Mientras Massimo, Marco y Valeria platicaban, una hermosa mujer ya algo mayor descendía de su deportivo y entregaba las llaves de su auto al ballet parking. Caminaba altiva por los pasillos del St. Regis Rome, su destino era el bar. Llevaba un vestido rojo ceñido al cuerpo, al saber que Marco Barzinni los invitaba a cenar, esta no quiso ir con la aburrida ropa de oficina, por lo que invento una reunión y fue arreglarse a casa.

Era obvio que tenía intenciones ocultas, pero se llevaría una sorpresa, ya que Massimo no le había dado detalles de la reunión llevada a cabo en la mañana.

Finalmente, la mujer apareció en la entrada del bar del hotel y pregunto por la mesa de Marco Barzinni, el capitán dirigió a la hermosa dama a esta, cuando llego a la mesa, Massimo la vio y cerro un poco los ojos, este noto el cambio de ropa, intuyo que tenía algún plan tramado, finalmente como todo un caballero y como si su matrimonio fuera viento en popa, se levanto y acerco a su esposa para abrir la silla y