ENCUENTRO

“las pasiones son como el viento necesita dar movimiento a todo “ B. Le Bouvier de Fontenelle

Cortinas venecianas, herrajes de bronce, brocato francés, vista a la ciudad un estilo señorial pero que remitía a otras épocas a Lotti le hubiera agradado la decoración de aquel hotel en realidad alguna vez invirtió en el según Trudy que llevaba cuenta de todo y bromeó aludiendo a sí misma por el caudal de información que manejaba: “soy mi propio bluetooth!”

A esa muchacha que olía a lirios de bosque, vainilla y azar como la publicidad de esa cara fragancia la cual aportaba regalías extras al ser su modelo, ni le importaba el resto de los datos solo refunfuñaba imaginándose a su potencial enemigo. Las acciones era una cuestión de finanzas de aquí para allá, fluctuaciones, así como las ganancias que subían o bajaban y eran siempre suficiente pero ese hospicio no!! Eso era suyo!

El enemigo y su secretario, animales de rodeo! Esas tonterías de cinturones con hebillas, botas de cuero ,todo folk, bailes en línea, polvo, mochila lazos y demás vida bucólica en el medio de un rancho! Torsos desnudos de vaqueros, le había acotado Trudy para molestarla aún más . Ese Junior o J.J. o Bill o Billy Bob o quién fuera ni sabía con quién se ha metido. Solo podía regresar a su rancho y tocar su armónica sentado en una mecedera allí al aire libre o en medio de una fogata. Un cliché auténtico porque después de todo ella nunca había estado en un verdadero rancho y ahora que lo pensaba Trudy tampoco! Ella no se iba a rendir tan fácilmente está vez averiguaría todo lo que lidera un fraude eso debía ser! Sino como se justificaría este reclamo? Esa presencia ridícula allí interviniendo en su visita de rigor al hospicio? Trudy, café deslactosado mediante, seguía en su habitación de hotel escuchando algo de música en streaming en tanto le llegaban datos bursátiles. Debía de ir a firmar un contrato participar de una subasta benéfica y demás pero Tib ni ánimo para frivolidades tenía! Ese frío clima le había despejarse un poco tomó si saco de paño Trudy la vio calzarse unos zapatos de taco sideral sujetos con una hebilla que dejaba su talón libre. Tenía sus aretes y su cabello bien peinado. Dudó que fuera más lejos del hall quería estudiar la arquitectura. Ya estaría con su teléfono en mano.

-Tú solo espera aquí y come por mi la cesta de fruta!

Eso le recomendó antes de marcharse. Una orden inusual! Trudy le echo una última mirada. Aún furiosa o insegura Tib no dejaba de ser sofisticada.

Tib no quería cruzarse con nadie y esquivó el elevador. Serían varios pisos abajo pero el ejercicio le haría bien para calmar su rabieta. Podía admirar las pinturas a los lados de la barandilla de la escalera. Ah! La filantropía…como se lamentaba Archi.

Para él nada era más peligroso que la filantropía por que si! Y mal usada era más peligrosa que el calentamiento global! Usar un capital del inversión no para expandir más y más , micro préstamos y demás. Reembolso. Todo debería de haber sido planeado en business class de un avión quizá J.R o Junior o como se llamará tomara posesiones de las empresas que estaban quebradas y las dividía apostando en pequeñas inversiones. Maniobras especulativas! Que tenía en contra de ese sitio? La directora y tal vez el resto podrían guardar algún tipo de papeleo! No era un hospicio estatal ciertamente. Tal vez este sujeto quería vengarse de una mala inversión del pasado pero así ocurría el dinero se perdía se trataba de recuperar como fuera! Él sin embargo no quería negociar. Se había puesto solo en la postura de enemigo. Un enemigo que quería quedarse con lo único que ella manejaba y que le agradaba manejar. Ese hospicio era “su” sitio! Era frustrante! Lo meditaba peldaño tras peldaño viendo de reojo a los ocasionales huéspedes y saludando con una discreta inclinación de cabeza, tenía los puños crispados y miraba al descuido la delicada alfombra. No había sujeto la correa de esos datos zapatos no recordaba la marca yaz ni siquiera su precio. Metió su mano en el bolsillo del abrigo para tomar un puñado de caramelos, demasiado para su gusto pero la calmarían ,fue entonces cuando se diviso ya el hall y las magníficas ventanas a uno de los lados, incluía unos balcones amplios y de su completa agrado arquitectónico, fue allí cuando bajó su cabeza esquivando a un hombre de traje que venía subiendo en dirección opuesta. Este hombre ya no tan joven de pulcro cabello y mirada sería pasó ante ella observándola de reojo a pesar de ir casi con su figura pegada al pasamanos Tib dio un traspié y los caramelos fueron a dar escaleras abajo, ella ahogó una maldición en francés y sintió que unas fuertes manos la tomaban de su antebrazo impidiendo que cayera, aunque su nuca pareció golpearse con el pasamanos. Un tono en inglés le preguntó:

-Te encuentras bien?

Bien. Lo vio sonreír a pesar de su gesto serio, su voz era grave y varonil y no pareció tener acento alguno, Tib lanzó una risita nerviosa burlándose de sí misma y vio desparramados los brillantes caramelos. Solo pudo admitir en inglés:

-Avergonzada pero bien!

Se vio sonrojada, y él se inclinó para recoger peldaños por peldaños cada caramelo reparando en una mirada en los pies de ella luego se puso de pie atesorando los caramelos en su palma. No estaba convencido de haber ayudado del todo.

-Veamos…

Parecía pedirle un tácito permiso y Tib sintió la yema de los dedos de este extraño hundirse en su nuca. Todo por unos momentos el cabello de Tib y ella lo miró a los ojos confundida. Esperaba hallar una herida allí. Una muy dura cabeza diría Trudy. Él quitó la mano al instante como si no hallará allí lo que esperaba…una herida claro. Al parecer su primer diagnóstico aquel golpe no era grave. Ella necesito dar una explicación a su torpeza; realmente estaba distraída pensando en otra cosa y hablo torpemente si. Callarse nada. Él la oyó y ella pensó que sería la clase de sujeto que Lotti pintaría en medio árboles, de cedros o tal vez alguno color caoba en una tarde tibia del otoño. Con esos ojos verdes brillantes. Aunque Lotti solo pintaba paisajes. Se compuso y agradeció.

-Parece que no solo mi cabeza está por las nubes sino que también mis a pies no están sobre la tierra! Debería de estar disfrutando de este ciudad y de este paisaje-señaló en un ademán discreto a aquella ventana-ciertamente debería de estar ocupándome de otra exposición de mi madre y no aquí por negocios.

Se detuvo y estiró la mano cuando él le tendía los caramelos y luego instintivamente ella le convido uno . Gustaba uno? Él se detuvo entre perplejo y divertido pero luego negó amablemente.

-Nada como los dulces pero todos están ocupados en otras diversiones empeñados en amargar la vida de otros, viajes y negocios suena divertido cuando no es uno el que viaja por negocios.

Ella se había lamentando con gracia. Y él se animó preguntarle el motivo de su estadía allí.

-Placer o negocios?

Al parecer ambos se resignó ella. Podía jurar que él sonreía y ella intentó cerrar la mano con esos preciados dulces dentro. Recordó luego el motivo real x el motivo extra del porque estaba allí.

-Junior o Jr. o Billy o como sea que se llame tiene la culpa. Sujeto salido de un rodeo!-ella se frotó la frente como si quisiera borrar ese recuerdo- siento el abrumarlo y contarle mía problemas en especial a alguien que ha salvado mis dulces!

Tib estiró si mano libre y él la estrechó de inmediato al oír su nombre aunque no dijo el suyo. Ella le susurró “gracias”. Luego ambos parecieron seguir su camino pero al momento cuando estuvo un par de escalones más arriba se volteó para decirle con burla:

-Cuidado “Cenicienta”…en los rodeos usan botas!

Él había señalado los zapatos de ella y usado deliberadamente un tono sureño . Ella bajó la vista a esas hebillas sin atar, guardó los caramelos y se inclinó para sujetarlos firmes a sus tobillos. Él sonrió por fin volteándose y subiendo la escalera hasta perderse.

Extraño sujeto, muy amable si un poco misterio eso. Le contaría a Trudy esa anécdota en cuanto de despejara y comiera un par de dulces pero Trudy estaba ya cortando una comunicación. Con qué un sujeto amable, otro huésped? Ella tenía para presentarle a alguien mejor: Leonard.

Tib estaba ya descalza. Fue al toillete para quitarse algo del maquillaje. Trudy la siguió recargando se en el marco de la puerta quitándose sus gafas y mostrando los ojos cansados vio los pies de Tib en ángulo agudo allí en el piso y sacudiendo la cabeza regresó a ese living para oírla luego embelesada por ese huésped. Con qué esas tenía! Un huésped amable un hombre para solo verlo unos minutos se había fijado en demasía en él! Desenvolvió un par más de caramelos mientras “aleteaba” con sus pasos de aquí a allá. Un hombre, un “Traje” pero sin corbata! Algo serio…aunque ella debía de preocuparse por otro hombre un ganadero un petrolero. Dejó a un lado su iPhone. Esto se estaba complicando. Ella podía prestar su oido a esas palabras de Tib que ciertamente no se impresionaba fácil por ningún hombre. Pero Trudy no dejaba de ser una solterona adicta al trabajo y a la tecnología, no quería comenzar a dar consejos cuando ni podía haber dado malos ejemplos! Una alarma le hizo recordar un juego en línea. Para Tib debía de ser aquello sabía que Trudy chateaba con sujetos que no poseían fotos en sus perfiles pero era una adulta y una relación a distancia casi virtual-totalmente virtual- era algo que podía manejar sin resultar herida. Archi había jurado que Trudy encriptaba sus sentimientos y tenía un botón de ON/OFF. Tib seguía mordisqueando sus caramelos y se sentó junto a ella en el sofá sabiendo que Trudy le explicaría más:

-Leonard es un antiguo criado de Lotti aquí de Canadá-su voz fue grave- ahora vive de rentas en una casa ocupándose de su amplio jardín , siempre fue bueno para ello. Supongo que debe de emplear su tiempo algo más!

Es decir alguien que sabía de este embrollo. Una curiosa manera de llamar a un reclamo. Trudy volvió a calzarse sus gafas y la miró por sobre la montura una palabra muy técnica la usaría ante Archi para fastidiarlo Sabría del hospicio. Dinero. Tal vez fuera solo eso y ese sujeto cediera así de fácil, se le ofrecería una suma acorde, podría hacerlo. Parecía fácil así ella volvería a tener su “casa de muñecas”. Tib hizo una mueca

-No crees en mi verdad?-la vocecita de Isabella escapó de su garganta al igual un pájaro asustado.

La muchacha fue tan lastimera que Trudy la miró fijo no pretendía ser severa o dar lecciones sobre la vida no justamente en ese momento y menos ella, por ahora solo creía que ella no era apta para esto, no significaba ningún pecado . Todas aquellas formas , cuestiones comerciales y litigios eran difíciles de entender para alguien como Isabella igual que Lotti sintiera! Una jungla así era todo, ni bello ni bucólico como un paisaje. El dinero no le daría conciencia ni habilidades “la pintura daba claridad y enfoque” le recordó ella lo que Lotti decía. Y ella lo sabía aunque no había podido enfrentarse al mundo, a cierto rechazo que el padre de Isabella le diera, un hombre tan “real” erróneo. Cometió el error de pensar que Isabella de por sí sola sabría valerse en el mundo. Tal vez este Leonard mal que la pequeña Tib ahora adulta no recordara a este hombre con claridad, tuviese más datos para completar esos fragmentos del pasado. Trudy sabía que Tib añoraba esos últimos años con Lotti en un sitio que llamaba a veces “retiro” o “paraíso” solo con un par de visitas, sabiendo que el tiempo se agotaba. Su periodo más creativo.

Lotti había sido una mujer capaz de vivir una pasión profunda con místico idealismo.. suave, femenina, vivaz, en extremo bella y dueña de una gracia en cantadora. Trudy la recordaba etérea, suave en sus modales, dela de una larga melena de color miel casi rojiza, una cara redonda de nariz repintada y unos labios sensualmente entreabiertos. Incluso un par de pecas salpicaban esas mejillas, sus ojos eran enormes del color del océano, hipnóticos. Una ninfa sentada en una roca vestida con una túnica de gasa aunque podía ser una hippie declarada en sus momentos de inspiración. Era como la naturaleza, cambiante y sobre todo libre. No era un secreto para nadie que con solo verla uno sabía que se estaba ante una mujer magnética y misteriosa. Podía ser tanto una aristocracia refinada como una princesa hindú mística. Nadie la atraparía en su red, eso supieron luego los hombres, estar in ella era caminar en un perpetuo zigzag a pesar de ser una mujer fiel era en el fondo solo fiel a su libertad. El poeta Byron solía decir que el amor del hombre es sólo una parte de su vida pero para una mujer el amor es toda su vida. Lotti se había ilusionado con el sentimiento mismo. Quien ni se enamoraría de ese talento. De esa gracia de cisne y de ese optimismo burbujeante?

Ella era fuerte y había dejado en este mundo curiosamente su legado, esta niña, una frágil mujer que sacará fuerzas de donde fuera para que el recuerdo de su madre no fuera empañado. Menuda tarea!

Hombres. Un hombre ensombreciendo nuevamente la vida de ambas, curioso era el karma siempre volviendo y retorciéndose como una serpiente que se mordía su cola! A veces descubría a Isabella revisando las enciclopedias de Lotti. Deteniéndose en las esculturas masculinas en la perfección. El hombre Vitruvio, el hombre como centro del universo, es decir el egoísmo a modo de ver de Tib

Un cowboy! Un vaquero como la joven decía, como ella suponía. Un macho, eso era solo un estereotipo.

-Anímate, dicen que los hombres del oeste son varoniles, de ropas ajustadas. Tal vez tú también te vas bien con un sombrero de rafia vaquero color natural. Así es la bucólica vida rural, solo un rol de poder, de tipos rudos que doman caballos,enlazan con sogas, y beben cerveza! La ley del más fuerte y el ojo por ojo!

La joven no la miró, retorcía sus manos ocultando una mueca. Lo único que le faltaba era aquella palabras con un fondo de música folk.

-Ya sabes lo que dicen de las masculinidades, son diversas nada es lo que parece, tal vez ese hombre sea lo más razonable que hay en la faz de la tierra!-Trudy quería ser optimista-que se les exige pobres hombres? Valentía, fuerza muscular y mas.

-Ya, no trates de consolarme o de predisponer me buen. Se de alegorías de Hércules y Apolo, hasta yo misma hacia bocetos tras bocetos de ello. Este es un hombre ambicioso no le des un halo artístico!

La oyó resoplar con furia. Un animalito acorralado.

Trudy debía de leer aún un par de informes acerca del paradero de Leonard y seguir buscando pistas legales. Tal vez entre un informe y otro tuviese tiempo para algún juego en red. Cuál elegir? Sopa de letras? Laberinto? Algo más geek?

Ah está jovencita que tenía el mal título de socialité ella era más que eso más que una persona de clase alta, sobre todo una mujer, que participaba de eventos benéficos, desfiles de moda, festivales y fiestas privadas. Las cuales tenían una imagen impecable en todos los medios y redes sociales. Dueñas de ingenio, belleza, fama buen gusto y glamour. A Lotti le agradaba la parte menos activa de ese título, promocionar las artes. Más que ser mundano o cosmopolita.

Trudy sabía de memoria la fórmula, rodearse de amistades convenientes, estar en poses, llevar una loca vida, aspirar a ser la estrella de un reality, tener más y más dinero y fama y por supuesto llevar una vida 2.0 es decir mediática en extremo. La muchacha en parte había cumplido con aquello. Desde fuera no se veía que fuera una vida difícil aunque lo era. Trudy debía de revisar la agenda de Isabella. Sacudió la cabeza mientras veía a la jovencita ir de un lado al otro de la alfombra refunfuñando : haría lo que fuera para seguir con el legado de su madre, una guerrera inútil para los negocios! Trudy sabía que aquello no era posible. Tal vez … Isabella se dejó caer desesperada a un lado del sofá. Su gesto aunque teatral fue delicado.Trudy se quitó las gafas mirándola a los ojos con ternura y le pidió: ” Ya, mira no enloquezcas solo se tu misma!’

La muchacha lo repitió con voz casi segura y luego alzó los ojos al cielo.

-Dios, estamos perdidas!

“…te amo mí pequeña tal y como eres…”la voz de Litro resonaba en los recuerdos de Isabella. Frente a un caballete con pinceles en mano. Con su rojizo cabello atada en cola de caballo,jeans desgastados camisa manchada y remera que alguna vez fuera blanca, estaba descalza y sonreía ni una gota de maquillaje.

“Todos somos lienzos en blanco, la vida dibuja pinceladas en nosotros nunca pierdas tu esencia. Óyeme Tib, nunca dejes de ser tú misma, busca tu inspiración, tu arco iris interior, no dejes que los otros te moldeen a tu antojo. Eres libre…”

La muchacha quería creer eso.

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