AVA No me estaba divirtiendo mucho, Diego hablaba en español casi todo el tiempo, supongo que era su inclinación natural por estar en rodeado por sus amigos, y me incluia en la conversación solo ocasionalmente. Sentía que ya habia bebido demasiado vino y además no me sentía muy cómoda entre ellos, así que me levanté del asiento,y me di cuenta que me sentía algo mareada. - ¿A dónde vas? - Diego me detuvo tomando mi mano. - Baño- murmuré. - Hay una puerta al fondo del pasillo, entra ahí y después hay otra a tu izquierda, ¿quieres que vaya contigo? - señaló haciéndome un guiño. - Estaré bien. Lo escuché reirse mientras me alejaba, estaba relajado, este era su ambiente, con sus amigos, en una gran fiesta. Tardé un poco en encontrar la puerta correcta, hice lo que tenia que hacer, me lavé las manos y me mojé un poco la nuca y la frente. -¿Que diablos hago aquí?, - me dije- no entiendo nada de lo que dicen- respiré varias veces para tranquilizarme - estoy aqui por él, porq
DIEGO Ahora entendia el consejo de mi padre de comprar un sofá amplio y cómodo, porque sabia que en algún momento iba a usarlo. ¿Cómo habiamos llegado a esto? Seguia enfadado, aunque después de pensarlo mucho, por fin entendí, el motivo de su enojo y mis celos tampoco ayudaron mucho. Pero no iba a dejarla a merced del idiota de Mendoza. Ese tipo no conocia la decencia ni la ética, y haría lo que fuera para poder atacarme y tomar ventaja. Pero, lo que habia dicho ella, fue lo que más me dolió, dijo que la ignoré y eso era cierto, me sentí tan a gusto con mis amigos, hablando normalmente, que olvidé por completo que ella no lo hacía.Sabia que debia disculparme, pero no tenia ni una maldita idea de cómo iba a hacerlo.Me quité el traje, dejando solo mi ropa interior y me recosté, debia pensar en que es lo que iba a decirle.***Desperté de mañana, con un intenso dolor en el cuello, por la posición incómoda, afortunadamente era dia de descanso y no tenía que ir a la empresa, m
AVA Varios dias después, me desperté en la madrugada, la melodía de mi teléfono sonaba, eran como las 4 de la mañana, Diego dormía profundamente a mi lado, después de tener una noche de sexo intenso y delicioso. Era el número de mamá, me puse la camisa de Diego y sali a la sala para poder hablar. **- Mamá, ¿Pasa algo?- estaba preocupada, cuando hablabamos, siempre lo haciamos por la tarde en hora de España. - Hija, tu padre enfermó, estamos en el hospital, al parecer tuvo un infarto, el está. . . delicado, eso es lo que me dijeron los doctores. Me senté en el sofá, porque sentía que mis piernas no me sostendrian por mucho tiempo. - Lo siento mamá, por no estar contigo en este momento, iré en cuanto consiga un vuelo. - No es necesario, mi niña, estas. . . a demasiada distancia** Noté cierto resentimiento en sus palabras, ya sabia que nunca estuvo de acuerdo en que me casara tan pronto y que me fuera a vivir tan lejos de ellos. **- Iré mamá** Terminé la llamada, ma
DIEGO Tres largas semanas han trascurrido desde que estamos aquí, su padre ya habia vuelto a casa, siempre estaba descansando en su habitación, pero debia tener precaución, ahora tendria que llevar una vida mas relajada, sin presiones. Empezaba a inquietarme, ante la insistencia de mi padre, pacte una cita con nuestro cliente en dos dias, que es cuando se supone que nos iriamos a casa. Solo que no sentía a Ava muy convencida de eso, la veia tan a gusto aquí, que estaba dudando que quisiera regresar conmigo. - Si me voy San Francisco, ya no volveré, el camino es bastante largo.- le decia a Ava mientras comiamos con su madre. - Yo. . . quisiera quedarme un poco más, en lo que conseguimos ayuda para mamá. - Tengo la cita con el cliente Ava, no puedo posponerla, eso seria una falta de seriedad de nuestra parte. - Sé que tu trabajo es muy importante, asi que puedes irte y yo me iré después. Golpeé la mesa con el puño sin pensarlo, lo que hizo que se sobresaltara y me levan
DIEGO Esperaba ansioso en el aeropuerto, dando vueltas por la sala de llegadas internacionales, y como siempre me acompañaba Hernán, había varios periodistas rondando, creo que llegaria una celebridad o algo asi, entonces la vi, caminando hacia mi, con una gran sonrisa, cuando me vió corrió y saltó sobre mí, colgándose de mi cuello y besándome como si no hubiera nadie más. - Te extrañé mucho- dijo. La bajé lentamente, abrazándola- Honestamente crei que no volverias- dije mirandola a los ojos. - Me sentí muy bien estando con mamá, no lo niego pero, como dijiste, soy tu esposa y mi lugar es aqui contigo. Tomé su rostro entre mis manos y la besé con ansias. No me habia dado cuenta de que los periodistas se enfocaron en nosotros, tomado fotografías, hasta que escuché las voces. "-¡¡Señor Ferrer, que hay de los rumores que dicen que va a divorciarse!!" "-¡¡¿Ella es su nueva novia?" "-¡¡Señor Ferrer, ¿va a tomar el mando de las empresas Ferrer?!!" Se agolparon a nuestro
AVA Respiraba con dificultad, tratando de recuperar el aliento sobre su pecho, aún podía sentir su miembro palpitando dentro de mí, después del orgasmo tan intenso que me habia hecho sentir, era la quinta vez que lo hacíamos desde que llegamos a casa, y parecía que no queria parar. - Amor ya es. . . suficiente, estoy agotada. - Ya es menos tu deuda, recuerda que no te tuve durante tres semanas, asi que. . . Me besó, rodó sobre su espalda, poniéndome debajo de él, y apretándome contra la cama. No podía creer que aún tuviera energía para darme más. - Déjame descansar, por favor. Me sonrió ampliamente, besó mi frente y me cubrió con la sábana, me abrazó pegando mi espalda a su cuerpo, y nos quedamos dormidos. ***** El ruido de sus pasos apresurados me saco de mi sueño, la luz del dia llegó hasta mis ojos a través de la ventana, no queria abrirlos, pero la silueta de mi querido esposo iba y venia. - ¡Es tarde!Joder, voy tarde a una reunión. Me recosté sobre un codo
DIEGO Hernán comenzó a mover el auto en la via de forma errática, pasando de un carril a otro, tuve que sujetarme fuerte para no golpearme, a pesar de traer puesto el cinturón de seguridad. - ¿Que pasa?- le grité. - Nos siguen, señor, estoy tratando de perderlos. Hernán era un ex militar, y era uno de los mejores guardaespaldas que mi padre había contratado, estaba siempre listo para este tipo de situaciones. - Solo un poco más y los perderemos. Volteaba hacia atrás, un vehículo con cristales tintados nos alcanzó e intentó sacarnos del camino, pero Hernán fue más listo, frenó, haciendo que el otro auto pasara de largo, pero al hacerlo terminanos chocando contra un contenedor de basura y nos golpeamos muy fuerte. - ¿Estás bien Hernán? - solo que no respondia.- ¡¡Hernán!! Salí como pude del auto, tomé el teléfono para hacer una llamada y me di cuenta de que estaba inservible. Me invadió la incertidumbre, me escondí detras del auto, y abrí la puerta del copiloto. -
AURORA Estaba de vuelta, habia sido un largo viaje por el mundo, quedándome a vivir unos meses en cada lugar, ya habian pasado varios años, viviendo en el extranjero, por varios paises de Europa y Asia, es para lo que me habia alcanzado la herencia de mi padre, y debo decir, que por fin me aburrí de estar fuera de casa. Mi otro motivo para regresar, era Diego Ferrer, sabía que lo habia torturado todo este tiempo con mi ausencia, cuando lo dejé, estaba enamorado de mí como un loco, y ahora debia aprovecharme de eso, para poder obtener su herencia cuando se haga cargo de las empresas Ferrer. Seria muy fácil para mi casarme con él y tener un hijo suyo, asi tendría que darme dinero de por vida si me divorciaba. Cuando llegué al aeropuerto ese día, no me esperaba ni en millón de años lo que ví, una chica rubia saltó sobre Diego y lo besó apasionadamente sin importarle el lugar en donde estaban, y él le correspondió de la misma forma, pero lo más impresionante de todo fue, que alcan