Reiko
Llegué puntual a la recepción de Luxury Inc.
Peiné mi cabello con la mano y me acomodé el saco. Me acerqué al mesón y dije:
-Buenos días, tengo una cita con la señorita Turner- me sorprendí al notar que no había ni una sola mujer en el mesón, si no que había dos chicos tomando notas y contestando teléfono.
No era lo usual, pero me pareció interesante.
-Buenos días ¿su nombre?
-Reiko San- dije y sonreí.
El chico bajó la vista de inmediato y releyó en su Tablet.
-Bien, tomé señor San aquí está su pase de invitado, la oficina de la CEO está en el piso 10- dijo y me indicó los elevadores.
Tomé la credencial, me la puse alrededor del cuello y me despedí para caminar rumbo a los elevadores.
Marqué el botón, las puertas de acero se abrieron y subí.
Me volteé para verme en el reflejo de las paredes, sonreí falsamente y dije:
-Buenos días señorita Turner.
No, no, muy formal
Moví mis hombros para adelante y para atrás.
Extendí mi mano hacia adelante y volví a decir:
-Soy Reiko San, vine por la cita
Suspiré bajando mi cabeza.
Vamos Reiko, sólo relájate.
-¡No puedo!, ella me pone nervioso- dije en voz alta
-¿Quién lo pone nervioso?- oí decir desde la entrada del ascensor, las puertas se habían abierto y no me había dado cuenta.
Quedé petrificado al ver a la señorita Turner parado frente a mí.
-¿Va a salir o tenemos la reunión dentro del ascensor?
-Claro, si, disculpe- dije mientras salía del cubo, ella dio un paso al costado para dejarme avanzar y sin querer dejó una estela con su aroma que me hice estremecer.
-Aguárdame en mi oficina debo ir al piso de abajo. Vuelvo en seguida- dijo mientras entraba al ascensor.
-Ed, hazlo pasar a mi despacho. Por favor- dijo con una pequeña llamada hacia un joven, mientras las puertas se cerraban.
Le sonreí, ella me correspondió.
El joven se levantó y me dirigió hacia la oficina de la señorita Deva.
Mientras avanzaba pude notar que el 90% de sus trabajadores eran hombres y me fui imposible no preguntar.
-Disculpa, ¿Por qué aquí trabajan casi puros hombres? - el chico giró su cabeza
-A la jefa no le gustan los problemas
A mi más bien me pareció que a ella le gustaba ser la ama y señora
-Es aquí, ¿desea un café? - dijo su asistente.
-Si gracias- el chico se volteó y se marchó
Entré a su oficina, y pude comprobar su buen gusto. Al igual que lo hice cuando estuve en su apartamento.
Los muebles eran todos blancos con finas terminaciones en plateadas. Al centro de su despacho había un pequeño sofá y una mesa de centro de mármol, encima la figura de un torso de un caballo en dorado.
Su escritorio era en forma de L, y en el borde una colección genuina de automóviles clásicos a escala.
Ford Galaxy, Ford T, Rolls Royce Phantom, Alfa Romeo 8C, Mercedes Benz 300 SL, Cadillac Eldorado, entre otros.
Me acerqué a una pared de la cual pendían varias fotografías. Me detuve frente a una imagen de una pequeña niña pedaleando un mini auto de juguete.
Siempre había sido bella.
Suspiré.
-Disculpe por haberlo hecho esperar ¿señor…? - irrumpió la señorita Deva sacándome de mis ensoñaciones.
-Reiko San- dije tragando saliva
Ella avanzó y paso por un costado mío para llegar a su escritorio.
No pude evitar mirar su tonificado y bien formado trasero, que lucía perfecto dentro de un vestido elegante de una sola pieza color crema.
Apreté la mano dentro de mi bolsillo para desviar mi atención.
-Bien señor Reiko, por favor tome asiento.
Me senté frente a ella y subí mi pierna derecha sobre la otra.
Ella observó mi gesto con detención.
-Señor Reiko, primero quiero agradecerle sus oportunas intervenciones. Llámenosle casualidades- entrelazó sus dedos sobre el escritorio - Cuénteme como podría retribuirle su ayuda- dijo mirándome fijamente.
Me perdí por dos segundos en sus ojos color miel, la habría cuidado toda mi vida sin ningún pago a cambio.
-¿Se siente bien?- llamó mi atención.
-Si, disculpe. Estaba pensando (en usted)- traté de ponerme serio – Hay algo en lo que usted me podría ayudar- dije apoyando mis codos sobre su escritorio y juntando mis manos
-Lo escucho- ella imitó mi gesto, pero apoyó su cabeza sobre sus manos.
Su movimiento la hizo ver increíblemente tierna.
-Estoy comenzando con un nuevo negocio
- ¿Y quiere que sea inversionista? - me interrumpió
-No precisamente, quiero que sea mi clienta
Ella abrió sus ojos.
-No suelo ser compradora final, excepto que me quiera vender carteras y vestidos- sonrió
-No precisamente (lo que quería era sacarle la cartera y el vestido)- aclaré mi garganta.
Enrojecí
- Acabo de armar una pequeña compañía de guardaespaldas profesionales y de alta calidad- ensalcé a mis dos pobres guardaespaldas americanos que realmente eran dos ex guardias de banco, sin embargo, fue lo mejor que pude conseguir.
-Interesante, prosiga- dijo mientras, su asistente depositaba los dos cafés sobre su escritorio.
-Le quiero ofrecer mis servicios como guardaespaldas privado- finalmente dije.
-¿Tiene experiencia?- dijo de inmediato
Rebusqué en mi cabeza, no podía contarle que me dedicaba a asesinar gente por encargo.
-Claro soy experto en artes marciales, táctica y estrategia. En Japón me enfrenté a varias amenazas y defendí impecablemente a mis clientes y sus intereses (asesinando a todo aquel que se pusiera por su camino)- acomodé mi corbata.
-Ya veo…- dijo ella pensando un momento.
Luego de una pausa habló:
-Bien, supongo que sus servicios me vendrían bien ahora, ya sabe lo que le pasó a mi último guardaespaldas- hizo una mueca con su labio y rodó sus ojos.
Asentí con mi cabeza a su comentario.
Mi corazón palpitaba con fuerza, estaba apunto de cerrar el trato, lo que me llevaría a estar muy cerca de la señorita Deva.
-¿Puede empezar hoy mismo?- mi pulso se detuvo y mis neuronas comenzaron a chocar entre sí.
-Por supuesto- dije con un seguridad forzada, agradecí de haber tomado las clases de actuación en la primaria.
La señorita Deva se levantó y estiró su vestido.
Yo de inmediato me incorporé con ella.
Estiramos nuestras manos y las juntamos.
-Bienvenido- dijo ella- le pediré a Edward que se encargué de su contrato, por mientras puede aguardar afuera en una hora más saldremos.
Me paré firme sobre mis piernas e hice una reverencia.
Cuando estaba a punto de abandonar su despacho, ella llamó mi atención.
-Disculpe señor San, ese día…en mi apartamento – vi que ella se puso colorada.
- No se preocupe, yo solo la llevé y la deje sana y salva. Creo que bebió más de la cuenta.
Sonreí al recordar todas sus sucias insinuaciones.
-Bien… disculpe por eso- llevó una mano a su rostro sulfurado.
-La espero afuera señorita- le dije y cerré la puerta tras de mí.
Salí del despacho más feliz que perro con dos colas, había logrado mi objetivo. Y al fin podría esta mucho más cerca de la señorita Deva.
-¿Señor Reiko?- el asistente me llamó.
Me giré para enfrentarlo.
-Me sigue por favor, iremos al departamento legal, allí le prepararán su contrato.
Seguí al joven hacia el piso 12, caminamos por un pasillo lleno de cubículos con gente trabajando…todo en su mayoría hombres.
-Aguardé aquí por favor- me mostró un par de sillas de descanso.
Edward tocó dos veces la puerta y entró.
Las voces se podían oír desde afuera.
-Disculpe señor Taylor, vengo por el contrato del señor Reiko San, él es el nuevo guardaespaldas de la señorita Turner…- el chico fue interrumpido
-¿Otro más?, ¿qué tal se ve el tipo?
-Pues verá, éste a diferencia de los anteriores tiene cuerpo de guardaespaldas, se ve atlético y alto- acotó el chico.
Yo sonreí con suficiencia.
-¿Es guapo?
-Bastante, él es asiático.
- Ya veo, lo tendré en la mira.
Entrecerré los ojos.
¿Quién era este hombre?
Di un pasó rápidamente hacia atrás cuando oí venir a alguien.
Apareció el asistente entre medio de la puerta y me dijo – Señor San puede entrar para que firme.
Ingresé al despacho y me topé con el señor Taylor, Dylan Taylor, abogado y jefe del departamento legal de Luxury Inc.
En seguida el hombre me observó con intriga, me miró de pies a cabeza y volvió su vista hacia el papel.
-Señor San, lea su contrato, y firme aquí- me señaló la línea con un dedo.
Me acerqué, tomé la hoja y la leí con cautela. Parecía todo en orden.
El señor Dylan no podía apartar su mirada de mí.
-¿Hay algún problema?- le dije cansado de su descaro
-¿Habla español?
-Por supuesto, y también hablo japonés, mandarín y coreano. ¿y usted?
El tipo estiró los hombros y se puso tenso.
-Usted no parece de las personas que podrían cuidar de otras- lo observé harto de sus provocaciones
-La señorita Turner no diría lo mismo- tomé el bolígrafo y firmé con decisión.
Edward abrió su boca formando una O y brincó su mirada de uno en otro con velocidad, sin poder creer el alboroto que se estaba armando.
-Gracias- le dije cuando le entregué el contrato.
-Me disculpa la señorita Deva me espera.
Me giré y desaparecí de la escena con apuro.
Reiko-¿Firmaste? - me dijo la señorita Deva cuando volví a su despacho.-Si-Entonces supongo que ya conociste a Dylan Taylor, mi abogado-Si señorita- dije bajando la mirada-No te preocupes por él, a veces es mal genio, pero es un buen abogado- me guiño el ojo y se levantó en busca de su abrigo y su cartera.-Ven vamos, tenemos una visita a la planta de producciónMe apresuré a abrirle la puerta y caminar atrás de ella.La planta de producción se encontraba en un edificio contiguo al corporativo.Contaba con 3 bodegas unidas en su interior, para formar un gran espacio central y alrededor contaba con varias mini oficinas, laboratorios y un taller de mecá
Reiko-¿Qué te pasó, te atropelló un camión?- dijo la señorita Deva al llegar a su oficina.Aclaré mi garganta y sacudí mi traje ante su pregunta.A decir verdad, no había dormido ni un solo minuto, el “encargo” de la noche anterior se había extendido más de lo normal, pero todo había salido bien, para satisfacción de todos.Aunque mi cara era peor que la de un zombie estaba contento, porque había sido mi última “misión” y por qué había logrado que Malek Al Saud hablará con el señor Tanaka para beneficio de Luxury Inc. Ahora tan sólo debíamos esperar por la llamada del empresario japonés.A pesar de la burla de la señorita Deva, sonreí satisfecho.-Tuve una mala noche- dije con gracia.Ella me inspeccionó de arriba
DevaMe sentí un poco ansiosa con todo lo que había pasado últimamente.Sin duda la llamada del señor Tanaka, me dio un chute de energía, no sabía que era lo que le pasaba, pero cualquiera que fuera la circunstancia me estaba beneficiando enormemente a mí y a mi empresa.Salí de mi edificio, y decidí caminar, necesitaba aire fresco en mi cerebro.Doblé a la esquina y me introduje en la cafetería más cercana. Pedí un cortado y me senté a pensar.¿Quién querría robar mi prototipo?, ¿quién podría estar tan interesado?Me sobé el mentón y revolví un tanto mi café.Debería insistirle aún más a Reiko San que aumentase la seguridad de mi edificio, quizás poner alarmas y cámaras de vigilancia en más puntos, det
Reiko-Señor San- me interceptó el joven recepcionista, me dirigí hacia el mesón y lo miré curioso.-Lois el chico de mercadotecnia le dejó este mensaje- arrastró un pequeño papel sobre la mesa.Lo tomé con cuidado y me alejé un tanto de los muchachos de recepción, no podía dejar que algún chisme se esparciera sin control.Lo abrí y leí.“Guapo, no faltes hoy. Iremos al club Fusión”Arrugué con coraje el papel en mi mano, y cuando estaba a punto de arrojarlo a la basura se me ocurrió una idea…Quizás yo también podría jugar con Deva…Entonces en vez de arrojar el papel a la basura, me lo guardé discretamente en el bolsillo de mi pantalón.El día transcurrió con normalidad, pero a las 15h recib&iacu
Reiko-Por favor quédate, porque no me siento muy …- se incorporó y tapó con fuerza su boca, su estómago subió hasta su boca y sus ojos llorosos me anunciaron que iba ocurrir lo inevitable.Salté de inmediato sobre su cama y con la mano derecha agarré un florero de losa, tiré las flores y el agua al piso, lo puse debajo de su boca y le tomé el pelo con la otra mano.Ella vomitó hasta sus pensamientos, su cuerpo se retorció dejando salir todo el alcohol.Mientras la ayudaba no pude dejar de pensar en que ella definitivamente no tenía control del alcohol.Luego de echar todo afuera, se recostó aliviada. Me miró complacida y cerró sus ojos.Limpié todo el desastre, y le pasé un paño húmedo sobre sus labios.Me separé un tanto de su cama, dónde ella dorm&ia
ReikoUn rayo de sol me pegó justo en la cara, fruncí el ceño y me sobé los ojos.Me removí entre las sábanas, tratando de recobrar mis sentidos.Toqué hacia un costado y solo hallé las sábanas frías, miré rápidamente hacia el otro lado. ¿Dónde estaba Deva?Me senté y busqué en el suelo mi ropa. Caminé en dirección a la sala y sobre la isla de la cocina encontré una nota.“Cierra la puerta antes de marcharte. Deva”Sentí como un puñal me atravesó el estómago y rápidamente el nudo en mi garganta se formó.¿Había sido un sueño?, claramente no había sido uno, entonces…¿Por qué ella era tan cruel?Me sentí utilizado, como una lata de refresco que tod
DevaEl suceso de anoche me había dejado muy nerviosa y comencé desconfiar hasta de mi propia sombra. No quería terminar en un ataque de pánico ni en paranoia entonces debía ponerle atajo pronto, si no, mi única salida sería embriagarme otra vez.Que patética Deva, que patética…Las preguntas sin respuesta comenzaron a chocar dentro de mi cabeza.Uzui claramente buscaba a Reiko, pero ¿Por qué?, ¿Por qué quería hacerle daño?Me puse mis pantuflas de conejo, y caminé hacia mi despacho. Me senté en mi berger y mis ideas comenzaron a viajar descontroladas dentro de mi mente.Necesitaba saber más, necesitaba saber que era lo que realmente estaba pasando, pero por otro lado también quería tener cerca a Reiko, él me entrega una seguridad inigualable, y ya no pod&
Reiko-No debes dejarla sola ni a sol ni a sombra, y si ves algo inusual me llamas de inmediato, ten aquí está mi tarjeta- mientras le daba las instrucciones de como cuidar a Deva al hombre que me envió Santorino, seguía empacando mis cosas.Hacer mi bolso para irme con Deva me producía una ansiedad insuperable, era como un sueño hecho realidad, y me sentía como una mujer soltera que sale del hogar de sus padres para ir vivir con su amado futuro esposo. Y sí, Deva sería mi futura esposa, de eso estaba seguro.Dejaría todo listo antes de ir tras Uzui, y cuando la molesta mosca fuera aplastada entonces podría vivir tranquilo con Deva…y luego solo nos quedaría ser felices.Sonreí con amplitud mientras rebuscaba en mi caja de seguridad las 3 armas más poderosas que llevaría al encuentro.Revisé los cartuchos dos veces,