Estimadas lectoras y lectores Disfruten de otros capítulos más de esta historia...
Al día siguiente, Pietro ya tenía todo planeado, llevaría a Enzo al colegio y luego por la tarde lo recogería, para llevarlo a casa de su amigo. Últimamente había estado saturado de trabajo, al grado de no investigar quien era la familia de su amigo, conocía a Camila y eso le daba una sensación de tranquilidad, la mujer parecía ser una buena persona, así que paso por alto ese pequeño pero gran detalle.La mañana transcurrió normal, fue al colegio, dejo a Enzo, fue a tomar café al mismo lugar que había ido un día antes con Massimo, luego regreso a casa, atendió algunos asuntos y volvió al colegio por él. Ese mismo día, Valeria llevaría a Gio al colegio, solo que lo haría a la salida para revisar algunos pendientes de la escuela que no podían ser atendidos a distancia, el pequeño Gio caminaba con dificultad por el uso de muletas, le costaba subir pequeños escalones, sentía que podía caerse, por lo que el movimiento resultaba más lento de lo normal.Valeria y Gio caminaban lentamente por
Valeria termino la reunión con la profesora de Gio, iba caminando con los niños, aunque se encontraba un poco distraída, el rostro de aquel hombre era idéntico al de Pietro, sacudió su cabeza para sacarse la idea descabellada de su mente. Tomo de la mano a Enzo y siguió caminando a paso lento a un lado de Gio, el pobre ya se notaba exhausto. - Enzo, mi vida, ¿Puedes ayudarme? – Dijo Valeria acercándole su bolso. – De aquí saca las llaves del auto ¡Por favor! Enzo tomo la bolsa e hizo lo que pidió Valeria, el como todo un caballerito, no le devolvió la bolsa, por que se percato de las intenciones de la mamá de Gio, ya que, al ver a su hijo ya cansado, decidió cargarlo. La idea era cargarlo, tomar su bolso y agarrar las muletas, todo al mismo tiempo. - ¡No! Señora mama de Gio, yo puedo llevar su bolso y las muletas, usted cargue a Gio, si yo fuera un poco mas fuerte, me lo llevaría en la espalda. Valeria lo vio y no pudo evitar sentir una oleada de ternura, ese niño era un encanto.
Luego de que Pietro saliera de la habitación donde descansaba Alessia, esta abrió los ojos, ella miraba hacia el paisaje que tenía frente a ella, por momentos se perdía en la imagen que veían sus ojos. Ya no podía sentir nada, su cuerpo estaba inerte, solo podía mover los labios y sus ojos, “¿Qué caso tenía seguir con vida? Ahora era una m*****a inútil” pensaba.Sus pensamientos fueron interrumpidos por Elijah quien nuevamente llevaba comida caliente para alimentarla.- Señora, le traigo su comida, el señor me pidió que cuidara muy bien de usted.- ¡No quiero nada!- Señora, no haga mi labor más difícil de lo que ya es. ¿Acaso no se da cuenta de cuanto amor le tiene su esposo?- ¡Ese maldito hombre no es mi esposo!- Señora, entiendo que sufra frustración por su condición, pero el señor ha cuidado de usted fervientemente, incluso ha puesto a su disposición gran cantidad de dinero para que se encuentre cómoda aquí, el lugar tal vez no sea como lo que usted acostumbraba, pero créame, si
Valeria permaneció sentada por un rato en el piso de su baño, su mano seguía postrada en su vientre, aún no podía creer que estuviera embarazada, lo que si era cierto es que debía platicarlo lo antes posible con Marco, ya que siempre había sido irregular y ahora que lo pensaba ya tenía algunos meses sin su periodo, comenzó a poner más atención a los detalles y se dio cuenta de que había más indicios.Llevaba días con dolor de cintura, algunos olores se le hacían más penetrantes, era más dormilona de lo normal, su ropa, al menos sus pantalones le estaban apretando, pero ella le echaba la culpa a que últimamente había estado comiendo más postres.Valeria estaba perdida en sus pensamientos, que no se percató que alguien tocaba la puerta de su baño, así que de pronto la puerta se abrió, topándose con algo que interfería, Valeria sentada en el piso, levanto la mirada, sus manos sostenían las dos pruebas, Marco vio a su hermosa mujer, ella tenía los ojos y la nariz roja, estaba en un estado
Después de que Valeria le diera la noticia a Marco sobre aquella dulce espera, ambos decidieron que no le dirían a nadie hasta estar completamente seguros. Para cuando la pareja bajó a cenar el pequeño Enzo ya se había marchado a casa, Fabio, su chofer, había ido puntualmente a las 7:00 pm a recogerlo. Luego de cenar en familia, Valeria y Marco fueron al estudio a buscar un ginecólogo que pudiera llevar su embarazo en Italia, la mujer estaba muy nerviosa, no podía con tantas emociones fuertes, por lo que Marco busco en su laptop varias opciones y con base en las credenciales de cada médico, finalmente escogieron a una ginecóloga que cumplía con las expectativas de la pareja, además de tener especialidad en embarazos con mujeres mayores de 40 años. A la mañana siguiente, Marco y Valeria salieron muy temprano a una cita que habían reservado a primera hora con aquella Dra. Beatrice Berlusconi. Marco tenía un día muy ocupado, pero no podía dejar sola a su esposa con aquella preocupación,
Luego de ir a dejar a Valeria a casa, Marco fue a la oficina, aún no podía salir del asombro ante la noticia que acababan de recibir, a sus 55 años sería nuevamente papá, no de uno; sino de dos bebés, todo ello venía a generar un gran cambio de planes. Tal como se lo había externado a su amada esposa, la familia siempre sería su prioridad, por lo que había cosas que tenía que cerrar y una de ellas era Franco Amato.- ¿Federico? ¿Estás en la oficina?- Hola Marco, sí, efectivamente aquí estoy ¿Qué sucede?- ¡Tengo algo que contarte! Creo que te voy a sorprender…- ¿De verdad? ¿Es bueno o malo?- Llegando a la oficina, te diré, oye… - Dijo Marco quedándose un minuto en silencio.- ¿Dime?- ¿Dónde quedo Franco Amato? ¿Puedes conseguirme la dirección donde radica actualmente?- ¿Eso es lo que me querías contar? Por un momento llegue a pensar que ya habías dejado ese tema por la paz…- ¡No Federico! Solo lo he dejado tranquilo por un tiempo, pero sabes bien que ese hombre sin mí, no es nadi
Marco y Valeria, habían llegado al acuerdo de que hoy mismo darían la noticia a toda la familia durante la cena, razón por la que esta vez, Marco salió de la oficina temprano, luego de algunos minutos en auto, llego a casa para encontrar a su hermosa esposa ya preparada para dar la noticia. El hombre, al ver a su amada esposa, no hizo más que soltar un suspiro, ella se había colocado un vestido largo y holgado, sin mangas y sin tirantes de shifon, aunque era suelto, al ver la zona de su pancita, le causo ternura ver que sus pequeños retoños ya eran visibles. “¿Cómo era posible que no se hubieran dado cuenta? ¿Cómo pudo pensar que se trataba de unos kilitos de más?”, pensó. - ¡Hola, mi cielo! ¿Cómo estás? Más bien, ¿Cómo están? – Dijo Marco tomándola de la cintura y atrayéndola hacia él. - Todos estamos bien, estos chiquitos me han traído vuelta loca, tengo hambre, tengo sueño, tengo más hambre y así, sucesivamente. Todo esto es un círculo vicioso, se me antoja el dulce, se me antoja
Marco después de acompañar a su esposa en el baño y luego acurrucarse con ella hasta quedo completamente dormida, no podía dormir, así que fue a su estudio a ver algunos pendientes, estaba diligentemente revisando sus correos cuando su móvil se encendió, se trataba de una llamada de Federico, sin dudar ni un segundo, contestó.- ¿Qué pasa amigo? – Dijo Marco tranquilamente.- Pensé que ya no te encontraría despierto. – Respondió Federico con nervios.- No podía dormir, hoy fue un día de emociones fuertes, pero dime, ¿Qué necesitas?- ¿Recuerdas el maletín que te di cuando recién llegaste a Italia?- Si ¿Por?- ¿Has revisado la información que contenía la USB? Supongo que no, porque no has emitido ningún comentario ¿Estoy en lo correcto?- La verdad es que solo revisé la primera carpeta, pero solo descubrí que Caterina tenía un amorío con Alberto, el abuelo de Valeria.- Ok, es importante revises todo el contenido, cuando hicimos la investigación, era con la premura de que nadie debía s