Mateo
- ¿sabes que está enojada cierto? – le digo divertido con su reacción - ¿enojada por qué? – le indico con la mirada a su lado – mierda – Bruno frota su cara con disgusto – Scarlett nos puedes dejar un momento por favor – su secretaria sale sin decir ninguna palabra, ella también entendió lo que pasaba – ¿no te diste cuenta que tu secretaria se te insinuaba mientras trabajaban? – nunca la e visto con de otra manera, no me di cuenta – Alexandra sí, creo que el que va a tener castigo será otro – le digo riéndome de él-Seguimos trabajando una hora mas hasta que me manda un mensaje “las chicas quieren venir a vernos, pero no tenemos donde recibirlas” – ya esta lista, ¿le digo que venga o vamos? – le pregunto a Bruno - ¿y arriesgarme a que me quiera matar o despedir a mi secretaria? Mejor vamos – no pude evitar reírme de él – “¿dónde estás?” – “en la cafetería de la empresa, contratare los servicios de cafetería de Rodinni, es horrible todo aquí” – “vamos contigo para iBruno Me acerco a ellos viendo que mi padre ya está más tranquilo – creo que ya pasamos con él, esperen a que los llame, me quedare trabajando hasta la tarde – no quiero que se enoje contigo – me dice Alexandra – tranquila, no pasará nada – la beso en la frente y nos despedimos. Mi padre no me habló en un bue rato, se enfoco en los papeles que le habíamos entregando tratando de comprender lo que está leyendo. Su silencio era tan malo como lo que debe estar pensando. -¿no dirás nada más? – que quieres que diga, hijo se feliz con tu jefa, con la dueña de esta y de cientos de empresas más ¿eso quieres que diga? – no sé que responderle – se que siempre la viste de manera distinta, te lo advertí, te dije que no te metieras con ella y ahora llego y te veo casado no solo con ella, si no que también con Mateo que clase de broma ridícula es esta – respire lo más profundo que pude, sabia que no la podía tocar, me lo había dejado mas que claro cuando era adolescente, pero c
Alexandra - ¿nos bañamos juntos? - los veo y sus miradas ya cambian su manera, saben que no son duchas normales, estas me encantan, sé que a ellos también, no hay escusas para nada cuando estamos desnudos los 3. Salimos tan excitados como entramos, la pasión de cada beso deja marcas en mi cuerpo, no quiero dejar de sentirlos. Las respiraciones se acortan con cada beso y cada tacto, ninguno toma el control, solo me dejan disfrutar de ellos, queriendo a cada momento que estén dentro de mí. La noche se hace corta al estar entre sus brazos, amanecer entremedio de su calor me hace querer más – ¿recién despiertas y quieres más? – pregunta mateo sintiendo como muevo mi culo en su erección, despacio se acomoda entre mis pliegues haciéndome gemir – despiértalo – Mateo pone mi mano en la erección de Bruno, lo masajeo suave mientras él por detrás se masajea sin entrar. Bruno gime al sentir mis manos en él, me acomodo mas abajo para lamerlo, Mateo se acomoda para d
Bruno se mete a un estacionamiento en el centro – aquí no hay departamentos – les digo – primero aremos otra cosa – dice Mateo y bajamos. - ¿Dónde me llevan? – te dije que debíamos hacer algo con eso – Mateo toma mi mano mostrando el anillo – no es justo que solo tú lo tengas – me dice. Entramos a una gran joyería – no quiero que sigas pensando mal de mí – me dice Bruno – amor sabes que está contigo y que no te va a engañar, deja de enojarte con él por lo que pudo hacer antes – no es con él – suspiro ante la idea – vengan nos esperan – Bruno toma mi mano y caminamos a una habitación privada donde nos esperaban con varias cajas de anillos, el administrador nos atendía, mostro varias joyas antes de elegir – este me gusta – les digo – era preciso para nosotros, tiene 3 corridas de metal de oro entrelazadas y 3 pequeños diamantes incrustados – una por cada uno – les digo. Bruno pide los 3 anillos a nuestras medidas y los pide grabados – vamos al café que esta a la vue
En una tablet colocamos nuestras manos para que nos registraran nuestra biometría dactilar – ¿cuándo podemos mudarnos? – le pregunto al gerente – cuando ustedes quieran, el lugar esta listo para ser ocupado - ¿el estacionamiento también? - Pregunta Mateo – por supuesto, me queda solo dar aviso en al conserje que estará habitado y no habrá inconvenientes – muchas gracias – extiendo mi mano para despedirme, lo mismo hacen Bruno y Mateo. Subimos de nuevo a ver el lugar y probar la biometría, pongo mi mano y aparece en verde abriendo la puerta del ascensor, es el único que no tiene botones para abrir. Bajamos entremedio de risas, ya teníamos nuestro lugar, estábamos felices, al abrir la puerta no aguante más a la idea de escuchar esos gemidos que me tienen excitada. Tomo sus caras y las acerco a mis labios besándolos a los dos juntos, haciendo que ellos se besen, se sorprenden un poco por lo que hago pero no lo rechazan – aunque sea uno – ellos temerosos de lo que es
El trafico a esta hora es horrible, pero alcanzamos a llegar para esperar a las chicas, pasamos un fin de semana increíble con ellos, fue buena idea dejarlos en la última habitación hacían demasiado ruido, pero al ser los únicos en el piso no había problema. Regresaron temprano el lunes en la mañana, y el mismo día empecé con mis clases de conducir. Bruno y mateo pasan cada vez más tiempo juntos, puedo estar segura de que entre ellos aun no pasa nada, no me molestaría si pasa, es solo que, al momento de imaginarlos, mi cuerpo se calienta. Ya queda solo 1 día para la boda por la iglesia, la familia de Mateo empieza a llegar, reservamos un hotel para los que vienen de afuera, no queríamos a nadie en nuestro lugar que nos fueran a molestar, ya estaba bastante nerviosa con todo y tener gente a mi alrededor lo empeoraba. Esa noche dormí sola en una de las habitaciones, estaba demasiado nerviosa como para estar entremedio de ambos, ellos hicieron lo mismo, les transmitía el nervios
La logramos encontrar entre los invitados – necesito que haga unos cambios, tenemos un vuelo en un par de horas no nos podremos quedar – claro dígame que necesita – le doy las instrucciones, es mas que nada adelantar las comidas entrada de pastel y la música- al dejarla y dirigirme a mi lugar comienzan a llegar los platos. Bailamos, pedí que no saliera el vals de los novios, no podría bailar con un y dejar al otro de lado. Y mi padre tampoco estaba. Las horas se hicieron cortas, escuchaba los murmullos de la gente a nuestro alrededor, la organizadora llega avisándome que ya era tiempo del ramo y que quedaba libre después de eso, cos que agradecí. Mateo Nos subimos a la limosina para irnos al Pent-house, aún me cuesta pensar que vivimos en un lugar así. Alexandra se saca los tacones que le estrangulan los pies, Bruno y yo nos quitamos los corbatines, sentía que no podía respirar con él, tomo el cabello de Alexandra quitándole esos pequeños adornos - gracias me tiran mucho del c
Bruno Alexandra se sienta de nuevo frente a nosotros con una sonrisa en su cara, nos dejara así después del espectáculo que nos dio, las azafatas no volvieron a vernos - ¿me dirás ahora que pasa con ellas? - le pregunto a Mateo - solo un regalo, que no salió muy bien al final - me dice mirándola con más deseo que nunca, no creo que mi mirada sea distinta a la suya. Unos minutos más tarde el capitán nos avisa que estamos por aterrizar. -Mateo aún no nos dices dónde vamos - pregunta Alexandra - espera unos minutos más y verás - le responde. Al aterrizar Alexandra nos suelta y las azafatas abren la puerta, se despiden como si nada hubiera pasado. -es la isla donde celebramos mi cumpleaños? Pregunta Alexandra - no pero está en el mismo lote, la diferencia es que está es tuya - le responde Mateo - perdón nuestra - estira su mano hacia mi para acercarme - ¿Nuestra? - si, se la compre hace una semana a mi amigo, que es el dueño de la mayoría de estas islas,
Alexandra Llegamos, milagrosamente, temprano a la oficina de Bruno, no había mucha gente aparte de las recepcionistas - ¿Cuando la cambiarás? - le pregunto a Bruno - ¿Que cosa? - tu secretaria - responde Mateo burlón - ha, eso, si, hoy - ¿Se le había olvidado? Ella no estaba en su lugar al subir a la oficina, creí que ya no estaba, si fuera por mi ese mismo día la habría despedido. Bruno me pasó unos estados financieros, que en ese momento me parecieron estar en chino, a Mateo lo tenían concentrado, él entendía mucho más que yo, no lo quise molestar, Bruno estaba al teléfono, me acerque a él y me senté en sus piernas mostrándole una de las carpetas que me había pasado -dame un segundo - me dice en un susurro - trato de levantarme pero no me lo permite, miro a Mateo pero el ya no estaba en su lugar, me sentí acorralada por los dos, estaba sentado en el escritorio frente a nosotros, los dos en silencio esperando que Bruno terminara su llamada - bien, me preguntaste algo al