Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
La misma mañana en la que Leonardo Pellegrini estaba reclamando lo que por “derecho” le correspondía, Franco Amato hijo, se presentaba en las oficinas de la policía en Lazio, el hombre llevaba en silla de ruedas, lo que quedaba de un hombre senil, esa persona que a duras penas se sostenía en el respaldo de la silla, no era otra persona que Franco Amato padre.El hombre iba drogado, y ya parecía más viejo de lo normal. El hombre pensaba dentro de sí mismo: “Estoy peor que cuando ese desgraciado Barzinni, me tenía en sus garras”. Franco, hijo con aparente preocupación, se presentó para denunciar el secuestro de su padre, el cual había sufrido de torturas inimaginables por años, todo a manos de un tal Marco Barzinni.Los agentes de la policía bien conocían la historia del implacable juez Amato, quien, en sus épocas de gloria, llevó a muchas personas a prisión, ya que era un intachable hombre de justicia. Al escuchar, como narraba la historia, Franco, hijo y los agentes, no pudieron más qu
Mientras Marco lidiaba con su arresto, Valeria se enteraba de toda la verdad y Massimo se veía envuelto un torbellino de problemas, el pequeño Gio y Enzo esperaban ser recogidos en la escuela, eran los últimos, luego de un buen rato, una camioneta blindada apareció y recogió a Gio, pero sin saber lo que ocurría, Enzo insistió en irse con ellos.El niño había insistido, ya que su abuelo aún no llegaba y eran los últimos niños, el hombre que los recogió, para no llamar la atención, se llevó a ambos, la idea era abandonar al segundo niño en el camino. Tal como estaba planeado, una vez los dos niños salieron de la zona escolar, alguien los durmió y Enzo apareció en un parque, mientras Gio iba camino a la mansión de Leonardo, lugar donde ya se encontraban Paloma y Maurizio.Enzo, al despertar en el parque, pidió ayuda, el niño estaba asustado, no sabía dónde estaba, no sabía qué hacer, el parque estaba lleno de mamás cuidando de sus hijos, así que se acercó a una y pidió llamar a su abuelo
Pietro tuvo que salir de emergencia de Eslovenia a Italia, mientras Aldo estaba retornando a Italia de igual manera, las cosas estaban saliendo de acuerdo con el plan, en cuanto a Leonardo y Franco, sin embargo, no contemplaban que Leonardo fuera capaz de querer algo con Paloma, menos entendía que quería con el menor de los hijos de Massimo.Valeria, no pudiendo soportar más tanta presión, había tenido un shock nervioso, por lo que Camila tuvo que irse junto con ella al hospital. Todo lo que estaba ocurriendo la tenía con los nervios de punta y si continuaba así, los bebes corrían peligro.Mientras tanto, en la comisaría se le leían los cargos a Marco Barzinni, el hombre había sido acusado de privar de la libertad a Franco Amato el famoso “juez Amato”, el cual por años había sido considerado desaparecido. Otros delitos que se le imputaban eran el cortar un dedo meñique, una ojera, quemarle los ojos con ácido, cortar la lengua y retirarle las cuerdas vocales, Marco escuchaba la declarac
Aldo le había dado la dirección de una casa de seguridad que tenía, no quería espantar a Paloma, por lo que no le comentó nada al respecto a Paloma. Llegando ahí, la chica se había quedado dormida en sus brazos, él la bajó de la camioneta cargando, en aquella casa ya se encontraban Massimo y Federico, los niños habían llegado con bien, pero Massimo se encontraba con el alma en un hilo al no ver a su hija.El hombre se sintió tranquilo tan pronto vio como Aldo llevaba en brazos a la joven dormida.— Aldo, hijo ¿Cómo está mi hija?— ¡Bien tío! ¡Bien! Estuvo llorando todo el camino, la voy a llevar a una habitación, he pedido que le traigan un poco de ropa, viene un tanto indispuesta…Massimo, al escuchar aquello, se quedó congelado, si su hija estaba desnuda, era probable que el despreciable de Leonardo la hubiera… tomado, pensó. Aldo, intuyendo lo que pensaba su tío, le dijo:— No, tío, no pasó nada, afortunadamente llegamos a tiempo, pero el maldito de mi abuelo logró escabullirse, por
Aldo salió rápidamente de aquella habitación, debía hacerlo o podría ocurrir algo más, se consideraba un caballero, pero sin duda, ante aquella mujer, era capaz de perder el control, lo cual no era correcto, ya que, en primer lugar, no era el lugar, ni el momento y segundo lugar; ella acababa de atravesar por un shock, lo que paso no era nada fácil de asimilar. Llevándolo al último, pero no menos importante punto, ellos eran considerados primos, aunque no hubiera lasos de sangre, ellos para todos eran primos y eso debían hablarlo.Cuando bajó las escaleras, vio cómo su padre y su tío peleaban, Massimo tenía tomado por el cuello a su padre, lo que para nada le gustó, Pietro se percató de que su hijo venía bajando las escaleras con la intención de intervenir, pero él le hizo una señal con la mano de no hacerlo.Pietro entendía, el temor y frustración de Massimo, sus hijos habían sido expuestos a momentos realmente peligrosos, si Aldo no hubiera llegado a tiempo, no se podía imaginar que
Paloma pensó mucho en la decisión que debía tomar, pero luego de un buen momento en silencio, dijo:— ¿Cuándo nos iríamos?— Eso sería hoy mismo…Paloma tomó aire y dejó salir un largo suspiro…— ¿Tú nos vas a acompañar?Aldo se quedó callado y, luego de un momento, dijo:— Vamos a hablar con los demás…La tomó de la mano y la llevo dentro de aquella casa de seguridad.Mientras ellos estaban fuera, Massimo y había decidido que esa era la mejor opción, no quería poner en peligro a sus hijos y menos con la clase de alimaña que era Leonardo, aunque le dolía, ya que por fin sentía que estaba cumpliendo su sueño, este hombre debía sacar a sus hijos del país.En el caso de Federico, le dolía tener que tomar esa decisión, pero Valeria no estaba en condiciones de hacer algo y Paloma corría mucho peligro, así que, si ella decidía irse con Gio, él no pondría resistencia. Era claro que Federico tendría problemas con Marco en el futuro por esto, pero lo que había propuesto su amigo, era casi lo mi
Aldo y Paloma tuvieron una larga charla, donde el joven fue sincero y le contó todo lo que habían sido sus años a lado de Pietro, eso generó un real interés de la chica hacia aquel joven. Dentro de la cabeza de Paloma, analizaba su vida, ella se había enfocado tanto en sus planes y proyectos, que jamás había perdido el enfoque con algún chico, claro que la habían invitado a salir, pero todo aquel chico que la invitaba no parecía atractivo, su padre siempre había puesto estándares muy altos.Marco siempre había sido todo un caballero con su madre y con ella, era amable, amoroso, educado y todo un galante caballero. Cuando algún joven se acercaba a invitarla a salir, normalmente eran chicos de su edad que se dejaban llevar por la belleza de la chica, todos aquellos, solo la buscaban con el fin de obtener algo, lo cual ella perfectamente sabía que era, no era tonta, por lo que evitaba salir con chicos de su edad.Sonrió para sus adentro cuando recordó el día que conoció a Massimo, en un i
Rápidamente, habían transcurrido dos semanas desde que habían arrestado a Marco, desafortunadamente para él, mientras el hijo de Amato siguiera ejerciendo presión en el gobierno y mientras los medios difundían historias sobre la familia Barzinni, él no podía conseguir ningún amparo. Marco se sentía angustiado, su mujer había tenido que ser programada para una cesárea de emergencia, su estado mental era inestable, el pobre hombre, al ver que no saldría de la cárcel, mandó a Federico a buscar a la doctora que en su momento atendió a Valeria.La doctora aún trabajaba en Florencia, ahí supieron que Valeria nunca regresó, solo estuvo un mes internada, luego de ello volvió a Gaeta y jamás puso un pie de nuevo en el hospital. Marco maldijo miles de veces a Pietro, ya que su descuido tarde o temprano iba a cobrar factura en Valeria, una pequeña chispa serviría para detonar todo, aquella joven de 23 años, cuando fue ingresada, iba mal, pero no tanto como ahora.— Dra. Serra, una vez que la seño