Estimadas lectoras y lectores Espero les estén gustando los capítulos y disfruten de lo que se narra en estos.
Marco terminó su segunda taza de café ante la mirada atónita de Greta, él se encontraba muy tranquilo y la chica, estaba nerviosa de lo que sucedería, el señor Pellegrini realmente se veía molesto, muy molesto.- Bien, Greta. ¡Vamos! - Dijo Marco con mucha tranquilidad.- ¡Sí señor!Ambos salieron de su oficina, Marco cerró la puerta, él había cambiado todo en aquel lugar, incluso hasta el acceso a su oficina debía ser solo de personal autorizado.- ¿Se puede?- ¡Adelante! ¡Pasa Marco! – Dijo Massimo mientras revisaba unos documentos.- Vine a verte, me dijo Greta que ¡Me buscas!- Si, quiero revisar porque has cancelado varios presupuestos para contratos que lleva el área de ventas. – Dijo Massimo levantando la vista para verle.- ¡Muy fácil! Ya los revisé y están sobrevalorados, se está destinado demasiado dinero a proyectos que no se les ve futuro y otros que son realmente buenas oportunidades, los están descartando sin miramiento alguno, ¿Qué pasa con eso Massimo?- Marco, pero ant
Alessia llegó a su lugar, su semblante era relajado, su asistente hacía tiempo que no veía ese rostro así. Casi siempre estaba de mal humor, incluso iba vestida diferente, pero aún no podía descifrar qué intenciones tenía o qué plan traía entre manos, ya que, si alguien conocía a Alessia era su asistente, esa mujer conocía los más oscuros de sus secretos, aunque era ya mayor, Alessia se resistía a dejarla ir, por lo que a sus 60 años Narcisa seguía ahí con ella.- Alessia querida, ¿Tienes alguna reunión que no sepa? – Pregunto Narcisa con duda.- ¿Por qué la pregunta Narcisa? – Dijo Alessia mientras tomaba asiento.- ¡Hoy en particular te vez radiante!- Nada en particular, solo tengo una reunión con el director de finanzas.- Ese hombre es muy apuesto, pero es casado Alessia, no te metas en líos innecesarios.- ¡Tranquila Narcisa! Solo es una reunión, necesito ver hasta donde es capaz de llegar ese hombre. – Dijo Alessia son una sonrisa un tanto malévola.Narcisa en un intento de pers
Una vez que los ánimos volvieron a la normalidad y que Massimo junto a una despeinada Alessia salieron de la oficina de Marco, este aun sostenía fuertemente a Valeria, quien temblaba de coraje y en sus manos tenía cabello que le había logrado arrancar a su contrincante.Marco llevo a una de las sillas a su esposa e inmediatamente cerro la puerta que tenia acceso a la sala de juntas. Respiro profundamente y camino hacia su enojada esposa, ella le veía molesta.- Marco esa mujer quiere algo contigo, ¡Lo sé! – Dijo Valeria viendo como se acercaba su esposo a ella.El llego y se paro frente a la silla donde estaba la chica.- Valeria, ¿Acaso crees que no me he dado cuenta? – Dijo Marco poniendo una cara seria.Valeria levanto la mirada para encontrarse con los ojos de su marido.- Entonces ¿Por qué demonios no le pones una alto? – Dijo Valeria molesta y derramando lágrimas.Esta reacción Marco no la esperaba, el creía que su esposa solo estaba molesta, pero verla llorar le partió el corazó
Finalmente, Valeria fue calmándose, Marco solo había visto molesta de esa manera a su esposa y eso fue con Olsen, pero de ello ya hacía muchos años.- Mi vida, no me gusta verte llorar, no tienes por qué sentirte así, yo jamás haría algo para lastimarte. – Dijo Marco tratando de consolar a su esposa que sollozaba.Marco por dentro sentía ira expandiéndose por todo su ser, Alessia Amato sabía muy bien cómo hacer enfadar a su esposa, se puso por un momento en los zapatos de Valeria, cuando era una chiquilla, lo difícil que tuvo que resultar para ella el enfrentarse a esa mujer cuando su “marido” no era capaz ni de defenderla.- ¡Mi vida, recuerda que debes ser fuerte! Recuerda porque estamos aquí, debes mantenerte serena, imagina nada más si por un arrebato de estos, sacabas a la luz lo que realmente planeamos, todo se iría por la borda, apenas llevo una semana, te aseguro que este par va a pagar por todas las que ha hecho, pero no es el momento de ser débil.- Marco es que… Es este mal
Diana era mexicana y recién había egresado como licenciada en negocios internacionales, había estudiado en una de las mejores universidades públicas del país, no provenía de una familia acomodada, ella había estudiado la universidad, gracias a las becas que existían.Era una buena estudiante, por lo que cuando se presentó la oportunidad para irse de intercambio, ella fue una de las seleccionadas, las opciones eran España, Portugal o Italia, inicialmente había seleccionado España por el idioma, pero desafortunadamente el cupo estaba agotado, si no escogía alguno de los dos restantes perdería la oportunidad, así que lo dejo a la suerte y esta la envió a Italia, en cualquiera de las dos, no hablaba el idioma, así que después de todo con su limitado ingles se iría a conocer la tierra de la pasta, el vino y los quesos.Diana era la tercera hija de un modesto matrimonio, sus padres habían tenido 4 hijas mujeres, sus dos hermanas mayores eran casadas y tenían ya su vida, su hermana menor le l
Diana trataba de convencer a Matteo de que podría desempeñar correctamente las tareas que le pusieran, ella debía convencer a aquel hombre, ya que sus demás entrevistas habían terminado en un fiasco, no podía desaprovechar, esa era la ultima y si no, se vería en serios aprietos y su estancia en el intercambio se podría ver comprometida.- Señor Ricci, sé que no pertenezco al país, pero soy ágil, atenta y aprendo rápido, yo estoy aprendiendo italiano por mi propia cuenta, le prometo que no lo decepcionaré.- Señorita Méndez, me agradaría aceptarla, pero mi jefe es algo quisquilloso y si no puede usted comunicarse con él, ¿Como podría trabajar conmigo? si el puesto vacante lo necesito para que alguien vaya y revise los pendientes con él.- Deme una semana, le prometo que no le causare problemas, ¡Por favor! – Dijo la chica con mirada suplicante.Matteo dejo salir un largo suspiro y no pudo negarse, termino contratándole, pero con reservas a un mes.El tiempo paso volando y ella ya llevab
Después de esa salida, Massimo relajo su actitud ante Diana, comenzaba a pedirle a Matteo que la involucrara en más temas, ya que la chica le podía ayudar más y no le era molesta su presencia. Matteo estaba al tanto de aquella salida, por un lado, agradecía la ayuda, pero otro le preocupaba cual serian realmente sus intenciones, ya que hasta donde el conocía, su jefe no le gustaba salir con chiquillas, para ese entonces, sus amantes eran mujeres de mas o menos la misma edad que él, le molestaba salir con chicas más jóvenes, sin platica y sin chiste.Diana era una de tantas excepciones, incluso Matteo disfrutaba de una buena taza de café y una charla con la chica, durante sus merecidos descansos. Normalmente ella le platicaba de su país, costumbres, tradiciones, estilo de vida, lugares que visitar y cosas que, aunque Matteo ganaba muy bien, jamás había tenido tiempo de disfrutar, siendo que su trabajo era demasiado absorbente.Rápidamente, la semana había concluido, Massimo estuvo toda
Massimo comenzó una extraña relación con Diana, solo salían y platicaban los viernes por la tarde hasta y avanzada la noche, siempre iban al mismo mirador. Ella variadas ocasiones no entendía porque aquel hombre se atormentaba con el recuerdo de Guadalupe, se preguntaba que debió haber hecho tan mal para sentirse como se sentía, pero el siempre procuraba cambiar de tema.- Massimo ¿En algún momento podrás decirme que es eso que tanto te atormenta? – Pregunto la chica con interés.- Diana, creo que no es bueno hablar del tema, creo que, si te lo digo, tú me odiaras y me agrada platicar contigo, al menos el tiempo que llevo platicando contigo, me has dado algo de tranquilidad, sabes, tú me haces sentir como cuando conocí… - Massimo estuvo a punto de decir algo, pero se quedó callado, sabía que no era correcto compararla.- ¿Conociste a quién? ¿Guadalupe? – Dijo la chica con duda.Massimo tomo un trago de su cerveza, era extraño, las salidas con Diana eran así, comer pizza y tomar cerveza