Marcus
La miro cargar uno de los niños, se ve verdaderamente hermosa. Sonrío abiertamente, ella solo se dedica a mirar con el ceño fruncido hacia el frente. Donde Ketlan carga al otro bebé y Anny mira la escena enternecida.
Si hubiera conocido a Gen en otra época, en otra vida, donde no hubieran armas, drogas, muertes y mafias involucradas, tener un hijo sería completar mi felicidad a su lado.
El problema es que la muerte, los enemigos y la prisión son cosas que me rodean. Podría morir mañana, caer preso y todo acabaría.
Pero por un momento me gusta imaginar que todo esto es un mal sueño y que ella y yo podemos ser felices y formar una familia. Pero eso es algo que a ella no le gusta mucho.
Siempre poniendo un pretexto, buscándole la quinta pata al gato para recordarme que lo nuestro no puede ser.
Tomo una silla y
—Muero porque esta fiesta se acabe —murmura Marcus.—No seas impaciente, Marcus —le digo.Vemos que Ketlan y Anny regresan, y sus caras no son las mejores. Entrecierro los ojos, ya después la molestaré con mis preguntas.Veo a Jeff dirigirse al estéreo y poner una música más movida, todos empiezan a bailar, y la verdadera fiesta empieza.{...}11:37 pm—Estuvo muy bien todo, me encantó bailar contigo —habla abriendo la puerta.—A mi también, no eres tan mal bailador después de todo —sonrío.Me toma de las manos.—Vamos a bañarnos juntos —propone.—¿Solo a bañarnos? —pregunto entrecerrando los ojos.—Claro que no. —dice, abriendo un poco sus ojos—.
Lunes 06 de febreroGénesis se remueve en mis brazos, sonrío y la abrazo.—¿Qué hora es? —pregunta, su voz suena apagada, aún tiene rastros de sueño.—Es tarde, es de lo único que estoy seguro —contesto.Ella se deshace de mi agarre y se levanta como un resorte. La veo caminar hacia el baño.Frunzo los labios.Me levanto del piso, y tomo un albornoz que se encuentra en uno de los pequeños muebles.Gen sale con su vestido puesto, va caminando rápido a la puerta pero se da la vuelta.—Nos vemos luego, te mataré por no despertarme —besa mi mejilla, corre a la puerta y antes de salir grita—: ¡Te quiero!Sonrío como estúpido, así me tiene ella, enamorado, embobado y a sus pies. Haría cualquier cosa que me pidiera y estuviera en mis manos.Entro al baño y veo mi ropa en el piso, veo un envoltorio sobre salir del pantalón. Me agacho para tomarlo, lo saco y veo con claridad que es.—Mierda. — excla
Todas las veces que hablé, discutí, o tuve un encuentro con Cintia se reproducen en mi cabeza, ¿acaso escuché bien? mi cerebro procesa la información y luego mi estómago la digiere.—¿Muerta? ¿Cintia está muerta? —pregunto, atónita.Es verdad que no la soportaba, que la detestaba con cada fibra de mi hermoso ser, pero de ahí, a quererla muerta, hay mucho camino por recorrer.—¿Es neta? —Karen, a mí lado indaga, estupefacta igual que yo.—Es la pura verdad, al parecer la mataron esta madrugada —expresa Anny—. Por lo poco que averigüé, recibió tres disparos, y tenía signos de golpes, pero que fueron propinados hace unos días.—Diablos —maldice Karen—, esto, esto es una locura —pasa sus manos por sus cabellos rubios— ¿dijiste que la policía está aquí?—Así es, en este momento deben estar en el despacho de Brian —exclama.—Vamos, tenemos que terminar de trabajar —sugiero—. Yo averiguaré más tarde, tengo curios
Es impresionante como ese hombre se ve tan feliz por esa noticia.Un bebé...Suspiro, y niego en mi mente.Sería imposible pensar en la posibilidad de tener un niño de Marcus, añadiendo que no sería una buena madre, yo sé limpiar, no cuidar bebés, puedo pelear, desarmar una pistola en treinta segundos, pero, ¿cuidar un bebé? definitivamente no.Estoy segura de que esa vida no es para mí.—Me tengo que ir —anuncio.Ellos reparan en mí.—Pero tiene que quedarse a celebrar con nosotros. —protesta él.—Edrian —lo regaña su esposa—, la chica de seguro tiene mucho trabajo, déjala ir.El señor Edrian mira a su esposa, y sus ojos brillan de tal manera que causa ternura. Se ve muy enamorado, y por la forma en que Louis le devuelve la mirada, puedo decir con certeza que es rec&iac
—¿Acaso perdiste la cabeza? —tiene los ojos muy abiertos.Es lo primero que dice después de unos segundos de silencio.—No me regañes, sé que fue una imprudencia, pero no es tan malo como parece —me mira como si me hubiera vuelto loco.Y a veces creo ya estoy más que loco que de costumbre.—¿Se lo has dicho?—No.—Tienes que hacerlo, creo que hay tiempo para evitar cualquier... Error —exclama.—No, no le diré nada —niego.—¿Te estás escuchando? ¿sabes que sí no le dices hay riesgo de que quede embarazada? —junta sus manos en la mesa—. ¿Qué estás tramando?—Ella no quiere tener niños, sé que en este momento, y en esta vida que tenemos no es bueno tener uno... Pero, Ketlan, tal vez podamos tener una vida diferente, yo, yo ya no quiero esto para mí.Él suspira.—Estás cometiendo una estupidez, pero soy tu amigo, y te apoyaré en todo lo que hagas —junta sus manos—. Eres consciente de que no es segur
El conde me gana tamaño por unos seis centímetros, aprieto los labios.Sus ojos me detallan.—¿No podría usted estar interesada en mi? —pregunta.—No. —respondo de inmediato, y totalmente segura, si hubiera llegado unas semanas antes de seguro hubiera llamado mi atención, pero un ruso llegó primero y es a él a quien le pertenece mi corazón.—¿Me considerara poca cosa? —indaga, se ve sumamente tranquilo. Ya no hay rastro de irritación en su persona, ahora más bien parece intrigado.—Al contrario, señor —cuadro mis hombros—. Es usted muy guapo, es un hombre de mucha clase y tiene dinero —mi último comentario lo hizo apretar la mandíbula—, son muchas cualidades que atraerían a cualquier mujer.—Pero a usted no, ¿puedo saber por qué?&md
—¿Cuando entenderás que solo fue un desliz de una noche? —mi parte curiosa hace detener mi andar, y esconderme en una columna para escuchar.—Nunca, preciosa, no puedes mostrarme el paraíso y pretender que voy a conformarme con una noche —le responde Nikolay.Asomo un poquito la cabeza por la columna.Nikolay está detrás de la barra dónde se encuentra Michelle, la está casi acorralando.—Escúchame bien, Nikolay, habías aceptado que solo fuera una sola vez, no vengas ahora a querer cambiar las cosas —se ve enojada.—No te entiendo, si tanto te gustó por qué no quieres repetir —acaricia la piel desnuda de su cuello.Yo no debería estar espiándolos pero es necesario, bueno, no. Tengo que dejar de ser chismosa.—¿Y quién dijo que me gustó? —pregunta
—Perdóname, Gen —exclamo bajito, para no despertarla. Lentamente pongo una mano en su vientre—. Sé que debo decirte que se me olvidó usar protección la otra noche, pero en el fondo muero porque quedes embarazada, un bebé tuyo y mío, eso sería el motor que necesito para salirme por completo de esta vida.Dejo un beso en su frente y me levanto, hoy es el viaje con Ketlan, entro al baño y me lavo los dientes. Me doy una ducha relajante.Cierro los ojos y dejo que el agua moje mi cuerpo.Siento las manos de Gen colarse por mi pecho, ¿quién más podría ser? Sonrío.—Te levantaste, sin mí —reprocha.—Te ves hermosa durmiendo —murmuro—, en realidad no, pareces una loca, despeinada y tenías un hilo de baba, pero para mí te ves hermosa —me río—, y eso es preocupante.—Cállate —me da un leve golpe—, tú duermes con la boca media abierta y yo no me quejo.—Eso no es verdad —me doy la vuelta, su imagen desnuda, con el cabello