Espero que estén disfrutando su día, un abrazo y nos vemos mañana.
Debo confesar que el tiempo se me ha pasado más rápido de lo que me hubiera imaginado, estando con Evan las horas pasan sin sentirlas, nuestra relación cada vez es más sólida, extrañamente pareciera que ya nos conocíamos desde hace mucho tiempo. Hasta ahora no hemos tenido diferencias, pero soy consciente de que en algún momento las habrá. Lo único de lo que todavía no puede convencerme, es de que aprenda a montar. Spark sigue apareciendo de vez en cuando, sobre todo cuando voy a algún lugar sola, Evan se ríe de mí porque le digo que seguramente él lo manda a vigilarme, alguna cámara escondida debe llevar. Olivia también ha sido una gran distracción para mí, me invita a comer o a pasar la tarde con ella y los niños, siempre la pasamos muy bien ya que no deja de hacerme bromas acerca del río, al cual hemos regresado ya que nunca me imaginé que nadar en compañía de un vaquero engreído, fuera tan interesante. A sus bromas siempre respondo que el río no tiene nada que ver, más bien tene
El día ha sido un poco ajetreado, ya que Haimi está por llegar después de un poco más de un mes fuera. Nélida y Evan están preparando una pequeña fiesta de bienvenida a la que asistirá la familia Marshall y Douglas. —No tengo suficiente crema batida para el pastel —expresa Nélida preocupada, mientras cocinamos—. Busca a uno de los muchachos, por favor —Me pide—. Para que vaya a traerla. —No es necesario, yo voy —aseguro, quitándome el mandil. —Pero… —No tardaré —La tranquilizo y salgo de la casa con prisa, para tomar la camioneta. Llego al supermercado que está cerca de la casa, pero no encuentro, así que tengo que ir al pueblo. Evan se fue a recoger a Haimi y yo me quedé ayudando a Nélida, ya que ella quería hacer personalmente la comida para recibir a su nieta. Compro lo que necesito y regreso al rancho, apenas me bajo de la camioneta y me recibe Muriel, con una cara de enojo que no puede ocultar. —¿¡Qué rayos haces con la camioneta de Evan!? —exclama. —¿Disculpa? —inquiero.
—¿Cómo supiste dónde encontrarme? —pregunto. —Te vi salir de la casa y me extrañó que tomaras este camino —Se sienta a mi lado—. ¿Así que estás celosa? —Nunca he sido celosa —replico. —Nunca habías sido, celosa —rectifica. —Tienes razón, pero no me puedes negar que la situación es incómoda y me ha tomado completamente desprevenida, además los comentarios mal intencionados de esa mujer, me tienen mal. —Hace años que mi madre me viene advirtiendo que Muriel siente algo más por mí, que un simple cariño de cuñados, lo que obviamente me extrañaba e ignoraba. Si bien es cierto que la conocí antes que a Helen, nunca la hice pensar que me sentía atraído por ella o algo parecido, solo nos vimos en la fiesta que te conté —suspira—. Honestamente, su actitud cada vez que venía me tenía sin cuidado, porque nunca estaba en casa y no convivía mucho con ella, pero en esta ocasión, su comportamiento me tiene completamente desconcertado, la manera en que intenta llamar mi atención me incomoda. Ella
Termino de empacar mi maleta y escucho que tocan la puerta. —Tenía que venir a despedirte —dice Liv sorprendiéndome, al abrir.—Gracias —respondo, abrazándola. —Liam está con Evan y aproveché la vuelta —explica—. ¿Estás bien?—Quiero llorar, no pensé que me costaría tanto decir adiós. —Recordemos que es un hasta pronto y no un adiós —rebate y asiento. —Pasa —Le pido y cerramos la puerta. —¿Te asustaste con lo que pasó ayer? —indaga.—Mucho, justo se me ocurrió irme a caminar sola por el campo, por suerte Evan me siguió y no pasó a mayores cuando nos encontramos con un coyote. —En el rancho también entraron, pero Liam, Logan y los trabajadores impidieron que se acercaran a los animales —exhala—. Aunque no pasa muy seguido, si se convierte en un caos.—Me imagino. —¿Hablaste con Evan? —interroga.—Sí, me sentí tan ridícula al actuar así. —Yo diría que estás vulnerable y te afectó más de lo normal, pero no es que yo pueda juzgarte, seguramente hubiera reaccionado igual con la nov
Despertamos algo tarde, ya que el baño en el jacuzzi se alargó más de lo que imaginamos.Bajamos a comer al restaurante del hotel y después vamos a una especie de mercado, enorme, en el que hay muchos puestos, venden de todo, hasta animales de granja.También hay una exposición de ganado y Evan estaba entusiasmado por verla.Caminamos tomados de la mano mientras recorremos el lugar, hay tantas cosas que no sé ni para dónde mirar, llegamos a un puesto de bisutería, compro algunos recuerdos para Lupita y para mis hijos, estoy por pagar cuando Evan se adelanta y le da unos billetes a la chica que nos atiende.—No tenías porque hacerlo —Lo regaño.—Es un detalle de mi parte, para tus hijos y tu amiga, con quién estaré agradecido eternamente —sonríe.—Está bien, gracias en su nombre.—También te compré algo —menciona sospechoso.—¿Qué es?—Dame tu mano, por favor.Hago lo que me pide y me pone una pulsera de hilo rojo con un corazón en color plata que tiene la letra E.—Sé que es muy senci
Los dos me miran esperando que hable. —Les mencioné al dueño del rancho. —Claro, el que te salvó de Spark —confirma Elán. —Bueno, pasaron muchas cosas, pero la más importante y la que quería contarles personalmente, es que… me enamoré. —Espera, ¿qué? —cuestiona Elán. —Sé que puede sonar ridículo a mi edad, pero créame que Evan ha sido tan especial conmigo, que me permití darme la oportunidad de volver a amar. Los dos están tan serios que empiezo a incomodarme. —Tal vez les parezca una locura y… —¡Estoy feliz por ti, ma’! —exclama Elán sin dejarme terminar—. No te voy a negar que me tomó por sorpresa, pero puedo notar tu alegría y eso es suficiente para mí, aunque tengo que conocer a Evan personalmente y hacerle algunas advertencias. Sonrío aliviada. —Claro que sí, él también quiere conocerlos. —También me tomó por sorpresa, mamá, ahora me siento más avergonzada al haberte pedido que… —No podías saberlo, hija —intento calmarla. —Felicidades, si ese hombre te ha devuelto
—¡Por fin regresaste! —exclama, mirándome de pies a cabeza—. ¡Estás más hermosa que nunca! En cambio él, está demacrado, barbudo, trae el cabello desarreglado, su traje está completamente arrugado y despide un olor a alcohol que no se podría ocultar con nada. Nunca me imaginé encontrarlo en este estado, no queda nada del Tomás que se cuidaba tanto. Da unos pasos acercándose y pongo mi mano sobre su pecho para detenerlo, al ver sus intenciones. —¿No estabas trabajando? —pregunto. —Sí, pero le dije a los vecinos que si llegabas, me lo hicieran saber. —Tomás, ¿qué te ha pasado? —cuestiono, señalándolo—. Nunca te había visto así. —Han sido unos días complicados, te he extrañado tanto —responde—. Tenemos que hablar. —Por supuesto que vamos a hablar —afirmo—. ¿Por qué estás molestando a Eilani? ¿Acaso te volviste loco? —Déjame invitarte a cenar y responderé todo lo que quieras saber, por favor —Me pide—. Podemos ir a tu restaurante favorito. —No Tomás, no vamos a socializar. —
Apenas llegamos al apartamento y le marco a Evan. —Hola, preciosa —Me saluda con una enorme sonrisa, que me devuelve la calma—. Esperaba ansioso tu llamada. —Hola, amor —suspiro—. También estaba ansiosa por llamarte. —¿Cómo estás? ¿Llegaste bien? —Ha sido un día complicado —suspiro—. Pero verte me tranquiliza. —¿Qué sucedió? Le explico todo lo que pasó con Tomás y Adriana, mientras me escucha con atención. —Quisiera estar ahí contigo —comenta con tristeza, cuando termino. —Lo estás —señalo mi corazón—. Aquí. —Te extraño —murmura. —Yo también —digo en suspiro—¿Estás en la casita? —pregunto cuando se acomoda en la cama. —Sí —contesta un poco serio. —¿Qué pasa? —No quiero agregar más problemas a la situación, pero Muriel se quedará unos días más. Frunzo el ceño sin decir nada, pero realmente esa noticia no me agrada en absoluto. —Regresé y encontré a Haimi muy entusiasmada con aprender a tocar el piano, como lo hacía su madre —explica—. Muriel se ofreció a enseñarla. No sé