Victoria intentó moverse, aún adormilada pero, la mano de Brailon. descansaba en uno de sus senos y el brazo aprisionaba su cuerpo como si no quisiera que ella se apartará de él.Aprovecho la oportunidad de que él estuviese dormido para apreciar la hermosura masculina de su esposo. Sus facciones estaban tan relajadas en aquel momento, su boca entreabierta era muy sensual, su cabello totalmente revuelto le daba un aspecto juvenil y descuidado, parecía vulnerable, pero estaba claro que sí algo no estaba en el diccionario que definiría a Brailon era la palabra vulnerable, todo el reflejaba poder y seguridad. Tuvo un fuerte impulso de besarlo y no pudo contenerlo, así que se movió un poco, solo lo necesario hasta que pudo posar sus labios en los de él, que al sentir la presión sobre ellos, formaron una linda sonrisa. —Que dicha sería despertar así todos los días — dijo y abrió los ojos. Victoria se ruborizó, se sintió como una niña a la que acaban de pillar comiéndose el dulce antes de
Brailon despertó primero y decidió tomar una ducha, tras recibir un mensaje de Arthur se preparaba para ir a la oficina. Al vestirse, y salir del vestidor hacia la habitación para acomodar su corbata, se encontró con la.imagen se una dormida Victoria. No pudo evitar admirarla, sus hermosos rizos rubios estaban esparcidos por la almohada, sus labios rosados, su piel pálida. Era hermosa y suya... al menos por ahora y eso lo atormentaba. Estaba enamorado de la hija del hombre que arruinó su vida. Desde aquella primera vez que la vio, en aquel baile, quedó prendado de ella, y aunque no los presentaron aquella noche, se dedicó a admirarla desde lejos. Decepción, eso fue lo que sintió al descubrir que era hija de su enemigo, a pesar de ello, no pudo evitar investigar la, averiguar un poco más sobre la hermosa rubia que había despertado en él un sentimiento de obsesión. Con el paso de los meses se descubrió pensando en ella cada día, cada noche... había tenido un par de aventuras y al cons
Ante la mirada furiosa de su esposo, Victoria tuvo la necesidad de defenderse. —No te desobedeci nunca me dijiste que tenía prohibido algún lugar de la casa, además, Julieta está mintiendo. —¿Qué motivos tendría para mentirme?—¡No lo sé, pero miente! Fue Julieta quien me animó a entrar a la habitación y además me entregó la llave, dijo que era prohibido para los empleados, pero que no para mí, y es cierto, nunca dijiste nada. ¡Julieta miente, no sé por qué hizo esto, y porque está llorando, pero tienes que creerme!—¿Por qué debería creerte?— preguntó de mal humor. —¿Por qué?— preguntó indignada— Quizás porque soy tu esposa, tu mujer, ¿no pensarás que yo miento y la joven de servicio dice la verdad?—Eso es exactamente lo que parece. — dejó la foto en la cama, tomándola bruscamente del brazo arrastrándola fuera de la habitación que cerró nuevamente con llave—Esta es una habitación sagrada en la que nadie puede entrar y tú, la has profanado. —Sólo quería saber más de tu madre. —N
Era ya bastante tarde y Brailon no había regresado y aunque se dijo que debía tomarlo con calma, Victoria no podía evitar preocuparse, ¿le había sucedido algo?Yacía en la cama, pero no había logrado dormir ni un minuto, su preocupación iba en aumento a medida de que avanzaba la hora. Eran al rededor de las tres de la madrugada cuando sintió cómo alguien ingresaba a la habitación, iluminada únicamente por la tenue luz de la lamparita sobre la mesita de noche. —Es muy tarde—le dijo en un susurro. —No pensé que estuvieses despierta aún. Nunca nadie me ha esperado hasta que vuelva a casa. —Eso era antes—se sentó en la cama— soy tu esposa ahora. —él se sentó en la cama a su lado y el olor a alcohol llegó hasta ella. —Estás ebrio. —Solo he tomado unas cuentas copas. —Lamento que por mi culpa hayas recurrido al alcohol, y de verdad lamento mucho haber entrado allí, Brailon, lamento la discusión, los gritos, las ofensas, estaba fuera de mi. —Yo también lo lamento, debí ser más compren
La mañana siguiente los sorprendió abrazados y poco habían dormido, pues su cuerpo e habían amado en varias ocasiones. —Buenos días, preciosa—respondió besando su frente. —Buen día...—siguió una conversación divertida y amistosa dónde conversaban los "motivos" para dormir bien, a pesar de no haber dormido. Ante todo aquello, la conversación de la tarde anterior con Julieta volvió a ella. —Brailon... quiero conversar de algo importante contigo. —¿Qué sucede?—Quiero contar con tu consentimiento para hacer... algunos cambios. Las cosas no pueden seguir como hasta ahora, ya no eres un hombre soltero. —Permiso concedido— le dijo con una sonrisa. ¿Qué deseas cambiar?, ¿la decoración de la habitación?, ¿la cocina?, ¿la sala?—No... tienes buen gusto, no me refiero a esa clase de cambios. Quiero contratar a otra chica de servicio.—¿Otra?, pero no la necesitamos. —De hecho si, quiero otra mujer que se encargue de tus cosas. —Pero de eso se encarga Julieta— la miró confundido. —Lo sé,
Un golpe a la puerta, reclamó la atención de ambos, deteniendo así la discusión. —¡Adelante!—exclamó una enojada Víctoria. — quién entró fue Julieta con una bandeja. —Está lista su agua de limón, señora. —Gracias— dijo de mala gana, tomó el vaso de la bandeja e ingirió parte del contenido pero entonces lo escupió, haciendo un gesto de desagrado, aquello era una limonada extremadamente dulce. Miró a Julieta y observó el brillo malicioso de sus ojos. —¿Sucede algo, señora? —¿Que si sucede algo?, ¡eso es un asco!, te pedía gua de limón, Julieta, agua de limón — colocó el vaso con mucha fuerza sobre la bandeja, logrando así que saltaran muchas gotas, salpicado a Julieta— te pido agua de limón y me traes una limonada, asquerosamente dulce. — se encaminó a la puerta y gritó —¡Ana... Ana, venga un momento, por favor!— un minuto después, la joven llegó apresuradamente. —Digame, señora. —Ana, ¿Crees que sea posible que me traigas un agua de limón? —Si, claro señora. Vuelvo en un mi
—¿Cómo te atreviste a arrebatarle el contrato a mi padre?—preguntó indignada. —No le arrebaté nada, solo presenté una propuesta y fue aceptada. —¡Muy fácil lavarte las manos de esa manera!, ?cómo pretendes que te pague, si no le das la oportunidad de trabajar? —Ése es su problema, Victoria. —¡Eres un bestia!—le dijo furiosa— ¡Lo estás presionando demasiado y mi padre está enfermando!, ¡Por Dios, ten piedad!, ¿Qué es lo que te hemos hecho?—preguntó con las lágrimas bailando en sus ojos. —Victoria... —¡Dímelo!—exigió— ¿Que demonios te hemos hecho?, ¡dímelo! —Te lo diré, pero no ahora. —Entonces, ¿cuando? —Mañana—suspiró pesadamente. —¿Por qué mañana y no ahora? —Por que es lo mejor—aseguró— así que no insistas Victoria, porque no lograrás nada. —furiosa, le sostuvo la mirada por varios minutos, luego se dió media vuelta y salió apresuradamente de la habitación. Quince minutos más tarde, alguien llamó a su habitación, sin otorgar el permiso de acceso, caminó y le abrió, en
—¡Eso es una cruel mentira!—gimió Victoria—¡Mientes, tú mientes!—No lo es, ese hombre al que llamaste inhumano por la manera en la que trató a mi madre, no es más que él ser que tanto amas, ¡Antonio Conway, fue el gran amor de mi madre y el mismo que la llevó a la tumba!, !Por culpa de tu padre, perdí a mi madre y a nuestro hermano, porque ese niño que murió, también era tu hermano, Victoria!— las lágrimas corrieron por las mejillas de Brailon. — Antonio Conway, por su culpa perdí todo lo que más amaba en este mundo. Victoria, se sintió desfallecer, sus ojos se llenaron de lágrimas, aquello no podía ser cierto... su padre no podía haber engañado a su madre, su padre... era un buen hombre, un hombre respetable, un padre amoroso, jamás habría abandonado a su hijo... ¡Aquello no podía ser, tenía que haber un error!—Tiene que ser falso, tienes que estar mintiendo. ¡No te creo McCloskey, no te creo!—sollozó—¡ te odio por querer manchar el nombré de mi padre!, ¡Te odio!— y con lágrimas n