“Preferiría quedarme con la culpa que con las ganas”
AURORA
Conseguir ser maestra en una prestigiosa universidad, LISTO.
Comprar con mis ahorros un buen apartamento cerca de mi trabajo, LISTO.
Concentrarse solamente en mí, LISTO.
Hasta ahora ya tengo todo lo que necesito, no les mentiré que en mi lista también está conseguir un buen esposo, una casa grande de aire familiar y tener mis hijos, pero todo eso debe esperar por mínimo unos diez años.
Me encuentro junto a mi mejor amiga desempacando y arreglando mi nuevo apartamento que me costó mis ahorros, mientras trabajaba cuando cursaba mi carrera en Lingüística, gastaba solo lo mínimo, y como vivía con mis padres podría ahorrar casi todo lo que ganaba.
Tuve la suerte de encontrarlo a un excelente precio, en un edificio moderno, con vigilancia, ademas que tambien esta amueblado con lo básico, pero muy modernos equipos, yo solo compré decoraciones florales para darle mi toque personal, aunque se que poco a poco iré comprando más cosas.
Terminamos de acomodar cada cosa en su lugar y decidimos que ya es hora de comer algo, no tenemos ganas de preparar nada, porque estamos muy cansadas, así que lo mejor es salir a comer en uno de los tantos restaurantes que tengo cerca, vivo en un lugar céntrico, donde puedes encontrar de todo a pocos pasos de distancia.
Bajamos por el ascensor conversando animadamente sobre qué comeremos, estamos indecisa si pizza o comida china, gritamos pizza las dos al mismo tiempo como el juego que siempre hacemos para elegir las cosas, en ese mismo momento las puertas se abren y ante nosotras se encuentra el hombre más bello que hayan podido ver mis ojos.
Con mi mala experiencia de un año atrás, no me había fijado en nadie, pasaba de los hombres, pero este pelinegro llamó mi atención como una polilla a la luz.
Lo que más me tiene fascinada son sus hermosos ojos verdes, son tan claros que podrías ver a través de ellos, son tan parecidos a unos que llevo soñando mucho tiempo.
Nos quedamos los dos mirándonos sin movernos, mi respiración se ha agitado, mi corazón ha empezado a martillar, es como si lo hubiera visto en algún lado, pero estoy segura que no me he topado con tremendo espécimen masculino, es… extraño.
En un momento él se acerca y va levantando lentamente la mano derecha, como si quisiera tocarme, pero mi amiga al ver tal acción tan extraña, me empuja fuera del ascensor, prácticamente me saca corriendo de ahí, y yo solo no puedo dejar de verlo.
— ¡Espera! — agarra mi brazo, siento vibrar mi cuerpo completo por su tacto, a la par de su impotente y sensual voz — ¿Vives aquí? — voy a contestar cuando mi amiga me empuja, esto hace que me suelte, nada mas llegue a asentir con la cabeza para que el supiera que si.
Prácticamente me sacó del edificio a rastra, no la entiendo.
— ¿Por qué hiciste eso? — le pregunto molesta cuando ya me ha soltado.
— Tengo hambre — solo dice eso.
— Pero, quería hablar con él, ¿No lo viste bien? ¡Está buenisimo!
— Si, lo ví y es verdad, pero dijiste muy claro que no querías nada que ver con hombres, ese se ve que es un mujeriego rompecorazones — dice muy segura.
— Tienes razón.
Su gesto de niña caprichosa es normal, no me sorprendo de su comportamiento, además de que me salvó de seguir babeando por un chico que apenas ví.
Llegamos a la pizzería en silencio y yo no puedo dejar de pensar en ese hombre, sus ojos son muy parecidos a los que siempre veo en mis sueños.
— Disculpame por lo que hice para salir del ascensor — me dice apenada mi amiga luego de haberse comido dos grandes pedazos, al parecer si le hacía falta comida y eso le aclaró el cerebro — también temí que hicieras el ridículo con ese hombre apuesto.
— ¿Cómo así? yo me sé comportar — digo indignada.
— Es que casi tuve que buscar un trapeador para limpiar tus baba — se ríe de mí y se me es inevitable no hacer lo mismo y estallamos en carcajadas, Llamando así la atención de las personas, cosa que no nos importa.
Nos despedimos en la salida del lugar, ella tiene que irse a trabajar, es enfermera y yo voy a descansar, mañana temprano tengo que trabajar.
Entro al edificio arrastrando los pies, estoy exhausta, esto de mudarse es estresante, te sientes emocionado por tu nueva vida, pero los cambios son agotadores, pero eso no evita que mire a todas partes buscando al chico guapo de ojos verdes, pero no esta, tomo el ascensor un poco apenada, aunque tengo la esperanza de que viva aquí mismo, como él me preguntó debe ser así, y si es un inquilino es posible que lo vuelva a ver.
El ascensor me deja en mi piso, en este solo hay tres apartamentos, los otros dos tiene sus puertas una frente a otra y la mía está a una esquina, estoy frente a mi puerta sacando mis llave del bolsillo del pantalón, cuando esta se caen al suelo en el mismo momento que una de las otras dos puertas se abre, cuando la recojo miro a ver quien podria ser mi vecino o vecina.
De esta sale un pelirrojo demasiado hermoso, ¿Será que me mude al edificio de los chicos guapos?, este está como un queso al igual que el ascensor.
El ruido de mis llaves llama su atención y se voltee a verme, de frente es mucho mejor, desde la distancia puede apreciar una cara bien enmarcada, podría jurar que tiene pecas, siempre he encontrado que ese rasgo es adorable.
— ¿Eres la nueva vecina? — pregunta con una voz melodiosa que haría a cualquier mujer suspirar y yo no soy la excepción.
— Si… — me aclaro la garganta — soy la nueva vecina — digo más confiada.
Camina como todo modelo de revista hasta quedar frente a mí, sus ojos me hipnotizan, son iguales de verdes que el chico anterior, podría decir que son iguales, pero que este tiene el pelo anaranjado y no negro como el anterior, hoy me persigue esa mirada esmeralda que no salen de mis sueños.
El parece sacado de un cuento de magia, estoy atrapada en lo hermoso que es este hombre, ¿Qué me está pasando? Pasé de no ver a ningún chico a toparme con dos que dejan sin habla y babeando, queriendo entregarme a ellos sin poner resistencia alguna.
— Mucho gusto, soy Edan, estoy para servirte en lo que quieras — sus palabras me hacen pensar muchas cosas picantes.
Este me tiende su mano como saludo, siendo corte y yo solo pensando en tiramele encima, ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Desde cuándo soy tan fácil?
— Muchas gracias, Edan — coloco mi mano sobre la suya y pude sentir la calidez, pero también la vibración que sentí en todo el cuerpo solo con tocarlo, madre mía — soy Aurora… mucho gusto.
— Hermoso como tus ojos, nunca había visto unos así — dice admirandolos
— Lo mismo digo de los tuyos.
— Ojos verdes puedes encontrar donde sea, pero violetas como los tuyos, nunca, son fascinantes — dice haciendo que me sonrojara.
— Eh… Gracias… supongo, es una herencia familiar que sucede cada cierto tiempo — tenía que poner distancia, me pone nerviosa — tengo que descansar.
— Pues… entonces… — aprieta mi mano, ya que no me ha soltado ni yo a él — nos vemos.
— Está bien — quito mi mano y con prisa entro a mi apartamento.
No entiendo mi comportamiento de hoy, ¿Y con chicos?
Desde cuando soy una chica fácil.
Se que esas joyas esmeraldas son las que me han perseguido en sueños todos estos años, pero no puedo volverme loca por eso, no es un comportamiento adecuado.
“Tengo hambre, y lo que me quiero comer apenas lo conozco” AURORA —Es increíble como la literatura ha existido desde años tan remotos en la antigüedad hasta la actualidad, y seguirá existiendo hasta el final de los tiempos, porque la escritura, siendo una necesidad de expresión humana, nunca va a dejar de ser un medio por el cual podremos compartir al mundo nuestro arte en palabras. — me muevo libremente por el aula finalizando la clase con esta conclusión — Los textos literarios más antiguos que nos han llegado datan de siglos después de la invención de la escritura. Muchos textos se transmitieron por tradición oral durante siglos, antes de que fueran fijados mediante la escritura, por lo que son difíciles de datar. Realmente amo enseñar, y lo mejor es lograr que tus alumnos te escuchen y les interesen tus clases, es una satisfacción personal que me i***a a realizar más estrategias para seguir consiguiendo su atención completa. — Bien, terminamos por hoy — todos miraron la hora po
“No dejemos para mañana las ganas que nos tenemos hoy” AURORA Estoy de compras con Jess luego de pasar estos días en las nubes por la confusión de que me gustasen dos chicos, cuando yo tenía un año completo sin fijarme en nadie. Ellos hacen que en mi se revuelvan cosas que no puedo explicar, esos ojos son con los que siempre he soñado, una atracción tan intensa que me hace vulnerable hacia ellos, esto se está volviendo un poco extraño. — ¿Qué tal esta cartera junto a estos zapatos que le hacen juego? — salgo de mis pensamientos poniendo atención a lo que me dice mi amiga. — Me gusta, estoy segura que le quedarán perfectos — digo muy segura. — Pues ya elegidos, veamos que vestidos vamos a elegir — dice muy emocionada, le encanta ir de compras y para qué mentirles, a mi también. Andamos varias tiendas hasta dar con lo que queremos, mi amiga que es una rubia muy atractiva, eligio un vestido negro con encajes en los hombros, señido hasta la cintura y la falda suelta hasta un poco ma
“Hay almas que se encuentran a pesar de todas las advertencias de la vida, simplemente porque se pertenecen”. AURORA Hay muchas cosas que logran que mi mente se calme y una de ellas es estar en aula, como en la que estoy ahora mismo, el estar explicando sobre los diferentes precursores del renacentismo como son Dante Alighieri, Francisco Petrarca, Juan Bocaccio y Juan Giotto. Hablar de ellos es como volver a esa época y verlos escribiendo con su pluma e utilizando una simple vela para alumbrarse, es mágico, la escritura me encanta, me fascina, la vivo, la siento, la disfruto en todo su esplendor, el leer o escribir para mi es despegarme de mi realidad. Así estoy hablando de ellos cuando me interrumpen con un paquete, son unas rosas combinadas entre blancas y rojas, las que me gustan, me las entregan, se escuchan los suspiros de las chicas, y yo solo pienso, ¿quién me ha enviado esto? ¿Será alguno de mis compañeros o algún alumno? miro curiosa la tarjeta que trae y me deja fría el s
“Si no recuerdas la locura en que el amor te hizo caer… es que no has amado”. EDAN (Alias el pelirrojo) ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más m****a! ¿Qué es ese comportamiento de adolescente hormonado? Hasta podría decir que mi comportamiento es parecido al mujeriego de mi hermano mellizo. Solo cuando los dos estábamos muy unidos en la universidad me permitía tal arrebato y hasta compartimos una que otras mujeres, pero desde que conocí a Ross, mi novia de hace dos años, decidí cambiar, incluso hasta he comprado el anillo para pedirle matrimonio, antes de conocer a Aurora sentía que mi novia era la mujer de mi vida, la indica, y ahora estoy muy confundido. Tengo que recordarme que soy Edan Cordona, Ginecólogo Obstetra de 29 años, o sea que ya estoy grandecito para estar actuando como lo hice en el ascensor y si la llamada no hubiera recordado que tengo una relación que respetar, se hubiese ido a mayores, volviendo a mi mantra, doctor por vocación que ve más mujeres que un gigolo y no puede so
“Quiero amanecer encima de ti, porque a tu lado sería muy lejos”. ETHAN (Alias el pelinegro) — ¡Ah! Su coño me aprieta al ella tener su orgasmo y no me contengo, me vengo enterrandolo hasta la empuñadura, derramandome en el condón, quedándome dentro de ella por varios minutos más, perdido en la sensación. — Por… por favor — me ruega la chica — muevete o haz algo — no es fácil para muchas aguantar mi grueso pene dentro mucho tiempo, sin ellas saber qué es lo que más me encanta. Ser abrazado por la estrechez de un buen coño, quedarme guardado como una espada en su vaina, apretado y caliente ahí, es lo mejor que puedo sentir, si es por mi dormiría así, bien enterrado, pero hasta el día de hoy ninguna lo ha podido soportar. — Aja — doy dos estocadas y salgo decepcionado porque otra más no puede complacerme — ya te puedes ir — le digo al verla acomodándose en la cama como si fuese a dormir conmigo. — ¿Cómo? — se indigna, pero que creia de tener sexo con un chico que apenas conoces.
“Donde quieras que estes, espero que tu mente se esté revolcando junto a la mía”. Narrado por Aurora — ¡Buenos días mis queridos alumnos! — digo entrando a la clase con energías renovadas, amo mi trabajo. Todos se emocionan al verme y eso hace que mi corazón se sienta cálido, sentir que tus alumnos te quieren, que se preocupan por ti, es lo mejor que una maestra puede sentir, porque eso quiere decir que tendrás en ellos un efecto favorecedor que los ayudará en sus vidas y más en la universitaria, ya que mucho a veces no logran concluirla. — Bien chicos, atento aquí, les tengo un proyecto que les ayudará a tener una mejor calificación, ¿Les gusta la idea? — todos gritan que sí, hay algunos, muy pocos que se oponen — Pues les explicaré que harán, tomen atención. Los separo en parejas, se que así se le sera mas facil aunque no lo vean de esa manera, ocupo la clase en que todo quede listo y debidamente informado, aunque tambien les dejo dicho que estoy abierta a cualquier duda que ten
“Si tus labios se dieran el tiempo de tocar los míos, saciarias mi sed”. AURORA Nunca he sido una chica de lujos, ni me ha interesado tenerlos, mis padres siempre me dieron lo que necesitaba y nunca tuve ambición por tener más de ahí, ellos me educaron así y me siento muy afortunada de serlo, por esa razón, el estar ahora en un restaurante lujoso que hace tambien de hotel, me sorprende por lo hermoso que es, pero no me impresiona para querer ser una persona con dinero y darme estos lujos. Ethan entra como dueño por su casa e inmediatamente nos llevan a una mesa alejada de las demás, pero con la mejor vista a la ciudad. — ¿Este lugar no necesita una reserva con anticipación? — pregunto cuando ya estamos sentados, con la carta en manos y solos. — No cuando eres socio — sono arrogante. — Ok, ¿Porque me has traído aquí? — se que lo seguí como gatito a su dueño, pero ya pasada la hipnotización, es bueno preguntar. — Tenias una cita conmigo, ¿no te acuerdas? — dice alzando una ceja co
“No se puede renunciar a algo que te entra en la mente, te abre el corazón y desnuda el alma”. AURORA Recuérdame… Me encuentro perdida en un denso bosque, oscuro, en el cual de alguna manera no hay nada de ruido, es muy raro, porque la naturaleza es bastante ruidosa, sino son los árboles, son los animales que los compone, es más hasta el mismo viento, pero en este momento lo que hay es solo silencio, uno muy pesado. ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Es esto un sueño? Recuérdame… Un susurro con esa frase, casi no se entiende, pero mi cerebro sabe lo que dice, es lo único que he escuchado. Siento que alguien más está conmigo, ¿saben de esa sensación de que sientes la presencia de alguien cerca? Sé que no estoy sola… Veo una sombra a mi derecha, voy directa a ella para saber que es, no se porque de todo, no siento miedo, corro más rápido para alcanzar, pasó ramas, salto rocas, parezco una loca desesperada, pero necesito llegar, quiero ver quien es y porque me di