Hola queridas lectoras y lectores Quiero que sepan que he leído cada uno de sus comentarios. Verán que en un futuro poco a poco las cosas que se están revolviendo se irán acomodando.
Pietro y Guadalupe permanecieron en el hospital esa noche, de momento el cansancio vencía a la chica y se quedaba dormida. Despertaba minutos más tarde y volvía a llorar. Pietro se sentía angustiado, no quería que su amada cayera en el mismo bache de hace dos meses.- ¡Por favor, amor, necesitas descansar! No pueden colocarte calmantes por el bebé.Guadalupe sollozaba e intentaba calmarse, pero de repente todo lo vivido este día regresaba a su mente y comenzaba a llorar.- Amor… Tranquila por favor, tranquila, piensa en el bebé…Pietro tuvo una larga noche, aunque había un sillón donde podría descansar, este prefirió acompañar a Guadalupe en la camilla, ella finalmente sucumbió ante el cansancio en los brazos de Pietro.Por la mañana Filipo visito a la pareja y les permitió abandonar el hospital con la promesa de que no haría esfuerzos y trataría de no caminar, el bebé se aferraba a la vida, pero ella también necesitaba poner de su parte.Pietro había pedido a Leopoldo mandar una muda
Massimo al ver a la pareja, se sintió incomodo y prefirió retirarse, no estaba en el lugar, ni momento adecuado para hablar con Guadalupe, por lo que fue a buscar a Alessia a su habitación.- ¿Alessia? Puedo pasar… - Dijo Massimo mientras llamaba a la puerta.Al no escuchar respuesta, entro inmediatamente, encontrándose con el rostro de la chica cubierto de lágrimas.- Massimo ¿Qué haces aquí? ¡Anda! ¡Ve con tu exmujer! – Dijo Alessia furiosa.- ¿A que te refieres? – Dijo Massimo consternado.- ¡Te acabo de ver como cargaste a tu exmujer! Vas y la buscas, ¿Acaso no soy yo la futura madre de tu hijo?- ¡Lo eres! Pero eso ¿Que tiene que ver?- Hoy, ni siquiera me has venido a ver y salgo a buscarte, solo para encontrarme con una tierna escena entre tú y tu exmujer. No se a que me trajiste aquí…- Alessia yo… Solo la ayude a acercarse a la banca que esta en el jardín, ¡Entiéndeme!- ¿Qué tengo que entender? ¿Qué sigues buscando a tu exmujer? ¡Ella ya esta con Pietro! Y pareciera que eres
Pasaba del medio día, cuando el sacerdote llego para oficiar una misa, la cantidad de personas reunidas era minúscula, esto prácticamente era para poder darle un último adiós a Alberto Priego de manera digna. Después de la misa, el cuerpo saldría acompañado por Caterina y Leonardo al lugar donde seria cremado, Guadalupe había sido convencida de no insistir en ir, ella debía guardar reposo.La misa transcurrió sin problemas, Guadalupe estaba sentada y Pietro sostenía su mano, ella temblaba y su rostro estaba lleno de lágrimas. Le dolían los ojos, sentía que ya no tenia nada mas que llorar, pero el nudo en su pecho le impedía dejar de hacerlo.Massimo agarraba la mano de la abuela, aunque este no se atrevió a decirle nada, intuía perfectamente que ella no debía estarlo pasando bien. Su dolor era silencioso, de vez en vez se le escapaba una lagrima, pero trataba de mantener el mismo semblante fuerte de siempre.Al termino de la misa, Guadalupe se levanto y muy despacio camino hacia el fér
Horas más tarde, Caterina, su hijo y nieto regresaban a casa con la urna y las cenizas del abuelo Alberto. Caterina la sostenía como si de eso dependiera su vida, no veía la ahora de llegar a casa y poder llorar tranquilamente en su recamara, sentía que la vida había sido muy injusta, le estaba jugando una mala pasada, su matrimonio no había terminado de la mejor manera, años más tarde pudo conocer a quien pudo haber sido su esposo, se enamoró de él y ahora le había tocado verlo perecer.- ¡Hijos míos! Necesito ir a descansar, han sido unos largos y cansados días. Si gustan cenar, avísenle a Leopoldo. – Dijo la abuela mientras caminaba hacia su habitación.- Madre ¿Te encuentras bien? – Dijo Leopoldo al ver cómo ser marchaba.- Padre… - Dijo Massimo tomándole el hombro y haciéndole señas negando con la cabeza.Leonardo entendió esto y no pregunto nada más, ambos fueron a la sala, Leopoldo no tardó en llegar, les llevaba café.- Señores Pellegrini, disculpen ¿Van a querer cenar? – Pregu
Marco Barzinni acababa de instalarse en una de las playas de Cancún, Federico había buscado una casa ubicada en el boulevard Pok-ta-pok en Cancún. El lugar tenía una agradable vista al mar y también un fuerte dispositivo de seguridad.Era una enorme casa para un hombre tan solo, su llegada a la zona no pasó desapercibida, algunos residentes de la zona residencial, quienes les llamo la atención la rapidez y el hermetismo con el que la mudanza se llevó acabo. Suponían podría tratarse de algun famoso que había comprado la casa, pero todo terminaba en meras suposiciones.- Federico ¿Cómo vamos con la mudanza? No me gusta tener tanto personal en la casa, por favor, ve que apresuren todo y puedan marcharse rápidamente. – Dijo Marco mientras veía hacia la ventana.Marco Barzinni, después del atentado había quedado psicológicamente lastimado, no le gustaba estar ante demasiadas personas, evitaba en gran medida los grupos grandes de personas, aunque trataba de mezclarse, solo si era realmente n
Mientras Marco se enteraba que el Alberto Priego había fallecido, Caterina caminaba hacia su habitación con la urna que sostenía las cenizas de aquel que fuera su ultimo amor. Pietro estaba recostado en la cama, acariciando el cabello de Guadalupe, había visto que eso le permitió relajarse y por fin dormir, por lo que no quiso moverse ni un centímetro.Finalmente, ambos sucumbieron ante el sueño y pudieron descansar. La abuela Caterina entro a su habitación y coloco la urna en la mesita de noche, se recostó y dejo que un silencioso llanto fluyera.A la mañana siguiente, Guadalupe despertó al sentir la vibración del teléfono, Pietro estaba profundamente dormido y su móvil estaba en la cama, por lo que sin pensar contesto.- ¿Pietro?- Ho… Hola, no soy Guadalupe, Pietro está dormido, pero deja le despierto.- No, no yo le regreso la llamada más tarde ¡Gracias!Pietro al sentir movimiento, comenzó a despertar, aun llevaba el traje puesto, solo se había retirado la corbata y desabotonado u
Massimo llego a Lazio e inmediatamente fue a ver a Alessia, sabia que no sería fácil lidiar con su ira, pero no esperaba encontrar a una mujer en ropa holgada, con ojos y nariz roja. Cuando vio el vientre hinchado de la chica, se sintió el ser mas miserable, ella era la futura madre de su hijo, había pasado por el momento mas critico en su embarazo sola y ahora, nuevamente se encontraba así, sola.- Alessia… - Dijo el hombre abriendo la puerta y estrujándola en sus brazos.- ¡Vete! ¡Déjame! ¡Mi bebe y yo no te necesitamos! – Dijo la chica mientras era abrazada por Massimo.- ¡Lamento mucho no regresar contigo! ¡De verdad lo lamento! ¡Prometo no volver a dejarte! ¡Por favor, ya no llores! – Dijo Massimo con culpa.- Massimo, se que no nos quieres, si estás aquí es por compromiso. Este bebe no merece una familia así, ¡Yo puedo criarle sola, no necesitamos de ti! – Dijo Alessia dejando salir lo que en mucho tiempo se había guardado.- ¡Alessia no es lo que tu piensas! Yo realmente quiero
--- Gaeta---Pietro y Guadalupe regresaron a casa, ella aun estaba delicada, por lo que este había dado indicaciones de que debían apoyarle en todo lo humanamente posible, tan pronto llegaran a casa. Angostina le había preparado una exquisita comida, la futura mamá debía mantenerse bien alimentada y hoy mas que nunca se sentía con la obligación de cuidar de la señora Pellegrini y su bebé.- Señor, señora… Lamento mucho lo ocurrido, terminen de llegar a casa, en un momento les llevare la cena a la recamara. Señora, procure no hacer esfuerzos y todo lo que necesite, usted solo pídalo, haremos lo posible para apoyarle.- ¡Gracias Angostina! De verdad ¡Muchas gracias por el apoyo…! – Dijo Guadalupe mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, sus manos cargaban la urna con las cenizas de su abuelo.- ¡No señora! No más lágrimas, el bebé lo va a resentir y esta muy pequeño para soportar tanto dolor. Tome un baño, relájese, ya está en casa y aquí nada malo puede suceder. Deme la urna, es muy p