El silencio entre ambos fue desgarrador. Especialmente cuando Jack se alejó por completo de ella, llevándose ambas manos al cuello al mismo tiempo que soltaba un ruidoso suspiro lleno de frustración.
— ¿Qué has hecho?—preguntó, negando, intentando creer que lo que acababa de suceder solo había sido parte de su imaginación— esto no puede ser real... ¡Mierda!—gritó, olvidando principalmente la razón por la cual se había molestado con ella.
—No grites...nos van a descubrir—susurró Cleo, apretando con fuerza los puños— lo siento, no fue mi intención incomodarte.
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Las puertas de la oficina del general se abrieron por completo antes que Jack entrara con sus poderosas botas militares.—Jack…— murmuró con felicidad. Verlo de nuevo frente a él significaba una sola cosa, Cleo estaba de regreso y a salvo.— ¡Red Light se, general!— soltó, saludando a su superior con respeto. — ¡He terminado mi misión, señor!—anunció, hablando en un tono alto— ¡La señorita Cleo ha llegado a la base tal como se lo había prometido, señor!—Descansa— soltó el general, dibujando una sonrisa en su rostro al verlo de nuevo. 
Las puertas de la oficina del general se abrieron por completo antes que Jack entrara con sus poderosas botas militares.—Jack…— murmuró con felicidad. Verlo de nuevo frente a él significaba una sola cosa, Cleo estaba de regreso y a salvo.— ¡Red Light se, general!— soltó, saludando a su superior con respeto. — ¡He terminado mi misión, señor!—anunció, hablando en un tono alto— ¡La señorita Cleo ha llegado a la base tal como se lo había prometido, señor!—Descansa— soltó el general, dibujando una sonrisa en su rostro al verlo de nuevo. 
Una sonrisa de maldad se escapó en el rostro de Bill cuando Jack se sentó frente a él, retándolo con la mirada al mismo tiempo que tensaba los músculos de su rostro, logrando que su mandíbula se afilara incluso un poco más de lo que ya solía estar.El general se mantenía en completo silencio, pensando en el extraño ambiente que se había terminado por convertir la conversación que había comenzado. Nunca se había imaginado que Jack estuviese dispuesto a casarse con su hija y mucho menos hubiera imaginado que él hablara con tanta seguridad al demostrar los claros intereses que tenía hacia Cleo. Bill permanecía en silencio, mostrando una extraña mirada que inquietaba al general.—¿Por qué debería de considerarlo una opción?— soltó el general, volteando hacia la dirección de Jack— Bill dentr
Los pasos de Bill hicieron eco en la zona de entrenamiento. Con cada una de sus pisadas el suelo crujía bajo sus pies como si este se debilitara con casa paso que él daba. Frente a él se encontraban los dos soldados posiblemente más fuertes del lugar, Logan se mantenía sentado en una de las bancas mientras que Jack permanecía de pie frente al lado, con la espalda recta, lucia tan confiado que por un momento hizo que Bill titubeara al acercarse.—¡Logan, me alegra verte de pie!— comentó, acercándose con una gran sonrisa llena de falsedad que fue detectada de inmediato por los ojos azules de Logan.—Tenemos que hablar— soltó Jack. Clavando la mirada en el soldad rubio que acababa de llegar— es importante así que toma asiento.—¿Logan acaba de despertar y ya le has puesto a trabajar?— preguntó Bill, sentándose en el suelo. Recar
Cleo se separó por un momento, aturdida por culpa del beso que acababa de recibir. Jack la miró por un momento, acariciándole el cabello sin poder dejar de verla a los ojos.—Lo siento— soltó antes de aclararse la garganta— por haber sido un cobarde y no haber admitir lo mucho que te quería.—¿Por qué ahora?—preguntó ella, limpiándose las lágrimas que habían comenzado a caer por su rostro— ¿Por qué cuando probablemente estoy a punto de desaparecer de tu vida?—Tenía miedo de no volver a verte nunca más— confesó, notando como todos los soldados a su alrededor los veían con sorpresa— nunca he hecho esto Cleo, nunca había sentido esto y siempre me lo había prohibido pero quiero que sepas que eres la primera y serás la última en tener mis sentimientos. Lamento no haber
Cleo se dejó caer al suelo antes de llevarse las manos a la cabeza y gritar con desesperación. Las esposas de metal que tenía en sus muñecas y tobillos le impedían moverse. Una segunda explosión atacó el lugar, logrando que una de las molduras del techo cayera. Destruyendo todo lo que estuviera a su paso.Con desesperación comenzó a golpear las esposas con cualquier material que hubiera en el suelo, algunos soldados heridos se levantaron del suelo, tratando de proteger el lugar pero las heridas que les habían provocado las explosiones eran tan graves que con seguridad morirían dentro de unos minutos. Un grito de satisfacción salió de su garganta cuando las esposas se rompieron, liberando sus manos. No era lo suficiente tonta como para no notar lo que estaba sucediendo en realidad, estaban haciendo todo eso para recuperarla, para llevársela una vez más pero ella estaba disp
El cielo de la ciudad destrozada se veía tan oscuro esa noche que era imposible iluminar el lugar por donde los soldados caminaban, el rostro de Jack se mantenía serio desde aquel día y a Logan le preocupaba cada vez más la manera en que la personalidad de Jack se endurecía con cada día que pasaba. Lo entendía a la perfección porque sabía que su compañero tenía el corazón totalmente destrozado, lleno de frustración y odio hacia el general. Le había engañado, le había hecho creer que podría tener una posibilidad de tener su apoyo pero al final lo había botado como simple basura.Incluso si a él la situación no le había afectado personalmente podía sentir dolor al ver la mirada de Jack tan vacía en aquellos lugares destruidos. Su manera de pelear se había vuelto más sangrienta como si estuviera buscando de
2 AÑOS DESPUÉS2 años 5 meses desde la partida de Jack.El sonido de los pasos de Jack se escuchó por todo el pasillo del edificio, haciendo crujir la madera que se encontraba bajo sus pies. Al llegar al final del pasillo se tomó un respiro para abrir la puerta y entrar con la seguridad que había ganado desde año un año. Su fría mirada viajó por toda la habitación al acercarse a aquel escritorio de madera que se encontraba frente a una silla de cuero negra completamente vacía.Con un suave movimiento se sentó en una de las sillas que había frente al escritorio, cruzándose de piernas ante de recargar su cabeza en el respaldo del asiento. El sonido de la puerta lo hizo voltear por un momento, levantándose nuevamente del asiento para saludar al hombre que acababa de entrar a la oficina.—Un gusto volver a ver