Mirando al hombre que había entrado a la casita, Nayara sostenida por Aarón no podía dejar de mirarlo. Parecía un buen hombre a pesar de lo bien vestido que iba porque en la pequeña mente de Nayara, todas las personas que iban tan bien vestidas como él no podían ser buenas. Solían ser despiadados, tan despiadadas, siempre pensaban que el mundo estaba hecho sólo para ellos. Si la pequeña Nayara supiera que él era su padre.¿Qué decir de la mujer que tenía delante? ¿Qué decir de su corazón? Amber temblaba, después de tanto tiempo tenía a Damián frente a ella. Al menos su último deseo se había cumplido.— Creo que llevaré a la niña al parque, Amber. Supongo que tienes mucho de qué hablar con tu... con tu invitado—. Aaron ni siquiera sabía cómo referirse a él.— Sí, por favor, lleva a la niña al parque. — Vamos, mi amor, vamos, compraré un helado grande—. Aaron levantó a la niña. — ¡Shhh! No lo digas en voz alta, mi mami no nos dejará comprar un helado—. Dijo la niña poniéndose un ded
—Nayara ya está durmiendo—, anunció Aarón a la mujer que apenas había movido los ojos.Amber pareció despertar de sus sueños. — ¿Mi hija está durmiendo?— respondió tontamente Amber, que estaba sentada a la mesa.Aarón se acercó a ella lentamente. No quería inmiscuirse en sus pensamientos aun cuando ella tenía tanto que explicarle.—Amber, ¿puedo hacerte una pregunta?—Sí, Aarón, dime—. Amber se levantó, tratando de evitar lo que tenía que responder le gustara o no.Tal vez, lo que Amber no se había dado cuenta en ese momento era que con esas palabras saliendo de su boca, había encendido la esperanza en el corazón de Aarón. — ¿Quieres comer algo? Creo que solo comiste el helado que le compraste a mi hija, ¿verdad?—. Amber soltó una risita nerviosa.— ¿Por qué me evitas?Sin mirarle Amber prestó toda su atención al plato que estaba sirviendo con la comida que quedaba de su pequeño negocio o al menos, eso era lo que quería mostrarle. —No sé de qué estás hablando, Aarón
Ahora le tocaba a Aarón hablar de la misma verdad que podría ayudar a Amber a sacar a Damián del infierno en el que estaba a punto de entrar.Por supuesto tomar esa decisión le tomó algunos minutos. Aarón sabía que le iba a dar armas para luchar por su camino a Damián pero, él sabía mejor que nadie cuanto había sufrido Amber sin Damián. Aarón no quería tener una mujer a su lado sin amarlo. Si tan solo Damián fuera capaz de ver lo que tenía frente a sus ojos, si tan solo Aarón tuviera la oportunidad de tener lo que Damián tenía solo por un momento, solo por un minuto, le pagaría con todo el amor que puede existir en un corazón.— ¿Lo amas?—insistió Aarón.Amber sonrió un poco nerviosa. — ¿Por qué? ¿Es tan importante?—Si tuvieras las armas para salvarlo del infierno en el que dice que se está metiendo, ¿lo ayudarías?—inquirió Aarón.Era como si Aarón tuviera esperanza en ella, era como si Aarón quisiera que ella dijera que él no le importaría sin importar lo que Aarón dijera, pero
Despreocupada como cualquier otra niña de su edad, Nayara cruzó la calle sin importarle nada cuando, de repente, el conductor del coche negro levantó la mirada tras haber echado un vistazo a su teléfono móvil. Por un momento sintió que era demasiado tarde para detener el coche. — ¡Mamá!—gritó Nayara al ver venir el coche negro.El coche se detuvo. En cuanto Damián pudo apagar el coche, se bajó justo para ver a una niña con su barriguita en el suelo mientras su brazo derecho abrazaba a su pelota roja.— ¡Dios mío!—Expresó Damián, corriendo hacia la pequeña.Sin perder más tiempo, Damián levantó a la niña en sus fuertes brazos, ella estaba llorando, claro que no había pasado nada pero la niña estaba tan asustada que no pudo evitar llorar justo antes de que el auto la atropellara. — ¡Nayara, Nayara, Nayara, mi amor!—Gritó alguien más.Damián debió imaginarlo. La mujer que corría hacia ellos gritando el nombre de su niña era la misma por la que Damián estaba allí. Era el destino que
En cuanto Aarón entró en la casa con el pequeño bebé, Aarón no pudo evitar sentir preocupación, preocupación por la mujer que había dejado con el hombre que mejor sabía, estaba enamorada.Un amor que llevaba durando más de 6 años sin haberle visto nunca en esos años, tenía que ser real. Amber estaba locamente enamorada de él y ahora que él se casaba, tenía que estar destrozándola pero, ¿y si Damián y Amber acababan diciendo la verdad sobre sus sentimientos y por supuesto, el mayor secreto que ella le ocultó durante años?—Papi, ¿mamá va a llegar tarde? Tiene que ayudarme con los deberes, mi profesora ha dicho que tiene que ayudarme porque soy demasiado pequeña para hacerlos sola. Aarón le sonrió. —Claro que mami te va a ayudar pero dime, ¿qué tienes que hacer?— ¡Oh! tengo que hacer una manualidad, ella me tiene que ayudar.Aarón no podía dejar de sonreír a la niña. Era demasiado linda y ahora que estaba cerca de ella, Aarón pudo notar el parecido entre la pequeña N
No importaba la cantidad de información que Damián obtuviera de la reunión antes de firmar el contrato, sabía que terminaría firmando. ¿Por qué? Porque ese hombre había sido lo suficientemente claro como para decir que ese era su regalo de bodas para Damián y su ahijada. El hombre no quería que ella sufriera en ningún aspecto de su vida, quería que la miraran hacia arriba. Al igual que Amber, tiene que aprender a vivir solo, haciendo todos los sacrificios necesarios hasta poder llegar al fondo del gran misterio. Mientras el hombre y su secretaria explicaban las ventajas y desventajas de firmar el contrato, los recuerdos de Damián volvieron. Todavía la estaba cuidando incluso cuando nunca esperó ver a Amber con una familia.Damián tenía 17 años cuando las personas que contrató supieron la verdad sobre el accidente donde murieron los padres de Damián y Amber. Le dijeron que no podía haber sido un accidente.— ¿Quién podría haber sido capaz de hacer algo así, Daniel? —gruñó Damián.—No
Y justo como ella lo había dicho, Amber había viajado desde ese pueblo hasta la ciudad para conseguir los mejores vegetales y carne de calidad como se lo había prometido a Aarón y a toda la gente con la que trabaja para poder ofrecer sus mejores productos.Por supuesto que a Amber le dolía tener que llegar a ese lugar y darse cuenta que las cosas podía cambiar tanto de la misma manera en que regresaba al pasado y entraba en la realidad de nuevo, una realidad que solo era su propio presente.Anduvo de un lado a otro, comprando lo que necesitaba mientras la niña la acompañaba sin hacerle preguntas, desde un tiempo para acá, las cosas no parecían ser las mismas con su madre y como ella misma se lo había enseñado, tenía que respetar.Habían cosas que ella nunca iba a lograr entender, había cosas que no funcionaban de la manera en la que lo creía porque siempre iba a estar el peso que sentía por el amor de Damián y el mismo que nunca iba a ser correspondido. Lo que no sabí
De regreso a aquel lugar donde todo estaba siendo contemplado para el regreso y sin que Amber lo supiera, Aaron ya llevaba en mente todo lo que se venía, era por eso que había hecho el plan A el plan B y el plan C. Si fallaba uno podía ir con el otro y si fallaba el otro sin duda, el último, el plan C no iba a fallar. Ella estaba enamorada de Damián pero eso no significaba que él no tuviera el derecho de pelear por ella.Por supuesto que le daba un poco de miedo regresar a aquellas tierras donde la seguridad no era lo mismo para él siendo quién era realmente, donde el padre de Aaron había perdido mucho poder por preferir tomar el de los rusos, el de los chinos en de los japoneses y todos los de oriente pero dejando atrás los del occidente.Quería a Amaber y la quería mucho y seguramente jamás se lo iba a poder decir porque como sus primeras palabras se lo habían dicho, ellos estaban viviendo juntos mientras se sirvieran el uno al otro, al primero que le dejara de servir al otro era el