Por supuesto que desde ese día tomé la decisión de irme al apartamento de Kerem; que cada vez me recalca que es nuestro.
Hablar con Millie fue una de las cosas más difíciles para mí, y no porque esta se negará; sino por nuestra amistad, por tantos momentos, tanto apoyo, y aunque ella también estaba haciendo su vida, y aunque siempre estaremos juntas, irme de casa fue una de las cosas más emotivas que he podido vivir.
Las semanas siguientes fueron de trabajo fuerte, en lo que compete a Joshua y a mí. Hoy por la tarde tendremos una reunión para dar el primer informe general «Nuestro primer informe», luego de haber dado la inauguración el día del evento.
De cierta manera tengo un poco de nervios, pues los representantes de todas las empresas involucradas estarán allí de nuevo.
Cuando Kerem
Impactada y sin saber cómo reaccionar, observo a Sadik quién está con los ojos rojos, tan irritados, que pienso que van a explotarle en algún momento. Sus puños están tan rígidos que comienzo a temer nuevamente. Amelia por su parte esta blanca como la nieve sin quitarle la mirada a Kerem en ningún instante. Algo muy extraño siento cuando de repente ella pasa los ojos hacia Lerman y vuelve a mirar a Kerem.—No sabíamos la condición de la señorita Miller —dice un hombre más adelante.—Eso… Señor Hastings no le incumbe a nadie… —dice Sadik.—Pero ¿cómo no? Ella es la persona que está al frente de esto… Todo retrasará nuestros resultados —chilla Amelia.Por supuesto la hija de puta no podía quedarse atrás.—Se&ntild
“¡Cumpleaños feliz! ¡Cumpleaños feliz! ¡Cumpleaños mi Cocorita! ¡Cumpleaños feliz!—¡Gracias, papá! ¡Este oso era lo que más quería en el mundo!—Te mereces mil de estos osos.—¡Y tú eres el mejor papá del mundo!(Risas)—Trato de serlo mi amor, tu mamá Joshua y tú son lo más importante en mi vida, y nunca, nunca voy a defraudarlos…”***El tacto suave de unos dedos en mi rostro me hace parpadear varias veces, mientras se me dificulta divisar el rostro al principio. Cuando logro aclarar la visión el rostro de Kerem aparece perfectamente delante de mis ojos, este sigue acariciando mi piel.—¿Qué hora es? —pregunto en su
De prisa me dirijo a la cocina, apagando la hornilla de inmediato. Toda mi comida está literalmente quemada y el ambiente lleno de humo. Toso varias veces y veo que Christopher entra para encender la campana extractora, y seguido el humo comienza a disiparse.Pese a la circunstancia y pese al momento, me siento muy nerviosa ante la presencia de él en este lugar; y más sola. Trato por todos los medios de parecer tranquila y sin preámbulo le miro fijamente.—¿Qué quieres? —pregunto tajante.—Hay varias cosas que quiero hablar contigo, si me lo permites.«No hables con él… Recuerda todo lo que te han dicho.»“Ale… Si él intenta hablar contigo, por favor vete del lugar”recuerdo a Adam.El nerviosismo comienza a aumentar en mi cuerpo, pero debo ser inteligente.
Por más que niegue una y otra vez, por más que abro y cierro mis ojos, la visión de Adam no se va.No se va.Su rostro es, irreconocible. No está para nada impactado en ver a Amelia echa un desastre y con un arma apuntándose ella misma; más bien se burla de su situación. Y esto me perturba en gran manera.El rostro de Kerem es el único que no logro divisar, ya que está dándome la espalda; mientras que Adam y Amelia están justo frente a mi visión.—¡Eres un infeliz! —dice Kerem en tono retador, mientras Amelia aumenta el llanto.La sonrisa de Adam se ensancha mientras le envía una mirada amenazante.—No siempre puedes tener lo que quieres —y con estas palabras Lerman empuja a la mujer — ¡Dispárale! Te lo ordeno.¿Qué?Un im
He tenido visitas durante todo el día, mi hermano se ha instalado prácticamente en mi habitación del hospital junto a Millie. Evie y Omar han dado rondas preguntando por el bebé; pero nadie se ha atrevido a sostener una conversación, ni siquiera una básica.Es como si el tiempo se hubiese detenido, es como si mi mente de alguna forma estuviera en modo automático, respondiendo “sí” o “no” ante cualquier pregunta; probando uno o dos bocados de comida cuando corresponde la hora.He dado todo mi esfuerzo por tener en calma mi sistema; he traicionado mis emociones, dejando a un lado mi dolor, para poder atender la salud de mi hijo.Pero hay momentos en que los pensamientos se desajustan y el dolor vuelve, haciéndome trisas, y sin poder evitarlo el carbón caliente que aprieta mi garganta se vuelve cruel; tanto que siento que no podr&ea
“A veces, cuando parece que todas las piezas se están cayendo a pedazos, en realidad pueden estar cayendo en su lugar”Mi respiración está agitada y mis manos húmedas por el sudor que emana mi cuerpo nervioso.Me observo en el espejo y aún no puedo creer lo que está sucediendo.Millie coloca un ramo pequeño, pero hermoso de calas en mis manos, con una cinta bastante sutil en tonos dorados.El movimiento brusco del pequeño Andrew en mi vientre hace que suelte un grito al tocar mis costillas, y mi amiga sonríe ante mi reacción.—¡También está nervioso! —dice ella sonriendo, mientras que se agacha tocando mi vientre—. Pequeño, debemos apresurarnos.En su tono, denoto que también está nerviosa.Y esa es mi amiga, esa es Millie John
—¡Ale! ¡Por favor! ¡Vete…! —mi madre grita de forma entrecortada, su rostro está tan hinchado, tan lleno de sangre que sus labios tiemblan de forma descontrolada mientras que ella toma las manos de aquel hombre suplicándole con la mirada que se detenga, pero este no lo hace.No lo hace.Yo trato de ordenar a mi mente de actuar, pero no me hace caso, mi cuerpo literalmente está paralizado ante el miedo.Élla tiene sujetada del cuello mientras le propina otro golpe en la cara.Que ironía,ese mismo hombre que al amanecer le dice que la ama, que no quiso hacerlo, que lo perdone, que ya no pasará de nuevo… ese es el mismo que al día siguiente después de cada borrachera, promete que cambiará.¡Bien!, ahora tiene su cuerpo como si fuera un costal de arena, en el mismo cuerpo de mam&a
—¡Señorita no puede estar aquí!, ¡por favor! —grita la recepcionista de manera agitada intentando alcanzar mi paso.—¡He pedido esta cita por dos meses! No puedo esperar más, ¡Lo siento! —le respondo de manera desesperada; y así era, esta era mi única oportunidad yquizásen un futuro me agradecería a mí misma por esto.Estaba decidida a seguir la recomendación de Joshua, quería tratar de borrar marcas que nadie podía ver, pero yo las sentía arder cada mañana que abría los ojos.Me detuve en medio de la sala, estaba temblando con las manos sudadas y pensé que en cualquier momento mis rodillas podrían fallar.Millie, había hecho una encuesta para su proyecto en esta compañía, la empresa más prospera en Inglaterra,