Dimitri llegaba todos los días por la mañana a mi casa. Él me miraba de arriba abajo y luego me daba un beso al que respondía con entusiasmo. Después de lo que pasó esa noche sobre su coche, lo empezamos a hacer cada vez que teníamos oportunidad; era como si buscáramos recuperar las horas perdidas.El timbre sonó mientras yo estaba desayunando. Dejé la taza de café a un lado y fui a abrir. Obviamente era él, así que caminé con lentitud, abrí la puerta y allí estaba, con un cachorro de orejas puntiagudas y pelaje negro en los brazos.— Te he traído un regalo, así no te sentirás sola en los momentos en que no esté — me dijo con una sonrisa.Yo le quité el cachorro y lo miré, era tan hermoso.— ¿De qué raza es? ¿No crecerá mucho, verdad? — le pregunté.Dimitri sonrió ampliamente.— Es un dóberman, son pequeños — me dijo.Lo miré a los ojos. ¿Acaso este tipo pensaba que yo era una idiota?— Mi apartamento es muy pequeño para un perro tan grande — le dije.Dimitri me ignoró y entró.— No v
Dimitri insistió hasta el cansancio en ir al ginecólogo, él quería ver que todo estuviera bien. Ambos escuchamos el corazón de nuestro hijo y lo vimos por primera vez, aunque no se viera realmente.— Tenemos que buscarle un nombre al niño — me dijo mientras me ayudaba a limpiar mi vientre.— Aún es muy pronto, quiero saber cual es su genero primero — le dije.Él negó de inmediato.— Es un niño, puedo sentirlo — me dijo con una sonrisa.Yo le quité la servilleta y terminé de limpiar.— Solo pido que sea una niña — le dije.Él se encogió de hombros.— Sería lindo ver a una niña rubia correr por el jardín — me dijo con una sonrisa.Yo empecé a reír.— ¿Rubia de dónde? — le pregunté.Él me miró sin comprender.— Se supone que eres rubia — me dijo.Yo negué con la cabeza de inmediato.— Soy castaña, y tampoco tengo el cabello lacio — le dije con una sonrisa.Él se cruzó de brazos y me miró con intensidad.— ¿Qué es natural en ti? — me preguntó el bastardo.— Mi coño — le respondí.Él sonri
Dos meses después.Dimitri compró la casa que estaba al lado de la de Kat, cómo lo hizo eso es un enorme enigma, pero me encantó que él hiciera tal cosa.— Deberías hacerme un baile sexy por cumplirte el capricho — me dijo él mientras rodaba un enorme sofá color blanco.— Es nuestra casa, no tengo que hacer nada — le contesté.Él dejó de mover el sofá y se quitó el suéter de algodón que tenía puesto, para después tirármelo en la cara.— Eso se considera agresión — le dije.Tiré el suéter al suelo y lo miré mientras él con lentitud se quitaba el jean, quedando en ropa interior.— Entonces debería hacerte yo un baile — me dijo.Dimitri empezó a mover su pelvis de manera sensual, yo lo quedé mirando. Su cuerpo era perfecto y esos tatuajes solo lo hacían ver aún más sexy y salvaje.— ¿Te vas a quitar los calzones sí o no? — le pregunté.Él sonrió de lado y bailando se acercó a mí.— Tienes que pagar por ver más — me dijo.Yo me aparté de él, busqué mi bolso y saqué un billete de la carter
Kat llegó de visita y se sentó en el sofá, ella miró el sofá y después a mí.— Dime que esto no es lo que estoy pensando — me dijo.Me acerqué a ella y miré de lo que hablaba. Allí en la tela tan inmaculada había una mancha amarillenta.— No es lo que estás pensando — le dije con una sonrisa.Ella se levantó de inmediato y empezó a sacudirse de su cuerpo suciedad invisible.— ¡Me voy a embarazar otra vez! — se quejó.Dimitri nos quedó mirando, y después miró a Kat.— ¿No crees que con dos es suficiente? Pobre Bennet — le dijo.Kat lo miró con rabia y después me miró a mí.— Ambos son asquerosos. ¿Cómo pudieron follar en el sofá? — se quejó.Dimitri empezó a reír.— Apuesto a que Bennet lo ha hecho contigo en lugares más turbios que un sofá. A Bennet se le nota en la cara que es un pervertido — le dijo.Yo le tapé la boca con la mano para evitar una discusión más grande. Sabía que Kat no se dejaría y Dimitri le seguiría la corriente hasta que ella se enfadara aún más.— No follamos en
Meses despues.El bastardo de Dimitri había sacado muchas copias de la fotografía, tantas como para tapizar una pared de la habitación. yo no habia dicho nada, estaba tranquila y todo por mi hijo.—Te odio —le dije mientras comía.Él sonrió un poco mientras me miraba con picardía.—Creo que me amas mucho más —me contestó.Yo le quedé mirando.—Quiero que quemes todas esas fotografías —le exigí.Él negó con la cabeza de inmediato.—Deberías asimilar lo que ya ha pasado, así que relájate, ya que verás muy seguido esa fotografía —me dijo.Yo respiré profundamente. De nada me servía enfadarme con él, Dimitri siempre se salía con la suya y yo, como una tonta enamorada, siempre terminaba perdonándolo.—Ya lo he asimilado —le contesté mientras le daba una mordida a mi tostada.Dimitri me miró con el ceño fruncido.—¿Estás planeando algo, verdad? —me preguntó.Yo negué con la cabeza de inmediato.—Jamás haría tal cosa —le contesté.Él se cruzó de brazos y me miró con intensidad.—Si haces alg
Recogí la enorme impresión con una sonrisa de satisfacción. Iba a derrotar a Dimitri en su propio terreno y eso me llenaba de felicidad. Uno de los chicos que trabajaban allí se ofreció a ir conmigo para ayudarme a cargar la impresión, ya que con mi embarazo era un poco arriesgado subir cualquier cosa pesada.Cuando llegamos a casa, le indiqué al chico dónde poner la impresión, de manera que Dimitri la viera claramente cuando llegara. Quería ver su cara, Dios, anhelaba con el alma verla. Acomodamos la imagen en la sala, justo frente a la puerta. No había manera de que Dimitri pudiera ignorarla. El chico se despidió y me dejó sola, esperando ansiosamente el regreso de Dimitri.Pasaron las horas y mi nerviosismo crecía. Caminaba de un lado a otro, imaginando su reacción. Finalmente, escuché la puerta principal abrirse. Me quedé en la cocina, tratando de mantener una expresión neutra. Empecé a comerme unas galletas saladas.—¡Grace! —gritó Dimitri desde la sala.Terminé las galletas sala
Un momento de pánico y emoción cruzó por los ojos grises de Dimitri. Yo le sonreí y después lo abracé con fuerza, sentí como las lágrimas empezaron a salir. Había imaginado muchas veces este día, lo imaginé como uno de los más felices de mi vida, pero la realidad es que estaba demasiado asustada.— Quiero que todo salga bien — le dije con la voz entrecortada.Dimitri me alejó y me miró a los ojos.— Todo estará bien, yo estoy aquí contigo — me dijo.Yo asentí con la cabeza y volví a abrazarlo.— Solo estoy asustada — le dije con sinceridad.La mano de Dimitri subió y bajó por mi espalda.— Yo también lo estoy, pero sé que todo saldrá bien, sé que nuestro bebé estará bien, así que por favor no llores, quiero que estés feliz, este día es para estarlo, al fin conoceremos a nuestro hijo — me dijo.Yo me separé de él y asentí con la cabeza. Dimitri se separó de mí y corrió escaleras arriba, después de un par de minutos apareció con el bolso del bebé.— Vámonos ya — me dijo.Yo asentí con l
No me cansaba de ver a mi pequeña. Ella era preciosa, con los ojos grandes y unas pestañas envidiables, cabello negro y la piel muy blanca. Era como una mini Blancanieves. Yo ya estaba descansando en casa, ya que no hubo ninguna complicación. Kat y mi hermana estaban bastante pendientes de mí, pero cuando llegaba Dimitri, ambas desaparecían como por arte de magia.Dimitri y yo estábamos en la habitación. Él estaba a un extremo de la cama, mirando a nuestra pequeña que descansaba en el centro.—¿Cómo te fue? —le pregunté a Dimitri.Él me miró y sonrió ampliamente.—Me fue excelente. De hecho, te tengo un chisme enorme —me dijo, con ojos brillantes de emoción.Se levantó y después cargó a Bonnie, quien se despertó de inmediato.—No te preocupes, yo la dormiré —me dijo antes de que yo dijera algo.Me acomodé en la cama, observando cómo Dimitri se paseaba con Bonnie en brazos, acunándola con cuidado. La imagen de ellos juntos me llenaba de una calidez indescriptible. Ambos eran tan hermos