Las manos ensangrentadas de Cleo se movían con agilidad sobre aquel teclado viejo y empolvado que había frente a ella, sus costillas palpitaban constantemente, recordando la dolorosa experiencia que había vivido hace unas cuantas horas atrás. De vez en cuando escupía una pequeña cantidad de sangre que su cuerpo le exigía expulsar de su interior.
La habían descubierto mientras realizaba su plan de escape. Ese hombre que prometía casarse con ella la había descubierto intentando contactar a Jack y aunque al inicio había mostrado una amable sonrisa. Había terminado por herirla.
—¿Lo tienes?—preguntó Josh, entrando a la habitación con una gran navaja entre manos— ¿Has sacado la información?
—Solo he... solo he podido robar unos cuantos millones— contestó ella— unos cientos—susurró, avergon
Cleo saltó de la cama cuando el repentino sonido del golpe sobre la puerta la asustó, acelerando su corazón al mismo tiempo que la obligaba a respirar con más dificultad. Con decisión se quitó el respirador del rostro y avanzó hacia aquella puerta de madera. Al abrirla se encontró con el rostro de Jack totalmente tensó mientras sujetaba a Luis del cuello de la camiseta. Luis mantenía en su rostro la expresión de pánico que siempre hacia cuando ocasionaba que el capitán se molestara.—¡Bromeaba!—susurró Luis, llevándose las manos temblorosas al cuello— Jack, me lastimas. —¡No es momento de jugar!— soltó Jack, apretando con más fuerza la tela que rodeaba el cuello del joven soldado. Estaba molesto y no pensaba ocultarlo. Mucho menos pensaba tener consideración con Luis, en esos momentos todos se habían con
Las ruidosas zancadas de Jack se escucharon por todo el pasillo del hospital, otros dos soldados corrieron por el lugar con esperanza de poder llegar a tiempo a la habitación donde se encontraba su compañero herido. Cada segundo que pasaba era tan importante porque podría ser el último para Logan. El pitido del aparato que indicaba las palpitaciones de Logan dejaba de sonar por momentos como si su corazón se estabilizara o dejara de palpitar.Jack podía sentir la desesperación correr por su cuerpo, llenándolo de adrenalina con cada movimiento que daba hacia la habitación de Logan. Tenía la cabeza totalmente abrumada, llena de oscuros pensamientos que lo llenaban aún más de miedo y tristeza ya que imaginar el rostro de la persona que estaba traicionándolo le dolía hasta lo más profundo de su corazón sin mencionar el miedo que sentía al imaginarse perdiendo a s
El sonido de sus pasos chocar con las escaleras de emergencia causaban un pequeño sonido metálico que venía seguido de la vibración del metal. Ambos se mantenían en silencio mientras bajaban especialmente cuando las grandes y fuertes manos de Jack sujetaban las delgadas piernas de Cleo.La noche lucia tan tranquila que a Jack le parecía anormal, la sensación de que el lobo se encontraba afuera esperando atacar no lo dejaba tranquilo. Ni siquiera cuando tenía a Cleo recargada sobre su espalda, respirando con tranquilidad mientras guardaba silencio. Jack podía sentir las ligeras palpitaciones de corazón de Cleo, tan tranquilo que lo dejaba mucho más intranquilo ya que la idea de cometer un error y terminar fallando en su misión le torturaba.El plan era tan sencillo que resultaba riesgoso. Sacaría a Cleo de ese hospital y caminaría con ella por las afueras de la ciudad
El repentino sonido motorizado hizo despertar a Jack, sus ojos viajaron de un lado a otro por un momento antes de comprobar que ella estuviera a su lado. Ágilmente y colocando las manos en el suelo se levantó listo para inspeccionar los extraños sonidos que había percibido.Sus silenciosos pasos ni siquiera hicieron el mínimo sonido al pisar la tierra y lo escombros del lugar en donde habían decidido pasar la noche. Por un momento Jack se percató que no había pasado mucho tiempo desde que ambos habían decidido dormir, el fuego a su lado brillaba lo suficiente para iluminar por completo el rostro de Cleo. Los golpes y las heridas sobre el femenino rostro lo hicieron enfadar, recordándole el grave error que había cometido en aquel viejo edificio.Su cuerpo estaba tan cansado y adolorido que el cuello le dolía con cada mínimo movimiento.Se detuvo en la entrada de
Había un gran silencio entre ellos dos, el rostro de Cleo demostraba por completo todas las emociones que sentía dentro de ella. Se sentía expuesta ante él y aunque tener el torso desnudo ante él no le incomodaba. Si le incomodaba la extraña tensión que se había creado entre ellos.Jack se aclaró la garganta con fuerza, ocasionando que el sonido llamara la atención de Cleo. Él la observó por un momento, arrepintiéndose de haber actuado de esa manera sin pensarlo. Sin decir ni una sola palabra pasó la mirada por las costillas de Cleo antes de observar la herida sangrante que tenía al lado de su pecho izquierdo.—¿Duele mucho?—preguntó antes de observar como ella lo veía antes de ruborizarse por completo.— deja de imaginar cosas, Cleopatra.—¡No estoy imaginando cosas!—soltó ella, defendi&eac
El silencio entre ambos fue desgarrador. Especialmente cuando Jack se alejó por completo de ella, llevándose ambas manos al cuello al mismo tiempo que soltaba un ruidoso suspiro lleno de frustración.— ¿Qué has hecho?—preguntó, negando, intentando creer que lo que acababa de suceder solo había sido parte de su imaginación— esto no puede ser real... ¡Mierda!—gritó, olvidando principalmente la razón por la cual se había molestado con ella.—No grites...nos van a descubrir—susurró Cleo, apretando con fuerza los puños— lo siento, no fue mi intención incomodarte.&
Las puertas de la oficina del general se abrieron por completo antes que Jack entrara con sus poderosas botas militares.—Jack…— murmuró con felicidad. Verlo de nuevo frente a él significaba una sola cosa, Cleo estaba de regreso y a salvo.— ¡Red Light se, general!— soltó, saludando a su superior con respeto. — ¡He terminado mi misión, señor!—anunció, hablando en un tono alto— ¡La señorita Cleo ha llegado a la base tal como se lo había prometido, señor!—Descansa— soltó el general, dibujando una sonrisa en su rostro al verlo de nuevo. 
Las puertas de la oficina del general se abrieron por completo antes que Jack entrara con sus poderosas botas militares.—Jack…— murmuró con felicidad. Verlo de nuevo frente a él significaba una sola cosa, Cleo estaba de regreso y a salvo.— ¡Red Light se, general!— soltó, saludando a su superior con respeto. — ¡He terminado mi misión, señor!—anunció, hablando en un tono alto— ¡La señorita Cleo ha llegado a la base tal como se lo había prometido, señor!—Descansa— soltó el general, dibujando una sonrisa en su rostro al verlo de nuevo.