ReikoNo podía despegar mi vista de su dulce rostro, me incliné un poco hacia ella, extendí mi mano y alcancé la manta que estaba casi en sus rodillas, la alcé y la cubrí hasta los hombros. En su rostro se dibujó una suave mueca de placer.Verla dormir así de tranquila, me llenaba el corazón.Alcé mi celular y miré la hora, aún quedaban 120 minutos más de vuelvo para llegar a Nueva York. Acomodé mi espalda en mi asiento y volví a examinarla con detención, podría llevarme horas en eso y no me aburriría ni una pizca.Cuando mi vista llegó hacia la mesita de la comida, mi ceñó se frunció. Allí yacía un vaso vacío. Aquel que hace un par de horas había estado lleno de whisky, estaba reposado tranquilamente sobre la mesa.Teníamos que hacer algo al respecto, pensé. Estaba decidido a sacarla de eso, y estaba seguro que lo íbamos a lograr.Llevé mi mano hacia su cabeza y la acaricié: - Por que yo estoy aquí para ti, para hacerte feliz- le dije.…Volvimos a nuestras vidas, a nuestros trabajos
2 meses después…Reiko sólo oía el taconeo apurado dentro del departamento, el estaba terminando de acomodar su corbata, cuando vio salir a Deva corriendo del baño hacia su habitación, y luego mientras se abrochaba los gemelos, otra vez Deva se apresuró a volver al baño. Reiko frunció el ceño y encogió sus hombros.Llevaban viviendo juntos dos meses, en esos cortos pero intensos meses Deva había mejorado mucho en cuanto a su tratamiento para la adicción. Ella se había prometido estar bien no solo para Reiko, sino también para ella misma, su cuerpo no merecía sufrir los envistes de sus antiguos traumas.Reiko comenzó a impacientarse cuando miró su reloj, Deva llevaba ya más de 30 minutos sin salir del baño, caminó a pasó lento y pegó un tanto su oído contra la puerta, juró oír un sollozo, pero no estuvo cien por ciento seguro, entonces ante la duda decidió golpear.-Cariño, ¿estas bien? - dijo curiosoAl instante se escuchó abrir el grifo del lavamanos, el agua golpeaba fuerte contra l
La ceremonia había sido hermosa, y sin duda los votos de amor de aquellos novios quedarían en la memoria de todos los invitados. Ellos eran una pareja feliz y consolidada, se notaba a lo lejos que ambos se amaban profundamente, sin embargo, antes de lograr estar así de tranquilos y plenos, tuvieron que pasar por muchos obstáculos, y varios peligros que sólo algunos de los invitados conocían, entre ellos Reiko San.Él había sido testigo fehaciente de lo que aquella pareja había tenido que atravesar para llegar hasta ese momento.Junto sus manos y en su mente realizó una pequeña plegaria japonesa, para desearles prosperidad y buenos augurios a la familia Al Saud.-Me acabo de topar a tu dulcinea yendo a los sanitarios, ¿se encuentra bien?-¿A qué te refieres?-Llevaba una cara de ultratumba, ¿no te estarás pasando con ella?, tienes que dejarla descansar de vez en cuando Reiko- Santorino lanzó una gruesa carcajadaAquella broma no había entrado a la cabeza de Reiko, si no que, al contrar
Gracias al embarazo Deva había dejado el alcohol, y no fue difícil ya que el premio sería aún más grande que sus ganas de beber, tener a su hija sana en sus brazos era su mayor motivación.Durante el embarazo ella continúo trabajando en su taller y sólo se fue a descansar cuando su barriga le impedía escabullirse por debajo de los autos. Incluso aún en su baja maternal se las ingeniaba para ir a darse una pequeña vuelta por su empresa, sin que Reiko la notará. Eso la hacía feliz.Ume en la cultura japonesa significa la flor del ciruelo, y así luego de 9 largos e intensos meses nació una niña hermosa como una flor de ciruelo, cuando su madre la tomó en brazos sonrió complacida al descubrir que su nombre le calzaba perfecto.Luego del matrimonio de los Al Saud, ella recibió una oferta de alianza imposible de rechazar, Malek Al Saud le había ofrecido ser su socio, y juntos construir un conglomerado, Luxury aportaría con la tecnología y AS Enterprise lo haría con materia prima y mano de o
Una chica muy decidida y atlética practicaba movimientos marciales a un lado del tapete de competición, lanzaba algunas patadas y con sus brazos rasgaba el aire de forma imaginaria, daba pequeños saltos seguidos y movía sus hombros en forma circular.-¡Competidores ingresen al área!- se escuchó con fuerza la voz del juezLa chica paró de saltar, alertada por la indicación del juez. Se apretó con fuerza su armadura de Kendo y bajó la máscara que la protegería de las envestidas del contrincante. Agarró su sable de bambú y caminó con decisión al medio del cuadrado.-Deportistas, ustedes están en la final nacional de Kendo. Por favor que sea una competencia sana y con espíritu deportivo. ¡A pelear!- bajó con fuerza su mano y dio inició a la batalla.Entre el público se encontraba Reiko San, con ambos brazos cruzados en su pecho. En su rostro había una sonrisa de medio lado, él sabía que su hija era la mejor y estaba convencido de que ella ganaría esa competencia.Ume se movía sigilosa com
Los negocios iban bien hasta que una molesta piedra en el zapato apareció, la piedra tenía nombre y era Uzui Imata.Uzui había irrumpido de forma brusca en el mercado, ofreciendo menores tarifas para ganar más clientes. Pero su trabajo era desprolijo e insultaba a todos los que llevábamos más tiempo en el rubro.Ser un asesino a sueldo en Japón no era fácil.Harto de aguantar las jugadas sucias de Uzui y de perder a la mayoría de mis clientes decidí migrar del país.Pagué por un pasaporte falso y compré un ticket de avión rumbo a Nueva York. Allí tenía un viejo amigo.Abordé el avión con la esperanza de dejar mi antigua vida enterrada en el país asiático.3 meses después…Mientras observaba un fino traje de 3 piezas en la vitrina de una lujosa tienda en 5th Avenue, u
ReikoEl martes por la noche seguí a Deva, ella había asistido a un bar con dos de sus amigas, al parecer las cosas se pusieron divertidas y ella tomó más de la cuenta.Me senté en una mesa solitaria, dónde a penas llegaba la luz artificial, pedí un whisky y me dediqué a observarla.Bailaba entusiasmada y ebria al medio de la pista con sus amigas, a pesar de ser tan compuesta en su vida diaria, por la noche dejaba salir toda su personalidad. Aún era joven y tenía todo el derecho de divertirse.Dos hombres las abordaron, Deva a penas los vio no les prestó atención y siguió contorneándose al ritmo de la música. Uno de ellos se atrevió a más y la tomó de la cintura.Apreté el vaso entre mis dedos hasta el punto de trisarlo.Deva lo alejó una vez más, pero el imbécil regres&oac
ReikoEstaba formulando la idea en mi cabeza mientras jugaba con la tarjeta de presentación de la señorita Deva.Necesitaría al menos 2 personas más para poder formar la empresa, y ese era un gran problema yo estaba acostumbrado a trabajar solo y prácticamente no conocía a nadie más, excepto a Santorino, en la ciudad.Pensé en Santorino, pero lo descarté de inmediato era muy inteligente y resolvía casos como nadie, pero tenía la contextura de un gusano hambriento y eso no le daría nada de credibilidad a la empresa.Me froté el mentón y me rasqué la cabeza.¿Y si ponía un anunció en internet?Quizás podría hacer un casting.Saqué el celular de mi bolsillo y abrí una página de anuncios y ofertas.“Se busca persona &he