Así varios de los nuevos directores se presentaron ante los más antiguos, ninguno les tuvo miedo de hacerlo, todos ellos eran hombres, viejos, con ideas antiguas y sin mirada a futuro. Cuando realizamos los cambios vimos alzas en ventas y contratos, alzas que no habían hacia años.
Terminaron las presentaciones y la reunión en si para pasar a hablar con la prensa, los primeros en irse fueron los que no estaban de acuerdo con que yo asumiera mi cargo, los demás se quedaron y dieron algunas entrevistas, sobre todo los de departamentos que estaban levantándose de nuevo-señorita Makris ¿Le puedo hacer unas preguntas? – un reportero – si, no hay problema – se acercan algunos más - ¿Por qué tardo tanto en asumir su puesto si al fallecer su abuelo usted ya era mayor de edad? – no era mayor de edad, aún tenía 17, al fallecer ellos paso todo directo a mí, cómo aún estaba estudiando firme un contrato con el abogado de la empresa, quien es de mi absoluta confianza, Bruno LeBlanc,Mi vientre comienza a crecer, tengo recién 4 meses y ya tengo un pequeño bulto, me irritó al ver que no me está quedando la ropa – ¿amor que pasa? – no me queda – trato de ponerme unos jeans, es sábado y no vamos a la empresa - ¿Y si te quedas sin ropa? – Mateo no me queda nada, mira – me giro para que vea mi vientre, el se acerca arrodillando para besarlo – quédate así, te vez bien – ¿Y si vamos de compras? – pero más tarde, ahora quédate así – sus manos toman mi pantalón y lo baja poco a poco mientras sigue besando, acorralándome en la pared, mientras sus manos juegan conmigo haciendo que me moje tan rápido como toca, sus dedos juegan entre mis pliegues, arriba y abajo, desde mi clítoris hasta mi culo, hasta que su lengua aparece tomando el lugar de sus dedos, levanta mi pierna y colca en su hombro, mientras lame me aferró a su cabeza, se siente tan bien cuando lo hace, es suave y calmado, saborea cada parte tranquilamente. Mi respiración se agita mientras mis caderas se mue
Tratamos de recuperar nuestras respiraciones de nuevo, en la misma posición, sus manos suben a mi vientre acariciándolo – estás bien – besa mi cuello, mi hombro y mi espalda, coloco mi mi mano sobre la suya – ¿nos damos un baño? – vamos – Después del baño trate de vestirme de nuevo – ponte algo ligero – Mateo esta helado afuera – tienes razón – miramos que me pueda colocar - ¿Y esto? – me da un vestido gris de mangas largas, no es ajustado asiqué lo acepto, me lo coloco unas pantys debajo y unos zapatos bajos, Mateo me pasa una chaqueta negra – te ves bien – me besa la frente – en unos meses no me quedará nada – por eso saldremos de compras ahora – me agarró de su cuello para besarlo – cálmate o no saldremos de aquí hasta el lunes – me río en sus labios – está bien, entonces vamos – Bruno No pude haber viajado en pero fecha, el país a dónde fui estaba en pleno invierno, es aún más helado que el nuestro, el terreno que me enviaron a ver estaba con todo al dia, eran casi
Terminamos de tomar desayuno y nos vamos, Mateo hoy debe ir a la sala de ventas, mientras que Alexandra y yo nos vamos a la oficina – ¿ cuándo cambiarás tu oficina Bruno? – estoy bien dónde estoy pequeña – pero la puedes cambiar a mi piso, no me gusta estar sola, y Andrea aporta bastante a eso - ¿A pasado algo? – solo entra cuando la llamo – ¿Y si bajas tu oficina? – ¿y si hago que suban la tuya? Hay mucho espacio en ese piso – abría mucho ruido – es mejor que el silencio – la sala de conferencias quería más pequeña – la quiero cambiar de piso, es molesto cuando hay juntas de departamento y después todos quieren entrar en mí oficina - ¿Seríamos solo nosotros? – también una para Mateo, pasa la mayor parte de la semana trabajando con nosotros, estaremos juntos pero en oficinas separadas - ¿Hablaste con él? Le quería preguntar a la hora de almuerzo – sabes que no lo puedes presionar cierto – lo se, es solo que pasa más tiempo acá que en su propia oficina en la sala de ventas, todo el t
Termina el mes y está todo listo para las nuevas oficinas, la mía en medio de ellos las que se conectan con puertas internas, afuera de cada una están nuestros secretarios y asistentes, en el mismo piso ahora tenemos una pequeña sala de conferencias y algunas oficinas más pequeñas para los asistentes de Bruno, que al llevar la firma de abogados junto a su padre se trae a su equipo de vez en cuando, cuando los casos son muy grandes y necesitan su espacio. Ya no paso tan sola en la empresa, cada vez pasan más tiempo en mi oficina que en las suyas, nos llegan proyectos nuevos, lo que me parece cada día, los nuevos directores de áreas tienen muchas ideas nuevas. Estoy a un par de días de irme de pre natal, Bruno y Mateo están dejando todo listo para irse conmigo, el padre de Bruno y su hermana se aran cargo de la firma de abogados y de la empresa, Helen y Kaios de la sala de ventas, aún que tanto como Bruno y Mateo estarán siempre pendientes de Sus puestos, si los necesitan
Mateo Creo que el calor aumenta cuando duermo cerca de Bruno, y como no si estamos abrazados. Me fijo que Alexandra no está en la cama, últimamente se levanta por las noches para ir al baño, la voy a ver pero no está ahí, bajo las escaleras ya que hay luz abajo, estaba frente al gran ventanal que da la vista a las luces del centro, está a penas con un top y un pantalón dejando a la vista lo que para ella es una inmensa barriga - te ves hermosa – le digo abrazándola levantando si barriga enorme, la siento suspirar - ¿Estás muy cansada? – si, pero no puedo dormir – ven vamos al sofá – la siento entre mis piernas haciendo que descanse su espalda y le doy un masaje en el cuello, pasan unos minutos y la veo que ya está dormida, despertamos en el mismo sofá, pero con una manta sobre nosotros, al parecer Bruno despertó antes y nos tapó, también se acostó con nosotros en el sofá entre las piernas de Alexandra abrazando su vientre. Pasan los días y ella parece estar más cansada, y como no
Estacione donde primero encontré, me dirigí a la consulta de Sophia y aún no habían llegado, ella también la estaba esperando, segundos más tarde entran con ella – por que tanto alboroto – dice Alexandra – te caíste por las escaleras – le digo asustado – resbale e el último escalón y caí sentada, no es para tanto – yo diré si no es para tanto ahora acuéstate acá – le ordena Sophia, los bebés están bien, no hay problemas internos en ella tampoco – es una caída, no es para menos Alexandra, de ahora en adelante te quiero lo más quita posible, en una semana estarán en tus brazos, si no quieres que salgan antes quédate quieta – le ordena de nuevo. Salimos con ella en silla de ruedas en la entrada está Adán con la señorita Galia, que me miraba extrañada – señora ¿Cómo está? – le pregunta Adán preocupado – bien, gracias Adán, no fue nada, ya sabes cómo son de exagerados – amor te caíste, no es para menos – me alegro que este bien… - Señorita Galia, ella es mi esposa Alexandra – ya no
Bruno Adán me llama asustado, dijo que Tatiana estaba en la oficina y Mateo estaba furioso, volví rápido, lo había ido a dejar ya que en un par de horas teníamos una reunión ahí mismo y nos iríamos juntos. Camino rápido a su oficina la puerta estaba entre abierta, y al parecer llegué a tiempo ¿estarás tratado de chantajearme? – quiero algo, a ti, y no me importa si estás casado con el Papa, menos me importa Alexandra, se que me decías tanto como yo a ti – se le acerca a Mateo tratando de tocarlo, pero él la agarra del brazo – eso no te conviene Mateo, si salgo con una respuesta negativa de esta oficina esas fotos estarán por todos lados – inténtalo y estarás en la ruina Tatiana Galis – le digo ya molesto – usas el chantaje en frente de un abogado - ¿Enserio quieren que todo el mundo sepa de un escándalo en la famosa familia Makris? - ¿Quieres jugar sucio? Bien, después no ruegues Tatiana – le digo tomándola del brazo echándola de la oficina – Adán ella no vuelve a entra
Alexandra Por fin es el día, estoy en el quirófano lista para que nazcan los gemelos, Mateo y Bruno están a mi lado – muy bien aquí viene el primero – nos dice Sophia, una de las enfermeras lo limpia y lo cola en mi pecho – es tan pequeño – después de unos segundos lo saca – ya estará contigo aún falta uno – dice la misma enfermera. Mateo y Bruno se van con ella para verlo mientras lo limpian y lo visten, no pasaron muchos minutos cuando escucho a Sophia de nuevo – bien aquí viene el segundo – este llora al salir, tiene miedo, estaba tan cómodo dónde estaba que lo entiendo, pero para mí ya era hora, se calla solo cuando lo colocan en mi pecho – siente tu calor y tu corazón – dice la enfermera que lo trae, a él también se lo llevan junto a su hermano, y sus padres están con ellos – listo chica es hora de sedarte, tus bebés estarán bien – la escucho decir solo para quedarme dormida con la vista hacia ellos. Despierto adolorida, ya no tengo ese gran bulto, pero todo d