DevaMe levanté del regazo de Reiko con una mezcla de furia y temor recorriendo mis piernas, él se mantuvo aferrado a la silla, esperando a mis palabras, las cuales de habían quedado deambulando en mi cerebro en busca de una respuesta.-Ed, quiero que hagas los siguiente…Edward se mantuvo en silencio a la espera de mis órdenes.-Contáctate con el registro civil y busca…busca si yo…- miré directo a Reiko y la mandíbula me comenzó a tiritar, aclaré la garganta e inspiré hondo- y busca si yo estoy casada- solté el aire y bajé con fuerza mis hombros.-¡¿Qué?!- un grito genuino salió de la boca de mi asistente, a la par que Reiko se levantó de un salto de su silla-Disculpe jefa- dijo avergonzado- en seguida lo averiguoColgué el intercomunicador y me volví lentamente sobre mi eje, mi vista estaba clavada en la alfombra de felpa blanca. Y poco a poco, junté valor para mirar a Reiko a la cara.Su rostro era de evidente sorpresa, pero lo que me volcó el corazón fue el dejo de desilusión que
-Maldito, maldito, maldito- maldije con fuerza, mientras caminaba de un lado para otro dentro de mi despacho, Reiko me seguía con la vista sin saber que decir.-¿Lo ves?- levanté el folder con el informe de mi estado financiero- esa maldita rata me ha estado roban desde hace mas de 20 días- lancé el informe con fuerza sobre mi escritorio.-Pues da aviso para que bloqueen la tarjeta- comentó Reiko sin parpadear.-Ojalá fuera tan fácil, ese maldito me sacó un poder y puede seguir utilizando mis bienes a su antojo- me dejé caer sobre la silla del escritorio mientras me tocaba el pelo con insistencia.Sentí un escalofrío recorrer mi espalda… ¿cuántas otras cosas habían hecho estando ebria?, y de pronto mis antenas se levantaron, tragué saliva antes que mi garganta se apretará por completo, ¿acaso me había acostado también con Dylan?, las ideas comenzaron a reagruparse dentro de mi cabeza, tratando de armar de nuevo el puzzle, él cual se encontraba ya bastante fragmentado. Rogué mil veces
DevaEn la habitación de un hotel en Italia…-Estoy un poco nerviosa, ¿tú crees que funcionará? - me sobé ambas manos en la tela de mis leggins.-Tranquila, Santorino se encargará de todo-Pero, ¿y si nota que es una actriz?, ¿y si se da cuenta del plan Reiko?-No lo hará, Santorino siempre hace las cosas bien, estoy seguro que fue hasta el mismo Hollywood por una chica.Me levanté de la silla y caminé hacia el ventanal, desde allí podía apreciar una larga avenida cubierta de adoquines que llegaba directo hacia la bahía de Lazur, dónde mismo en un par de horas atracaría el crucero que traía al infeliz de mi ex abogado.Volví a frotarme las manos una contra otra, imaginando cómo sería su arribo y si podría o no contener mi rabia cuando lo mirara a los ojos.¿Matarlo con mis propias manos?, si esa era una posibilidad muy alta.Suspiré.La mano suave y cálida de Reiko se posó en mi hombro, su toque fue pesado, sin embargo, no logró sacarme de mis ensoñaciones, entonces ante mi nula reacc
2 horas más tarde…De un lujoso crucero, recién encallado bajó una feliz pareja. La brisa cálida de Palermo chocó contra sus cuerpos, e hizo agitar el hermoso vestido blanco de lino de la mujer.El día estaba despejado y muy caluroso, y todo invitaba a pasar una linda tarde en la playa de bahía Lazur, sin embargo, el enamorado hombre tuvo otra idea, pero antes se preguntó ¿Por qué esperar más?Miró a la chica, e inmediatamente supo que ella era el amor de su vida, parecía algo imposible; haberla conocido en un crucero en medio de la nada y saber al instante que ella era la indicada, la futura madre de sus hijos. A veces las coincidencias pasan pensó.La chica miraba atenta un puesto de artesanía, y jugueteaba con un anillo de plata azul que había llamado su atención. Dylan tomó aire y se acercó hacia la mujer, la rodeó de la cintura y depositó un suave beso en su cuello. Ella alertada por su gesto se volteó entregándole una amplia sonrisa. La vista de Dylan se perdió en los hermosos o
En aquel elegante y distinguido restaurante la mayoría de las personas disfrutaban de su cena, sin embargo, en un rincón otras estaban viviendo un momento muy tenso.Dylan seguía inmóvil y congelado observando la mesa de Deva, Steffy continuaba bebiendo y comiendo sin vergüenza más que mal, nada de eso lo pagaría ella, y el mesero estaba preocupado porque alguien se dignara a pagar la enorme cuenta, mientras tanto eso ocurría Deva se levantaba con calma de su silla y emprendía rumbo hacia su “marido”. Caminó a paso lento y sigiloso por que quería disfrutar unos segundos más la cara de sufrimiento de Dylan, al fin esa rata inmunda le iba a pagar todos los malos momentos que le había hecho pasar.Una leve sacudida dio el abogado cuando la mano delgada de Deva tocó su hombro, cerró los ojos y botó todo el aire contenido en sus pulmones a través de sus fosas nasales.-Buenas noches esposo- habló Deva mientras le deba un calmado beso en su mejilla. Ante el gesto, Dylan encogió los hombros
En menos de una semana, Deva y Dylan Taylor estaba divorciados. Tal y cómo nos imaginamos el abogado no fue capaz de jugar sucio otra vez, ya había ido bastante lejos y al menos lo poco que le quedaba de moral le hizo hacer las cosas bien esta vez.Dylan no era un hombre malo, si no que lo corroía la ambición. De pequeño le faltaron muchas cosas materiales. Su padre había muerto cuando él tenía a penas 5 años y su madre al tiempo se fugó con un hombre rumbo a otro estado. Su abuela paterna se hizo cargo de él, si bien ella hizo lo imposible por darle techo, alimento y algo de educación, él creció con el rencor vivo en su corazón… ¿Por qué había gente afortunada que lo tenía todo en la vida?Con mucho esmero asistió a una escuela pública, estudió y se esforzó por ser el mejor. Así logró entrar a la universidad estatal, estudiaba de día y trabajaba por las noches para poder costearse una pequeña pieza en un barrio de mala muerte.Maduró odiando a los millonarios y sus tontos lujos. Le d
ReikoNo podía despegar mi vista de su dulce rostro, me incliné un poco hacia ella, extendí mi mano y alcancé la manta que estaba casi en sus rodillas, la alcé y la cubrí hasta los hombros. En su rostro se dibujó una suave mueca de placer.Verla dormir así de tranquila, me llenaba el corazón.Alcé mi celular y miré la hora, aún quedaban 120 minutos más de vuelvo para llegar a Nueva York. Acomodé mi espalda en mi asiento y volví a examinarla con detención, podría llevarme horas en eso y no me aburriría ni una pizca.Cuando mi vista llegó hacia la mesita de la comida, mi ceñó se frunció. Allí yacía un vaso vacío. Aquel que hace un par de horas había estado lleno de whisky, estaba reposado tranquilamente sobre la mesa.Teníamos que hacer algo al respecto, pensé. Estaba decidido a sacarla de eso, y estaba seguro que lo íbamos a lograr.Llevé mi mano hacia su cabeza y la acaricié: - Por que yo estoy aquí para ti, para hacerte feliz- le dije.…Volvimos a nuestras vidas, a nuestros trabajos
2 meses después…Reiko sólo oía el taconeo apurado dentro del departamento, el estaba terminando de acomodar su corbata, cuando vio salir a Deva corriendo del baño hacia su habitación, y luego mientras se abrochaba los gemelos, otra vez Deva se apresuró a volver al baño. Reiko frunció el ceño y encogió sus hombros.Llevaban viviendo juntos dos meses, en esos cortos pero intensos meses Deva había mejorado mucho en cuanto a su tratamiento para la adicción. Ella se había prometido estar bien no solo para Reiko, sino también para ella misma, su cuerpo no merecía sufrir los envistes de sus antiguos traumas.Reiko comenzó a impacientarse cuando miró su reloj, Deva llevaba ya más de 30 minutos sin salir del baño, caminó a pasó lento y pegó un tanto su oído contra la puerta, juró oír un sollozo, pero no estuvo cien por ciento seguro, entonces ante la duda decidió golpear.-Cariño, ¿estas bien? - dijo curiosoAl instante se escuchó abrir el grifo del lavamanos, el agua golpeaba fuerte contra l