—¡Ale! ¡Por favor! ¡Vete…! —mi madre grita de forma entrecortada, su rostro está tan hinchado, tan lleno de sangre que sus labios tiemblan de forma descontrolada mientras que ella toma las manos de aquel hombre suplicándole con la mirada que se detenga, pero este no lo hace.
No lo hace.
Yo trato de ordenar a mi mente de actuar, pero no me hace caso, mi cuerpo literalmente está paralizado ante el miedo.
Él la tiene sujetada del cuello mientras le propina otro golpe en la cara.
Que ironía, ese mismo hombre que al amanecer le dice que la ama, que no quiso hacerlo, que lo perdone, que ya no pasará de nuevo… ese es el mismo que al día siguiente después de cada borrachera, promete que cambiará.
¡Bien!, ahora tiene su cuerpo como si fuera un costal de arena, en el mismo cuerpo de mamá dónde desquita su desdicha y sus deudas, que al parecer son culpa de ella.
No soy capaz de irme, no puedo, lo único que hago es temblar de pies a cabeza, de llorar incansablemente gritándole que la deje en paz. La garganta se me comprime del dolor, pero ahora lo que necesito es tomar una decisión rápidamente porque de lo contrario mi madre morirá a manos de ese hombre.
Mis pantalones están mojados, mi camiseta está pegada a mí como una segunda piel, y el sudor me ha cubierto el cuerpo entero. No sé qué hora es, ha sido una noche tan larga que ya perdí la noción del tiempo, pero lo único que espero es que pueda amanecer pronto.
Como si una vocecilla susurrara en mi oído, al ver el desastre regado en la cocina giro hacia mi lado izquierdo y veo la parte de arriba de una botella de cerveza partida, que está en el suelo cerca de muchos vidrios.
«Tómala, hazlo», dice mi voz interior; así que sin pesarlo mucho y aunque mis piernas tiemblen y no esté segura de ellas, corro hacia el pico y lo tomo, pero, el nerviosismo es tan fuerte, que, al momento de agacharme, pierdo un poco el equilibrio resbalando, y por acto de reflejo coloco mis manos en el suelo deslizándome un poco hacia delante.
¡Duele hasta la mierda!
Varios hilos de sangre bajan por mi muñeca, hay un corte profundo en ella, literalmente me he cortado debido a mi torpeza. Sin darle mucha atención al dolor, empuño el pico de la botella rota y corro hacia el frente donde observo el cuerpo de mi madre en absoluta calma.
Ella se ha desmayado.
Está tendida en el suelo, su cuerpo se mueve solo porque el hombre está propinándole unas patadas en los costados y un profundo dolor se gesta en mi pecho al ver su condición. Coloco las manos en mi boca y los sollozos salen de manera incontrolable; ira, rabia, impotencia se abruman en todo mi ser.
¡Lo detesto! ¡Detesto a ese hombre!
Con toda la velocidad que puedo, corro, corro hacia ellos teniendo una sola idea en la mente.
Salvar a mamá.
Me aviento encima del sujeto clavando la botella en su espalda las veces que puedo, colocando toda la fuerza que se desprende de mi cuerpo. Pero mi fuerza es tan poca y el temor se ha apoderado tanto de mí, que no logro hacerle mucho daño.
—¡¡¡MIERDA!!! —Grita el mal nacido—. Pero, ¡¿qué me has hecho?! ¡Debiste escuchar a tu madre!
Corro con todas mis fuerzas hacia la puerta, necesito salir, necesito que alguien pueda ayudarnos. No sé en qué momento aparecerá alguien, no sé tampoco si Joshua llegará a tiempo, lo único que quiero es poder tomar a mi mamá y sacarla de aquí, necesito que ella sepa que debemos abandonar a este hombre y huir muy lejos de aquí. Luego, entender que todo va a estar bien, que vamos a despertar de esta pesadilla pronto.
Logro agarrar el pomo de la puerta, el temblor de todo mi cuerpo ya es un zumbido, pero me esfuerzo por hacer lo necesario. Giro el pomo y entreabro la puerta, de inmediato un tirón fuerte
haceque el cuero cabelludo me arda, y chillo del dolor dando un traspié cayendo hacia atrás, encima de varias ollas que momentos atrás se esparcieron al comenzar la pelea.Coloco mis manos sobre el suelo para poder levantarme, pero es en vano, un puño se asoma en mi mejilla dando con la cabeza al piso.
Entonces un zumbido se adentra en mi cabeza atontando mi visión y mareándome por completo.
«Quédate así».
Quisiera levantarme, pero hay una gran debilidad en mis sentidos, veo como viene hacia mí una patada que da en mi estómago, y las ganas de vomitar comienzan a debilitarme, así que toso varias veces para lograr recuperar el aire.
Al instante escucho gritar a mi madre al fondo.
—¡Déjala maldito! Soy yo a quien quieres, ¿no es así?
¡Mamá! ¡Está despierta! ¡Está viva!
Siento esperanza al escucharla, de cierta forma una sensación de alivio pese a todo lo que está pasando, me tranquiliza.
Entonces un ruido, como si cayeran nuevamente muchas cosas, hace que abra los ojos de inmediato y trato de incorporarme. Utensilios de cocina; cucharas, tenedores, vasos, caen al suelo mientras el hombre revuelca un cajón.
En una estocada mis esperanzas van cayendo a pedazos, el hombre se levanta rápidamente y toma un cuchillo de la cocina caminando en dirección a mamá.
¡No…! ¡No! ¡No! ¡No!…
Me odio por no poder controlar mi mareo, me odio por estar tan débil y no poder levantarme. Entonces como último esfuerzo mis ojos se conectan a los de ella; y allí está, observándome fijamente con lágrimas en sus ojos disculpándose con su mirada y con sus gestos, ella me mira como si se estuviese rindiendo.
—Tranquila… —gesta su boca.
—Mamá… no… —logro pronunciar difícilmente, inclusive, creo que las palabras no fueron audibles.
El hombre de manera despiadada le clava el cuchillo en el vientre, sacándolo e introduciéndolo varias veces.
NO…
Un dolor agudo se clava en mi pecho junto con el grito desgarrador de ella. El dolor y la impresión que ahora tiene mi visión, son indescriptibles, no puedo más con esto, no puede estar pasando, no.
Entonces me dejo ir, me dejo desvanecer con la debilidad que se apodera de mi cuerpo, y cerrando los ojos, una oscuridad comienza a arroparme lentamente.
—¡Señorita no puede estar aquí!, ¡por favor! —grita la recepcionista de manera agitada intentando alcanzar mi paso.—¡He pedido esta cita por dos meses! No puedo esperar más, ¡Lo siento! —le respondo de manera desesperada; y así era, esta era mi única oportunidad yquizásen un futuro me agradecería a mí misma por esto.Estaba decidida a seguir la recomendación de Joshua, quería tratar de borrar marcas que nadie podía ver, pero yo las sentía arder cada mañana que abría los ojos.Me detuve en medio de la sala, estaba temblando con las manos sudadas y pensé que en cualquier momento mis rodillas podrían fallar.Millie, había hecho una encuesta para su proyecto en esta compañía, la empresa más prospera en Inglaterra,
—Señor Sadik, Señorita Miller… —anuncia el Señor Lerman observándome de manera perspicaz, esto capta inmediatamente la atención de Kerem.La mención de mi apellido me saca de mis cavilaciones, así que parpadeo varias veces.—¿Por qué debería vender mi empresa al emporio Sadik?Esta pregunta no se trata sobre dinero,pienso rápidamente. De cierta manera puedo comprenderlo, no sé cómo explicarlo, pero me siento en sus zapatos.—Señor Lerman, nuestra empresa hará la proyección que usted una vez… diseñó —digo en tono firme—. No se despedirán empleados, solo se harán modificaciones y si usted está de acuerdo, tomaremos todos los consejos de la manera más respetuosa posible.Quiero decirle muchas cosas más, qui
La intranquilidad comienza a hundir mi cuerpo, ahora mismo siento como si alguien estuviese ahogando.Es una pesadilla… estoy en una pesadilla, de nuevo.—Tranquila —ella me sonríe y yo grito en desesperación, ¡va a matarla!¡Noooooo! ¡No mamá!, ¡quédate aquí!, quédate conmigo….Una vibración repetitiva y constante hace que me despierte, me siento de golpe sudando hasta ver que la camiseta que llevo está pegada a mi pecho.—¡Mierda! —pronuncio un poco alterada.Otra pesadillaBusco mi celular entre las sábanas y lo tomo rápidamente sin leer de quien se trata.—¿Sí?—¡No puedo creer que estés levantándote hasta ahora! —dice Kerem casi en grito.
Mis ojos no pueden parpadear por un instante, incluso puedo afirmar que el cuerpo se me ha congelado.—Te contaré los detalles —él susurra de nuevo sacándome de mi incredulidad, porque tengo cuatro años conociéndolo, y jamás escuché algo como esto—. Pero ahora que ella está dirigiéndose a nosotros, necesito que ahora seas… mi novia.¿Qué? ¡No puedo creerlo!, mi mente comienza a maquinar mil y un escenario.Quiero saberlo todo, quiero saber por qué quiere mentir, quiero saber qué lo insta hacer lo que está haciendo y quiero saber si siente algo por ella, principalmentequiero sabe eso.—No respondes… —vuelve a hablar como si hiciese una petición alarmada—. Te necesito Ale, en serio prometo contarte todo.—Estoy un poco impactada, es todo, yo nunca i
A la mañana siguiente me encuentro corriente por la universidad, necesito llegar con cinco minutos de anticipación al examen, porque quiero entregar de manera personal el ensayo que me ha pedido el señor Sliking sobre el impacto ambiental que han dejado las mega empresas, y el aporte ecológico que pueden brindar si así lo desean.No he consultado este proyecto con Kerem, inclusive si no lo acepta lo propondré a alguna otra empresa que quiera emprenderlo, sé que es una buena propuesta y me gustaría mucho que los Sadik pudieran ejecutarla.—Señor Sliking, quería darle personalmente mi proyecto —entrego la carpeta en sus manos.—Alexandra, muy bien lo leeré detalladamente, ¿está preparada para su último examen? —siento cierta satisfacción en su mirada y me hincho de orgullo.—Sí señor, no lo defrau
Siento que algo quiere estallar dentro de mí, quisiera decirle unas cuantas mierdas a Kerem en la cara. Sin embargo, estoy aquí prestándome para que la vida siga robándome cosas, y yo siga dando.—¿A qué le temes? —sentencia el hombre tan cerca de mí que su aliento a menta golpea mis fosas nasales, introduciéndose en mi sistema.—Solo soy la mente clara en estos momentos, también soy tu amiga, Kerem —declaro—. Pero veo que estás actuando con locura.—Sí… así es. Pero quiero proseguir… ¿Tú lo harás? Porque de no ser así, dímelo de una vez —estoy segura de que puede sentir mi nerviosismo, estoy convencida de que todo el edificio puede escuchar mi ritmo cardíaco, él está tan cerca de mí, que no discierno si lo hace con malicia. Con astucia. Sabiendo y
El murmullo del gentío hace que me desconcentre más de lo normal. Giro mi cabeza de lado y lado para poder encontrar a Kerem en donde me indicó. No me dio número de vuelo. Solo dijo Aeropuerto InternacionalHeathrow 2:30 de la tarde en la entrada del café City Merck, y aquí estoy un poco desesperada ya.Busco en mi bolsa de mano mi teléfono celular, para ver si tengo una llamada suya o por el contrario voy a marcarle de inmediato.Enciendo la pantalla y en efecto no hay nada. Un nerviosismo me viene atacando desde la salida de mi apartamento. Inclusive la misma Millie presenció cierto temblor en mis labios cuando me despedí.Marco el número de Kerem de nuevo y expulso de manera brusca el aire que tengo comprimido.Un tono… Dos tonos… Tres tonos.Pero mis ojos se agrandan de manera desorbitante, inclu
“La normalidad es un camino pavimentado: es cómodo para caminar, pero nunca crecerán flores en él” Vinent Van GoghEntro lentamente a la amplia habitación, que por cierto es una grosería de lujo para mis ojos.Kerem está parado justo detrás de mí, sé que está esperando que yo le diga que no pasa nada, sé que quiere olvidar el tema de lo que pasó allá abajo. Pero yo no.Me niego totalmente a no poner reglas en este asunto, aunque yo debí negarme rotundamente a este juego, pero ya es tarde. Muy tarde para m&iacut