbo que al parecer era el correcto y eso me tenía extremadamente contenta y tranquila.El último mes, llegué a tocar fondo. Mi vida se volvió desdichada y obviamente me refugié en la bebida, abandoné la oficina y me encerré en mi departamento. Sin embargo, había algo que no recordaba, al parecer por estar la parte del tiempo ebria, habían pasado cosas que se habían borrado de mi mente, y por más que trataba de recordarlas no podía. Entonces venían destellos de imágenes a mi cabeza como si fueran piezas de un puzzle listas para ser encajadas.Traté de no darle más vuelta al asunto, siempre estuve acompañada de mi amigo Dylan y por tanto no debía ser tan exagerada en mis preocupaciones. Estaba agradecida de su amistad incondicional y por estar ahí en mi momento má
DevaMe levanté del regazo de Reiko con una mezcla de furia y temor recorriendo mis piernas, él se mantuvo aferrado a la silla, esperando a mis palabras, las cuales de habían quedado deambulando en mi cerebro en busca de una respuesta.-Ed, quiero que hagas los siguiente…Edward se mantuvo en silencio a la espera de mis órdenes.-Contáctate con el registro civil y busca…busca si yo…- miré directo a Reiko y la mandíbula me comenzó a tiritar, aclaré la garganta e inspiré hondo- y busca si yo estoy casada- solté el aire y bajé con fuerza mis hombros.-¡¿Qué?!- un grito genuino salió de la boca de mi asistente, a la par que Reiko se levantó de un salto de su silla-Disculpe jefa- dijo avergonzado- en seguida lo averiguoColgué el intercomunicador y me volví lentamente sobre mi eje, mi vista estaba clavada en la alfombra de felpa blanca. Y poco a poco, junté valor para mirar a Reiko a la cara.Su rostro era de evidente sorpresa, pero lo que me volcó el corazón fue el dejo de desilusión que
-Maldito, maldito, maldito- maldije con fuerza, mientras caminaba de un lado para otro dentro de mi despacho, Reiko me seguía con la vista sin saber que decir.-¿Lo ves?- levanté el folder con el informe de mi estado financiero- esa maldita rata me ha estado roban desde hace mas de 20 días- lancé el informe con fuerza sobre mi escritorio.-Pues da aviso para que bloqueen la tarjeta- comentó Reiko sin parpadear.-Ojalá fuera tan fácil, ese maldito me sacó un poder y puede seguir utilizando mis bienes a su antojo- me dejé caer sobre la silla del escritorio mientras me tocaba el pelo con insistencia.Sentí un escalofrío recorrer mi espalda… ¿cuántas otras cosas habían hecho estando ebria?, y de pronto mis antenas se levantaron, tragué saliva antes que mi garganta se apretará por completo, ¿acaso me había acostado también con Dylan?, las ideas comenzaron a reagruparse dentro de mi cabeza, tratando de armar de nuevo el puzzle, él cual se encontraba ya bastante fragmentado. Rogué mil veces
DevaEn la habitación de un hotel en Italia…-Estoy un poco nerviosa, ¿tú crees que funcionará? - me sobé ambas manos en la tela de mis leggins.-Tranquila, Santorino se encargará de todo-Pero, ¿y si nota que es una actriz?, ¿y si se da cuenta del plan Reiko?-No lo hará, Santorino siempre hace las cosas bien, estoy seguro que fue hasta el mismo Hollywood por una chica.Me levanté de la silla y caminé hacia el ventanal, desde allí podía apreciar una larga avenida cubierta de adoquines que llegaba directo hacia la bahía de Lazur, dónde mismo en un par de horas atracaría el crucero que traía al infeliz de mi ex abogado.Volví a frotarme las manos una contra otra, imaginando cómo sería su arribo y si podría o no contener mi rabia cuando lo mirara a los ojos.¿Matarlo con mis propias manos?, si esa era una posibilidad muy alta.Suspiré.La mano suave y cálida de Reiko se posó en mi hombro, su toque fue pesado, sin embargo, no logró sacarme de mis ensoñaciones, entonces ante mi nula reacc