Bruno y Mateo son los únicos en pasar, trato de sentarme pero me duele todo el cuerpo, sobre todo el brazo que veo enyesado – amor quédate quieta – me pide Mateo – pequeña no vuelvas a hacer esto – no te vamos a volver a dejar sola – hablan tan rápido que me marcan – quiero vomitar – estás bien – solo quiero vomitar – las náuseas eran horribles, el movimiento los medicamentos y el hablar me hacían dar vuelta todo.
Bruno acerca un basurero pequeño para que lo pueda usar sin bajarme de la cama, al sentir los ruidos entran los demás preocupados - Hijo el doctor ya viene – esa era la vos del padre de Bruno – No dejen que me vean así – una pequeña curva se forma en los labios de Mateo – amor llevan días con nosotros acá, quédate tranquila por ellos –El doctor regresa con Sophia – ¿Cómo te sientes? – pregunta ella – aturdida – Mateo y Bruno se miran extrañados, saben quién es, pero no por qué está aquí – le hice un control de rutina al despertar y todo está bien – le dice eAlcanzamos a estar unos minutos más a solas, escuchamos abrir la puerta - ¿Está todo bien? – la voz de Helena entrando, y todos detrás de ella – cariño me alegro que hayas despertado y que estés mejor – mamá – papá – Mateo y Bruno llaman su atención, les quieren dar la noticia - ¿Necesitan algo? Pregunta el padre de Bruno – los miro a los dos y se que no puedo esconderles a ellos – no se cómo decir esto – titubeó al hablar – ¿lo decimos nosotros? – ambos sonríen – Alexandra está embarazada – son gemelos – la manera en que hablan terminando la frase del otro, abecés siento se que veo a mis hermanos cuando eran pequeños, a pesar de ser tan pequeños siempre sabían lo que el otro quería. Las felicitaciones no tardaron en llegar, la madre de Mateo era la más feliz con la noticia, se que habrán dudas, si son los dos de un mismo padre o no, yo sé que son de los dos, mis hermanos me los mostraron, eso me deja tranquila. -ya es tarde vayan a descansar – Mateo y Bruno no se quieren ir – voy
Bruno La idea de ser papá no suena tan mal. Voy a hacer unas compras al centro comercial, no pude evitar quedarme parado frente a una tienda de bebés, mire todo con atención, viendo cada detalle de esas pequeñas prendas, entre sin pensar más, recorrí toda la tienda, no sé que buscaba – ¿señor busca algo en especial? – una vendedora se me acerca – nada en especial solo veo – si necesita cualquier cosa solo me avisa – la vendedora camina hacia un mostrador, mientras yo sigo viendo, comienzo a sacar cuentas, ella tiene por lo menos un mes recién, la gestación es de 9 meses estamos en pleno verano, los gemelos estarán naciendo a fines del invierno, me río en mi mente, pensando en fechas, tratando de pensar en como serán, si… si serán de los dos o solo de uno. Perdido en mis pensamientos me dirijo a la caja y veo que llevo de todo, y todo en par, pago y me voy de nuevo a mi auto colocando todo en la maletera. De camino suena mi teléfono, trato de tomarlo pero se cae, l
Aquella mascarilla que estuvo estos últimos minutos empañada por su respiración ahora es completamente transparente, se ha ido, abrazo fuerte a mi hermana mientras lloramos en silencio, Kaios abraza a mi madre y a luz, no puedo imaginar a mi madre sin su compañero de vida, no quiero saber que se siente perder a la persona que amas. Pasamos horas en silencio en la casa, ni mis sobrinos hacían ruido, cuando son lo más ruidos que puede haber, recuerdo que tengo que llamar a Bruno - ¿Mateo? – no soy capaz de decirle nada – no te preocupes estaremos ahí está noche - el cuelga, no fue necesario decir una sola palabra para que entendiera. Estábamos todos calmados, a pesar de que ninguno lo esperaba, estábamos calmados. Con mis hermanos comenzamos los preparativos para su funeral, el día fue agitador, regresamos a la casa ya era casi media noche, al acercarme veo que esta el auto que Bruno usa acá, habían llegado y no se si le dijo a Alexandra, no fui capaz de hablarle, en
AlexandraMateo y sus hermanos tienen la suerte de haberse despedido de su padre antes de morir, yo no pude. Trate lo más que pude de no molestarlos, pero esa mañana me dio tanto asco lo que estábamos preparando que tuve que correr al baño, lo que menos quería era llamar la atención, subí a la habitación para buscar mis pastillas, pero no las encontré, si sigo así serán unos días horribles, no solo para mí, Mateo siente un gran dolor en este momento y no lo puedo molestar con algo así. Trate de comer algo antes de irnos al cementerio, cada bocado me enviaba al baño – necesitas comer algo cariño – me dice Helena preocupada – si, perdón es que no traje mis pastillas para las náuseas – déjame mandar a alguien a comprarlas – Pide Mateo, una de las chicas del servicio llega al poco tiempo con mis pastillas, tomo una a penas me la da, después de unos minutos como algo, mi estómago no aguanta más del hambre y no puedo preocuparlos por mi en este momento. En el cementerio estábamos tod
Aún no salen del despacho, quería ir a baño y Alexa aún dormía en mis brazos – dame a esa pequeña, la voy a llevar a su habitación – pide Luz, en lo que la toma voy directo al baño de la planta baja que a sido un buen amigo estás últimas horas, cada 5 minutos quiero ir al baño, no quiero saber cómo será en unos meses más. Al regresar estaba ya todos en la sala, sus caras no estaban muy animadas - ¿Qué pasó? - Le pregunto a Bruno – era el abogado que quería leer el testamento - ¿Ahora? Pero si lo acabamos de enterrar – por eso no se demoraron, lo mismo le dijeron, asiqué mañana lo van a leer y Alexandra tenemos que estar acá por qué nos nombra en el - ¿Por qué aria eso? – Bruno se encoje de hombros – es lo que dijo Mateo – El cansancio me ganaba más seguido de lo que quería, en silencio me voy a la habitación para dormir un poco, me meto a la ducha primero para quitarme un poco el sudor, me coloco una polera de mateo para luego arreglar el aire acondicionado de la habitac
Las manos de Bruno apagan mis gemidos, olvidó que no estamos solos - ¿estás bien? – pregunta Mateo – no paren – les pido cuando los siento detenerse – mi cuerpo se siente diferente al llegar al orgasmo, los tres llegamos juntos. Nos distraimos en la cama unos momentos, para variar tengo ganas de ir al baño asiqué paso por sobre ellos para ir, aproveche de bañarme. Salgo a vestirme y ellos entran al baño. Bajamos juntos, estaban todos en el comedor desayunando - ¿Van a desayunar de nuevo? – pregunta Helen mirándome, siento que mi cara se pone roja, es cierto, Bruno había llevado desayuno a la habitación y no comimos nada – Helen no molestes, déjalos que se sienten a comer - ¿Dónde están Kaios y Luz? – pregunta Mateo al no verlos – llevaron a los padres de luz a su casa – estarán aquí antes del almuerzo para la lectura del testamento de papá – dice Helen con pena. Llega el abogados la casa antes que Kaios, lo esperamos hasta que llegó, Luz y el niño se habían quedad
Mateo parece estar confundido con el testamento de su padre, si bien seré su oro padre conmigo también hay acuerdos de lo que el estaba al tanto – señor Makris- ambos miramos al abogado – perdón, señor Bruno Makris- está es una copia que el señor Andréi me pidió que le entregará como abogado de su familia – me acerco a él junto con Mateo. Su cara palidece al mirar hacia atrás, miro para ver qué pasaba en lo que escucho a Helen gritar – Alexandra despierta – dejo los papeles en el mismo escritorio y corro a ella – se había desmayado – cariño llévala arriba llamaré al doctor – nos dice Helena. La llevamos a la habitación de Mateo, la dejamos en la cama y tratamos de que reaccionara. Al despertar trato de levantarse y lo único que consigo fue vomitar encina de ella misma – lo siento aguante lo que más pude – dice con la boca tapada – déjame prepararte una ducha – le dice Mateo mientras le saco la ropa a Alexandra, estando lista la tina se mete al agua, Mateo pude ayuda para limp
Alexandra Odio que hablen así, cómo si no estuviera ahí, cómo si no tuviera opinión, son mis hijos – Alexandra si no sales de ahí entraré a la fuerza – siento a Mateo enojado, no quiero problemas asiqué decido salir - ¿Ahora no puedo entrar al baño sola- un rotundo NO de los dos – parecen unos niños - ¿Nosotros? ¿Quién se encerró en el baño? – se burla Bruno – necesitaba ir al baño – les digo sin dejar que vean mi molestia. Mi estómago hace de las suyas solo para que me ponga roja – ven bajemos es hora de que comas algo – dice Mateo y me toma de la mano – puedo sola – Hoy no – Bruno me toma en brazos para bajar conmigo -ya basta – les gritó, pero ninguno me suelta – no quisimos molestarte pequeña – perdona – son unos niños ya bájenme – no sin que nos perdones - ¿Perdonar por qué? ¿Por decir lo que piensan y lo que sienten? – los dos quedan callados – no lo necesitan, mientras no lo vuelvan a mencionar estaremos bien, no quiero que se sientan menos – Bruno me baja y los dos me