Alejandra Marie CostaNuestra permanencia en el hospital duro solo lo suficiente para saber que Jonathan se encontraba estable, luego que Eli compartiera esa información. Lina y yo nos marchamos a la residencia universitaria en todo el camino mis nervios están a flor de piel cada cinco minutos reviso mi teléfono para saber si me había perdido algún mensaje de Marian.No, tener noticias de Richard llena de angustia mi corazón.El silencio de Marian no augura nada bueno, aunque Lina insiste que ha pasado poco tiempo para tener una certeza, no comparto sus pensamientos. Algo muy malo está pasando con Richard,Mi presentimiento se confirmo cuando al siguiente día de lo ocurrido Marian se presento en la Universidad, con su rostro cansado.—Marian, que sucede con Richard —Pregunto conteniendo el nudo que se forma en mi garganta al notar en su mirada la misma preocupación que en la mía.—No, es bueno Alex, los abogados no lograron retirar la denuncia que levantaron los padres de Jonathan en
Richard Müller—Müller —Elevo mi mirada para coincidir con el policía —Vamos, no te quedes ahí parece que los abogados que contrataste resolvieron tú problema.Asiento sin responder siguiendo al hombre que se esforzó todo este tiempo por ganarse mi desprecio con su actitud poco profesional.—Vaya quien lo diría todo se puede comprar con dinero o influencias, sin embargo, en tú caso se necesito un poco mas de eso para lograr tú libertad —Suelta con burla en el tono que emplea —Seguro debe tener infinidad de encantos si consiguió que la misma victima levantara la denuncia.Entrecierro mis ojos en su dirección dispuesto a obtener una explicación, a lo que se refiere, pero mi intención se queda en el aire cuando escucho su voz. Luego ella corre en mi dirección arrojándose sobre mi perdiéndome en calor de su cuerpo mientras sus brazos envuelven mi cintura.—Richard, lo siento tanto ¿Estas bien? No, te hicieron daño —Pregunta entre sollozos que trata de contener mientras busca en mi rostro.
Alejandra Marie CostaOlvidamos por completo la comida dejándolo en segundo plano concentrando toda mi atención en sus labios sobre los míos mientras sus dedos se mueven sobre mi piel bajo mi vestido, causando un ligero estremecimiento en mi vientre.—Espera Richard —Pero mi intención de detener sus traviesos dedos queda ahí en solo dos palabras siendo remplazado por un quejido necesitado por su tacto.Ante mi renuncia con oponerme Richard continua con su exploración ascendiendo por mi muslo sin detenerse su mirada sin perder la concentración en mi rostro.Está esperando que lo detenga, pero esta ocasión es diferente con un asentimiento concedo mi permiso para que continue tocando mi cuerpo sin ninguna restricción de mi parte. La sonrisa que se dibuja en sus labios será uno de los recuerdos que guardare para siempre en mi memoria.Coloca la palma de su mano sobre mi vientre acariciando sobre la ropa interior deteniéndose, por un momento dudando si seguir por ese camino, veo la pregunt
Alejandra Marie CostaRichard, coloca sus labios un poco fríos sobre mi frente con su respiración aun acelerada, sonríe dulcemente depositando un beso.—Mi amor estas bien, fui un poco bruscos dime si| te lastimé —Pregunta con preocupación niego permitiendo que la punta de su nariz acaricie mi mejilla.—No, me lastimaste Richard, estoy bien —Suelta un suspiro de alivio.—Te amo, mi niña bonita —Luego se deja caer sobre su costado en la cama para arrastrarme entre sus brazos adoptando una posición de cucharita —Gracias, Alex por permitirme amarte. Prometo cuidar de ti siempre toda mi vida.Ante sus palabras un nudo se forma en mi garganta apretando lentamente, lucho por contener las lagrimas que insisten derramarse de mis ojos. Como quiero decirle que también deseo una vida a su lado para siempre.Ese siempre no puedo cumplirlo ¡Dios, no puedo! Es por su bien solo quiero protegerlo.Richard MüllerExtiendo mi brazo buscando su calor, pero solo encuentro vacío donde debería estar durmie
Alejandra Marie CostaLagrimas se derraman por mis mejillas sin lograr contenerlas, memorizo cada detalle su rostro mientras duerme tranquilo, ajeno al dolor en mi corazón. Escribo mi nota de despedida, mordiendo mi labio inferior para contener un nuevo sollozo.No, puedo… No, puedo, se repite como disco rayado en mi mente.Pero no puedo retroceder, nuestra separación la hago por su propio bien trato de convencerme tratando de silenciar los murmullos que me dicen es un error mi decisión como me recrimino Marian.Coloco mi nota sobre la mesa de noche junto a su teléfono con mi corazón rompiéndose en miles de pedacitos debo ser fuerte no flaquear ahora.Miro su rostro por ultima vez antes de marcharme.—Todavía estas a tiempo de cambiar de opinión —Me intercepta Marian—Sabes que significa faltar a mi palabra con Jonathan, no, puedo arriesgarme necesito que Richard este bien, aunque eso signifique enojarlo.—Enojarlo —Buja Marian —Estas bromeando Richard se volverá loco, no tienes una i
Alejandra Marie Costa—Todo está dispuesto como ordenó señora Bonnet —Es como nos recibe la ama de llaves al llegar a la mansión de los Bonnet.Los padres de Jonathan se adelantan respondiendo con un simple asentimiento, mientras un enfermero se encarga de llevar a su hijo en la silla de ruedas. Eli permanece varios pasos tras nosotros hasta el momento no ha hecho ningún comentario desde que salimos del hospital.Detengo mis pasos en la entrada dirigiendo mi mirada al recibidor donde muchas veces esperé hasta la madrugada por Jonathan, hasta quedarme dormida en el sofá porque jamás llegó.Amargos recuerdos me traen volver a esta casa, vivir en este lugar fue de los más doloroso en mi vida. Pero ahora no significan nada.—¿Qué esperas Alejandra? Piensas quedarte ahí todo el día —Niego sin mostrar ninguna emoción en mi rostro sigo sus pasos hasta el área donde se encuentra la habitación que compartimos en el pasado.Al llegar a la habitación muchos más recuerdos me golpean, en una suces
Jonathan Bonnet—Melissa, me haces el favor de bajar la voz. Mi condición de salud no es buena y menos para soportar tus reclamos en mi casa. Como puedes ver estamos cenando —Ella, vuelve su rostro hacia Alejandra para regresarlo sobre mí.—¿Qué se supone que haces Jonathan? Nosotros tenemos una relación me ausento unos días y mira con lo que me encuentro, sufriste un accidente en manos de su amante, mientras ella se encuentra aquí como si nada. Ah que estas jugando ¡Me explicas por favor!—No, debo ninguna explicación, ella, es mi esposa motivo por el cual esta en casa a mi lado. Contigo no hay nada, pensé dejarlo claro hace unos días.—No, no, no, nuestra relación continua como siempre ¡Porque no me botaras como basura! Después de tantos años Jonathan, no.Veo como Alejandra se pone de pie buscando la puerta para mantenerse lejos de nuestra discusión no la detengo es mejor que salga mientras arreglo las cosas con Melissa.—Ahora que ella salió me aclaras…—Hay que aclarar que Meliss
Richard Müller“Ella se dirige al tocador” fue el mensaje que recibí de Claude, apresuro mis pasos para entrar antes que Alex, ocultándome en una de las cabinas, espero solo unos minutos, para verla entrar.Está preciosa con un vestido color almendra que envuelve cada una de sus curvas ¿Cómo soportar mantenerla lejos? Esta distancia me entre nosotros me está matando.Concentrada en lavar su rostro no es consiente de mi presencia camino hacia ella quedándome a pocos centímetros admirando su rostro en el espejo que mantiene con sus ojos cerrados dejando correr el agua sobre su piel.Llevo mis manos sobre sus caderas atrayendo su cuerpo contra el mío ¡Cuánto la extrañaba! Pienso inhalando el más dulce aroma que inunda mi olfato haciéndome sentir en el paraíso.Al abrir sus ojos su mirada sorprendida me recibe en sus labios se dibuja una pequeña sonrisa.—Hola mi niña bonita —Susurro con mis labios pocos centímetros del lóbulo de su oreja.Siento como si cuerpo me responde cada célula que